Oviedo
El equipo de gobierno busca una transición tranquila en la Policía Local
El envejecimiento y la reducción de la plantilla, principales problemas para el nuevo comisario
14.01.13 - 01:40 - GONZALO DÍAZ RUBÍN | OVIEDO.
«Estos últimos días, ha sido un circo». La jubilación de Agustín de Luis y el regreso de José Manuel López al cargo han dado lugar a imágenes insólitas que ilustran el enrarecido ambiente de la Policía Local. «Salían, incluso mandos, por nuestra puerta», relata un bombero, que no sabe si achacar a los 'fugados' las ganas de evitar otra despedida más de De Luis o que se les relacionase con el de Mogarraz ante el inminente desembarco de su sucesor, «un traidor», en palabras del excomisario principal. En la otra punta de la ciudad, en los bajos del Tartiere donde se ubica Protección Civil, ha habido «besamanos», dice un policía, al nuevo jefe de inspectores.
Esa división preocupa al equipo de gobierno, que ha tomado medidas para tratar de que la transición sea tranquila. La Concejalía de Seguridad Ciudadana prohibió a De Luis que hiciese cambios de destino u organigrama. Pese a ello, el exjefe firmó varias órdenes de traslado que fueron revocadas con discreción por el Gobierno local. Instrucciones en el mismo sentido ha recibido López, para evitar «salirnos por el otro lado», explican fuentes del equipo de gobierno.
La polarización de la Policía Local, más de 270 funcionarios de los poco más de 700 del Ayuntamiento, es un problema. Después de 30 años, los mandos son en muchos casos amigos y colaboradores del anterior jefe, con menos predicamento por su temperamento entre los agentes. Pero a sus nuevos responsables les preocupa, y mucho, otro aspecto: el envejecimiento de la plantilla y la reducción de su número de efectivos.
Desde 2005 no entran nuevos agentes. La edad media se aproxima a los 45 años y, con las restricciones a la contratación pública (tasa de reemplazo), el Ayuntamiento ha amortizado en dos años una quincena de plazas, 13 de policía, y no ha repuesto ni una. El máximo, 273 agentes, mandos aparte, se alcanzó a finales de los 90. Hoy hay 40 menos para «una ciudad mucho más grande y un servicio con más competencias», dice un subinspector. Entre otras cosas, «somos casi los únicos que hacemos calle, desde la retirada de la Nacional de barrio». La reducción de la plantilla ha impedido desplegar patrullas a pie de la Local que las reemplacen. Se hacen algunas zonas y en algunas horas; «el resto se cubre en coche».
Sacar policías
Durante su mandato entre 2005 y 2009, José Manuel López intentó sacar agentes de tareas administrativas a la calle. «Cabreó a algunos atechados y tampoco éramos suficientes», insiste el mismo subinspector. Apostó por la modernización tecnológica, con PDAs para los agentes, pero fue relevado por Agustín de Luis antes de su implantación. El regreso del salmantino al mando frenó su implantación y no sin problemas hasta el año pasado. Era otra forma de reducir trámites para poder sacar más funcionarios a la calle.
También De Luis hablaba de poner más policías en patrulla. Pero para los sindicatos tan solo era una forma de usar el palo y la zanahoria. «Estaba destinado en oficinas cuando llegó a la jefatura, me llamó y me dijo: 'Es usted joven para estar sentado'. Coincidí con él, tenía razón, y acepté el destino en Trubia», señala un veterano con 30 años de servicio. «Dos semanas después otro, tan joven como yo, estaba de papeleo. Ahí perdió mi confianza».
Los sindicatos han denunciado en reiteradas ocasiones los privilegios con los que De Luis recompensa a algunos agentes y responsables. Entre otras cuestiones con servicios extraordinarios. En horas extra «repartidas de forma arbitraria», denuncian Sipla y UGT, se va más de medio millón de euros al año.
El equipo de gobierno tiene encima de la mesa una propuesta de los primeros para mejorar algo el sueldo de los agentes y, con un nuevo organigrama, ahorrarse el pago de horas extra y disponer de más funcionarios en los servicios operativos. También la nueva jefatura tiene planes para modernizar el servicio pero, de momento, la instrucción general es esperar a que se concluya la redacción de la nueva Relación de Puestos de Trabajo, que debería racionalizar complementos, definir servicios y ajustar la plantilla.
Normalizar
El personalismo de Agustín de Luis y la manga ancha que tuvo con Gabino de Lorenzo pusieron en evidencia que los procedimientos de contratación en la Policía Local no eran los que debían. Los juzgados no hallaron nada irregular, pero tras comprar 45 cascos en 2004 para los motoristas, cuando Jaime Reinares, transitorio concejal de Seguridad Ciudadana tras el cese de Javier Sopeña, abrió el almacén había solo uno. Con De Luis de nuevo en el mando, el equipo de gobierno vigiló lo que el PSOE calificó esta semana de «reino de taifa». Los procedimientos de contratación deberán normalizarse. Un concejal del equipo de gobierno opina que «hay dos áreas que 'machacan' concejales: Festejos y Seguridad Ciudadana». La imagen de Sopeña dando explicaciones sobre la compra de balas o el precio de las pistolas sin conocer a fondo el asunto acabó con su cese.
«Son 30 años, ¿a ver cuánta gente ha tenido el mismo jefe 30 años seguidos? Es lógico que halla de casi todo», explica un policía. También funcionarios oriundos de Mogarraz, -pueblo natal de De Luis, donde es hijo predilecto, trae a los pregoneros de las fiestas y una calle lleva su nombre-. Del mismo modo, el recién retirado jefe del servicio peleó por mejorar las instalaciones de la Policía Local con el edificio de Seguridad Ciudadana de Rubín y, cuando se acabó el dinero al amueblarlo, consiguió bajo cuerda y de forma irregular una galería de tiro. En cambio, en los últimos años sus ausencias han sido cada vez más frecuentes. «Eso hace que cuando volvía, ya le habían calentado la cabeza y sus reacciones sean más impetuosas».
A López se le supone lo contrario, más presencia, más trabajo metódico y más capacidad de organización. Tendrá difícil conseguir lo que más precisa: 50 agentes más. En el resto depende de su mano izquierda y del apoyo, por ahora claro, «pero no carta blanca», del equipo de gobierno. Más de la mitad de los funcionarios tendrá más de 50 años antes de 2018 y el equipo de gobierno sigue amortizando plazas. Hay, además, una cierta desproporción entre mandos y agentes: 233 'soldados rasos', por 46 oficiales y suboficiales.