Autor Tema: Unidades y material antidisturbios  (Leído 316632 veces)

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Re: Unidades y material antidisturbios
« Respuesta #3240 en: 10 de Septiembre de 2020, 23:51:32 pm »
A estos de la UCI no se les puede dejar currar en Madrid, para un día que curran la lían.

No sabemos lo que ocurre antes, pero en el vídeo le dice dos veces que su amigo le vaya a buscar o comprar una mascarilla y le responde que no tiene que ir nadie a comprarla por él, vamos, que no tenía ni interés ni intención de conseguir y ponerse una mascarilla.

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Re: Unidades y material antidisturbios
« Respuesta #3241 en: 12 de Septiembre de 2020, 19:00:12 pm »
Salvo que los propios agentes actuantes le ofrezcan una mascarilla, cosa normal puesto que se llevan de repuesto, y el sujeto se niegue a ponérsela, sin que esta circunstancia se pueda apreciar en el vídeo y por lo tanto si incurre en la desobediencia, de hecho a los detenidos, una vez engrilletados, se les coloca una mascarilla para su traslado, quieran o no, por la propia seguridad de los policías que intervienen.

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Un abogado.ya se ha manifestado.en que es una detencion.ilegal y ahora una jueza de instrucción.nos dice esto:


https://twitter.com/ladycrocs/status/1304067191780847616?s=19

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Re: Unidades y material antidisturbios
« Respuesta #3242 en: 14 de Septiembre de 2020, 02:27:56 am »
Salvo que los propios agentes actuantes le ofrezcan una mascarilla, cosa normal puesto que se llevan de repuesto, y el sujeto se niegue a ponérsela, sin que esta circunstancia se pueda apreciar en el vídeo y por lo tanto si incurre en la desobediencia, de hecho a los detenidos, una vez engrilletados, se les coloca una mascarilla para su traslado, quieran o no, por la propia seguridad de los policías que intervienen.

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Un abogado.ya se ha manifestado.en que es una detencion.ilegal y ahora una jueza de instrucción.nos dice esto:


https://twitter.com/ladycrocs/status/1304067191780847616?s=19

Sin saber ni ver todo lo que ocurrió.

A lo mejor tienen razón y en este caso la experiencia no es un grado...

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Re: Unidades y material antidisturbios
« Respuesta #3243 en: 19 de Septiembre de 2020, 09:26:36 am »
Que hizo "puma" que le llevó a encararse?

https://twitter.com/daralika/status/1306864931602599936?s=19

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Re: Unidades y material antidisturbios
« Respuesta #3244 en: 19 de Septiembre de 2020, 18:50:30 pm »
Que hizo "puma" que le llevó a encararse?

https://twitter.com/daralika/status/1306864931602599936?s=19

Los jusapolianos en su línea, él mismo reconoce que no pidieron permiso.

PUMA no es santo de mi devoción, pero aquí lo hizo como procedía.

Para el que no lo sepa, PUMA es el jefe de la I UIP.

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Re: Unidades y material antidisturbios
« Respuesta #3245 en: 19 de Septiembre de 2020, 19:23:03 pm »
Me hace gracia el detalle de que el camión venía de Murcia,  si viniera de Barcelona o del País Vasco igual no se había indignado tanto.

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Re: Unidades y material antidisturbios
« Respuesta #3246 en: 19 de Septiembre de 2020, 23:28:31 pm »
Me hace gracia el detalle de que el camión venía de Murcia,  si viniera de Barcelona o del País Vasco igual no se había indignado tanto.

No tiene sentido lo que dices, se hubiese indignado lo mismo, ya que son igual de compañeros los PNs destinados en Cataluña o PV que los de Murcia.

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Re: Unidades y material antidisturbios
« Respuesta #3247 en: 07 de Octubre de 2020, 07:05:31 am »

Estrasburgo condena a España por el uso "desproporcionado" de la fuerza policial en una protesta contra los recortes

    Laguna Guzmán fue golpeada en febrero de 2014 con una porra y tuvo que ser trasladada a un hospital con heridas en la cabeza, la boca y una mano. En 2016, el Instituto de Medicina Legal de Valladolid determinó que tenía una "incapacidad permanente" a causa de dichas lesiones

Andrés Gil
Corresponsal en Bruselas —
6 de octubre de 2020 11:11h
@andresgil

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) se ha pronunciado este martes sobre la denuncia presentada por Laguna Guzmán contra España por un presunto uso desproporcionado de la fuerza por parte de la Policía al dispersar una protesta que tuvo lugar el 2 de febrero de 2014 en Valladolid, una acción que le dejó lesiones permanentes. Y el tribunal con sede en Estrasburgo ha decidido condenar a España por el uso "desproporcionado" de la fuerza policial en aquella protesta contra los recortes

El tribunal ha concluido dice que el Estado vulneró el derecho de protesta de una manifestante que quedó incapacitada por los porrazos de la policía, en tanto que el tribunal sostiene que el uso de la fuerza por parte de la policía no estaba justificado porque "la protesta fue pacífica" y la afectada no cometió ningún delito. "Una persona no pierde el derecho a la protesta pacífica para que haya violencia esporádica u otros potenciales delitos en la manifestación si el individuo en cuestión sigue siendo pacífico", sostiene la sentencia.

De esta manera, el TEDH ha considerado que la dispersión de una protesta improvisada después de la manifestación oficial, en la que la demandante sufrió lesiones, interfirió con su derecho a la libertad de reunión pacífica. Además, ha reiterado que "si bien las normas que rigen las reuniones públicas, como la notificación previa, son esenciales para el buen desarrollo de los actos públicos, su aplicación no puede convertirse en un fin en sí mismo. En particular, las autoridades deberían mostrar cierto grado de tolerancia hacia las manifestaciones espontáneas que sigan siendo pacíficas".

En este sentido, el TEDH entiende que esa "esa tolerancia debería extenderse al caso" de Valladolid: "Si bien la reunión espontánea en cuestión había causado cierta molestia, se había llevado a cabo de manera pacífica hasta su dispersión. De hecho, no se ha ni demostrado que a la policía le hubiera resultado difícil controlar la manifestación de otro modo la situación. Tampoco se ha demostrado que la manifestación supusiera un alto nivel de alteración del orden público. Por lo tanto, las autoridades no proporcionaron razones suficientes que justificaran la dispersión de la manifestación"

El Tribunal ha concluido que España debe pagar a la demandante 248,10 euros en concepto de costas y gastos.


"En el proceso finalizado en 2018", dice el tribunal con sede en Estrasburgo, "quedó establecido que el comportamiento de los manifestantes y la inocuidad de sus lemas y pancartas no justificaron la fuerza desplegada por la policía. Ese uso injustificado de la fuerza contra la demandante en particular, que nunca había sido arrestada o procesada por acciones violentas durante las protestas, fue por lo tanto suficiente para que el Tribunal concluyera que la injerencia en sus derechos había sido desproporcionada". En efecto, la Audiencia Nacional en 2019 falló sobre la reclamación de Guzmán contra el Ministerio de Interior para que la indemnizara por las heridas sufridas. Recibió 10.000 euros.

