La última estatua ecuestre de Franco no presidirá más la santanderina Plaza del Ayuntamiento. El Ayuntamiento de Santander ha quitado este jueves de su plaza principal la última estatua ecuestre de Francisco Franco que permanecía en un espacio público en Espa?a y cuya retirada ha causado expectación entre cientos de ciudadanos, que durante seis horas han contemplado los trabajos de desmontaje.
Con vítores a la democracia, aplausos y algún "viva Franco", esta estatua de bronce, de más de cinco toneladas de peso y doce metros de altura, incluido el pedestal, ha dejado de presidir la plaza del Ayuntamiento santanderino tras 44 a?os.
El desmontaje de esta escultura, la única con Franco a caballo que estaba en un espacio público en Espa?a una vez retiradas sus "gemelas" de Valencia y de los Nuevos Ministerios de Madrid, se ha desarrollado con normalidad durante toda la ma?ana.
En ese tiempo, cientos de ciudadanos han permanecido de pie, incluso bajo una persistente lluvia, contemplando cómo se realizaban las labores de retirada, que han sido complejas porque se ignoraba cómo eran los anclajes del bronce a la piedra del pedestal.
Numerosos curiosos, un gran despliegue de medios de comunicación y varios efectivos de la Policía Nacional soportaron la lluvia que azotaba la capital cántabra. Entre los asistentes, numerosos concejales socialistas y miembros de la Juventudes Socialistas de Cantabria han aprovechado para repartir pegatinas en las que se puede leer el eslogan "Santander, por fín, capital constitucional".
Sin (casi) incidentes
La espera de cinco horas ha transcurrido sin incidentes, excepto cuando un hombre accedió con una bandera de Falange al recinto vallado, al que sólo podían entrar los operarios de la obra, sin que nadie se lo impidiese. Ya en el recinto, el hombre logró subirse al pedestal, mientras los operarios trabajaban, desplegó allí su bandera de Falange e hizo un saludo con el brazo en alto.
La Policía Nacional consiguió que el hombre bajara de la estatua sin que se produjeran más altercados, excepto algunas discusiones entre los presentes, ya que unos consideraban que la efigie de Franco era historia y, por lo tanto, debía permanecer en la plaza y otros opinaban que nadie tiene porqué ver todos los días la imagen de un dictador.
"?Así disfrutan ustedes, con mamonadas como ésta!", aseguraba un hombre mayor defensor de que la estatua siguiera en su lugar, a lo que un joven, a favor de la retirada, le contestaba: "nunca respetaron a nadie y siguen igual".
Eran las 9.30 horas en punto, como había anunciado el Ayuntamiento, cuando cinco operarios subieron al pedestal de piedra sobre el que está la estatua para colocarle unos arneses, ya que ni la empresa encargada de la obra conocía cómo estaba anclada y si había peligro de que se cayera al quitar algo de piedra.
Pero no fue así. Esta estatua de bronce, esculpida por José Capuz, estaba anclada fuertemente a la piedra y llevó más de cuatro horas soltarla con martillos percutores y sopletes.
Los ciudadanos seguían en su sitio, algunos casi sin moverse, otros dándose unos minutos para tomar un café y entrar en calor -porque la lluvia sólo respetaba a ratos- y la mayoría aprovechando la espera para retratar el momento, en sus teléfonos móviles o en sus cámaras domésticas, como así hacían las decenas de medios de comunicación de toda Espa?a que se han acercado a Santander.
Vivas a la democracia
Tras cinco horas, sobre las 13.40, algunos ciudadanos han roto a aplaudir y a gritar "vivas" a la democracia al ver cómo la grúa que iba a levantar por los arneses la estatua comenzaba a moverse y la imagen de Franco sobre su caballo se separaba del pedestal en el que ha estado desde 1964.
La grúa-camión mantuvo en el aire el monumento durante casi una hora, a la altura del suelo, para que los trabajadores pudieran retirar de las patas del caballo la piedra que aún conservaban.
Así también se permitía que la estatua pudiera asentarse con seguridad en el camión que la ha transportado, bajo un plástico, a un almacén del Ayuntamiento de Santander, donde va a permanecer hasta que se construya el Museo de Historia de Cantabria, la próxima "parada" de esta escultura.
Los dirigentes políticos que se han expresado hoy sobre el que casi todos califican de "momento histórico" han coincidido en destacar la normalidad con la que se ha retirado esta estatua, que sólo se quitó de esta plaza en los a?os ochenta para reformarla.
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Franco y su caballo, fuera de Santander
Y una nueva reforma de este emplazamiento es la que ha llevado a todos los partidos de Santander (PP, PRC y PSOE) a ponerse de acuerdo para retirar la estatua de Franco, que deja a la que hay en Melilla como la única imagen del dictador que permanece en un espacio público espa?ol.
Respaldo consistorial
Este traslado fue un acuerdo unánime del Pleno de la Corporación del Consistorio de Santander adoptado en noviembre de 2004. Se aprobó entonces aprovechar las obras de reforma de la plaza del Ayuntamiento y del aparcamiento subterráneo que se ubica bajo la misma para proceder al traslado de la estatua al Museo de Cantabria .
A principios de mes, el alcalde, Í?igo de la Serna (PP), anunció su retirada con motivo del inicio de las obras de remodelación de la plaza consistorial, que comienzan con el vallado de la zona oeste de la plaza -donde se ubica la estatua- porque es el lugar "donde menos se molesta".
Pero las obras de remodelación de la Plaza del Ayuntamiento de Santander no sólo llevarán a la retirada de la última estatua ecuestre de Franco, ya que junto a ella se quitará de este espacio público uno de los símbolos republicanos que conserva la ciudad: un escudo de Espa?a con la corona almenada.
Este escudo republicano y el monumento del dictador han estado durante estos a?os a menos de dos metros de distancia, una vecindad que terminará en diciembre, cuando se retiren.
Desde 1964
Esta efigie del dictador fue instalada en 1964 en la Plaza del Ayuntamiento (antes "plaza del Generalísimo") de la capital de Cantabria y es la gemela de la que fue retirada de los Nuevos Ministerios de Madrid en 2003, así como de otra en Valencia.
Su destino es en principio incierto, ya que se está buscando un lugar para ubicarla una vez que se retire de la plaza "en diciembre", aunque su sitio final es el futuro Museo de Historia de Cantabria. Este Museo cuenta con un proyecto, dise?ado en 2002 por los arquitectos Emilio Tu?ón y Luis Moreno Mansilla, y un espacio, en el área conocida como Las Llamas, aunque el Gobierno de Cantabria, promotor de la actuación, aún no ha puesto en marcha la obra.
Se cumple así con los mandatos que contiene la Ley de Memoria Histórica sobre la presencia de los símbolos de franquismo en espacios públicos.
Melilla también
La Ciudad Autónoma de Melilla también tiene previsto retirar la estatua de Franco que permanece todavía a la entrada del puerto, aunque todavía no hay una fecha prevista para ello.
La intención de retirar la figura fue anunciada hace unos meses por el Gobierno autonómico en cumplimiento de lo establecido por la Ley de Memoria Histórica.
Tras la retirada de la estatua ecuestre del dictador en Santander, situada en una plaza de la capital cántabra, Melilla se ha convertido en la única ciudad espa?ola que conserva un monumento de Franco en la vía pública.
No obstante, la retirada se llevará a cabo "en breve", según ha confirmado a los periodistas el vicepresidente primero del Gobierno melillense, Miguel Marín, aprovechando unas obras que se van a realizar en el lienzo de las murallas donde se encuentra ubicada la figura.