La Policía Local de Mérida abate a tiros a una jabalina en pleno casco urbano
El animal, que pesaba más de 100 kilos, se paseó por Montealto, San Lázaro y La Antigua, y se dirigía al centro de la ciudad cuando empezó a embestir al coche policial que lo seguía
CELIA HERRERA
Los curiosos se llevaron una fotografía como recuerdo de la jabalina.|BRÍGIDO
<< 12 >> ?Una buena caldereta?. Eso es lo que planeaban ayer hacer algunos trabajadores de Fomento, empresa concesionaria del servicio de Limpieza en Mérida, con la jabalina de más de 100 kilos que habían recogido de madrugada en los alrededores de la rotonda Las Tres Fuentes, en pleno casco urbano de la capital extreme?a.
?Es una buena cochina. Las hay más grandes, pero de éstas se cazan pocas?, comentaba con tono de experto Vicente Castillo, trabajador de Fomento, y veterano cazador, mientras cogía la pata del animal para calibrar su peso.
El paseo de la jabalina por Mérida le había sorprendido cuando trabajaba en el turno de noche, pero cuando escuchó el suceso por la emisora del camión no se lo creía, reconoció.
?Como saben que me gusta mucho la caza, el encargado me decía de broma por el transmisor que me fuera a por la escopeta, pero a mí todo me parecía muy raro, así que les dije que se dejaran de historias?, recordó.
Viva no era lo mismo
La jabalina, muerta, y todavía sangrando, apenas hacía bulto ayer en el suelo del amplio patio de entrada de las instalaciones de Fomento en el polígono El Prado.
Sin embargo cuando, rebosante aún de vida, amenazaba a los dos agentes de la Policía Local que lo abatieron a tiros, resultaba mucho más imponente.
?Ese bicho, de pie, y enfrente, inspiraba mucho respeto?. Así lo recordaba ayer por la ma?ana Jesús Sánchez, uno de los policías locales que se vio obligado a dispararle varias veces con su revólver reglamentario.
Sus balas, del calibre 38, apenas da?aban aparentemente el corpulento cuerpo del animal, que se revolvía y se dirigía con malas intenciones hacia los dos agentes que intentaban detener su paseo nocturno por las barriadas de Mérida.
Más de seis disparos
Por eso tuvieron que dispararle más de seis veces entre los dos policías, y cuando ya estaba en el suelo, hubo aún que rematarle con un balazo más en la cabeza porque hacía movimientos de querer levantarse.
?Es el primer jabalí que he matado en mi vida?, comentaba aún impresionado el agente Jesús Sánchez, que tampoco había ido nunca de caza.
A pesar de su inexperiencia, sabía que debía tener cuidado , y así se lo recomendaban encarecidamente por la emisora del coche policial algunos agentes que sí eran cazadores.
?Me decían que podía ser peligroso, pero eso ya se veía porque el animal nos quería embestir, se mostraba muy agresivo, y hasta se puso a embestir la pared cuando se vio acorralado?, explicó.
Hasta entonces, la noche de patrulla por Mérida estaba resultando de lo más tranquila. A las 2.40 horas de la madrugada recibieron el sorprendente aviso de que un jabalí estaba de turismo por la ciudad.
La voz de alarma la dio un vecino de Valverde de Mérida, que se tropezó con él en la barriada de Montealto cuando circulaba en su vehículo por la rotonda de Montealto.
Corriendo por la ciudad
El coche de José P. C. resultó con peque?os da?os en la parte frontolateral izquierda, pero la jabalina continuó su camino como si nada, y a todo trote. Con el objetivo de evitar que el animal hiriera a algún vecino, la Policía Local fue a buscarlo y lo divisó atravesando a la carrera la barriada de San Lázaro.
Le persiguieron con el vehículo policial durante unos cinco minutos. La jabalina corría a gran velocidad, y de vez en cuando se giraba amenazante hasta que se detuvo cerca de Automóviles Gómez, ya en La Antigua.
El animal quiso embestir el coche policial, y se enfrentó a los agentes. A estos no les quedó más remedio que dispararle antes de que les embistiera o que se perdiera por las calles de La Antigua. Tras la aventura de la noche, los dos policías descansaban ayer por la ma?ana. Algunos de sus compa?eros comentaban la historia y jaleaban el chiste de que había que someterles al rito de sangre iniciático reservado para los cazadores que abaten a su primera presa importante.
Jesús Sánchez opinaba que la jabalina debería haber sido entregada a la Asociación de Policías Locales de Mérida para hacer una buena caldereta. ?Habríamos invitado a los trabajadores de Fomento, por supuesto?, bromeó.