Nissan se va de Barcelona y deja en el aire 23.000 puestos de trabajo
La compañía comunica al Gobierno y a los trabajadores el cierre de la planta de Zona Franca para diciembre
Antonio Martos Villar
ANTONIO MARTOS VILLAR
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Madrid 28 MAY 2020 - 11:26 CEST
Nissan cierra sus plantas de Zona Franca, Montcada i Reixac y Sant Andreu de la Barca (Barcelona) y queda en el aire el futuro de más de 23.000 personas entre empleos directos e indirectos. El fabricante nipón ha comunicado este jueves al Gobierno y a los trabajadores su decisión de desmantelar las factorías para diciembre.
Tras varios días de especulaciones, los peores presagios para la factoría catalana se han confirmado un día después de que la alianza Renault-Nissan-Mitsubishi presentara su nuevo plan estratégico a través del cual Nissan dejará atrás Europa para centrarse en China, Japón y Norteamérica.
"Es una decisión muy difícil, pero tenemos intención de cerrarla y comenzaremos las discusiones para aplicar esta medida", ha señalado el consejero delegado de Nissan, Makoto Uchida, en una videoconferencia de prensa desde la sede de la empresa en Yokohama, al sur de Tokio.
El fabricante japonés ha presentado este jueves su plan estratégico para los próximos tres años y ha asegurado que cerrará Barcelona mientras mantendrá abierta la de Sunderland (Reino Unido). Además, echará el cierre en su planta de Indonesia para convertir la de Tailanda en el principal centro para el sudeste asiático, y optimizará la fabricación en sus centros de Norteamérica.
El ministerio de Industria, Comercio y Turismo ha defendido en un comunicado que la continuidad de la planta es posible y ha advertido a Nissan de que el cierre de la factoría catalana le costará más de 1.000 millones de euros, frente a los 300 que contempla el plan de inversiones propuesto por el Ejecutivo en conjunto con la Generalitat, el Ayuntamiento de Barcelona y el Consorcio Zona Franca.
"La planta de Barcelona tiene carácter estratégico, ya que abandonar la Ciudad Condal y España es abandonar la Unión Europea, con el consiguiente coste reputacional en un mercado de más de 500 millones de habitantes", añade la nota.
Ahora se inicia un periodo de negociaciones en el que se establecerán los plazos y las condiciones del cierre. El Ejecutivo convocará en los próximos días a Generalitat, Ayuntamiento de Barcelona, Consorcio Zona Franca y centrales sindicales para analizar conjuntamente la situación y estudiar diferentes escenarios de futuro.
"El cierre no le va a salir más barato a Nissan. Cerrar en Barcelona le va a costar más de 1.000 millones de euros. Además, no se va a encontrar una actitud fácil ni pacífica de las Administraciones ante el cierre. Decida lo que decida, vamos a trabajar en la línea constructiva de inversiones. Económicamente no tendría sentido, es más barato invertir que marcharse”, avisó este lunes el secretario general de Industria y de la Pyme, Raül Blanco.
Además, el grupo nipón ha elegido a Frank Torres para pilotar el cierre, en sustitución de Genís Alonso. El propio Torres ha explicado en rueda de prensa posterior a la de Uchida que se abre un periodo de consultas con los trabajadores para llevar a cabo el cierre de las plantas catalanas, que emplean a unas 3.000 personas de forma directa, a partir de diciembre de este año. También quedan sujetos a la negociación los centros de I+d, recambios, distribución y compras, pero quedan excluidos los de Ávila y Cantabria, con unos 1.000 trabajadores y que continuarán bajo el paraguas de Nissan.
"También quedarán fuera [del recorte] las áreas de marketing y ventas. Los modelos NV200 y Navara se continuarán comercializando y una vez finalizado el plan de consultas se informará detalladamente de los plantes de estos modelos", ha apuntado.
De su lado, el presidente de Nissan Europe, Gianluca de Ficchy, ha asegurado que la adjudicación de un nuevo modelo no salvaría a la planta de Zona Franca. "Ya operaba en los últimos meses a solo un 20% y estaba previsto que su capacidad se redujera aún más", ha destacado.
Ficchy ha subrayado que no hay viabilidad para la factoría pese a las ayudas planteadas por las Administraciones. "Es una situación francamente difícil y una noticia muy triste. La hemos analizado en numerosas ocasiones y hemos llegado a esta conclusión", ha añadido.
El directivo, que no ha cifrado el coste del cierre y se ha comprometido "firmemente" a buscar la mejor solución con todas las partes implicadas, ha indicado que el Covi-19 ha ejercido una presión extra sobre el negocio de Nissan desde el punto de vista financiero. "Tenemos sobrecapacidad de producción tanto en Europa como en el mundo entero, por eso en el plan a medio plazo se ha decidido reducir y recortar la capacidad productiva en las distintas actividades que tenemos
5.700 millones de euros de pérdidas
El cierre de la fábrica se enmarca dentro del plan de reestructuración que el fabricante nipón desarrollará durante los próximos tres años para volver a la competitividad. Planea despedir a 20.000 personas (el 15% de su plantilla) en todo el mundo y ahorrar 300.000 millones de yenes (unos 2.530 millones de euros) ante la caída de las ventas provocada por el Covid-19 y tras años de bajadas en el beneficio y baja rentabilidad. Asimismo, reducirá un 20% el número de modelos de su gama de producto, pasando de 69 a 55.
