JUDICIAL Declaraciones de los mossos imputados en el juzgado
Una agente acusada explica que Benítez 'gritaba como un salvaje' y que sintió 'miedo a morir'Los agentes declaran como rodearon las piernas del empresario con un cinturón y lo ataron a las esposas para inmovilizarlo
GERMÁN GONZÁLEZ Barcelona
Actualizado: 19/11/2013 10:45 horas
«El señor Benítez gritaba como un salvaje, como de rabia, y sintió miedo a morir y a que su vida en sus manos no tenía valor». De esta forma se transcribia la declaración realizada la pasada semana por una de las agentes de los Mossos d'Esquadra imputadas por la reducción y la muerte del empresario Juan Andrés Benítez en la calle Aurora del barrio del Raval de Barcelona.
Ante el Juzgado de Instrucción número 20 de Barcelona, la agente explica cómo el empresario «le apartó bruscamente el brazo» cuando impedía que se fuese a su casa tras la pelea con un vecino y que después «se giró, la miró, le sonrió» y la cogió del pelo. Además relata como interpuso sus brazos delante de la cara para que no le hiciera más daño y que notó cómo Benítez la mordía en su brazo izquierdo, tal como acreditó aportando fotografías en el juzgado y su camisa manchada con sangre de la víctima.
La agente también explicó cómo redujeron al empresario y que vio que «se daba cabezazos» contra el suelo y que «le llamó mucho la atención cuando la agredió porque lo encontró muy agitado y por los gritos de rabia». También destacó que en el suelo tenía la respiración «agitada». Además, reconoció que había iniciado un tratamiento con retrovirales ya que el empresario tenía VIH y ella entró en contacto con su sangre y con «líquido de él» que le cayó «en la boca», pero que «desconoce si fue sangre, sudor o saliva».
El resto de declaraciones de los mossos acusados destacan que la actuación para reducir al empresario fue correcta y que en ningún momento se extralimitaron. Los primeros agentes imputados que acuden a la calle Aurora relataron ante el juez que tuvieron que separar al empresario y al vecino con el que se estaba peleando y que tenía sangre en la cara. Además, explican que tuvieron que llamar a una ambulancia y que tras identificar a Benítez lo pararon porque se iba hacia su casa. Fue en eso momento cuando empezó el enfrentamiento entre el empresario con la mossa que acabó con la reducción de la víctima.
Un detenido "muy exaltado"
Todos coinciden en que Benítez estaba muy exaltado y que se movía mucho, por lo que tuvieron dificultades para reducirlo debido a su corpulencia y la fuerza que ejercía. Por eso, varios agentes detallan cómo tuvieron que darle diversos «golpes de distracción» para aflojarle «la musculatura» y permitir esta reducción. En este sentido, el agente que se ve en las imágenes cómo da cinco o seis golpes a Benítez explicó que intentó «sacar el brazo derecho» del empresario de debajo de su cuerpo.
Usaron el cinturón del detenido para inmovilizarle, ya que no llevaban bridas
Enntonces, el empresario le agarró con fuerza su camisa con el brazo derecho por lo que el policía dio estos puñetazos en esta extremidad para que lo soltase. El mosso negó que fuesen golpes en la cabeza y que fueron en el brazo, con el puño cerrado pero con la mano izquierda, su brazo más «débil» ya que es diestro. El agente también explicó que no pudo zafarse de Benítez hasta que un compañero interpuso su defensa cerrada entre los dos y consiguió soltarlo. Es entonces cuando los Mossos, tras mucho esfuerzo, consiguen poner las esposas a Benítez.
El agente detalló que en ese momento el empresario «se da golpes con la cabeza en el suelo» por lo que se lo intenta sostener. Varios agentes destacaron en su declaración que cuando Benítez estaba esposado continuaba agitado por lo que intentaron inmovilizarle las piernas. Para ello usaron su cinturón, ya que no tenían bridas, y que tras rodear sus extremidades inferiores lo pasaron por las esposas.
Dos mossos acusados destacaron que el charco de sangre que había en el suelo procedía de la cara del empresario y no de la cabeza y que la limpiaron por «salubridad». Uno de los agentes fue tras la detención a casa de Benítez y tras entrar, ya que la puerta estaba abierta, comprobó que no había ningún indicio que indicase que habían robado en el domicilio.
http://www.elmundo.es/cataluna/2013/11/18/528a83ce0ab74017228b457e.html
