Sancionan al Guardia Civil que se hizo una foto junto al cadáver de un fugadoPor M.G.
05/07/2016 - 14:20
La imagen del cuerpo sin vida del preso fugado terminó llegando a grupos de mensajería de los carnavales de la localidad de Tejeda del Tiétar.
El brigada de la Guardia Civil, con 34 años de servicio, acompañaba la tétrica foto con el texto “AHÍ STA. FIAMBRE”.
La Sala V, de lo Militar ha ratificado la sanción disciplinaria por falta grave impuesta a un brigada de la Guardia Civil, jefe del puesto de Malpartida de Plasencia (Cáceres) que se fotografió de uniforme junto al cadáver de Rafael Robles, un preso fugado al que habían estado persiguiendo.
Los hechos tuvieron lugar el 7 de febrero de 2014, y ese mismo día la foto comenzó a difundirse por grupos de mensajería de whastapp ajenos al de compañeros de la Benemérita al que lo había enviado inicialmente el brigada, como por ejemplo el relacionado con los carnavales de la localidad de Tejeda del Tiétar.
La misma fotografía apareció publicada por el diario Hoy de Badajoz el día 8 de febrero de 2014, con el comentario “la fotografía que voló por las redes sociales”, apareciendo también el 11 de dicho mes en la página web radiointerior.es
El Supremo desestima el recurso del brigada Ángel C.B. contra la sentencia del Tribunal Militar Central, que, a su vez, confirmó la decisión del director general de la Guardia Civil, de 8 de enero de 2015, de imponer a dicho suboficial una sanción de pérdida de doce días de haberes con suspensión de funciones como autor de una falta grave consistente en “la observancia de conductas gravemente contrarias a la dignidad de la Guardia Civil”.
Criminal a la fuga
Los hechos probados de la sentencia del Tribunal Militar Central señalan que “el 7 de febrero de 2014 fue detenido en las inmediaciones de la localidad de Plasencia (Cáceres) Rafael Robles, poco después fallecido por herida de bala, individuo con numerosos antecedentes policiales y fugado el anterior día 21 de enero del Centro Penitenciario de Badajoz tras disfrutar de un permiso penitenciario, a quien con posteridad a ese día se le atribuían dos homicidios consumados cometidos en las provincias de Toledo y Badajoz, y otro homicidio intentado y un secuestro perpetrados en la localidad de Plasencia”.
El brigada, al ser informado por el Centro Operativo de Servicio de la Comandancia de Cáceres de que el preso fugado se dirigía a bordo de un automóvil robado hacia la localidad de Plasencia, acudió por propia iniciativa, acompañado de otro guardia, a la zona donde finalmente falleció Rafael Robles.
Una vez allí, el brigada, “que vestía el uniforme reglamentario del Cuerpo, se situó junto al cadáver de Robles, que yacía semidesnudo en el suelo, y pidió al Guardia (que le acompañaba) que le hiciera una fotografía, a cuyo fin le entregó su teléfono móvil.
“AHÍ STA. FIAMBRE”
Hecha la instantánea, el brigada la difundió algo antes de las 14:00 horas, utilizando la aplicación de mensajería “ WhatsApp”, a los miembros de un grupo de comunicación formado exclusivamente por Guardias Civiles destinados en el puesto a su mando, denominado “Pto. Malpartida”, acompañando a la fotografía el comentario “AHÍ STA. FIAMBRE”.
En su recurso al Supremo, el brigada defendió que su actuación no era falta disciplinaria, ya que él no fue responsable de la difusión de la foto fuera del ámbito interno de profesionales de la Guardia Civil, debiendo haberse castigado a quien realizó su difusión a personal civil que fue el origen del gran revuelo creado en medios de comunicación regional y nacional donde recogió la foto.
El suboficial aseguró haber remitido la foto sólo y exclusivamente a sus compañeros para informarles de la muerte del preso fugado y tranquilizarles. El Supremo rechaza el argumento y confirma la responsabilidad del recurrente “como negligente punto de origen de la gran difusión que en definitiva alcanzó la imagen que nos ocupa”.
La sentencia, que destaca que el brigada contaba con casi 34 años de servicio en el Cuerpo, agrega que “la reprochable fotografía obtuvo una gran difusión al ser reproducida en los medios de comunicación social, y que el recurrente hubiera debido valorar antes de ponerla en circulación, que podría llegar finalmente a conocimiento público, lo que sucedió y hace que quepa atribuírsele también al recurrente esta posterior difusión generalizada y que, finalmente, la dignidad de la Guardia Civil quedara gravemente comprometida con su comportamiento”.