Los policías locales envejecen y los ayuntamientos no quieren solucionarlo06/12/2014 (05:00)
Los policías locales se hacen mayores. Hace 40 años entraron casi al mismo tiempo miles de funcionarios en las distintas plantillas distribuidas por todos los pueblos y ciudades de España, lo que provoca que ahora gran parte de ellos se encuentren al borde de la jubilación. El paso a segunda actividad era hasta el momento una manera de colocar a estos agentes, que no están para patrullar las calles, en puestos de oficina, donde pueden aportar su experiencia sin poner en riesgo su integridad ni la de sus compañeros. Sin embargo, ahora incluso esas plazas burocráticas están saturadas.
A este cuello de botella se une el hecho de que desde que comenzó la crisis se ha producido una paralización del oferta pública de empleo en la práctica totalidad de los consistorios del país, lo que ha impedido que entren jóvenes que renueven las plantillas y se encarguen de esas labores más operativas. La situación, por lo tanto, fuerza a que muchos policías mayores sigan patrullando y llevando a cabo tareas más propias de personal físicamente más preparado.
Así lo entiende Manuela Oliva, agente de la Policía de Arganda (Madrid) y responsable de Administraciones Locales de CCOO, una de las organizaciones impulsoras de la denominada Plataforma de Policías Locales y Autonómicos por el Anticipo de la Edad de Jubilación, iniciativa respaldada por la mayoría de sindicatos y que trata de que consistorios, comunidades autónomas y Gobierno central se conciencien del problema y fomenten un cambio de legislación que permita renovar las plantillas.
'Dejar las cosas como están, explica Oliva, “supone un riesgo”, ya que los agentes mayores no pueden hacer igual determinados servicios. “No tienen los mismos reflejos ni la forma física”, añade la portavoz de CCOO, que recuerda la muerte por un disparo hace cuatro años de una mujer de la Policía Municipal de Madrid que contaba 62 años. “Es un problema muy serio; no puedes pagar a cien policías y que solo trabajen 40, porque el resto no puede montar en moto, hacer las noches u otras tareas”, continúa la agente de Arganda. “Tenemos plantillas en las que más de la mitad de los policías ya no está en condiciones de salir a la calle”, añade Oliva, quien asegura que actualmente hay funcionarios “muy mayores” patrullando.
La solución que promueven desde la mencionada plataforma es que el Gobierno apruebe una ley que rebaje la edad de jubilación. Lo ideal sería que los agentes se retiraran a los 59 o 60 años, subraya Oliva, como ocurre en los Bomberos o la Ertzaintza, cuerpos en los que se están fijando los policías locales como referencia. El Ejecutivo está por la labor y muchos ayuntamientos y comunidades autónomas respaldan la idea. Sin embargo, para calcular los fondos necesarios y aplicar las medidas adecuadas, es necesario que la Secretaría de Estado de la Seguridad Social recopile los datos oficiales de los distintos consistorios. Y aquí es donde se ha encasquillado el proyecto.
Policía Local de San Sebastián de los Reyes, en 2013. (Efe)
Cuatro meses después de que la Secretaría de Estado pidiera a los más de 1.500 ayuntamientos que cuentan con cuerpo de Policía Local datos oficiales sobre sus funcionarios (fecha de nacimiento y de ingreso, si están o no en activo...), tan solo 350 han contestado al requerimiento, que incluso tuvo un recordatorio el pasado septiembre. “Es penoso, porque además deberían ser los ayuntamientos los más interesados en solucionar este problema, ya que son sus plantillas las que están envejeciendo”, reflexiona un policía municipal de Madrid. Los datos de los consistorios ayudarían a realizar un diagnóstico que permita al Gobierno a dibujar un panorama real de la situación y concluir si es viable o no la propuesta de adelantar la edad de jubilación.
El coste, además, según explican desde la plataforma, lo asumirían las comunidades autónomas y los ayuntamientos -no el Gobierno central-, aunque a largo plazo también para ellos supondría un ahorro, ya que los agentes mayores acumulan muchos trienios y se dan de baja más que los jóvenes, lo que representa un enorme coste para las arcas públicas municipales. Este ahorro, según la portavoz de CCOO, facilitaría que los ayuntamientos dispongan de presupuesto para crear plazas que sean ocupadas por jóvenes.