La denunciante, Laguna Guzmán, apoyaba en el artículo 11 del Convenio Europeo de Derechos Humanos, donde se recoge la libertad de reunión y asociación, para alegar que la fuerza empleada por la policía contra los manifestantes fue desproporcionada.

Los manifestantes protestaban contra los recortes presupuestarios y el paro en el contexto de la crisis económica. Una vez concluida la movilización, que había sido comunicada previamente, un grupo de entre 50 y 60 personas decidieron continuar con la marcha de forma espontánea. Así, avanzaron hasta detenerse frente a un restaurante donde había unos políticos comiendo y desplegaron una pancarta en la que podía leerse "Stop a la criminalización de la protesta social".

La policía intervino para dispersar a este grupo de manifestantes. Guzmán, que era una de las personas que sujetaban la pancarta, fue golpeada con una porra y tuvo que ser trasladada a un hospital con heridas en la cabeza, la boca y una mano. En 2016, el Instituto de Medicina Legal de Valladolid determinó que tenía una "incapacidad permanente" a causa de dichas lesiones.

Los tribunales de justicia desecharon el proceso penal contra los agentes por lesiones físicas al considerar que "no habían tenido más remedio que usar la fuerza ante una situación de violencia y desórdenes públicos". Guzmán planteó un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional que fue declarado inadmisible en 2017.

También se suscitaron procesos penales contra tres de los manifestantes, si bien fueron absueltos en 2018. El juez del caso concluyó que los acusados habían sido reprimidos con violencia sin que mediara ningún aviso por parte de la Policía, a pesar de que no estaban bloqueando el tráfico ni enfrentándose a los agentes.

Este fallo de 2018 fue tenido en cuenta por la Audiencia Nacional en 2019 cuando falló sobre la reclamación de Guzmán contra el Ministerio de Interior para que la indemnizara por las heridas sufridas.


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Re: Unidades y material antidisturbios
« Respuesta #3248 en: 17 de Octubre de 2020, 08:49:18 am »

'Antidisturbios' o cuando las hostias policiales no son lo que parecen


La serie de Movistar + que se estrena este fin de semana aborda el trabajo de los agentes con peor fama. El director, Rodrigo Sorogoyen, engarza el trabajo policial con la corrupción de las élites

'Antidisturbios' o cuando las hostias policiales no son lo que parecen
'Antidisturbios' o cuando las hostias policiales no son lo que parecen Movistar
 ALBERTO LARDIÉS
PUBLICADO 17/10/2020 04:45

Una serie que se titula Antidisturbios podría parecer demasiado obvia. Cualquiera imagina, a priori, a policías de talla XXXL que sacuden la badana a manifestantes antisistema. Pero esta ficción que se estrena este fin de semana en Movistar + es mucho más y va bastante más lejos que ese tópico apriorístico. Entre otras cosas porque su director y coguionista, Rodrigo Sorogoyen, logra engarzar el trabajo policial con la corrupción de las élites patrias.

Antidisturbios es un thriller al que el término trepidante, tan usual en estos casos, se le queda pequeño. Los cincuenta minutos de cada uno de los seis capítulos que conforman la serie discurren a una velocidad endiablada, porque pasan tantas cosas que no hay resuello y porque siempre se mantiene esa tensión que sólo generan los elegidos del arte audiovisual. A ese respecto, los primeros planos grabados cámara en mano aportan fuertes dosis de realismo.


La cosa va de un desahucio que acaba de la peor manera al morir un vecino del lugar. La investigación de Asuntos Internos sobre lo sucedido y los intentos de los seis protagonistas por salvarse de la quema, con choques entre ellos, dibujan una trama que después, poco a poco, se va entretejiendo con otras sorprendentes corruptelas de otras esferas. 

El personaje interpretado por Raúl Arévalo dice en el segundo capítulo una frase que podría resumir lo que cuenta la serie: "Al final siempre pagan los de abajo"


El agente interpretado por Raúl Arévalo dice en el segundo capítulo una frase que podría resumir lo que cuenta la serie: "Al final siempre pagan los de abajo". Claro, porque en la Policía unos dan las órdenes, a veces por intereses espurios, y otros, las que las cumplen, acaban pagando el pato. Podría decirse que esta serie de Sorogoyen reflexiona sobre los mismos temas que dos estupendas películas suyas como El reino y Que Dios nos perdone, que se adentraban en la corrupción y en el trabajo policial, respectivamente.   


En suma, las hostias que reparten los agentes de las UIP en Antidisturbios no son lo que parecen. Aunque, tampoco se equivoquen, la serie no hace un lavado de cara a estos policías tan denostados. Sorogoyen y compañía se dedican a mostrar con detalle cómo es ese trabajo, con sus contradicciones y sus problemas, con sus aciertos pero también con sus clamorosos errores. Las secuencias de violencia, contadas acaso por primera vez desde el punto de vista de los antidisturbios, son más que acertadas.


Por su originalidad, por la forma en que está contada y por esa potencia de sus personajes, 'Antidisturbios' es, sin duda, una de las mejores series españolas del año

Otro de los aciertos, tal vez el más destacado, es la solidez y la profundidad de los personajes. Los seis policías del grupo están interpretados por Roberto Álamo, Hovik Keuchkerian, Álex García, Patrick Criado, Raúl Prieto y el ya mencionado Arévalo. A ellos se suma como protagonista Vicky Luengo, la investigadora de Asuntos Internos que se obsesiona con el caso más allá de lo razonable. Fantásticas interpretaciones de complejas personalidades que destierran prejuicios y provocan reflexión al espectador.


Como curiosidad, el argumento incluye varios guiños a la actualidad. Por ejemplo, algunos de los disturbios que se cuentan recuerdan bastante a las protestas surgidas por el caso del mantero Mame Mbaye, fallecido hace un par de años en Lavapiés (Madrid) cuando huía de agentes de la Policía Municipal. Y aparece un secundario que hace las veces de solucionador de problemas al más puro estilo del ínclito José Manuel Villarejo. Por su originalidad, por la forma en que está contada y por esa potencia de sus personajes, Antidisturbios es, sin duda, una de las mejores series españolas del año. Si pueden, no se la pierdan.


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Re: Unidades y material antidisturbios
« Respuesta #3249 en: 18 de Octubre de 2020, 01:39:24 am »
Urquinaona: un año de la batalla más salvaje en la historia reciente de Cataluña

Dos antidisturbios rememoran con ABC la noche en la que el secesionismo radical convirtió Barcelona en un infierno

BARCELONA
Actualizado:
18/10/2020 01:11h

Alfredo relee aquellas líneas que escribió sobre las tres de la madrugada ya desde la habitación del hotel. Hacía pocas horas que se había dejado la piel, casi literalmente, frenando desde primera línea a los radicales que habían tomado la plaza de Urquinaona de Barcelona para vengarse por la sentencia del «procés». Con la relativa calma de verse, por fin, lejos de las barricadas, pero con el cuerpo y el corazón todavía calientes por los acontecimientos, Alfredo apuntaba: «Ha sido muy duro, muy duro. No me había visto en una situación igual, ni parecida, en mi vida. Hemos tirado absolutamente todo lo que teníamos, más todo lo que nos iban trayendo. Nos querían matar. Una cosa está clara, hoy buscaban un muerto».

