Guardia civil mató al novio de su hija dice que le dio un 'subidón de ira'.
El capitán de la Guardia Civil acusado de matar al novio de su hija aseguró hoy ante el tribunal que le juzga que le dio 'un subidón de ira' en una discusión con la víctima, pero que no recuerda haberle disparado. ?Para un guardia civil, es una deshonra disparar a alguien por la espalda?.
El procesado, J.N.G., de 60 a?os y en situación de reserva desde 2005, se enfrenta a una petición fiscal de 22 a?os de prisión por el asesinato del novio de su hija e intentar matar al hermano de la víctima, según la calificación fiscal, a la que tuvo acceso Efe.
El juicio ha comenzado hoy en la Audiencia Provincial de Málaga y, durante su declaración, el acusado ha asegurado que está en tratamiento psiquiátrico y que todos los días intenta recordar qué ocurrió el día de los hechos, pero no lo consigue.
El crimen sucedió el 10 de febrero de 2005 cuando el encausado se dirigió al domicilio del novio de su hija y se encontró con ambos junto a la escalera de acceso del edificio.
Según el relato del fiscal, el procesado entabló una conversación con su hija sobre la conveniencia de llevarla al médico porque le dolía la garganta y, aprovechando que ésta entró en la vivienda a recoger la documentación, 'golpeó con ambos pu?os y en varias ocasiones a la víctima, que intentó huir'.
Seguidamente, cuando estaba a la altura del portal, presuntamente le disparó con un revolver de su propiedad y le alcanzó en la pierna izquierda.
Una vez en el suelo volvió a disparar 'a escasos centímetros' de la cabeza, disparos que le produjeron la muerte.
El hermano de la víctima, al escuchar los disparos, salió de la casa y el acusado le dijo que también le iba a matar, aunque no pudo disparar y en un forcejeo el joven le arrebató el revólver.
Durante su declaración, el guardia civil ha destacado estaba inmerso en un 'pozo sin fondo', ya que su mujer sufría de depresión y su hija se había ido a vivir con un chico que no sabía a que se dedicaba.
'Mi hija cambió de carácter y en la casa del novio entraba y salía mucha gente de forma extra?a', ha asegurado el acusado, que ha destacado que se le metió en la cabeza que había algo de tráfico de drogas o prostitución en esa vivienda.
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?Para un guardia civil, es una deshonra disparar a alguien por la espalda?.
Piden 22 a?os de cárcel para un capitán de la Benemérita en la reserva acusado de matar al novio de su hija El procesado aseguró ayer que le cegó la ira y que no recuerda lo que pasó
?Has perdido a tu hija, lárgate de aquí?. Cuando José N. G. escuchó estas palabras, le ?cegó la ira? y ya no recuerda ?nada más? de lo que pasó, ni de los disparos que acabaron con la vida del novio de su hija, Javier Domínguez. Según declaró ayer el acusado, un capitán de la Guardia Civil en la reserva, cuando recuperó la conciencia, Javier yacía en el suelo sobre un gran charco de sangre en el portal del piso donde vivía con su hija, en el edificio La Hidalga de la urbanización Lo Cea de Rincón de la Victoria. ?No entiendo lo que me pasó?, se?aló el acusado, ?me lo he preguntado muchas veces y no recuerdo cómo cometí un actoasí; para un guardia civil es una deshonra disparar por la espalda?.
Ayer comenzó el juicio contra José N. G., de 59 a?os, en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Málaga por el asesinato de Javier Domínguez el 10 de febrero de 2005. La Fiscalía pide 22 a?os de prisión para el acusado por asesinato y por tentativa de homicidio al hermano de la víctima, Guillermo.
Todo comenzó tres meses antes de los hechos cuando la hija del acusado, María, y el fallecido empezaron a salir. La familia no veía con buenos ojos aquella relación. ?Mi hija cambió radicalmente cuando empezó a juntarse con él; antes era encantadora y luego empezó a responder a su madre, se convirtió en una pasota irascible?, explicó José N. G. quien declaró que tanto él como su esposa cayeron en una depresión cuando su hija decidió irse a vivir con el fallecido, ?apenas un mes después de conocerse?. El procesado creía que el fallecido estaba metido en asuntos de drogas o de prostitución y empezó a ver cosas raras, según declaró.
El día de los hechos, José N. G. llevó a su hijo a la universidad y a su mujer al trabajo en Málaga. Luego volvió a su domicilio, en Chilches, donde se bebió dos vasos de whisky y se echó en el sofá. Afirma no ser un bebedor habitual, pero que ese día se tomó dos copas porque llevaba días sin dormir ni comer por culpa de la ansiedad y las pesadillas. Eran sobre las 09.30 horas.
Al poco tiempo, sonó el teléfono. Su mujer, muy nerviosa, le comunicó que había llamado a la academia de peluquería donde estudiaba su hija, y le dijeron que llevaba varios días sin ir porque había estado enferma. El acusado declaró que decidió ir a buscarla a su casa para llevarle al médico, para lo que cogió su cartilla sanitaria. Después, cogió supuestamente sus dos armas, un revólver y una pistola de su propiedad. ?Siempre que salía de casa llevaba las armas encima porque mi mujer había intentado suicidarse anteriormente y me daba miedo dejarlas allí y que cometiese una locura?, se?aló.
Un encuentro fatal
Cuando llegó a la casa de su hija, se la encontró en las escaleras del portal, acompa?ada por la víctima y otro joven. A cierta distancia, le pidió a la joven que le acompa?ase al médico y ésta se negó. El acusado le pidió a Javier que se acercase para hablar, según declaró. El informe de la Fiscalía asegura que en ese momento, María subió al piso para recoger unos documentos. ?Entonces Javier me dio un empujón?, se?ala el acusado, ?y me dijo que había perdido a mi hija?. A partir de ahí, José N. G. dice no recordar qué pasó.
El informe de la Fiscalía recoge que, según testigos, fue el acusado quien empezó a golpear a la víctima, quien intentó huir. Cuando estaba a la altura del portal, hasta que cayó al suelo. Luego, se acercó y le volvió a disparar, alcanzándole de nuevo. Por último, le disparó supuestamente a escasos centímetros de la cabeza. Al oír los disparos, bajó el hermano del fallecido. Según el informe inicial de acusación de la Fiscalía, Guillermo declaró que el acusado le apuntó y amenazó. ?Te tengo que matar a ti también?, asegura que dijo el guardia civil apretando el gatillo dos o tres veces sin que llegara a efectuarse disparo. El acusado, sin embargo, no recuerda haber amenazado a Guillermo ni que intentase dispararle. Al contrario, afirma que, cuando se dio cuenta de lo que había hecho, fue a coger la pistola que llevaba en el tobillo porque se le pasó por la cabeza ?pegarse un tiro?. Su hija y Guillermo, sin embargo, lograron arrebatarle el arma y, según asegura el acusado, fue Guillermo quien apretó el gatillo del arma, que no disparó porque, aunque estaba cargada, no estaba accionada. Hoy continúa el juicio con las declaraciones de los testigos presenciales.
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