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EL BOTELLÓN
47ronin:
Miércoles, 11 de mayo de 2016
PLANTEARÁ MODIFICACIONES LEGALES A LA COMUNIDAD
El Ayuntamiento exime a los menores de pagar multas por botellón a cambio de cursos y tratamiento
El Ayuntamiento de Madrid exime a los menores de pagar multas por beber alcohol en la calle a cambio de que participen en cursos de formación y tratamiento, una alternativa individualizada en función del perfil de cada adolescente, ha informado el delegado de Salud, Seguridad y Emergencias, Javier Barbero, en rueda de prensa, donde ha avanzado que trabajan en un plan sancionador diferente que presentarán a la Comunidad para solicitar cambios legislativos oportunos para su aplicación.
Barbero ha argumentado que en este momento se produce "una contradicción entre dos marcos legales vigentes", la Ley de la Comunidad de Prevención de las Drogodependencias (Ley Antibotellón) y la Ley de Protección de la Seguridad Ciudadana (Ley Mordaza).
La primera es más dura en cuanto a las sanciones, con multas de 500 euros para los menores y de 600 en el caso de mayores de edad. Además no permite acciones compensatorias. La segunda norma incluye sanciones de entre 100 y 300 euros y sí permite dichas acciones. Es en este marco en el que se ampara el Ayuntamiento para sacar adelante la alternativa a la sanción dirigida a menores de edad.
Barbero ha remarcado que la ley regional y sus sanciones "no está dando los resultados disuasorios" esperados dado que el botellón es una práctica propia del tiempo libre de los jóvenes de entre 14 y 25 años que "no pierde vigor". El delegado ha detallado que entre 2012 y 2015 se impusieron 80.000 multas por beber alcohol en la calle.
47ronin:
Carmena pide a Cifuentes que baje las multas por botellón y permita trabajos sociales
El Ayuntamiento considera que, tras cursar 80.000 sanciones, se ha comprobado que no son disuasorias, y solicita además que se puedan conmutar por trabajos sociales
Madrid - 11 MAY 2016 - 13:12 CEST
El Ayuntamiento de la capital, gobernado por Manuela Carmena (Ahora Madrid), está “preocupado por los graves riesgos para la salud y seguridad, las molestias y problemas de convivencia (ruido, suciedad), y los problemas relacionales y de género” que provoca el botellón. De acuerdo con un estudio realizado en el último trimestre, ha concluido que se trata de “una práctica muy arraigada” de forma que “el ocio sin alcohol no parece una alternativa”. “Los jóvenes nos dicen que van a seguir usando el alcohol, así que tendremos que tener estrategias de reducción de riesgos y daños”, ha explicado esta mañana el concejal de Seguridad, Javier Barbero. Entre otras medidas, el gobierno municipal va a pedir a la Comunidad de Madrid que modifique la norma regional para reducir la cuantía de las sanciones (hasta 600 euros) y permitir que se conmuten por trabajos sociales.
La Ley regional de Drogodependencias prohíbe desde 2002 “el consumo de bebidas alcohólicas en la vía pública, salvo terrazas o días de fiestas patronales”. En 2012, la Comunidad (PP) endureció el régimen sancionador: dobló la multa para los mayores de edad (de 300 a 600 euros); fijó en 500 euros el castigo para los menores; y eliminó la posibilidad de eludir el pago a cambio de trabajos sociales (unas 120 horas). Esta última medida fue impulsada por la entonces alcaldesa, Ana Botella (PP), que además redactó en 2011 una ordenanza del ruido que contempla sanciones de hasta 600 euros por el alboroto derivado del botellón.
Barbero ha destacado hoy la “contradicción importante” que supone que, además de la norma autonómica, esté en vigor desde 2015 la Ley estatal de Protección de la Seguridad Ciudadana. Esta norma sanciona “el consumo de bebidas alcohólicas en lugares, establecimientos o transportes públicos cuando perturbe gravemente la tranquilidad ciudadana”. Contempla multas de 100 a 600 euros, pero permite acciones compensatorias en el caso de menores.
80.000 multas sin resultado disuasorio
El Ayuntamiento está “trabajando en un plan sancionador alternativo que presentará a la Comunidad para solicitar cambios legislativos, porque la cuantía de las multas y que no haya alternativa no está dando resultados disuasorios”. Barbero ha explicado que entre 2012 y 2015 “se han cursado 80.000 multas”, de las que unas 800 han sido a menores, “de enorme cuantía”, pero “no han tenido efecto disuasorio”. “Una sanción económica sólo tiene sentido si es proporcionada y sirve para un objetivo, pero, después de 80.000 sanciones, si esto no funciona habrá que replantearlo; estamos convencidos de la que Comunidad estará dispuesta a reflexionar”, ha añadido Barbero.
