Autor Tema: Barrios marginales  (Leído 191576 veces)

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Re: Barrios marginales
« Respuesta #1460 en: 19 de Marzo de 2020, 09:27:58 am »

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Re: Barrios marginales
« Respuesta #1461 en: 19 de Marzo de 2020, 14:51:03 pm »

Una celebración religiosa desafía la cuarentena contra el coronavirus en las Tres Mil Viviendas



 Decenas de personas cantan y bailan en un corro en plena calle durante el culto evangélico

 Última hora del coronavirus en Sevilla


Reunión en el Polígono Sur a pesar del estado de Alarma

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FERNANDO PÉREZ ÁVILA
18 Mar 2020 19:15
Decenas de personas se reúnen cada noche en las calles de las Tres Mil Viviendas, en los bloques de Los Verdes, para celebrar el culto evangélico. Como puede verse en el vídeo que acompaña a esta información, los feligreses cantan y tocan palmas en un corro formado en la vía pública, en una de las calles peatonales de la zona conocida como Los Verdes. Evidentemente, no se guardan las distancias de seguridad ni nadie va protegido con guantes o mascarillas.


Esto está siendo habitual a diario en el Polígono Sur, donde se cerró la Iglesia cristiana evangélica para evitar la concentración de personas en un mismo edificio, como medida de protección contra el coronavirus, pero sin embargo esa reunión se celebra en plena calle. De poco sirve así la medida preventiva de cerrar el templo.

Esta celebración, evidentemente, incumple las restricciones impuestas por el Gobierno central para luchar contra la pandemia. Los asistentes podrían ser denunciados con multas mínimas de 601 euros por saltarse la cuarentena. Por el momento, ninguno de ellos ha sido multado, pero si las reuniones se mantienen en los próximos días, la Policía podría denunciar a los asistentes.


En el Polígono Sur ha habido varias llamadas de personas que avisaban a la Policía de que había fiestas en la calle en plena cuarentena y personas tocando la guitarra. Sin embargo, no se ha registrado ningún incidente desde el inicio de las restricciones, como sí ha ocurrido en otros barrios de Sevilla como Los Pajaritos, donde la noche del martes al miércoles cinco personas fueron detenidas tras una reyerta ocasionada precisamente porque dos menores se negaron a cumplir la orden de mantenerse en sus casas.



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Re: Barrios marginales
« Respuesta #1462 en: 19 de Marzo de 2020, 23:22:18 pm »
Culto evangélico, tres mil viviendas.........., gitanos.

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Re: Barrios marginales
« Respuesta #1463 en: 23 de Marzo de 2020, 13:56:53 pm »

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Re: Barrios marginales
« Respuesta #1464 en: 24 de Marzo de 2020, 06:11:34 am »

Melilla propone la intervención del Ejército en los barrios que eluden el confinamiento

El presidente de la Ciudad Autónoma, Eduardo de Castro, califica de "irresponsables" a ciudadanos de las zonas de Averroes, Tiro Nacional, Cabrerizas y Carretera de Hidum porque viven "como si no pasara nada"

Tono Calleja


Publicado 24.03.2020 - 05:15


El presidente de la ciudad autónoma de Melilla, Eduardo de Castro, ha propuesto que el Ejército intervenga en apoyo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en los barrios de esta localidad que no están respetando el confinamiento. En declaraciones a Vozpópuli, De Castro justifica la recomendación que lanzó en la conferencia virtual de presidentes autonómicos ante Pedro Sánchez, y llama "irresponsables" a los vecinos de los barrios periféricos que incumplen la reclusión.

"En Melilla el aislamiento, que en un principio puede ser una ventaja, se puede convertir en una ratonera. Podemos convertirnos en un espacio cerrado y sin posibilidad de salir, contagiándonos unos a otros", destaca este cargo político de Ciudadanos que considera que en el caso de Melilla, situada a unos 300 kilómetros de la Península y cuya frontera con Marruecos está cerrada, es todavía más importante que la gente se quede en casa.

"El problema es que la gente no es responsable. No toda, la mayoría de la gente sí, pero hay barrios periféricos, como El Rastro, La Cañada, Regente... ahí están viviendo como si no pasara nada", lamenta Eduardo de Castro, que justifica de esta forma su petición de que haya un confinamiento total": "Hay gente a la que le da igual las normas y no las respetan, porque no tienen educación, porque son unos irresponsables...".
"Como si no pasara nada"

Y como ejemplo de esta forma de actuar "irresponsable", De Castro dice que este mismo lunes vecinos de las zonas de El Rastro y la Carretera de Hidúm permanecían en las calles "como si no pasara nada". "Los mercados oficiales están cerrados, pero en El Rastro y en otras zonas van un poco a su aire", denuncia el presidente melillense, que considera que esta forma de actuar es "peligrosa", porque además "se mueven fuera de sus barrios".
Imagen de Melilla.
Imagen de Melilla. EFE

La Delegación del Gobierno en esta ciudad autónoma ya ha tomado una decisión al respecto. Ha ordenado elevar la presencia policial en los barrios de Averroes, Tiro Nacional, Cabrerizas y Carretera Hidum. Sin embargo, para el presidente de la ciudad este refuerzo no es suficiente.