Ahora, en el primer aniversario de los disturbios más graves en la historia reciente de Cataluña, este agente antidisturbios de la Unidad de Intervención Policial (UIP) de la Policía Nacional, en una charla con ABC, se ratifica en cada coma de unos párrafos que se hicieron virales entre los compañeros que esa noche pisaron el mismo infierno. «Ese nivel de odio hacia nosotros no lo había visto nunca; si llegan a conseguir aislarnos, nos hubiesen matado», resume a este diario.

Con cuatro lustros de experiencia en la Policía Nacional a sus espaldas, la mayor parte de ellos con el uniforme de la UIP, Adolfo –nombre ficticio, por razones obvias– formaba parte del vasto contingente que la Policía envió a Cataluña pocos días antes de la sentencia del «procés» –que condenó a los líderes independentistas– para apoyar a los Mossos d'Esquadra ante la amenaza de unas algaradas que, efectivamente, acabarían consumándose. La bautizaron como Operación Ícaro. Llegaron unos días antes de que el lunes 14 de octubre de 2019 el tribunal dictase penas de hasta 13 años de cárcel para los políticos secesionistas. Iban para poco tiempo, pero acabaron asentándose tres semanas en Barcelona ante un carrusel de jornadas de desórdenes que parecía no tener fin.

Los disturbios comenzaron el mismo lunes, con la convocatoria de la plataforma anónima Tsunami Democràtic para tomar el Aeropuerto de Barcelona. En noches sucesivas, y ya con los autodenominados Comités de Defensa de la República (CDR) capitaneando los ataques, se reprodujeron los incidentes con variadas intensidades. Martes, miércoles y jueves, parecidas secuencias en distintos escenarios del centro de Barcelona, donde los radicales representaron su violento espectáculo: barricadas de contenedores ardiendo; mobiliario urbano, público y privado, destrozado, y hasta media docena de coches en llamas componían el macabro decorado. Y la acción: una torrencial lluvia de objetos cayendo sobre los agentes, tanto de la Policía Nacional como de la Brigada Móvil (Brimo), los antidisturbios de los Mossos d'Esquadra. Aquellas noches los CDR no hicieron distinciones. A diferencia de lo ocurrido con el referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017, esta vez los manifestantes no discriminaban entre «nuestra policía», los Mossos, y las «fuerzas de ocupación», Policía Nacional y Guardia Civil, que ahora protegía instalaciones críticas como el aeropuerto. Cualquier agente les servía como diana sobre la que descargar su furia y los adoquines.

Y llegó el viernes 18 de octubre, fecha de la que hoy se cumple un año. Con la plaza de Urquinaona como telón de fondo, los violentos multiplicaron su agresividad contra unos agentes exhaustos tras maratonianas jornadas de trabajo. La «batalla de Urquinaona», que el independentismo radical ya ha mitificado, relegó las hostilidades de las veladas anteriores a meros ensayos generales de la ola violenta que desplegaron esa noche. «En esta, el riesgo se multiplicó exponencialmente. Desórdenes públicos de una magnitud que no recordaba», resume ahora Alfredo para ABC. Si en los días previos lo que la línea policial trataba de repeler eran sobre todo piedras y botellas, ese viernes les arrojaron centenares de adoquines arrancados de la calzada –apreciables en la fotografía que encabeza este reportaje–, e incluso tapas de alcantarilla y cócteles molotov. Dos policías resultaron heridos de gravedad: uno de ellos, el gallego Iván Álvarez, todavía hoy sufre secuelas. Una piedra le reventó el casco, provocándole una fractura en la base del cráneo. Se desplomó sobre el asfalto.

En los párrafos que Alfredo se apresuró a escribir aquella noche en la habitación del hotel calificaba de «extrema» la violencia a la que sus compañeros y él se acababan de enfrentar. Habían ganado la batalla a los radicales, sí, pero «con mucho oficio y algo de suerte», según dejó anotado antes de dormir. Y aludía en concreto el vendaval de hostilidades al que, según su versión, fueron sometidos los seis agentes de su furgoneta: «Si no fuera porque el conductor estuvo echando viajes para que pudiéramos reponer y mantener la posición, nos destrozan».

El factor odio

La de Urquinaona fue una batalla diferente a cualquier otra, una función única. Con la perspectiva de las 55 semanas transcurridas, Alfredo no tiene duda de cuál fue el elemento diferenciador entre lo vivido esos días en Barcelona –en especial aquel viernes en Urquinaona– y otros disturbios violentos a los que se ha enfrentado en dos décadas de carrera. Lo denomina «factor odio». Y se explica: en huelgas de mineros o de trabajadores del metal, por ejemplo, estos defienden sus derechos «de forma salvaje», pero luego el enfrentamiento se disuelve. Incluso pueden encontrarse en los bares con los alborotadores y saludarse sin acritud. Pero en Urquinaona aquella noche, en la que Alfredo estuvo durante horas en primera línea, lo que sobrevolaba, al compás de una «lluvia de adoquines», era «mucho odio».

Esta valoración la comparte Fernando –nombre ficticio–, un agente de la UIP que conducía uno de los furgones policiales. Él también alude al «factor odio» como identificador de la «batalla de Urquinaona» respecto a otras jornadas de protestas violentas ajenas al independentismo. Fernando lo sabe bien, no solo por que, como Alfredo, lleve lustros vistiendo el uniforme de la UIP, sino porque además es catalán y conoce bien el terreno y el contexto sobre el que los radicales aquella noche exhibieron una hostilidad nunca vista en la historia reciente de esta comunidad autónoma. Fernando formó parte del operativo cada noche, y se reafirma en que ninguna fue tan violenta como la de Urquinaona: «El peor día de mi vida profesional y de mis compañeros de furgoneta. Yo pensaba que nos iban a matar». Había un «odio total», insiste. «Esa noche querían muertos».

A última hora de aquella tarde del 18 de octubre, mientras Alfredo y decenas de agentes se batían ya con los violentos en el escenario de Urquinaona y alrededores, Fernando era uno de los agentes que protegían la sede de la Delegación del Gobierno, a un kilómetro del epicentro de las hostilidades. Por la emisora llegaban noticias inquietantes de Urquinaona. «Nos estamos quedando sin munición», «no nos quedan pelotas» o «policía herido», fueron algunas de las alertas que escucharon. Les ordenaron acudir en su ayuda, pero no fue fácil. Las barricadas en llamas les entorpecían el paso. Querían llegar a Vía Layetana, donde a pocos metros de Urquinaona está la Jefatura Superior de Policía, pero les costó. «Nos quedamos encerrados», recuerda. Y mientras, los radicales se afanaban en destrozar el vehículo a pedradas: «Si la furgoneta se llega a quedar parada, nos matan. Era una guerra». Quedaron bloqueados, rodeados, sin salida y bajo una «lluvia de adoquines».

