¿Qué se hace para abordar el estrés policial?

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Un estudio realizado en Detroit concluye que el factor aislado más importante que conduce al policía al suicidio es el conflicto matrimonial. Estudios realizados en la Policía de New York muestran que casi todos los policías habían consumido alcohol en el momento de cometer suicidio.

Estrés crónico

El estrés policial no es siempre único ni resulta obvio. Muchas personas pueden ver el peligro que supone un tiroteo y el posible trauma subsiguiente. Estresores como éste son fáciles de ver por la intensa tensión emocional que sufre el individuo. Pero, ¿qué ocurre con los estresares crónicos y no tan obvios? El estrés crónico tiene al menos 2 efectos sobre las personas. Primero, el estrés prolongado causa en las personas una regresión. Su crecimiento psicológico se da la vuelta, volviéndose más inmaduros, infantiles y primitivos. Por ejemplo, cuando alguien está enfermo sufriendo dolor y molestias prolongadas, puede volverse quejita e irritable, esperando atención y cuidados constantes. Esta persona puede llegar a comportarse como un niño egoísta. Las personas hacen regresiones naturales durante un malestar crónico.
Segundo, el estrés crónico entumece la sensibilidad de las personas. No pueden aguantar el contemplar continuamente la miseria humana. Tienen que dejar de sentir o no sobrevivirán. La mente tiene este mecanismo de defensa, de manera que las personas puedan seguir trabajando en situaciones horribles. Si reaccionan con la sensibilidad normal pueden desmoronarse. Al tiempo que se tornan insensibles antes su propio sufrimiento, también se vuelven insensibles ante el sufrimiento de otros. Cuando se les humilla, no sólo pierden su sentido de la propia dignidad, sino que también el de los demás. El dolor de otros comienza a no importarles, y tampoco les importa hacer daño a otros.
El policía puede encontrar estresores en cada servicio que van socavando su resistencia. La acumulación de este estrés cotidiano hace que el policía se torne más vulnerable ante los incidentes traumáticos y las presiones normales de la vida. El proceso de debilitamiento suele ser demasiado lento como para percatarse; ni el sujeto ni sus amigos se dan cuenta del daño en curso.
Si se identifican los estresores crónicos, el agente de policía puede tomar una acción proactiva. Puede hacer algo antes de terminar convirtiéndose en una estadística más de suicidio. Los departamentos de policía deberían dejar de hacer esa distinción artificial entre problemas relacionados con el trabajo y los personales. Ambos están interrelacionados y se contribuyen mutuamente.


Autor: Fernando Pérez Pacho.
Psicólogo desde hace casi 3 décadas, con título de Especialista en Psicología Clínica. Amplia experiencia en la formación a cuerpos de seguridad y personal de emergencias.

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