    Si creemos que puede ser necesario, [podríamos] usar al Ejército en estos barrios que no están obedeciendo, y no sólo para que sancionen, que también

"La propuesta es, si fuera necesario, que utilicemos al Ejército como Policía", indica De Castro, que completa su planteamiento: "Si creemos que puede ser necesario, [podríamos] usar al Ejército en estos barrios que no están obedeciendo, y no sólo para que sancionen, que también".
Apoyo del Ejército

"Yo creo que si se demuestra o se considera que si en esos barrios no hay Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado suficientes, como apoyo tendría que estar el Ejército. Si los militares están en muchas ciudades, ¿por qué no pueden estar aquí?, se pregunta este político de Ciudadanos que pone como ejemplo la actuación que lleva a cabo en Madrid la UME.

Fronte de Beni Enzar.
Fronte de Beni Enzar. EFE

De Castro niega, por el contrario, la posibilidad de que su ciudad pueda sufrir desabastecimiento, aunque sí reconoce que con el cierre de las fronteras con Marruecos algunos productos de la cesta de la compra, como por ejemplo el pescado, podrían encarecerse.

El máximo dirigente de la Ciudad Autónoma de Melilla reclama, en el mismo sentido que el Ejército de Tierra, la presencia en la costa de los buques de la Armada que tengan capacidad de asistencia sanitaria. Y todo para completar los medios sanitarios para luchar contra el coronavirus.
Seis UCI

"Tenemos ahora mismo en el Hospital Comarcal seis UCI, que se podrían ampliar a siete, no hay más. Una UCI en Melilla no se puede hacer rápidamente, como en Madrid. Por eso, el problema no es el número de afectados que tenemos ahora, sino que este se multiplique. Aquí el personal sanitario también se puede poner enfermo, porque no tienen ni mascarillas ni protección", completa.

De Castro considera que, lejos de relajarse la reclusión, el Gobierno central debería optar por el confinamiento total. "Si la orden se hubiese aprobado el 12 o 13 de marzo, la gente de Melilla no habría salido de puente. Una gente que fue un poco irresponsable porque se advirtió que no era conveniente. Y algunos al volver se trajeron el virus. Sobre todo gente que venía en los vuelos procedentes de Madrid", resalta.

Los vuelos de Madrid han sido el motivo, según De Castro, por el que los contagios de Melilla se han disparado: "Pasamos de dos el viernes, que es cuando se tenía que haber cerrado, a 25 el domingo; y ya estamos en 28", concluye el alcalde-presidente, que destaca que el número de afectados podría ser superior, ya que no se están haciendo test rápidos: "Aquí estamos enviando las pruebas vía aérea a Madrid". Este fin de semana el avión que cumple este objetivo no pudo despegar por el mal tiempo, por lo que se tuvo que recurrir a un helicóptero de la Guardia Civil.

 

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Re: Barrios marginales
« Respuesta #1465 en: 03 de Abril de 2020, 13:38:22 pm »

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Re: Barrios marginales
« Respuesta #1466 en: 11 de Abril de 2020, 06:41:18 am »

la policía no consigue el confinamiento
Cañada Real, sector 6: "Hay mucha gente en la calle, niños... Necesitamos al Ejército"

"La Policía Municipal hace lo que puede, dentro de sus medios, también hablamos con la Nacional, pero vemos que el confinamiento sigue sin cumplirse", dice el comisionado


El problema en la Cañada Real se concentra en el sector 6.
Autor
Alberto Pérez Giménez

11/04/2020 05:00

La Cañada Real "es el vertedero del residuo social" —según lo define el cura Agustín Rodríguez, que lleva años al frente de la maltrecha parroquia de Santo Domingo de la Calzada— y su sector 6, cercano al vertedero de Valdemingómez y en cuyo epicentro se ubica la iglesia, un escenario dantesco donde el coronavirus amenaza con infectar a una población que, al no tener nada, no teme tampoco a la epidemia. Allí, entre basura, tiendas de campaña, narcotraficantes, toxicómanos y simples desheredados de la vida, las medidas de confinamiento brillan por su ausencia. "Hay mucha gente en la calle, hay niños, coches, motos... Necesitamos que se despliegue el Ejército para que se meta la gente en casa y no se propague esto".

José Tortosa, exalcalde de Coslada, es desde octubre el Comisionado de la Comunidad de Madrid para la Cañada Real Galiana que ha vuelto a reclamar la presencia de la UME para que se despliegue y patrulle por el sector 6, en pleno distrito ya de Villa de Vallecas donde ni Policía Municipal ni Policía Nacional logran hacer que sus vecinos cumplan con el confinamiento. "La Policía Municipal hace lo que puede, dentro de sus medios, también hablamos con la Nacional, pero vemos que el confinamiento sigue sin cumplirse y hemos vuelto a pedir la presencia del Ejército para que nos ayude a confinarlos" dice el comisionado. La petición se hizo a finales de marzo y se ha vuelto a repetir el pasado día 7. Aún no ha habido respuesta.

El problema se concentra en el sector 6, donde viven 800 familias y entre 2.500 y 3.000 personas (unos 1.200 menores)

La Cañada Real es un asentamiento de aluvión de 14,3 kilómetros que discurre por los municipios de Coslada, Rivas y Madrid y que comenzó a levantarse en los años 50 y 60 con construcciones ilegales, población gitana y emigrante de otras regiones. En la actualidad acoge a entre 7.500 y 8.000 personas "con 18 nacionalidades", fundamentalmente "españoles de etnia gitana, inmigrantes —principalmente de Marruecos y Rumanía (muchos de ellos también de etnia gitana)—, y poblaciones procedentes de los núcleos chabolistas desmantelados en los últimos años", según el 'Informe del pacto regional por la Cañada Real Galiana'.