De la mano de los Mossos

La colaboración de la Brigada Móvil de los Mossos fue clave: consiguió abrirles el paso. Aquella noche la comunión entre policías nacionales y mossos fue total. En eso también coinciden Alfredo y Fernando. «Hubo momentos de hermanamiento y compañerismo puro», destaca el primero. «Aquella semana volvimos a ser hermanos», añade el segundo. Se refieren a la actitud diferente que percibieron en la Policía autonómica respecto a la supuesta complacencia –que investiga la justicia– que los Mossos mantuvieron durante el referéndum ilegal de 2017. «El 1-O se les echó en falta», resumen. En Urquinaona, en cambio, combatieron juntos «codo con codo». Este diario intentó, sin éxito, recabar el testimonio de agentes de la Brigada Móvil de los Mossos sobre los disturbios postsentencia.

Alfredo y Fernando no solo coinciden –en charlas por separado con ABC– en destacar la sintonía con los Mossos, el «odio» de los alborotadores de Urquinaona y en situar aquellos disturbios como los más graves a los que se han enfrentado en sus carreras. Además, comparten críticas a una «pésima gestión de recursos humanos y materiales en momentos críticos» por parte de sus superiores. «¡Nos ponen en peligro por cobardía política y falta de capacidad!», lamenta Alfredo. Y pese a ello, y «a base de asumir mucho riesgo», ganaron la batalla. Por eso, de madrugada en el hotel, antes de apagar la luz, Alfredo dedicó la última línea de su escrito a sus compañeros: «Me siento profundamente orgulloso de todos ellos». De todos, insistía. Pero algunos fueron condecorados, y otros no.

https://www.abc.es/espana/abci-urquinaona-batalla-mas-salvaje-historia-reciente-cataluna-202010180111_noticia.html

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Re: Unidades y material antidisturbios
« Respuesta #3250 en: 18 de Octubre de 2020, 22:48:13 pm »
18-O, el día que llovieron piedras sobre Barcelona

Antidisturbios de la Policía relatan a ‘El Independiente’ las dificultades de su intervención ante los graves altercados registrados en la capital catalana hace justo un año tras dictarse la sentencia del ‘procés’ / “Nos querían matar, ésa era la sensación”, recuerdan

ANTONIO SALVADOR Redactor 
18/10/20 - 00: 01
   
«Estábamos en el aeropuerto de El Prat y sobre las siete de la tarde nos mandaron a la zona de Vía Laietana porque los compañeros de Valladolid se estaban quedando sin material y llevaban mucho tiempo aguantando allí. Había que relevarlos. Fue una auténtica barbaridad; no he estado nunca en un campo de batalla, pero debe ser parecido a lo que yo vi aquel día». Será difícil que este policía coruñés y el resto de agentes que se desplegaron en el entorno de la Plaza Urquinaona olviden la tarde-noche del 18 de octubre de 2019, cuando tuvieron que repeler los ataques de los radicales independentistas en el servicio más comprometido desde que se crearon los Antidisturbios hace 30 años. Aquel viernes de otoño de hace justo un año volaron literalmente las piedras sobre Barcelona.

Hacía cuatro días que el Tribunal Supremo había dictado la sentencia que mandaba a prisión a los líderes del proceso secesionista -entre ellos el ex vicepresidente de la Generalitat Oriol Junqueras– y la turba encadenaba varias jornadas manifestando su rechazo al fallo judicial en puntos estratégicos de Barcelona. No se recuerda en España altercados tan violentos como los que se registraron aquel 18-O en la capital catalana. «No creo que ni en los peores momentos del País Vasco se viviera nada igual», indica uno de los policías nacionales que integraron el dispositivo.

La mayoría de los funcionarios de las Unidades de Intervención Policial (UIP) que el Ministerio del Interior había enviado como refuerzos desde distintos puntos de España en previsión de incidentes acumulaban años de experiencia en servicios calientes. Muchos habían estado en Cataluña con motivo del referéndum del 1-O (2017), cuando recibieron órdenes junto a la Guardia Civil de evitar que se pudiera llevar a cabo la votación ilegal. Pero ninguno podía imaginar realmente a lo que se iban a enfrentar aquella jornada en la que la ira se instaló en la calle. «Si no es con imágenes, es difícil explicar con palabras lo que vivimos aquella noche», explica a este diario un agente de la I UIP (con base en Madrid e indicativo Puma).

«Llevaba entonces 13 años en la UIP y he estado en primera línea en manifestaciones de mineros en Madrid, partidos de alto riesgo, otros acontecimientos… Pero nunca había visto la violencia y agresividad de aquel día», destaca un ‘antidisturbios’ gallego que iba de escudero. También su grupo (Raya) había sido requerido para reforzar a los compañeros desplegados en el eje Via Laietana-Plaza Urquinaona, escenario de la batalla campal librada ante los ojos de medio mundo.

Aquella jornada fue larga, demasiado larga. Desde por la mañana, centenares de manifestantes se manifestaban a las puertas de la Jefatura Superior de Policía, en la céntrica Via Laietana. «A las 11 horas ya estábamos con todo el material puesto. Estuvimos aguantando, aguantando, aguantando… Sufrimos agresiones ante las que hubiéramos respondido al instante en cualquier otro lugar de España, pero los jefes nos decían que había 15.000 personas en Plaza Catalunya y que si empezábamos a actuar a las 12 de la mañana nos desfondaríamos y no tendríamos fuerzas para aguantar 18 horas al máximo nivel», rememora un Jaguar, indicativo asignado a la II UIP (base en Barcelona).

No he estado nunca en un campo de batalla, pero debe ser parecido a lo que yo vi aquel día en Barcelona», describe un ‘antidisturbios’

Entrada ya la tarde, los funcionarios empezaron a avanzar para hacer retroceder a los violentos, que organizaban barricadas con contenedores y otros elementos del mobiliario urbano y lanzaban piedras y todo tipo de objetos para dificultar la respuesta policial. La calles próximas a Urquinaona eran el epicentro del enfrentamiento, retransmitido en tiempo real. «En algunos momentos se llegó al cuerpo a cuerpo», subraya uno de los agentes, que comparte la opinión expresada por otros funcionarios con los que ha hablado El Independiente para la elaboración de este reportaje: la organización que tenían los manifestantes y el grado de virulencia con la que se emplearon.

«Nos querían matar, ésa era la sensación. Llevo en la unidad desde los primeros años y jamás había trabajado con esa intensidad», destaca un policía, sorprendido por el material que utilizaron los violentos en la refriega: adoquines, piedras, motosierras, mazos, picos, palas martillos, llaves inglesa… «Aquello parecía el Leroy Merlin», bromea uno de los agentes.

Varios policías sufrieron graves heridas aquel día por el impacto de los objetos que les lanzaron. Un policía vigués (Iván A.F.) hubo de permanecer ingresado 17 días en la UCI -13 en Barcelona y cuatro tras regresar en un avión medicalizado a Galicia- debido a la fractura del hueso occipital, lo que le ha dejado una grave secuela: la pérdida de visión. A Ángel H.S. le fracturaron el radio de su brazo derecho, por lo que tuvieron que operarle para colocarle una placa y seis tornillos. Tampoco ha vuelto a vestir el uniforme: dentro de unas semanas tendrá que pasar nuevamente por el quirófano al no haber soldado el hueso. Y Álvaro G.B., destinado en Barcelona y que cayó desplomado en las inmediaciones de la Plaza Urquinaona al golpearle un objeto pesado en la cabeza, sufre secuelas psicológicas desde entonces.

