Fecha:12 de Diciembre del 2006
La investigación con cámaras ocultas en la Policía Local de Beniaján, bajo sospecha
CHEMA GIL
Inspectores de Policía de la Comisaría consideran que ?todo el asunto es un fiasco en el que han metido por medio a la Policía Nacional, es un asunto vergonzoso?
Las diligencias se iniciaron tras un escrito confidencial del Jefe de la Policía Local, Ángel Marín N.L.
Las investigaciones realizadas sin autorización judicial, con cámaras ocultas en los vestuarios de los policías locales (varones) del cuartel del 092 en Beniaján lleva camino de convertirse en uno de los escándalos más ridículos en los que haya podido incurrir el sistema policial en la Región, con la cooperación necesaria de los políticos responsables de la Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento, entre otros la edil Nuria Fuentes, acosados por los más que evidentes fallos en la gestión de la Policía, que es la más expedientada de la Región y cuyos funcionarios son los que tienen los sueldos más bajos, no así el inspector jefe que este a?o ha recibido el beneficio de una importante subida salarial, mientras que los policías se han quedado a ?dos velas?.
Los hechos:
Más de seis meses después de que se produjeran en la taquilla de un cabo del referido acuartelamiento presuntas acciones de boicoteo y, según sus propias declaraciones unas sustracciones no contrastadas en investigación policial alguna en ese momento, -seis meses después- es cuando el jefe de la Policía Local de Murcia, el inspector Ángel Marín, ex-militar del Ejérito del Aire, se decide a pedir al Cuerpo Nacional de Policía que investigue los hechos, cuando los mismos habrían prescrito legalmente. Lo primero que llama la atención es esto, precisamente, además del hecho de que acuda a la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía cuando los acontecimientos se han producido en demarcación de la Guardia Civil.
En el Cuerpo Nacional de Policía se hace cargo del asunto -otra circunstancia extra?a- el Grupo I de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV). La ?Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta, asume la investigación y persecución de las actividades delictivas, de ámbitos nacional y transnacional, relacionadas con el patrimonio, especialmente el patrimonio históricoartístico, el consumo y medio ambiente, las infracciones delictivas en materia de dopaje en el deporte, la utilización de las nuevas tecnologías, el ámbito familiar y los menores, y los delitos contra las personas y la libertad sexual?, según la Orden 2103/2005 de 1 de julio, por la que se desarrolla la estructura orgánica y funciones de los servicios centrales y periféricos de la Dirección General de la Policía.
Pues bien, pese a los meses transcurridos y aunque la taquilla del cabo fue sacada del vestuario a su despacho, hasta el pasado día cuatro de noviembre, fecha en que volvieron a instalarla en los vestuarios masculinos, el día 13 de noviembre (13 de noviembre, fecha a tener en cuenta) se inician diligencias en virtud de que tres días antes, el día 10, el inspector jefe de la Policía Local remite un ?escrito confidencial? (que obra en poder del diario Nueva Línea, en el que se dice que ?en las dependencias de este Cuerpo de Policía de Beniaján, se vienen produciendo una serie de da?os y sustracciones en la taquilla personal de un mando intermedio destinado en esas dependencias (seis meses antes), que en base a estas informaciones, le solicito la colaboración oportuna para disponer de medios técnicos que faciliten la investigación de estos hechos?.
Pues bien, todo parece que estaba muy adelantado puesto que, aunque el inicio de las diligencias no se produjo hasta el día 13, el mismo día 10 ya estaban colocadas unas cámaras ocultas en el vestuario masculino de la Policía Local de Beiaján.
No consta, en tales diligencias, el correspondiente auto razonado y suficientemente motivado por parte de un juez. De la misma manera no existe en las diligencias un control judicial efectivo y real de tales grabaciones, ni la comprobación fehaciente por parte de autoridad judicial alguna, ni secretario judicial que de fe de que tal sistema de grabación no vulnere más derechos que el de aquel o aquellos que resulten sospechosos.
Para más desconcierto de las fuentes judiciales consultadas, las grabaciones que constan en las diligencias bajo sospecha, no son trasladadas por miembros de la policía judicial, sino por alguno de los propios denunciantes y, además, en la serie de grabaciones se producen saltos de días, horas en las grabaciones, etc, que se justifican simplemente con la versión de los policías, sin que conste informe técnico alguno que explique razonablemente tales fallos.
El cúmulo de disparates ha hecho que inspectores de policía consultados por esta redacción digan que ?todo esto es un fiasco que lo único que hace es ponernos a todos en ridículo, cuando no ocurra que de acusadores, algunos compa?eros pasen a ser acusados, puesto que no han existido suficientes garantías ni control judicial?.
Ridículo policial
Todo lo acontecido en relación con la investigación a agentes de la Policía Local de Beniaján es consecuencia de la pésima gestión política que de un servicio tan importante como éste está desarrollando la concejal Nuria Fuentes. Junto a ella, y en la misma posición crítica está el inspector jefe de la Policía Local, Angel Marín, que desde que asumió la jefatura, heredada de Antonio Plaza, no ha dado pie con bola.
La Policía Local de Murcia, que podía presumir de mantener unos altos niveles de eficacia y de motivación profesional, con destacados servicios, con gente entregada, ha pasado a ser un ejemplo de cómo no debe gestionarse un servicio público. Ni los funcionarios más motivados con los que uno habla son capaces de avalar las actuaciones de los responsables de la Policía Local, ni funcionariales ni políticos, pero es que, además, éstos últimos son se?alados como los auténticos hacedores del desastre que la Policía Local vive internamente en la actualidad.
Tanto despropósito en la gestión política ha degenerado en una situación como la que estamos viviendo, un charco en el que incomprensiblemente está metida la Policía Nacional, en donde nadie se explica el giro que dan unas diligencias por hurto, que cuando llegan al juzgado se convierten en diligencias por delito de robo aun cuando ni siquiera se ha pronunciado la Fiscalía. Parece que alguien quiere empujar al Ministerio Público a lanzar una acusación. El ridículo policial que se avecina puede ser de los que hacen historia.