Desde que comenzó la pandemia y se decretó el estado de alarma y el confinamiento se informa y avisa a la población por megafonía "en español, rumano y árabe" y se insiste en la necesidad del confinamiento. "Del sector 1 al sector 5 la verdad es que el confinamiento está siendo bastante responsable, se está cumpliendo en un alto grado", nos dice Tortosa. El problema se concentra en el sector 6, la zona sin ley de la Cañada, un tramo de 6.627 metros que discurre íntegramente en el distrito Villa de Vallecas y en el que buena parte de unas 800 familias y entre 2.500 y 3.000 personas (de ellas, más de 1.200 menores) hace caso omiso a los mensajes de la Policía y del mando único.
Sin 'cundas', siguen los toxicómanos

En una gran parte de ese sector se concentra el problema de la droga. Antes de la pandemia, las 'cundas' (transportes de drogadictos desde el centro de Madrid a las casas de los clanes narcotraficantes en la Cañada que se concentran en este sector) eran parte del paisaje junto al autobús de metadona de la Cruz Roja o las tiendas de campaña. "Ahora, lo que me transmiten las entidades sociales que trabajan sobre el terreno es que el trasiego de vehículos que llega de fuera a por droga ha bajado muchísimo, muchísimo, pero algo queda", dice el comisionado.

El comisionado pide que se despliegue la UME para obligar al confinamiento en el sector 6 de la Cañada Real

Aunque las 'cundas' se han reducido y el trasiego desde fuera ha caído, la escala más baja y desfavorecida en el inframundo de la droga, los 'machacas', los toxicómanos que lo han perdido todo, siguen de un lado a otro en el sector 6. "Se ve gente deambulando, toxicómanos que se acercan al Centro de Reducción del Daño, un organismo del Ayuntamiento de Madrid, donde se les atiende, se les da de desayunar, se asean y se lavan la ropa". El Centro está pegado a otro de los faros que llevan años anclados en mitad de la miseria: la parroquia de Santo Domingo de la Calzada.

El párroco de esta iglesia, Agustín, lleva desde los tiempos de Esperanza Aguirre al frente de una parroquia que el año pasado sufrió un incendio de toda su techumbre como daño colateral a una riña entre drogadictos. Forma parte del equipo de análisis que junto al Comisionado Tortosa, al representante del Ayuntamiento de la capital, Cáritas y Cruz Roja recogen a diario toda la información, incidencias y necesidades de la Cañada y las trasladan a un equipo de representantes de todas las entidades sociales que están sobre el terreno y que son las que las ejecutan. El equipo de análisis se reúne todos los días de lunes a domingo por videoconferencia desde que empezó la crisis del coronavirus. El páter no tiene tiempo para nada estos días. Desde su iglesia se canaliza el reparto de alimentos diario. Defiende haber unificado "todo lo que tiene que ver con la intervención en una única estructura donde ya no trabajamos como entidades ni como parroquia" y delega la atención a la prensa en Comunidad y Ayuntamiento "para no desatender otras muchas cosas que hoy son más urgentes. Son días difíciles".

"Pedimos la ayuda del Ejército en dos líneas —dice el comisionado—. La primera, del sector 1 al 5 creemos que es prudente que haya más patrullas que informen, por megafonía o como estimen conveniente, la necesidad del confinamiento, pero en el sector 6 necesitamos que sea mucho más presencial, que se despliegue, que esté lo más constante porque, si no, seguirán saliendo a la calle". También solicitan que la UME lleve a cabo una desinfección "porque la Cañada tiene unas circunstancias y una peculiaridad, que es el hacinamiento de personas en algunas zonas, y en el momento en que se detecte un número alto de contagiados o incluso un fallecimiento, como ya ha pasado, hay que desinfectar porque la propagación podría ser muy acelerada con respecto a cualquier otro sitio".
Familias sin ningún ingreso

El mando único de la Cañada Real intenta, habitualmente, cubrir las necesidades sociales básicas. "Vamos atendiendo todas las necesidades de alimentos, tanto a niños como a familias con renta mínima de inserción. Hemos detectado también familias que se han quedado sin ningún ingreso desde el estado de alarma, porque antes no tenían acceso a la RMI pero trabajaban en la economía sumergida y ahora no tienen nada. Las hemos identificado y en esta semana hemos empezado a través de Cruz Roja y 25 de sus voluntarios a facilitar kits de alimentación e higiene personal a 65 familias vulnerables procedentes de donaciones de empresas, instituciones y personas físicas. También hemos conseguido distribuir a los niños los menús escolares dentro de la propia Cañada".

Sin embargo, la epidemia de coronavirus ha puesto de manifiesto otro drama, de los muchos, que se vive en la Cañada: el de los mayores. "Hemos hecho un barrido importante para identificar todas las personas mayores a partir de 50 años, por la peculiaridad de Cañada. Los hemos agrupado por tramo de edad, y se está llamando a todos para conocer sus necesidades, su estado, si necesitan medicamentos, alimentos y, sobre todo, los que están solos. Es el sector más vulnerable".