«Nos quedamos cuatro o cinco veces sin material»

«Saldríamos desde la Jefatura Superior como a las cinco y calculo que no fuimos capaces de llegar hasta Plaza Catalunya hasta las 22.30 o 23 horas. Y habrá menos de un kilómetro. Avanzábamos 50 metros y casi no podías mantener la posición porque levantaban otra barricada y nos la lanzaban», cuenta un agente que también vivió en primera persona aquella actuación. Y añade: «Utilizábamos todo el material que teníamos a nuestro alcance, pero no podíamos evolucionar todo lo rápido que queríamos no sólo por la cantidad de gente que había y por los objetos que nos arrojaban, sino porque nos quedamos cuatro o cinco veces sin material».

Uno de los mandos que participaron en el dispositivo cifra en «9.000» el número de pelotas de goma que los Antidisturbios de la Policía Nacional dispararon aquellos días en Barcelona. «No sé en la Transición o en conflictos de los Astilleros en los años 80, pero esa cantidad es una barbaridad. Se tiró todo lo que teníamos, no podíamos con ellos. Esto estaba muy orquestado», sostiene.

Nuestras escopetas estaban tan calientes que teníamos que dejar de disparar; aparte de que nos quedábamos sin pelotas», recuerdan

Aquel día se puso verdaderamente a prueba el material de defensa que emplean los Antidisturbios. No sólo los cascos, que se someten a exigentes pruebas de resistencia -tienen que soportar temperaturas extremas y disparos a escasa distancia sin que perforen la superficie- para garantizar la seguridad de los funcionarios en el desempeño de su trabajo. También el resto de protecciones del cuerpo y el armamento.

«Nuestras escopetas [Franchi del calibre 12] estaban tan calientes que teníamos que dejar de disparar; aparte de que nos quedábamos sin pelotas y teníamos que recuperar todo lo que podíamos según avanzábamos. Había momentos en que las bocachas no nos facilitaban esa labor», explica uno de los policías.

Una de las críticas a aquel dispositivo fue que no se autorizara el uso del camión lanza-agua, vehículo utilizado por policías de otros países para desalojar a los manifestantes. El vehículo viajó a Barcelona, pero no salió de las instalaciones policiales de la Zona Franca -donde tiene su base la II UIP- en lo que se atribuye a una decisión de carácter exclusivamente político. Sí sacaron a la calle los Mossos su tanqueta para derribar las barricadas de los violentos ante la intensidad de los enfrentamientos en la noche del 18-O.

Cuesta trabajo imaginar qué hubiera ocurrido aquel día si el peso de la respuesta policial hubiera recaído exclusivamente en la Policía de la Generalitat, el Cuerpo que tiene las competencias en materia de seguridad ciudadana y orden público en Cataluña. La desconfianza que despertó su actuación el 1-O (2017) por no impedir la celebración de la consulta independentista quedó disipada el 18-O (2019). «Con toda honestidad, nos reunimos con ellos y nos dijeron que venían mal dadas y que no llegaban. Pusieron sus cartas encima de la mesa y nos repartimos la tarta. Hacía años que no pasaba eso en Cataluña», resalta un mando policial.

Bautizada como ‘Operación Ícaro’, la Policía Nacional envió un contingente a Cataluña a principios de octubre de 2019 en previsión de los disturbios que se registrarían cuando el Tribunal Supremo diera a conocer la sentencia del procés, como así sucedió. También el Cuerpo de Mossos movilizó todos sus recursos en el marco del ‘Plan Minerva’ para reforzar su capacidad operativa ante los incidentes que se esperaban.

La actuación de aquel ‘viernes negro’ en Barcelona ha quedado grabada a fuego en la Unidades de Intervención Policial. Ni el mando más retorcido habría podido imaginar en el peor de los sueños un ‘entrenamiento’ más extremo para sus integrantes en el Centro de Prácticas Operativas de la Enira (Linares) como el desafío al que tuvieron que enfrentarse aquella tarde-noche de otoño en la que llovían piedras. «Venía un compañero que había pertenecido a los Grises y no recordaba nada igual. Fue una auténtica barbaridad», apostilla un policía. Ni él ni ninguno de sus compañeros lo olvidarán.

https://www.elindependiente.com/espana/2020/10/18/18-o-el-dia-que-llovieron-piedras-sobre-barcelona/

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Re: Unidades y material antidisturbios
« Respuesta #3251 en: 19 de Octubre de 2020, 00:31:07 am »

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Re: Unidades y material antidisturbios
« Respuesta #3252 en: 19 de Octubre de 2020, 01:54:50 am »
Almeida la censurara entonces.

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Re: Unidades y material antidisturbios
« Respuesta #3255 en: 20 de Octubre de 2020, 10:15:36 am »
Habrá que verla para poder valorar ...



INTERIOR ASESORÓ LA INICIATIVA DE FICCIÓN


La serie 'Antidisturbios' enerva a los policías: "Hay violencia y cocaína gratuitas"


"Nosotros estamos entrenados para controlar nuestras emociones, no nos drogamos y hacemos triatlón, 'crossfit' y bicicleta, cosa que no aparece para nada en la serie"
ROBERTO R. BALLESTEROS
Movistar
Antidisturbios
Policía Nacional
Drogas
Ministerio del Interior
Unidades de Intervención Policial
Fernando Grande-Marlaska
The Wire
19/10/2020 17:34 - Actualizado: 19/10/2020 18:40
Reacciones desmedidas ante insultos y escupitajos de manifestantes, descontrol de emociones de los agentes, rayas de cocaína para pasar el trago de las duras jornadas laborales, golpes y más golpes. 'Antidisturbios', la última serie de Movistar, tiene todos los ingredientes para triunfar. De hecho, ha sido un pelotazo de audiencia en su primer fin de semana. Desde la plataforma de Telefónica no ofrecen datos exactos, pero admiten a El Confidencial que la ficción podría llegar a convertirse en la serie del año. "Está a la altura de nuestros mejores productos", se atreven a calificar.


La crítica sí que se lanza a definirla ya como la más destacada de la temporada, por encima de 'Patria', de HBO. La trama relata la historia de un equipo de media docena de agentes de las Unidades de Intervención Policial (UIP) que acomete un desahucio sin el apoyo suficiente en el que todo se complica, lo que lleva a que Asuntos Internos tenga que investigar a sus miembros. Sin embargo, público, distribuidora y periodistas no son los únicos que tienen algo que decir sobre esta iniciativa. Los antidisturbios de verdad, esos que cada día tienen que enfrentarse a lo que cuenta la serie, no están contentos con la imagen que arrojan los personajes de la ficción.