También acometerá una reducción de su capacidad de producción del 20% hasta el año fiscal que finaliza en marzo de 2023, hasta alcanzar un volumen de unos 5,4 millones de vehículos al año, según ha anunciado este jueves desde Japón. Actualmente, ensambla alrededor de siete millones de vehículos por año, con 55.000 unidades el año pasado en España, lo que supone el 10% de su fabricación europea.
La compañía también ha dado cuenta de sus resultados correspondientes al ejercicio fiscal 2019/2020 (de abril de 2019 a marzo de 2020). Registró sus primeras pérdidas en once años con unos números rojos de 671.200 millones de yenes (5.688 millones de euros), en comparación con las ganancias de 319.100 millones de yenes (2.704 millones de euros) del ejercicio precedente. A finales de abril, Nissan anticipó unas pérdidas de 95.000 millones de yenes (800 millones de euros).
Pese a dicho resultado, la multinacional ha afirmado que cuenta con una posición de liquidez "suficiente" para superar la situación que atraviesa la automoción. Como consecuencia de la crisis del coronavirus, la firma se ha visto obligada a cerrar financiación adicional por 712.600 millones de yenes (6.038 millones de euros).
El año pasado facturó 9,87 billones de yenes (83.720 millones de euros), un 14,6% menos, tras vender 4,93 millones de coches, un 10,6% menos. De cara al año fiscal que finaliza en marzo de 2021, la compañía anticipa una caída de las ventas mundiales de vehículos de hasta el 20% por el Covid-19. Nissan está evaluando el impacto de la pandemia sobre sus operaciones y presentará sus previsiones definitivas cuando pueda hacer un cálculo razonable.
La planta de Zona Franca, la única de Nissan en la UE tras la salida de Reino Unido, trabaja desde hace tiempo muy por debajo de su capacidad y la crisis del coronavirus le ha dado la estocada final. A partir de mayo, estaba previsto que dejara de fabricar el pick up Clase X de Mercedes-Benz y el año pasado ya sufrió 600 despidos. La empresa prometió una inversión de 70 millones de euros en una nueva nave de pintura que no ha llegado.
El centro reanudó la actividad el 4 de mayo tras siete semanas de parón por el coronavirus para atender los pedidos que tenía comprometidos con Daimler, pero tan solo dos días después detuvo la producción por la falta de piezas como consecuencia de la huelga indefinida iniciada por los trabajadores en Montcada i Reixac.
Nissan dejó de producir los modelos Pulsar y NV200 de pasajeros (Evalia) en su planta de Barcelona a partir de mediados de 2018 y el año pasado perdió la versión diésel de la furgoneta NV200. Tras quedarse sin el Clase X (a partir de mayo), le quedan el Nissan Navara y el Renault Alaskan, más la variante eléctrica de la NV200. Zona Franca será la segunda planta de coches que cierra en España tras la de de Santana en Linares (Jaén) en 2011.
Nissan dejará atrás Europa
Este mismo miércoles la alianza Renault-Nissan-Mitsubishi ha presentado su programa conjunto a medio plazo para afrontar la crisis del sector de la automoción derivada de la pandemia de coronavirus. Bajo su nuevo esquema, Nissan liderará en China, Norteamérica y Japón; Renault, en Europa, Rusia, Sudamérica y África del Norte, y Mitsubishi, en la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (Asean) y Oceanía.
Además, con su nuevo modelo cooperativo de negocio "líder-seguidor", la alianza franconipona busca potenciar la competitividad y la rentabilidad de las tres empresas, gracias a una reducción de las inversiones de hasta un 40% por modelo y que los beneficios se sumen a las sinergias que ya tienen hoy.
Unos 1.000 trabajadores se han concentrado pasadas las 9.45 horas alrededor de la planta. El grupo de empleados ha salido de un aparcamiento de la factoría ubicado en la calle Cuatro, cortada junto la calle E y la rotonda que las une. Algunos empleados han quemado neumáticos a la entrada de la instalación y la mayoría de ellos lleva mascarilla.
El sector reclama un plan de ayudas
España no ha puesto aún en marcha ningún tipo de plan de ayudas al automóvil para hacer frente a la incertidumbre generada en el sector por la pandemia. Las patronales Anfac (fabricantes), Faconauto (concesionarios), Ganvam (distribución) y Sernauto (proveedores) presentaron al Ejecutivo a finales de abril un plan de impulso a la demanda con una dotación de 400 millones de euros y, aunque desde Industria reconocen la urgencia de ayudar al sector -10% del PIB y 9% del empleo-, aún no hay noticias.
El Gobierno ha asegurado que pondrá en marcha medidas de estímulo a corto y medio plazo, aunque sin detallar ni cuándo ni cómo. En marzo del año pasado, Maroto presentó el Plan Estratégico de Apoyo Integral al Sector de Automoción, con 2.634 millones de euros entre 2019 y 2025 y basado en cinco ejes: constitución de una Mesa de Movilidad Sostenible, revisión de la fiscalidad, impulso de las inversiones, apoyo a una mayor penetración de vehículos de cero y bajas emisiones y refuerzo de la formación profesional dual y de la vinculación de la empresa con la universidad.
La titular de Industria afirmó este miércoles en el Congreso de los Diputados que el Gobierno ha financiado con 3.181 millones de euros de las líneas de avales del ICO a las empresas del sector del automóvil en el marco de la pandemia. Además, ha indicado que unos 40.000 empleados del motor se han acogido a Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE).
Por su parte, Francia ha prometido más de 8.000 millones de euros para impulsar a la industria de la automoción. El Ejecutivo galo reclama “compromisos” por parte de los fabricantes en tres direcciones: el vehículo eléctrico, el respeto de las compañías auxiliares y la localización en Francia de sus actividades tecnológicas más avanzadas.