No hay datos oficiales sobre la ratio de contagios en el sector 6. Sí ha habido ya un fallecimiento en uno de los asentamientos que motivó la primera petición para que se desplegara la UME, y "hay otra persona muy, muy grave en el mismo asentamiento. Por eso insistimos en la necesidad de que el Ejército colabore en labores de patrullaje con la Policía Municipal o la Nacional, para que se meta la gente en casa y no se propague esto", vuelve a reclamar el comisionado, que confirma que en la tarde de este jueves aún no había tenido ninguna respuesta a su petición. "La Policía no da más de sí y, según avanza el tiempo, tiene menos efectivos: necesitamos al Ejército en el sector 6 para asegurar el confinamiento de la gente".

La Cañada Real en cifras

SECTOR 1 (Discurre por Coslada y Madrid-Vicálvaro)

Tramo de 1.370 metros

Familias: 194

Personas: 499

Menores: 70

SECTOR 2 (Íntegramente por el distrito de Vicálvaro)

Tramo de 1.960 metros

Familias: 224

Personas: 577

Menores: 83

SECTOR 3 (Distrito de Vicálvaro y municipio de Rivas)

Tramo de 758 metros

Familias: 134

Personas: 385

Menores: 31

SECTOR 4 (Distrito de Vicálvaro y municipio de Rivas)

Tramo de 2.008 metros

Familias: 361

Personas: 1.268

Menores: 473

SECTOR 5 (Distrito de Vicálvaro y municipio de Rivas)

Tramo de 1.660 metros

Familias: 412

Personas: 1.601

Menores: 601

SECTOR 6 (Distrito Villa de Vallecas)

Tramo de 6.627 metros

Familias: 824

Personas: 2.953

Menores: 1.211

TOTAL CAÑADA REAL

Extensión: 14.383 metros por tres municipios (Madrid, Coslada y Rivas)

Familias: 2.149

Personas: 7.283

Menores: 2.548




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Re: Barrios marginales
« Respuesta #1467 en: 18 de Abril de 2020, 06:33:12 am »

El virus excluye más todavía al asentamiento ilegal de La Cañada Real: 50 años dentro son 70 fuera
La Comunidad de Madrid y el Gobierno de España chocan por si debe entrar o no la UME a esta zona marginal con 7.500 personas donde el confinamiento en uno de los sectores prácticamente no existe


Raúl, un empleado municipal, se dispone a desinfectar un centro de ayuda al drogodependiente en la CañadaLuis De Vega Hernández
Luis de Vega

Berta Ferrero
Madrid - 18 abr 2020 - 00:30 CEST

Raúl y Eduardo tienen un punto de astronauta al pie de la sencilla cruz blanca que se recorta sobre el cielo nublado. Mono con capucha, guantes, patucos, gafas, mascarilla y el artilugio para desinfectar. Complementan la escena, entre desperdicios, figuras con un toque fantasmagórico. Entre ellos Juan, inmóvil con el cuerpo contorsionado en una posición imposible sobre la rampa metálica que lleva al centro de atención a drogodependientes. “¡Venga arriba!”, le dice una trabajadora social que se sabe el nombre de cada uno mientras lo espabila e incorpora. Raúl y Eduardo acceden a nebulizar el interior. Juan, de edad difícil de calcular, desaparece encorvado y dando tumbos. La pandemia y el estado de alarma no alteran el ritmo del narcodescampado que rodea la humilde parroquia de Santo Domingo de la Calzada.

Pero la Cañada Real Galiana es mucho más que esos yonkis y los que les surten de veneno, que con frecuencia roban el protagonismo a los 7.500 habitantes del mayor asentamiento ilegal de Europa en una urbe. El poblado existe y su realidad es muy distinta más allá de la iglesia, símbolo de la ayuda a los últimos de la sociedad; más allá de esa explanada con algunas tiendas de campaña que emplean drogadictos; y más allá de las casuchas aledañas derruidas por ser despachos de droga.


Daniel Ahlquist, psicólogo de Cruz Roja, lleva dos décadas trabajando en poblados marginales de Madrid y los últimos diez años en la Cañada. Son 14,4 kilómetros que serpentean entre Coslada, Rivas Vaciamadrid y la capital. El sector seis, el más marginal, cuenta con unos 4.000 vecinos y se halla en un extremo del distrito de Villa de Vallecas. En esta zona, la población es mayoritariamente gitana. Más allá de los que viven de la droga y el trapicheo, aquí una parte muy importante de los ingresos llegan de la chatarra, del cartón, de los mercadillos, del empleo en negro, de las ayudas y subsidios… Pero el estado de alarma con sus restricciones ha disparado la ya habitual exclusión de estos vecinos, marginados social y físicamente, señala Ahlquist. “Tener 50 años en la Cañada equivale a tener 70 fuera”.

Por eso sorprende ver el vigor de Isidro Fernández. “Nací en 1935, así que eche usted la cuenta. 85 justitos”, señala este hombre vestido de negro de pies a cabeza y patriarca de Los Isidros. Una finquita a la altura del número 104 de la carretera que vertebra el poblado de 6,6 kilómetros acoge las doce chabolas del clan. Cada matrimonio la suya. Un regimiento de churumbeles y chavales. Varios de ellos se arraciman en torno a una baraja española sobre una mesa al aire libre. El que no es primo primero es primo segundo. Carina, de 33 años y nieta de Isidro, trata de explicar la estructura familiar, medio portuguesa, medio española. Ella es ya abuela y su nieto Dylan hizo tatarabuelo al patriarca hace tres años. Se interesan por el pago de la renta mínima y, como muchas otras familias, se lamentan de que la furgoneta de la Cruz Roja que este jueves reparte alimentos pase de largo por su casa. “Todos vivimos en la misma pobreza”, se queja una de las mujeres de Los Isidro.