¿Quién dijo 'Patria'? La serie del año es 'Antidisturbios', de Sorogoyen
MARTA MEDINA. SAN SEBASTIÁN

"Llevamos años tratando de alejarnos de esa imagen de violencia sin sentido y ahora esto nos hace un flaco favor", sostiene Jacinto Morales, miembro de las UIP y responsable de la especialidad del Sindicato Unificado de Policía (SUP). Esta última organización ha remitido dos cartas —una a Movistar y otra a la Dirección General de la Policía, que ha asesorado a la productora— para protestar por la emisión de la serie, que entiende que traslada una idea falseada de cómo son los funcionarios que trabajan en estas unidades. "Los personajes y su forma de ser y actuar no tienen nada que ver con un profesional de la UIP; son personas poco fiables, con adicciones a drogas y alcohol, sin criterio, que intervienen poco menos que presas del pánico, con tendencia a la violencia gratuita", entienden desde el SUP.
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"Todos esos detalles y su repetición transmiten que el orden público en España está en manos de funcionarios poco cualificados, personalmente inestables y cuyo trabajo incurriría, en no pocas ocasiones, en excesos", añaden desde el sindicato, que colaboró prestando material a la productora pero que ahora se aleja de cualquier implicación con el resultado. "El relato desborda los límites de la creación artística para contribuir a transmitir al espectador una imagen de estos profesionales que denigra su derecho al honor, pues les pinta como drogadictos y alcohólicos", transmitió el SUP a Movistar en una de las dos mencionadas misivas antes de pedirle que retirara de los títulos de crédito los agradecimientos que los realizadores de la obra hacen al sindicato.

Cartel de la serie. (Movistar)
Cartel de la serie. (Movistar)

La "colaboración" de la organización, afirman en la citada carta, "consistió en la cesión, de buena fe y sin conocer de antemano el contenido de la serie, de material que pudiera ser utilizado por el departamento de arte para recrear la decoración de unas hipotéticas instalaciones policiales", reconoce el SUP justo antes de desmarcarse. Se hizo, explica, "sin saber que la serie faltaría el respeto a los policías de las UIP, porque en ningún momento se nos trasladó el sentido en el que se iba a novelar la vida de los protagonistas". "Teniendo en cuenta la ofensa que supone desprestigiar a estos excelentes servidores públicos, que arriesgan su vida a diario, no podemos consentir que nuestras siglas se vinculen a una serie que insulta y difama el crédito y la imagen de cientos de compañeros", arguye el sindicato, que reclama expresamente "la retirada de los títulos de crédito de cada capítulo del nombre y siglas del SUP".


En la misma línea, se posiciona el sindicato actualmente mayoritario en el Consejo de la Policía, Jupol. El responsable de la especialidad de antidisturbios, Daniel García, incide en que la serie da la imagen de unos funcionarios que no se controlan, cuando la realidad es justamente la contraria. "No perdemos el control, no buscamos vengarnos ni tomarnos la justicia por nuestra mano, tenemos mucha capacidad de aguante, no usamos armas ni cuando hemos tenido a compañeros casi muertos; controlamos el estrés desde el primer momento al último, porque entre otras cosas nos jugamos nuestro trabajo y estamos entrenados para eso; ni se nos pasa por la cabeza hacer otra cosa", explica García, que critica los aspectos que han destacado los realizadores para caracterizar a los personajes, pero también los que han dejado de resaltar.


Así se ha hecho 'Antidisturbios' (Movistar+): la fotografía, el montaje, la música...
X.M.

"No aparece ni una vez un policía haciendo deporte, y eso no es creíble; prácticamente, la única afición que todos tenemos es la del deporte: el triatlón, la bicicleta, el 'crossfit', la carrera...", explica el policía, que sí admite algunas cosas que sí refleja el producto de ficción adecuadas a la realidad. "Es cierto que somos una familia, que hay mucha amistad, que hay uniformes y furgonetas con más de 20 años, que sufrimos mucho estrés en determinados momentos, que nos dejan abandonados en muchos sitios", reconoce García, en línea con lo que también traslada su compañero Morales, quien también considera que la serie describe bien la tensión que existe en un desalojo o en el mantenimiento del orden público.

Ambos rechazan tajantemente, sin embargo, el desarrollo de los personajes. "No hay por dónde cogerlos, se han excedido en el dibujo del perfil", sostiene Morales, quien recuerda que cada año la Dirección General de la Policía les somete a test psicológicos con el fin de acreditar su buen estado físico y mental. "Las escenas de la cocaína ni siquiera están justificadas dentro de la trama", se queja García por su parte, que califica estas secuencias como "inocuas" y "gratuitas". La postura contraria, aun así, no la apoyan todos los sindicatos. Algunos consultados por El Confidencial no han querido mostrar su opinión al entender que se trata de un producto de ficción, "como 'Torrente' o 'Los hombres de Paco".

Fotograma de la serie. (Movistar)
Fotograma de la serie. (Movistar)

"Es injustificable que cualquiera que se pone cada día las botas de antidisturbios justifique esta imagen con el argumento de que es ficción, porque el mayor foco de condicionamientos hoy en día lo aporta la televisión, la gente se cree lo que ve; y que justifiquen esto de la coca es indignante", subraya García en respuesta a esa actitud pasiva. Desde Movistar, por supuesto, defienden la posición. "Quien quiera entender tras el visionado de este producto que los policías se drogan es que no sabe nada de las diferencias entre ficción y realidad", afirman desde la distribuidora, que aclara que todo lo relacionado con la coca es pura ficción y que nadie en otros países se haría estas preguntas cono productos como 'The Wire' o 'Corrupción en Miami'.


La serie ha sido producida con el asesoramiento de la Dirección General de la Policía, pero ni el departamento dirigido por Francisco Pardo Piqueras ni el Ministerio del Interior han querido ofrecer su visión de la polémica a El Confidencial, que únicamente ha podido saber que la participación del área presidida por Fernando Grande-Marlaska se ha limitado a prestar las dependencias policiales de Moratalaz, cuartel general de los antidisturbios de Madrid, y a poner a un miembro de las UIP al servicio de la producción.



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Re: Unidades y material antidisturbios
« Respuesta #3256 en: 22 de Octubre de 2020, 09:32:06 am »

1-O: una juez pide fotos de 18 antidisturbios y avisa que la Guardia Civil "debe colaborar”


Trata de identificar a agentes del Instituto Armado para citarles como investigados por su actuación en Sant Joan de Vilatorrada y rechaza, de momento, abrir una causa por encubrimiento

Guardias Civiles frente al Instituto Can Vilumara de L'Hospitalet de Llobregat durante el 1-O
Guardias Civiles frente al Instituto Can Vilumara de L'Hospitalet de Llobregat durante el 1-O
 ALEJANDRO REQUEIJO
PUBLICADO 22/10/2020 04:45

La juez de primera instancia número 2 de Manresa que investiga la actuación de las fuerzas de seguridad durante las cargas policiales del referéndum del 1-O ha emitido un auto en el que le pide a la Guardia Civil fotografías de 18 agentes que intervinieron en uno de los colegios. En su escrito, al que ha tenido acceso Vozpópuli, la magistrada avisa al Instituto Armado que “tiene el deber de colaborar” con la investigación.

Esta petición lleva fecha del martes, el mismo día en el que se conoció la absolución del mayor de los Mossos d’Esquadra José Luis Trapero. Los jueces de la Audiencia Nacional defienden la actuación del mando autonómico durante la consulta ilegal, sostienen que actuó para “minimizar daños” y avalan la “prudencia” de sus agentes. En contraposición, la resolución critica incluso el uso de la fuerza por parte de la Policía y la Guardia Civil aquella fecha pese al mandato judicial de impedir el referéndum.


