El ‘besamanos’ trimestral en la policía municipal9 mayo, 2014 14:04
Querido Serpico, estoy aquí de nuevo, soy The Shadow, dándole a la tecla que ya se me convierte en costumbre eso de visitarte y mandarte opiniones y/o reflexiones, según se mire, sobre esta Galaxia Profunda en la que, por desgracia, han convertido a este Cuerpo de Policía Municipal Madrileño por el que tant@s hemos dado tanto, sin pretender esperar gran cosa a cambio, salvo, quizás, un poco de respeto y el reconocimiento de nuestro esfuerzo y nuestra dedicación, y que sin embargo, lo único que se ha conseguido, al menos en los últimos años, es todo lo contrario.
Así las cosas, y ahora que parece que entre unas cosas y otras se ha destapado la caja de Pandora y la gente empieza a perder el miedo, muy lentamente, eso sí, y con precaución, pues en según qué unidades la gente no se fía ni de su vecino de taquilla, no sea que esté al servicio de….
Y aunque pueda parecer extraño, sucede, sucede que en un Cuerpo de Policía, donde se supone que todos los que pertenecemos a él nos vestimos por los pies, vamos armados y algunos (cada vez menos, la verdad) salimos a la calle y podemos correr cualquier tipo de riesgos, desde sufrir un accidente a una agresión, pasando por tener que intervenir en un atraco, un atentado o, simplemente, auxiliar a un ancianito a cruzar la calle, tenemos miedo de nuestros propios compañeros (No digamos de nuestros “Jefes”), y miramos por encima del hombro porque no sabemos quién puede escuchar nuestras palabras….
Y esto lo venimos padeciendo desde hace ya unos cuantos añitos, coincidiendo, más o menos, con el “desembarco” en nuestra cada vez más perdida “galaxia”, de todo un equipo de cargos y carguitos, enchufados y enchufadetes, jefes y jefecitos, ajenos todos ellos al Cuerpo y a la propia labor policial, pero que se han ido haciendo con el control (mejor descontrol) del Cuerpo.
Pero para ser sinceros, el “temor”, en esta ocasión, no proviene de esta llamada “Área de Gestión” que pese a lo rimbombante del nombrecito, gestionar, lo que se dice gestionar….gestiona poco, pero incordiar…..de eso deben tener un Master.
El” temor”, como iba diciendo, proviene de un sector de la “Escala de Mando”, más empeñada en sus intereses particulares y partidistas, encaminados básicamente a mantener sus respectivas poltronas, generalmente mal adquiridas y peor mantenidas, que en asumir sus propias responsabilidades.
Este sector copó en su día, gracias a nombramientos irregulares y “ascensos meteoriticos”, todos ellos siguiendo la ya habitual táctica “fingueril”, la Cúpula del Cuerpo, y a partir de ese momento, la lucha se centró en conservar lo conseguido, sabiendo que no se lo habían merecido ni ganado, a cualquier precio.
Es triste, pero es real como la vida misma, y aunque entre ellos mismos no reine precisamente la armonía, cierran filas férreamente a la hora de defender sus intereses, con un corporativismo realmente digno de estudio.
Y para eso usan la zanahoria, el palo, asuntos internos, furgonetas espía que se descubrieron en su día sin que nadie diese la más mínima explicación, ni sobre su existencia ni sobre los cometidos que tenían asignadas, grupos especiales de investigación, al parecer dependiente de la unidad de Asuntos Internos, ese Asuntos Internos que aún no ha abierto el correspondiente expediente al Sr. Inspector Jefe pese a encontrarse imputado en el caso de Madrid Arena.
Pero también, y como no podía ser de otra forma, (podrán ser unos impresentables, unos oportunistas o lo que queramos llamarles, pero alguno, o la mayoría de ellos seguro que no son tontos) utilizan la “compra de voluntades”.
Lo hemos mencionado más de una vez, se compran voluntades con ascensos “fingueriles”, algunos incluso anulados por sentencias judiciales, a Subinspectores e Inspectores.
Se compran voluntades como cuando un buen número de suboficiales fueron ascendidos en su día a “oficiales habilitados”, alegando necesidades del servicio, claro está, y alguno de los cuales ni siquiera reunían las condiciones legalmente establecidas para acceder al grupo “A” de la administración, y que, por supuesto, cuando cesaron las circunstancias que generaron (supuestamente) su nombramiento….permanecieron en sus destinos.
Se compran voluntades nombrando, qué duda cabe que por el utilísimo procedimiento “fingueril”, (el mero hecho de dudarlo ofende), a los “Mandos adjuntos”….. Procedentes, qué duda cabe, de la Galaxia Profunda esa, porque ni en el Reglamento del Cuerpo ni en la Ley de Coordinación existe dicha “figurita”.