Ese pilar habitual que es la ayuda se ha complicado estas semanas en las que ha crecido más todavía el número de familias vulnerables. Hay un entramado de entidades sociales, culturales, vecinales, sanitarias e institucionales que valoran las necesidades, explica el párroco de la Cañada, Agustín Rodríguez, con tres décadas de experiencia con drogodependientes y población excluida. El virus es otra preocupación añadida que evalúan. En el sector seis solo ha fallecido por la pandemia un vecino y han detectado diez contagios. La cifra parece discreta, pero Daniel Ahlquist tiene la duda de si es porque la población no suele acudir al médico hasta que no se encuentra muy enferma.

Cruz Roja entrega estos días comida y material de higiene a 150 familias en la Cañada con siete unidades móviles. La institución recibe una lista según el protocolo de Servicios Sociales que dice en qué vivienda debe dejar alimentos. En algunos casos también medicinas. Muchos vecinos salen al paso del vehículo con todo tipo de reclamaciones. Ahlquist trata de capear el temporal. “Habla con María”, les dice pacientemente. Se refiere a la trabajadora social de Villa de Vallecas que evalúa cada situación particular. Y cada uno de ellos se va, obediente, con la lección aprendida. Ahlquist infunde, sobre todo, respeto. Se lo ha ganado.

El confinamiento en la Cañada nada tiene que ver con el de otras zonas de la capital. La Comunidad de Madrid ha pedido en los últimos días que acuda la Unidad Militar de Emergencias (UME). Dos veces por carta y cuatro por videoconferencia, aseguran fuentes de la administración. “Yo pedí a los superiores apoyo del Ejército y de la UME porque si no hacemos más control es por falta de medios”, explica José Tortosa, Comisionado de la Cañada Real Galiana. “En el sector seis hay que hacer más hincapié en el confinamiento, porque si se empiezan a contagiar, están perdidos”, argumenta. Pero no es fácil, reconoce. “Estar todo el rato encerrado en esas casa por las condiciones de las viviendas es complicado”, concede Tortosa. Las casas, efectivamente, son con frecuencia pequeños habitáculos de ladrillo, madera o metal. En su mayoría con humedades, oscuras y pequeñas o muy pequeñas. La gente, por tanto, se acaba echando a la calle. Algunos van con mascarillas fabricadas con lo primero que han encontrado, un trapo, un sujetador o un pañuelo. La mayoría, sin nada.

El Jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), el general Miguel Ángel Villarroya, dijo el martes que al Ejército no le consta la petición de la Comunidad. La Cañada no es un lugar adecuado para que sea desplegada la UME, reconocen fuentes del Gobierno de Pedro Sánchez. Entienden que por su perfil y conflictividad debe seguir siendo patrullado por quienes lo hacen normalmente y conocen el terreno, que son los agentes de la Policía Nacional.

Este cuerpo sigue patrullando estos días pero, aparentemente, hace la vista gorda. Multar al que está en la calle sin motivo no parece una prioridad. En todo caso, “ha bajado mucho la presencia policial”, asegura Hamid Hamidouch, de 29 años, un dicharachero rifeño nacionalizado español que trabaja de maquinista en el cercano vertedero de Sal Medina. Mata el tiempo en una esquina de la calle principal con un grupo de amigos. Es la zona marroquí, donde residen algo más de 200 personas. La vida transcurre con normalidad. Nadie lleva mascarilla y niños y adultos van para arriba y para abajo. El espigado Mohamed, de 21 años y llegado a España con tres meses, reconoce el peso del estigma, por eso prefiere no salir en las fotografías. “Solo suelo decir a los amigos que vivo en la Cañada, a los demás les digo en Rivas, en Vallecas… ya he mentido tanto que no sé a quién le he dicho la verdad”.

Fátima, tangerina de 42 años, lleva media vida en Madrid y más de una década en la Cañada, adonde llegó desde otro mundo, la calle Arturo Soria. Allí vivían cuando su marido era conserje de un edificio. La mujer regenta ahora un colmado en el que despacha un poco de todo. En un dietario con las hojas bien sobadas anota lo que los clientes se llevan a cuenta. “Los hay que pagan y los hay que no”, reconoce resignada. Un puñado de casas más abajo está la mezquita Ibn Nosair. Al imán Mohamed Benaabud, un divorciado de 46 años, apenas le ha dado tiempo a aterrizar. Llegó hace un par de meses y el estado de alarma le ha obligado a suspender las oraciones antes de que los musulmanes del barrio se familiarizaran con él. “Al-Hamdulillah” (gracias a dios), es su respuesta a todo.

Un par de kilómetros más arriba se encuentra otro clan, el de Los Manzano. “Yo era el gitano que mejor se portaba en el colegio”, asegura Isidro Manzano, de 18 años. Bigotillo pelusero, repeinado y un pendiente con cruz plateada en cada oreja. Así recuerda su paso por el Ciudad de Valencia antes de que su familia lo prometiera con 13 años y lo casara con Carmen a los 14. Hoy son padres de Naiara, de tres. Ahora, el único sueño de Isidro es sacarse el carné de conducir para trabajar. “De lo que sea”.