Los hechos que investiga el Juzgado de Manresa tuvieron lugar en el Instituto Querqus de Sant Joan de Vilatorrada (Barcelona). El año pasado, la Audiencia Provincial ordenó identificar a tres antidisturbios tras las denuncias presentadas por trece de los votantes que acudieron a participar en el referéndum. La juez Aurembiaix Girbet Serveto ya le preguntó a la Guardia Civil, pero la respuesta del cuerpo fue que le era imposible identificar a sus agentes por “la mala calidad de las imágenes”.

Un plazo de 15 días
En ese sentido, la juez ha aceptado la petición de los denunciantes “como única alternativa”. Consiste en solicitar a la Guardia Civil “fotografías de carnet de los 18 agentes que participaron en la intervención”. El auto, que facilita los carnets profesionales de cada uno, va dirigido tanto a la Agrupación de Reserva y Seguridad (ARS) con sede en la Dirección General de Madrid como a la Comandancia de Zaragoza “a fin de que procedan a facilitar fotografías identificativas (por ejemplo “tamaño carnet”). Les da un plazo máximo de 15 días para contestar.


Las fotos que obran en poder del juez son pantallazos de vídeo tomados durante el referéndum. Los denunciantes se quejan de que la Guardia Civil empezó informando de que en el colegio de Sant Joan de Vilatorrada acudieron los antidisturbios de León. No fue hasta que en uno de los oficios remitidos al juez apareció un cuadro con todos los agentes que intervinieron en ese centro.

Aparecían un total de 80 divididos en varios grupos. Uno de ellos, integrado por 18 agentes, es el que señalan como responsable de los hechos denunciados. Por lo que han podido identificar en las imágenes, al menos dos de los tres agentes que buscan eran cabos. En cualquier caso, los denunciantes acusan a la Guardia Civil de informar al juez de una forma “descabellada y confusa” y le pedían también que se abriese una investigación por un delito de encubrimiento.


Encubrimiento
La juez no atiende esta solicitud, al menos de momento. “No procede atenderla en este momento procesal”, dice. No obstante añade que “cabe recordar a la Comandancia que como Fuerzas de Seguridad del Estado tiene el deber de colaborar con la instrucción de la presente causa y dar cumplimiento al requerimiento judicial”.

Pese a que los tribunales van sentenciando los distintos capítulos referidos al desafío soberanista, tres años después todavía siguen vivas en juzgados ordinarios investigaciones como esta sobre las cargas policiales. Solo en el Juzgado de Instrucción número 7 de Barcelona hay todavía 63 agentes investigados a lo largo de 27 piezas separadas con 315 lesionados reconocidos de los cuales 127 ejercen como denunciantes. En este Juzgado están personados como acusación la Generalitat, plataformas independentistas como Òmnium y ANC y el Sindicato Profesional de la Policía en defensa de los Policías.


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Re: Unidades y material antidisturbios
« Respuesta #3257 en: 24 de Octubre de 2020, 06:33:37 am »
En la piel de un verdadero 'antidisturbios': vestir el 'azul' en la primera línea del caos

Un agente de la UIP detalla las dificultades para ingresar y los "cursos de reciclaje" para mantenerse activo. Sus miembros lanzan una batería de propuestas para impulsar la unidad y reflexionan sobre la incidencia de la serie de Sorogoyen emitida en Movistar Plus

Gonzalo Araluce

Publicado 24/10/2020 04:45
Actualizado24/10/2020 4:53

“Los del 97. Aquellos sanfermines… qué sanfermines. Fueron muy duros. Dormíamos en un cuartel semiabandonado, en condiciones no muy buenas, y teníamos que movernos en furgones blindados. ETA secuestró y mató a Miguel Ángel Blanco mientras Pamplona celebraba sus fiestas. La tensión social en la ciudad era brutal. Todos los días había gresca, gente en las calles que se pegaba. La más mínima chispa podía hacer prender aquel polvorín. Teníamos que actuar con contundencia y, al mismo tiempo, medir cada movimiento al milímetro. Pasamos momentos realmente complicados”.

Carlos [nombre ficticio] lleva más tiempo en su vida dentro de la Unidad de Intervención Policial (UIP) que fuera de ella. Es un antidisturbios de entre los 2.400 -al menos sobre el papel- con los que cuenta la Policía Nacional, repartidos en 52 grupos por toda España. Experiencia dilatada que en la última semana ha vivido una “divertida” convulsión: “No para de sonarme el teléfono, todo el mundo me llama para preguntarme qué me parece”.

Habla, por supuesto, de Antidisturbios, la serie de Rodrigo Sorogoyen que arrasa en Movistar Plus. Ficción que revela los entresijos de un equipo de la UIP y que ha levantado una polvareda entre los sindicatos policiales. “El primer episodio es tremendo”, admite Carlos. “Refleja muy bien la tensión de una intervención que se tensa, que va a mayores”. A su juicio, el papel más destacado es “el del líder”: “Refleja perfectamente cómo actúa, el liderazgo que asume en un escenario difícil”. Ríe y añade: “Pero hay otras cosas que… no estamos zumbados”.

“Sólo el ingreso en la unidad ya es complicado”. Carlos se refiere al examen que, en competencia mutua, deben superar los policías aspirantes a antidisturbios. Además de estudiar el temario correspondiente, los candidatos deben superar un reconocimiento médico, unas pruebas físicas y un test psicológico. Y todo eso no basta para entrar en la UIP.

El paso por Linares

“¿Te acuerdas de que en un momento de la serie, el nuevo habla de que había pasado por Linares?”. Carlos recuerda su paso por el Centro de Prácticas Operativas de la Policía en este municipio jiennense. Los que aprueban los exámenes cumplen un curso de ejecución en estas instalaciones: “28 días en los que se nos lleva al límite”. El cribado de candidatos es significativo. “Es tan duro que un 30% no lo supera”.

Y el “reciclaje”. No basta con aprobar las pruebas, con superar Linares. Cada año, los antidisturbios regresan al centro de prácticas de Jaén para hacer “una semana de reciclaje”: “Renovamos contenidos y actualizamos conocimientos. En los últimos años ha habido cinco o seis cambios en el procedimiento de entrada y registro”. Y cada dos años, nuevos reconocimientos médicos, psicológicos, pruebas físicas; todo ello por tramos de edades. También nuevos temarios: “Todos los años se renuevan”. Son las pruebas de revalidación.

Mucho ha cambiado la forma de actuar desde aquellos sanfermines del 97. “Por ejemplo, ahora hay mucho peso de las redes sociales, en unos minutos te pueden montar una manifestación con cientos de personas y hay que estar preparados”.

"La delgada línea azul"

Ese fue el caso de Cataluña: referéndum del 1-O, algaradas tras la sentencia del procés, acciones coordinadas en las calles. Disturbios en las calles con un protagonismo destacado de los miembros de la UIP y de otras unidades similares de los Mossos d’Esquadra y de la Guardia Civil. Para Carlos, “se alcanzaron situaciones que nadie podía desear”: “Sólo ver las fotos de aquellos días producen un fuerte impacto emocional”.

