Primera decisión del jefe de la Policía de Botella: recordar a los agentes cómo vestirse o afeitarse
Roberto Ruiz Ballesteros / Seguridad y Tribunales
viernes, 31/10/14 - 16:05
Los sindicatos critican duramente la orden y consideran que trata aspectos "obsoletos", "importados del orden castrense", cuando hay problemas más urgentes que solucionar.
Caletrio Villa sustituyó a Emilio Monteagudo, quien dimitió tras ser imputado en el caso Madrid Arena.
Raúl López
Sindicatos
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El nuevo jefe de la Policía Municipal de Madrid, Caletrio Villa, ya ha empezado a tomar decisiones en el seno del cuerpo, aunque éstas no están siendo precisamente aplaudidas por los funcionarios. El sustituto de Emilio Monteagudo –quien dimitió tras ser imputado en el caso Madrid Arena– ha creído conveniente, nada más acceder al cargo, recordar a todos los agentes cómo deben vestirse, saludar e incluso afeitarse o maquillarse.
En concreto, a través de la orden general 208, emitida el pasado 30 de octubre, el jefe del cuerpo recuerda que "la imagen de la Policía Municipal se conforma en la ciudadanía a partir de la apariencia presencial de sus agentes en la vía pública, que no es otra cosa que la suma de la actitud verbal y la compostura corporal durante la prestación del servicio". Esta imagen, continúa, "se nutre de los valores que impulsan el espíritu del cuerpo", previstos en un reglamento que Caletrio considera oportuno traer a colación.
Entre ellos, destaca que los funcionarios deben mantener un "trato correcto y esmerado" con los ciudadanos, no llevar "prendas y complementos que no se ajusten a lo establecido", saludar con "corrección y naturalidad, sin exageraciones, pero con la energía debida", llegar al trabajo "perfectamente afeitado", "bien peinado" y con el pelo no más largo del cuello de la camisa –para ellos– y de los hombros –para ellas–. Además, Caletrio señala que los hombres tienen prohibido lucir "pendientes, pulseras, collares ni adornos análogos" y recuerda que las sirenas solo deben utilizarse cuando realmente haya una emergencia y de forma "moderada".
La decisión del jefe de la Policía de enviar esta orden como primera carta de presentación ante los funcionarios del cuerpo no ha sentado nada bien a estos últimos. La Sección Sindical de Policía Municipal de CCOO, en concreto, ha criticado que lo más importante para Caletrio sea esto, por encima de otros asuntos como la formación, la equipación (muchas prendas pierden su dibujo), la prevención laboral, "el derecho a promocionar en igualdad y transparencia" o la conciliación, todos ellos puntos problemáticos para la organización, que ha remitido una carta de queja en este sentido al sustituto de Monteagudo.
"Parafernalia castrense"
El sindicato también califica de "obsoletos, decimonónicos y banales" los puntos recordados por Caletrio en la citada orden, además de que no ayudan –considera– "en la mejora del servicio público". "Parafernalia importada del orden castrense de hace un siglo y que sirve únicamente para la pompa y la borla", apunta la agrupación en la mencionada misiva, que lamenta que el nuevo jefe no se ocupe de problemas incrustados en la corporación como "el enchufismo en la asignación de plazas" o el "uso de vehículos policiales para fines personales".
El impulso de normas relativas a la presencia física ha proliferado en los últimos años tanto en el Cuerpo Nacional de Policía como en las distintas corporaciones locales. El último capítulo, que también ha estado acompañado de polémica en el terreno de la igualdad, se ha producido en el Ayuntamiento de Coslada, donde el jefe de la Policía Local, Gabriel Cerrato, ha aprobado una orden para prohibir los piercing y pendientes, medida que ha provocado la protesta del Colectivo Profesional de Policía Municipal, que ha acusado de sexista al alcalde, Raúl López, por determinar unas cosas para el personal masculino y otras para el femenino.
Las críticas de recuperar aspectos provenientes de la disciplina militar, por su parte, también han sido realizadas en otras instituciones del ámbito de la seguridad. El Sindicato Unificado de Policía, mayoritario en la Policía Nacional, arremetió contra el actual director general de la Policía Nacional, Ignacio Cosidó, por obligar este último a todos los funcionarios a saludar con un "a sus órdenes" o por reformar la imagen de las divisas para hacerla más similar al estilo castrense.