La comida que les ha dejado Cruz Roja se amontona en la caseta de sus padres, de tablones pintados de rosa y techumbre de lona de plástico. Jorge, de 41 años, y María, de 44, se afanan en abrir las cajas. Las bocas se multiplican a la hora de plantear el reparto en el grupo de cuatro infraviviendas de Los Manzano. La necesidad habita detrás de cada puerta de estas chabolas con fachadas de alegres colores. Los hermanos pequeños de Isidro, Ángel de 12 años y Mireia de 7, llevan más de un mes, como todos los niños de Madrid, sin pisar el colegio. Pero aquí no hay ordenador ni clases a distancia. Aunque Ángel no levanta la vista de la consola, que preside un salón pelado de muebles. La madre lo mira entre afligida y resignada: “Tó lo que aprendieron se les está yendo”.
Un mando único para ayudar a los más excluidos

La Cañada Real Galiana se quedó con ese nombre porque procedía de una vía pecuaria que servía para el paso de animales. El asentamiento ilegal mide 14,4 kilómetros de largo y está dividido en seis sectores. Un lugar peculiar no solo por su extensión, sino por las personas que viven allí: unas 7.500 repartidas en 2.500 familias, una mezcla de 17 ó 18 nacionalidades. “Esa diversidad hace que sea un asentamiento muy distinto a otros, es muy singular”, reconoce José Tortosa, el Comisionado de Cañada Real. “Es famoso por la drogadicción, pero tampoco es lo único que hay ahí. Eso es importante para no estigmatizarles”, recalca. Ahora, con el coronavirus, las ayudas a la población están coordinadas por un mando único formado por las dos administraciones, la regional y la del Ayuntamiento de Madrid, y por un equipo de análisis, donde hacen un trabajo esencial Cáritas, Cruz Roja y la parroquia del padre Agustín. Ese es el presente. Pero el futuro pilota en torno al pacto histórico de 2017: cuando todos los grupos políticos de la Asamblea y los Ayuntamientos de Coslada, Madrid y Rivas se pusieron de acuerdo. “Fue un consenso unánime, y ahora hay que ejecutarlo”, asume Tortosa. Todo va lento. Realojar a los habitantes, a día de hoy, parece una quimera.



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« Última modificación: 26 de Abril de 2020, 17:46:28 pm por Heracles_Pontor »

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Re: Barrios marginales
« Respuesta #1470 en: 05 de Mayo de 2020, 11:16:58 am »


Dos policías locales de Poio heridos tras ser atacados por un grupo de 20 personas en O Vao


Los agentes acudían en apoyo de la Guardia Civil y su coche fue rodeado por una multitud que les arrojó piedras y les golpeó con palos. Ambos policías acabaron en el hospital con cortes y magulladuras

Estado en el que quedó el coche policial con los cristales reventados. // G. Santos, Policía Local de Poio

04.05.2020 | 23:05 | carlos garcía | Pontevedra
Un altercado en el poblado de O Vao se saldó anoche con al menos dos policías locales de Poio heridos y un vecino de este asentamiento detenido después del ataque perpetrado por parte de un grupo de unos 20 vecinos del poblado contra los agentes, según informó la Policía Local de Poio.


Todo comenzó con un aviso del 112 sobre las 20.30 horas por una pelea en el poblado de O Vao de Abaixo, por lo que se desplazó al lugar una patrulla de la Guardia Civil. Fueron, al parecer, estos agentes y su vehículo policial los que sufrieron un primer ataque que supuso la ruptura de una luna del vehículo y por el que se procedió a la detención de una persona.


Tras este primer episodio de violencia, lo peor del ataque se desató contra los dos agentes de la Policía Local de Poio que habían acudido al lugar para prestar apoyo.El coche patrulla en el que iban recibió un nuevo ataque con el lanzamiento de piedras y siendo el coche rodeado por los asaltantes y golpeado con palos logrando los dos agentes heridos escapar a duras penas y esperar por refuerzos fuera del poblado. El coche sufrió cuantiosos daños y los policías presentan contusiones, magulladuras y diversos cortes por los que fueron atendidos en un centro hospitalario.

Allí recibieron la visita del alcalde, Luciano Sobral, de la edil de Seguridade Cidadá, Marga Caldas, y del Jefe de la Policía Local, Antonio Duarte.


De inmediato se desplegó un importante dispositivo de seguridad para prestar apoyo a los policías que incluyó nuevas patrullas de la Guardia Civil, de la Policía Local de Poio, de la de Pontevedra y de la Policía Nacional. La investigación sigue abierta para tratar de localizar a todos los implicados en la grave agresión.



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Re: Barrios marginales
« Respuesta #1473 en: 06 de Mayo de 2020, 11:29:26 am »
No entiendo eso de entrar alli sin el material adecuado para esa situación, ya que es la USECIC.

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Re: Barrios marginales
« Respuesta #1474 en: 15 de Mayo de 2020, 18:33:06 pm »
 El ataque a traición a dos municipales de Poio pasa factura: tras la primera decena de detenidos ayer se entregaron otros siete implicados // Quedan en libertad por participar en el asalto desde “la segunda línea”


O Vao no aguanta la presión policial y el aviso del patriarca
Javier Fernández


2020/05/1222:08H.
O Vao no aguanta la presión policial y el aviso del patriarca
OPERACIÓN. Los agentes de la unidad especial de la Guardia Civil en una de sus incursiones en O Vao en busca de los alborotadores. Foto: S.Sas
Fue una emboscada coordinada de una marabunta de individuos dispuestos a provocar el mayor daño posible. El poblado chabolista de O Vao, entre Pontevedra y Poio, acostumbra a ser territorio sin ley y las normas del confinamiento no iban con una buena parte de sus moradores, de los más violentos.