Pese a que el Ayuntamiento sí impone multas por botellón, le resulta muy complicado cobrarlas. Los jóvenes que reciben la denuncia policial tienen 10 días para admitir su responsabilidad y pagar, en cuyo caso se benefician de una rebaja del 40% en la sanción. Pero lo habitual es que no se lo comuniquen a sus padres hasta tiempo después; así, cuando la notificación llega por escrito al domicilio, ese plazo ya ha expirado y, enfrentados al pago de 600 euros, la mayoría opta por recurrir. La vía ejecutiva retrasa el pago hasta cuatro años. Y nada asegura que se produzca, puesto que el joven, si es mayor de edad, se puede declarar insolvente. Además, en caso de recurso judicial, el Ayuntamiento no tiene forma de probar que el joven estaba consumiendo efectivamente alcohol (puesto que el agente no prueba la bebida y carece de aparatos para comprobarlo).
El pasado mes de noviembre, fuentes municipales indicaron a EL PAÍS que “se ha comprobado que las multas no cumplen con el objetivo de reducir el riesgo de beber en las calles”. Entonces, Barbero ya apostó por cambiar la sanción económica por “algún tipo de trabajo para la comunidad o incluso de un tipo de ocio alternativo” (que consistiría en “demostrar que la persona gestiona su ocio de otra manera que no sea bebiendo, que se ha gastado el dinero en actividades culturales, en deportivas, etcétera”).
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Carteles en los comercios que venden alcohol
Esta mañana, el concejal de Seguridad ha presentado los resultados del estudio realizado en el último trimestre del año pasado, que demuestran, según ha dicho, que “el botellón es una práctica que, lejos de perder vigor, está fuertemente arraigada entre jóvenes de 14 a 25 años”. “Se percibe como una posibilidad de encuentro grupal y como espacio diferenciador de ser joven frente a ser adulto, además de ser una actividad cómoda y accesible que no precisa planificación ni un gasto que no puedan asumir”, ha explicado. “Las causas y factores son variados, así que las medidas han de ser diferentes, no solo sancionadoras”, ha añadido.
Para ello, el Ayuntamiento trabaja junto a Cruz Roja y la Asociación Bienestar y Desarrollo en un plan piloto de seis meses que “trabaje la intervención motivacional en las zonas de botellón”. Cruz Roja ya coloca carpas en lugares de ocio nocturno, realizando encuestas, intervenciones y actividades para que los jóvenes tomen conciencia de los riesgos asociados al consumo de alcohol. En 2015 realizó 62 intervenciones en toda la ciudad, cuyo resultado, según ha señalado esta mañana, es una reducción de entre medio día a la semana y tres días al mes en la práctica del botellón, y un aumento del 14% al 18% en la percepción del riesgo de esta práctica.
La Asociación Bienestar y Desarrollo se sumará desde este mes a las intervenciones de la Cruz Roja con otras acciones de proximidad e información. Además, se llevará a cabo una campaña de sensibilización en comercios minoristas, colocando carteles con el lema “Yo no vendo alcohol a menores”.
47ronin:
El botellón se muda al parking
Barreras y coches rotos, reyertas, avisos a la Policía y suciedad es la suma de cada fin de semana en algunos aparcamientos públicos
TATIANA G. RIVAS/ITZIAR REYERO / - @abc_madridMadrid - 14/05/2016 a las 21:58:25h. - Act. a las 21:58:53h.
La música suena a todo volumen en el aparcamiento de la calle Barceló (Centro). No es el hilo musical del recinto, sino el sonido de un fenómeno que prolifera cuando arrecia el frío y la lluvia, como el pasado mes de abril y esta última semana, en los aparcamientos subterráneos de la capital: el botellón. «No es nuevo. Hay fines de semana que hay más gente bebiendo abajo que arriba. Se ponen en las plantas bajas o en las escaleras», informa Miguel Toro, encargado de este aparcamiento ubicado frente a dos salas aclamadas por la juventud madrileña los fines de semana: el Teatro Barceló, antiguo Pachá, y But.
Toro cuenta que, al margen de la suciedad, las anécdotas con esta práctica etílica bajo tierra dan «para escribir un libro», y eso que lleva solo dos años destinado en Tribunal. Los sábados son los días más «animados» a más de diez metros bajo la superficie.
«Un viernes por la mañana del mes pasado (abril) me encontré a un chaval apuñalado porque tuvo una pelea por la novia de otro mientras bebían. Hay reyertas, roturas de barreras, algún daño en los vehículos, se llevan los carteles publicitarios o te encuentras a un tío que sale con dos chicas del baño», ríe al final de su discurso mientras lo narra.
Algunos de los consumidores son clientes del aparcamiento que empiezan bebiendo allí y dejan su cargamento para regresar después de echar unas horas de baile. «Así se lo ahorran en la discoteca», añade el gerente.
El papel de la Policía
A juicio de este empleado, esta práctica se debe a que existe un «vacío legal»; la Policía Municipal «no puede multar en los aparcamientos porque algunos son privados». Este extremo lo desmiente la Jefatura de este Cuerpo. «Si el aparcamiento es de gestión privada, pero puede aparcar todo el mundo, se actúa igual que si estuvieran consumiendo alcohol en la vía pública», señalan fuentes oficiales de la Policía.