Se compran voluntades con el tema de las “guardias”, la de Inspector de semana, la de Subinspector de finde, la del oficial de guardia, la del Mando adjunto de guardia, la del suboficial de guardia…..(dejemos abierto el chollo, que seguro que aun caben más….).
Pero aún hay más, y es aquí donde quería yo parar, aunque reconozco que me ha costado, y es que la verdad sea dicha, se me hacía difícil abordar el tema que traigo a colación, y que llaman “El besamanos” y he de reconocer que el nombre no es mío, ni mucho menos, lo llaman así entre los propios mandos del Cuerpo, nuestros Jefes, naturalmente, cuando están a solas o lejos del “Poder establecido”, o piensan que nadie los oye.
“El Besamanos”
Eso del “Besamanos”, en realidad no es más que otro sistema más de “comprar voluntades” pero a la vez “tratamos de vender buena imagen”, que tampoco viene mal, tal y como está el patio, vamos que la cosa va de puro paternalismo trasnochado, con el que tratan de efectuar un acercamiento más que descarado, tratando de dar una imagen cercana, comprensiva y ….. Cariñosa.
Reconozco que tenía yo una curiosidad malsana en el tema, y de hecho, me quedé con las ganas de asistir al último de ellos, pues en mi unidad, pese a ser muchos los que tuvieron que asistir a él, yo no figuraba entre los elegidos (será por mi mala cabeza, digo yo), pero alguno de los “afortunados” eso sí, procuraron por todos los medios (bajas médicas incluidas) no asistir, cosa esta que a mí me llamaba la atención al principio.
Pero entre las informaciones previas, lo que se va preguntando por esos mundos de Dios, lo que relataron los “compis” al regreso del “numerito” y el refuerzo de algún que otro retazo que grabaron los asistentes con sus móviles….al fin pude compartir la vergüenza ajena con el resto de los componentes que asistieron, y también con los que no.
Básicamente, el hecho consiste en una entrega de “distinciones por el trabajo realizado”, lo cual, en un Cuerpo Jerarquizado, armado y dedicado al Servicio Público, como es el nuestro, al menos a priori no parece nada descabellado, la palmadita en la espalda nunca viene mal, sobre todo cuando nuestra labor, en la calle, no siempre está bien vista.
Es más, yo diría que es más que conveniente, y resulta necesario además, pues viene a ser el reconocimiento a una labor bien hecha, al duro trabajo de la calle, casi nunca comprendido por los ciudadanos, y lógicamente, cualquier reconocimiento levanta la moral del personal y ayuda a mejorar la imagen ante propios y extraños.
Y como no podía ser de otra forma, lo tenemos perfectamente regulado y establecido, se recoge en nuestro Reglamento y, como no podía ser menos, según su importancia, tiene sus ventajas a la hora de obtener una valoración. (Ascensos, cambio de destino, solicitudes varias….)
Cuando alguno de nosotr@s realiza actos heroicos o de especial relevancia, hechos que enaltezcan muerta imagen como Cuerpo (lo de imputarle a uno por el Madrid Arena o incluirlo en una pieza separada por falsedad documental, no vale, eso en cualquier País “no bananero” supone una verdadera vergüenza, entre otras cosas), o para premiar toda una carrera profesional sin tacha, (Bueno, también se premian en ocasiones los peloteos varios, pero es que nadie es perfecto….).
Pues te pueden felicitar en la Orden General del Cuerpo, que se publica a diario y se lee en el pase de lista de todas las unidades (el reconocimiento así es público y notorio, y es un documento oficial que computa como mérito), o te ponen una medallita en los actos de nuestro patrón, San Juan.
Hasta aquí lo oficial, lo reglamentariamente estipulado, que además, conlleva el derecho de poder presentarlo como un mérito a la hora de presentarte para una oposición de ascenso, realizar determinados cursos, pedir destinos, etc.
Todo perfectamente trasparente, reglado, claro, reglamentado y aceptado por todos.
Pero….. y yo siempre con ese “pero….” Eso no era suficiente, la Orden General del Cuerpo no deja de ser un papel, y además cuando se felicita a alguien en ella se hace con el consentimiento del Sr. Coordinador o el Sr. Delegado, y en el acto solemne de San Juan preside el mismo el Sr. Alcalde….así que…..
“Más de los mismo y…..sigamos comprando voluntades, que es barato”
Y dicho y hecho, ni corto ni perezoso el Sr. Inspector Jefe se nos saca de la manga, o de salve sea que sitio, un….reconocimiento trimestral, que se celebra, eso sí, a puerta cerrada y en el que a los elegidos, se les entrega un papelito, tipo certificado rimbombante o “hago constar”, en el que se les reconoce sus meritorias acciones…..y ya tenemos a la peña contenta…..si es que en el fondo somos como niños….