El problema se desencadenó tras una intervención de una patrulla de la Guardia Civil que intentaba detener a un residente del poblado por infringir el estado de alarma y resistencia a la autoridad, lo que provocó los primeros incidentes y la agresión a cuatro agentes del instituto armado. En su ayuda acudieron dos miembros de la Policía local de Poio que sufrieron la peor parte al verse acorralados por una marabunta que la emprendió a golpes con el vehículo y posteriormente con los propios agentes, quienes tuvieron que ser rescatados por la benemérita y Policía Nacional.

Una situación calificada como muy grave que desencadenó una contundente acción policial que, con medios antidisturbios y los cuerpos especiales, entraron en O Vao para apresar a los que habían provocado la emboscada. Las imágenes que algunos grabaron, y difundieron en redes sociales, eran la mejor prueba contra los violentos alborotadores. Diez fueron apresados por las fuerzas de seguridad que tuvieron que emplearse con contundencia. Y todos ellos fueron enviados a prisión por el juez acusados de los delitos de atentados contra agentes y daños.

Como quiera que la presión policial no cesaba, el patriarca del poblado, con la ayuda de un pastor evangelista de la comunidad, se vio obligado a intervenir para anunciar que iban a tomar medidas “a nuestra manera para averiguar quién agredió a los agentes para castigarles” y añadiendo que “es peor el castigo nuestro que el de la justicia”.

Entre la amenaza de actuar los cuerpos policiales y la advertencia del patriarca (que, además, pedía que no se cortaran las ayudas sociales que reciben) hubo una reacción inmediata y, a penas doce horas después del mensaje de la máxima autoridad del poblado, siete de sus moradores comparecían en el Cuartel de la Guardia Civil y se entregaban a las autoridades.

Estas últimas siete personas, entre ellos dos menores de edad, según confirmaron fuentes oficiales, participaron en el ataque pero no estaban en primera línea. Tras ser identificados, fueron citados para que comparecieran en la comandancia y, una vez allí, se les notificó su condición de detenidos.

En las últimas horas, acompañados de sus abogados, prestaron declaración en Pontevedra y quedaron en libertad aunque, al igual que a los diez detenidos que ya se encuentran en prisión provisional, se les acusa de delitos de atentado contra agentes de la autoridad y daños.

Con estas siete detenciones, la Guardia Civil da por finalizado el operativo de investigación de este ataque en grupo, que ha sido calificado por las autoridades como una “emboscada coordinada” contra los agentes de la Policía Local, quienes, según informó el Ayuntamiento de Poio, permanecen de baja médica, recuperándose de sus lesiones, entre ellas diversas contusiones, magulladuras y cortes, en sus respectivos domicilios.

¿Y qué va a pasar con el castigo que les impondrá el patriarca? Habida cuenta de la situación que se vive en el poblado de O Vao, donde impera la ley del más fuerte, habrá que esperar a que salgan de prisión los más violentos que, en el peor de los casos, se verán obligados a abandonar temporalmente el lugar si son desterrados.

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Re: Barrios marginales
« Respuesta #1475 en: 16 de Mayo de 2020, 17:29:38 pm »
«que, además, pedía que no se cortaran las ayudas sociales que reciben»
 :est;
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Re: Barrios marginales
« Respuesta #1476 en: 16 de Mayo de 2020, 17:31:51 pm »
Si de verdad les quitan a las ayudas sociales que reciben, durante un tiempo, cuando vuelvan a ver a la policía y ni se movían.
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Re: Barrios marginales
« Respuesta #1477 en: 18 de Mayo de 2020, 06:14:37 am »

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Re: Barrios marginales
« Respuesta #1478 en: 05 de Junio de 2020, 06:44:56 am »

Pelea chabolista a golpes y cuchilladas bajo un puente de la M-30
Un hombre de 35 años y origen rumano fue detenido por un presunto intento de homicidio

Aitor Santos Moya
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Madrid Actualizado:04/06/2020 21:13h

El arma estaba tirada en una pequeña infravivienda ubicada a un costado de la M-30. Con ese hallazgo, la Policía Nacional puso fin a una intervención que bien pudo acabar en tragedia. Por causas que están siendo investigadas, dos hombres mantuvieron una fuerte disputa antes de que uno de ellos lanzara, a muy corta distancia, un cuchillo de grandes dimensiones contra el pecho del otro. El afilado objeto impactó de lleno en la víctima, quien, previamente, le había provocado a su agresor una brecha en la cabeza. La sucesión de hechos, ocurrida el pasado domingo por la noche, fue descubierta cuando una patrulla de agentes observa en las inmediaciones de la incorporación de la calle de Costa Rica a la vía de circunvalación, en dirección sur, a una mujer correr detrás de dos personas, un hombre de 35 años y su madre.

Alertados por los gritos de la perseguidora, los policías consiguen dar el alto a los tres implicados y les piden las pertinentes explicaciones. La mujer, visiblemente alterada, explica entonces en un pobre español que el individuo al que trata de alcanzar ha atacado a su marido con un arma blanca. El sujeto señalado, M. I., de origen rumano, tiene a su vez una herida abierta en la cabeza. Los agentes solicitan refuerzos y otra patrulla del distrito de Chamartín, donde tuvo lugar el suceso, acude hasta el punto indicado por la pareja de la persona más afectada. Allí, en la plaza de José María Soler, encuentran al hombre tendido en el suelo, aquejado de una posible puñalada en el tórax, muy cerca del corazón.