El botellón en el aparcamiento es común en otros recintos subterráneos donde cerca hay zonas de ocio nocturno. También sucede a escasos metros del parking de Barceló. Los trabajadores de Fuencarral, 103 relatan su experiencia. «Suelen ponerse en las plantas más bajas y lo más escondidos posibles. En cuanto les decimos que vamos a llamar a la Policía suelen moverse». Uno de los empleados asegura que a veces se producen desperfectos en otros vehículso.
El de Plaza de España es otro de los más castigados. Cuenta con vigilancia privada. «¿Aquí? casi todos los fines de semana, pero les echamos pronto. En cuanto ven al vigilante se van. O bajan del botellón de la plaza o vienen directamente para luego ir a la sala (la de la calle Princesa)», narra uno de los trabajadores mientras no cesan de pasar jóvenes, ajenos al parking, para miccionar en los aseos.
Van a cumplirse cuatro años desde que la Comunidad de Madrid endureció el castigo por consumir alcohol en la calle. En julio de 2012 se modificó el artículo 52 de la Ley 5/2002, de 27 de junio sobre Drogodependencias y otros Trastornos Adictivos, para que esta práctica acarreara obligatoriamente una sanción económica de 500 euros –siendo menor– y 600 euros –siendo adulto– sin posibilidad de permutarse por trabajos a la comunidad. El gobierno de Ana Botella anunció mayor presión contra esta práctica y, pese a que desde la llegada de Ahora Madrid han disminuido el número de multas por esta actividad, algunos jóvenes prefieren beber ocultos en aparcamientos subterráneos para escapar de los controles de la Policía Municipal.
Cambio de tendencia
Desde el año 2011, el número de denuncias interpuestas por la Policía Municipal han ido disminuyendo. Fue en ese año cuando alcanzó su tope, 101.070 denuncias. Desde entonces, con el incremento de los controles y el endurecimiento legislativo se han reducido hasta las 39.041 multas y las 7.413 en lo que va de año (de enero a marzo).
Pese a estas cifras, el gobierno de Manuela Carmena quiere optar por otra política: sustituir las multas por charlas pedagógicas. Ha realizado una investigación sociológica en el último trimestre de 2015 a través del organismo autónomo Madrid Salud sobre la práctica del botellón y sus conclusiones reflejan que las casi 170.000 sanciones interpuestas entre 2012 y 2015 «no han tenido efecto disuasorio». A su juicio se reducirá el número de multas con una «mayor prevención».
«Estos resultados han llevado al Gobierno de la ciudad de Madrid a desarrollar nuevos programas y propuestas bajo el denominador común de la prevención, además de reforzar los ya existentes», dijo esta semana el concejal de Salud, Seguridad y Emergencias, Javier Barbero.
El responsable de Salud explicó que entre las nuevas medidas está la de ampliar las intervenciones en las zonas de botellón que hasta este momento realizaba Cruz Roja (en 2015 fueron 6.219), una ampliación que correrá a cargo de la Asociación Bienestar y Desarrollo (ABD). Esta entidad intervendrá desde 13 de mayo, y lo hará con un enfoque preventivo y dirigido específicamente al sector más joven y también al comercio minorista. El reto en este tipo de actuaciones es, por un lado, modificar la percepción del riesgo, muy baja entre este sector de población, y modificar los patrones de consumo, sobre todo en edades tempranas.
Carpas por multas
Estas intervenciones consisten en la colocación de carpas en zonas en las que se concentran adolescentes y jóvenes, y en las que se ofrecen actividades individuales y grupales de carácter informativo y educativo para sensibilizarles sobre los efectos y riesgos que conlleva la ingesta de alcohol y otras drogas. Samur atiende anualmente una media de 300 menores por intoxicación etílica. En los casos en los que se observe mayor riesgo de adicción se les ofrece atención y tratamiento individual en los servicios de Prevención del Instituto de Adicciones de Madrid Salud.
Las actuaciones de ABD tendrán, al tiempo, en su punto de mira a los comerciantes minoristas para que no vendan alcohol a menores. Con este objetivo se ha diseñado una cartelería que se distribuirá en las tiendas de las zonas de botellón.
Heracles_Pontor:
«Si el aparcamiento es de gestión privada, pero puede aparcar todo el mundo, se actúa igual que si estuvieran consumiendo alcohol en la vía pública», señalan fuentes oficiales de la Policía.
:mus;
47ronin:
--- Cita de: Heracles_Pontor en 17 de Mayo de 2016, 17:41:16 pm ---«Si el aparcamiento es de gestión privada, pero puede aparcar todo el mundo, se actúa igual que si estuvieran consumiendo alcohol en la vía pública», señalan fuentes oficiales de la Policía.
:mus;
--- Fin de la cita ---
Volvemos otra vez a marear la misma perdiz...ámbito de aplicación de la ley?
Artículo 2 Ámbito de Aplicación de la Ley
Las disposiciones contenidas en la presente Ley serán de aplicación a las diferentes actuaciones, tanto individuales como colectivas, ya sean de carácter público o privado, que en materia de drogodependencias y otros trastornos adictivos se desarrollen en el ámbito territorial de la Comunidad de Madrid
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