Y qué valor tiene a la hora de la verdad?, pues ninguno, ya que no está regulado ni contemplado en ninguna parte, y los poseedores del mismo lo guardaran con mucho cuidadito y mimo y punto final, pues su utilidad práctica es más bien inexistente, (además el papel, reciclado, es de una aspereza que lo hace desaconsejable para según qué actividades higiénicas…).
Pero la mente calenturienta de determinados “engalonados de altos vuelos”, no deja de buscar la manera de “ganar méritos” ante sus subordinados y esta es una de sus muchas ocurrencias (y seguro que no es ni la última ni la más esperpéntica).
Y en definitiva, y ya para centrarnos, en que consiste el “numerito”?
Pues es un acto trimestral, como ya se había dicho, en el que los mandos de las distintas unidades del Cuerpo proponen a aquellos componentes que consideran dignos de un reconocimiento por su comportamiento en su trabajo diario, y a continuación, y tras ser aprobado en las “divinas alturas”, se les cita para el “numerito”.
El acto se celebra en el salón de actos de la calle Albarracín, y a él asisten toda la cúpula, con derroche “galonero”, y los “elegidos del trimestre”.
Inspectores, subinspectores, oficiales, mandos adjuntos y demás, se sientan en las primeras filas, ordenada y obedientemente (alguno con cara de guasa, otros con cara de circunstancias, otros con cara de palo, y alguno también sonriente y horgullos@).
Detrás, y por riguroso orden de llamada, se van colocando a “los gloriosamente elegidos del trimestre” y una vez dispuesto el “circo”, hace su triunfal entrada el Inspector Jefe, momento en que alguien con tonante voz berrea eso de “en pie” con puro estilo castrense, y la peña, como no, obedece.
No seré yo quien critique las formalidades, y menos en un cuerpo Jerarquizado como el nuestro, antes al contrario, las considero convenientes y necesarias, pero cuando se roza lo esperpéntico, pues me molesta, como a cualquiera, y al final acaba uno sintiendo vergüenza agena.
Una vez cubierta esta fase, y tras los saludos de rigor por parte de la presidencia, una oficial que no supieron decirme el nombre, aunque por lo visto debe ser de las de nuevo ascenso, con nula experiencia de calle, pero……toma la dirección del acto y con tonante voz, gesto altivo y fiera mirada, va desglosando “las virtudes de los elegidos” bien de manera individual o por grupos, según como fuese la intervención motivo del “agasajo”.
Y el/la o los/las elegidos para ese momento de gloria, se levantan y se acercan a la mesa de la presidencia, donde flanqueando al Inspector Jefe, se colocan el mando de la unidad del “agraciado” a un lado y el correspondiente subinspector a otro, el Inspector Jefe entrega el “papelito”, da la mano con más o menos afecto, según los casos, e incluso dedica alguna frasecita de “animo”, y de vuelta a su silla, a esperar el final del acto.
Después unas palabritas de felicitación para tod@s y a hacerse una foto de recuerdo en la calle, por cierto, foto esta que debe reposar el sueño de los justos en algún archivo perdido, porque que yo sepa, nadie la recibe.
Pero las cosas “curiosas” no acaban aquí, como de costumbre, hay alguno que otro…”pero”.
Por ejemplo, ninguno de los Inspectores, asistentes también al acto, toma parte de la “movida”, permaneciendo todos ellos sentaditos en sus puestos. (Igual es para que no les quiten la poltrona si se levantan, digo yo), y dejan que acompañen al Inspector Jefe los mandos de unidad y los subinspectores.
También podría ser porque no quieren hacer el ridi? (Ejercicio de dignidad de última hora?).
O será porque no se les considera dignos de tanto honor?, hoy en día uno nunca sabe, podría ser por cualquier cosa.
Y siguiendo con eso del protocolo, también se aprecian algunos detalles dignos de “estudio”, y es que cuando se entregan diplomas, condecoraciones y demás “premios”, y se hace a un individuo solo, parece lógico que la entrega la haga el que preside el acto, pero cuando los homenajeados son varios por una misma acción, y ya que la entrega se efectúa ante el Inspector Jefe, el Subinspector y el Oficial, los “papelitos” se deberían repartir entre los tres, vamos digo yo.
Evidentemente, estoy equivocado, solo los entrega el Inspector Jefe, a mayor gloria de su “divina” persona, no sea que le quiten protagonismo.
Otra “curiosidad” que se puede apreciar es la no asistencia del Sr. Coordinador, y claro, uno se pregunta ante esta ausencia….
Sera que no lo sabe? (Parece que el hombre se entera poco de las cosas, pero digo yo que algo le contaran).
Sera que no se le invita?
Sera por eso de la vergüenza torera?
Igual está muy ocupado diseñando nuevas uniformidades….
“Resumiendo…más de lo mismo, y compremos voluntades, que nos sale barato”http://tupolicia.es/2014/05/09/el-besmanos-trimestral-en-la-policia-municipal/