De inmediato, los servicios de emergencia de Samur-Protección Civil son avisados para personarse en el enclave. A su llegada, comprueban que el más grave presenta una punzada sin sangrado ni afectación de órganos vitales. Tras ser atendido por el equipo médico, es trasladado al Hospital de La Paz, donde ingresa con pronóstico reservado. Una unidad básica asiste también al atacante, que es dado de alta en el lugar y finalmente detenido por un presunto homicidio en grado de tentativa.

«Uno tiene que morir hoy»

Por otro lado, tres de los cuatro detenidos por el múltiple apuñalamiento de Fuenlabrada han sido enviados a prisión provisional. Los apresados son un joven ecuatoriano de 28 años, acusado de asestar los navajazos, un peruano de 38, un boliviano de 28 y un ecuatoriano de 32. En un vídeo publicado por El Mundo se puede ver al grupo agresor en un coche anunciar sus intenciones de camino a la calle de Málaga, donde tuvo lugar el enfrentamiento. «Por mi madre, uno tiene que morir hoy. Perro, escóndete porque te llegamos», grita el supuesto homicida envalentonado por el resto. En otra secuencia posterior a la reyerta, el mismo sujeto se graba con una pistola simulada mientras aprieta el gatillo en repetidas ocasiones: «Oye sapo esto es tuyo».


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Re: Barrios marginales
« Respuesta #1479 en: 07 de Junio de 2020, 07:16:09 am »


De entre 18 y 48 años
Siete detenidos tras protagonizar una pelea a tiros en una barriada de Sevilla

Los arrestados pretendían controlar la barriada y eliminar a clanes rivales de la misma y llegaron a disparar contra una mujer y un bebé de diez meses, contra los que finalmente no impactaron los disparos.

La Información06.06.2020 - 12:24h
Actualizado: 06.06.2020 - 12:23h

Material intervenido a los siete miembros de un clan familiar que han sido detenidos por su presunta implicación en varios tiroteos en Torreblanca.

Siete detenidos tras protagonizar una pelea a tiros en una barriada de Sevilla
EP

La Policía Nacional ha detenido a siete hombres de entre 18 y 48 años tras protagonizar una pelea a tiros en la barriada de sevillana de Torreblanca, en un suceso con el que pretendían controlar la barriada y eliminar a clanes rivales de la misma. Todos son integrantes de un clan familiar delitos a los que se les imputan presuntos delitos de tentativa de asesinato, tenencia ilícita de armas, amenazas graves por arma de fuego, delito contra la salud pública y defraudación del fluido eléctrico, según ha informado el cuerpo en un comunicado.

Los arrestados se han enfrentado a tiros por el control del barrio, llegando a disparar contra una mujer y un bebé de diez meses, contra los que finalmente no impactaron los disparos. En una de las ocasiones, supuestamente, intentaron abatir a una de las víctimas "que se había acabado de subir en su vehículo junto con su mujer y su niño de diez meses, quienes se agacharon al escuchar las primeras detonaciones y pudieron salvar sus vidas".

La investigación comenzó tras diversos tiroteos ocurridos en las últimas semanas en la barriada de Torreblanca, "hechos de extrema gravedad ya que, algunos de ellos, se llevaron a cabo en horas diurnas y con afluencia de personas en las calles".

Tras diversas gestiones, los agentes constataron la existencia de grandes clanes familiares involucrados en los tiroteos y que, presuntamente, estaban enfrentados por conseguir el control del barrio. Para ello, intentaban controlar la venta de estupefacientes o apoderarse del mayor número de viviendas, inmuebles que posteriormente subarriendan y utilizan a su conveniencia para ocultar armas de fuego, sustancias estupefacientes o utilizarlas como punto de venta de droga.

Tras establecer un dispositivo discreto en el barrio a fin de esclarecer los hechos e incrementar la vigilancia, los policías constataron que los disparos fueron realizados por los miembros de un mismo clan familiar. En uno de estos sucesos esperaron a que la víctima, que iba acompañada por su mujer e hijo de diez meses, saliera de su domicilio y entrara en su vehículo para dispararles, no hiriendo a ninguno porque se agacharon al escuchar las primeras detonaciones.

Las rápidas diligencias de los investigadores consiguieron identificar a los siete participantes en los incidentes, centrándose la investigación en su localización, y en menos de 24 horas se situaron los domicilios donde se encontraban todos los presuntos autores, llevando a los agentes desde las barriadas de Torreblanca y Las Tres Mil Viviendas hasta la localidad de Carmona, donde tenían una parcela que utilizaban como refugio seguro.

Finalmente, el pasado jueves se llevó a cabo el operativo policial que culminó con la práctica de seis registros simultáneos y en el que participaron más de 70 agentes de diversas especialidades de la Policía Nacional.

En los registros se intervino una escopeta de calibre 12, una pistola de calibre 9 milímetros -ambas en perfecto estado de funcionamiento-, machetes, katanas y dinero en efectivo. Además se localizó una plantación de marihuana en el interior de una de las viviendas de Torreblanca que estaba conectada de manera fraudulenta a la red eléctrica.

En el operativo desplegado se logró detener a las siete personas presuntamente implicadas en los tiroteos, que han sido puestos a disposición de la Autoridad Judicial en la mañana de hoy.