“En Cataluña se puede ver con claridad por qué somos la delgada línea azul”. Habla de las escenas en las que un puñado de agentes, cascotes alrededor, conjugan una fila frente a una cantidad muy superior de radicales. “No son situaciones fáciles, pero actuamos siguiendo el protocolo y las órdenes”. Carlos habla de “los compañeros heridos”, la “incertidumbre” por el caos, las “escenas bélicas” en los lugares más céntricos de Barcelona. Agentes en primera línea durante la mayor explosión que ha vivido España en los últimos años.

“Son los episodios con mayor repercusión mediática que hemos vivido -reflexiona este veterano agente de la UIP-, pero nuestro trabajo diario suele ser más discreto. Blindaje frente a hooligans en partidos de fútbol, seguridad en eventos multitudinarios… intervenciones que requieren máxima preparación, sangre fría cuando todo está caliente. Somos la delgada línea azul que mantiene el control entre el caos”.

Los miembros de la UIP también prestan apoyo en inundaciones y riadas, como las que se han sufrido en la Comunidad Valenciana o en Murcia en los últimos años. Asimismo, asumen funciones de control fronterizo en la lucha contra el terrorismo, el crimen organizado o el tráfico de seres humanos.

Las peticiones de renovación

Y eso que, a juicio de los sindicatos policiales, los antidisturbios necesitan una renovación “urgente” y unos “incentivos” que garanticen una mayor compatibilidad con la vida personal de sus miembros. Así lo confirman algunos de ellos en conversación con Vozpópuli.

“Hemos trasladado al Director Adjunto Operativo (DAO) un documento que detalla los medios materiales necesarios para que el trabajo se pueda realizar con seguridad personal: chalecos antibala, escudos balísticos, armamento, vehículos nuevos, uniformidad”, afirman desde el Sindicato Unificado de Policía (SUP).

También plantean “una reforma de la especialidad” para “recuperar efectivos perdidos en estos años como consecuencia de la pérdida de atractivo provocada por unos complementos salariales desfasados”: “Pedimos, además, un sistema de trabajo más compatible con la vida personal y un mayor equilibrio en las salidas de las unidades”.

    Tememos que sólo se conozca esa visión sobre nuestro trabajo. Es una serie de ficción, es importante no olvidarlo.

La Confederación Española de Policía (CEP) expresa, asimismo, la necesidad de mejorar los vehículos, los equipos de protección, las tecnologías… “Pero las más urgentes pasan por aumentar las retribuciones después de muchos años en los que han quedado desfasadas pese a ser una especialidad y el desarrollo de una nueva jornada laboral”. Desde este sindicato consideran que se corre el riesgo de “descapitalizar los grupos operativos” al no tener el suficiente “atractivo” entre los candidatos.

Desde Jupol también inciden en la necesidad de reformar las jornadas laborales de los antidisturbios: “Desde el año de 2015, a diferencia del resto de unidades de la Policía Nacional, pasaron a tener un sistema de jornada laboral por turnos en vez de por horas”. Aseveran que los miembros de la unidad “no tienen diferencias en su jornada laboral entre días de diario, fines de semana o festivos, con la consiguiente injusticia en la percepción económica en las nóminas”.

¿Qué ha supuesto la emisión de la serie de Movistar Plus para los antidisturbios de carne y hueso? “Tememos que sólo se conozca esa visión sobre nuestro trabajo”, apuntan voces sindicales. “Es una serie de ficción, es importante no olvidarlo”, añaden otros. La conclusión compartida es que “la UIP salva vidas todas las semanas y eso nos lo agradecen los ciudadanos”: “Es el reconocimiento más importante que hay”.






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Re: Unidades y material antidisturbios
« Respuesta #3258 en: 06 de Noviembre de 2020, 06:37:37 am »


LOS POLICÍAS SE QUEJAN DE FALTA DE MEDIOS
Los antidisturbios afrontan la nueva ola de ira social mermados y desmotivados

Tras la operación Copérnico contra el independentismo catalán, la unidad ha sufrido una sangría de bajas sin precedentes motivada por la falta de apoyo político y la escasez de incentivos
Foto: Imagen: Reuters/ Sergio Pérez
Imagen: Reuters/ Sergio Pérez
Por Roberto R. Ballesteros
06/11/2020 - 05:00

Las Unidades de Intervención Policial (UIP) de la Policía Nacional afrontan la nueva ola de ira social que ha comenzado a tomar las calles con menos efectivos que nunca. El departamento —que hasta hace pocos años podía presumir de ser uno de los destinos preferidos por los funcionarios, donde no había más bajas que las que dejaban quienes ascendían o se jubilaban— se ha transformado ahora en el lugar al que muy pocos están dispuestos a ir y del que muchos quieren salir. La culpa de esta situación, según algunos, la tienen las malas condiciones laborales en que desempeñan su trabajo los funcionarios destinados en estas unidades. Para otros, hay una razón política. Ambas son compatibles.

Noche de disturbios contra el toque de queda

Los que son partidarios de radicar los males de los antidisturbios en esta última causa defienden que el punto de inflexión para estos agentes de élite tuvo lugar en la famosa operación Copérnico, desplegada por el Ministerio del Interior en 2017 con el fin de atajar el desafío independentista catalán. Aquel dispositivo, que conllevó que la práctica totalidad de las UIP y de las Unidades de Protección y Reacción (las UPR, conocidas como las hermanas pequeñas de los antidisturbios) se desplazaran a Cataluña y coparan hoteles y cruceros del puerto de Barcelona, presentaba un fuerte componente político, pues los policías ejercían como punta de lanza de un Gobierno que trataba de parar los pies al órdago nacionalista puesto en marcha a través del 'procés'.

Tras la actuación policial, que se prolongó durante meses, muchos funcionarios protestaron por las condiciones que tuvieron que soportar en su desplazamiento temporal. "Nos trataron como ganado", explican desde Jupol, el sindicato mayoritario del cuerpo. "Nos tuvieron hacinados en camarotes con horarios demenciales; además, hubo demasiadas órdenes políticas que nos pararon los pies, como también ha ocurrido después en determinados desórdenes públicos que hemos tratado de controlar en otros territorios", asegura un miembro de las unidades de intervención que estuvo allí y que prefiere permanecer en el anonimato.

Después de Copérnico, las UIP sufrieron "una sangría de bajas" que dura hasta la actualidad, añaden desde el sindicato. "Hemos pedido que nos digan el número de bajas concreto que ha habido desde entonces, pero la dirección general no nos ha querido contestar", denuncian desde Jupol, que se muestra preocupado por el número de agentes operativos que hay disponibles ahora. Aunque esta organización no tiene los datos exactos, sus miembros destinados en los antidisturbios sí observan algunos indicadores, como que ya no se llenan las furgonetas como antes.

Los equipos deberían estar formados por siete policías y un oficial, todos en una furgoneta, pero la realidad es que están saliendo vehículos con solo tres policías y luego a efectos de escritos constan como un equipo completo, describen desde el citado sindicato, que destaca que lo que más escasea son subinspectores, mandos intermedios que se encargan de dirigir los subgrupos, secciones departamentales compuestas por dos furgonetas. "Sospechamos —subrayan— que lo que la dirección quiere es eliminar las unidades para darle el gusto a Pablo Iglesias". En la misma línea se pronunció un informe del Sindicato Unificado de Policía (SUP) realizado antes del estallido de la pandemia. La organización señalaba que los 52 grupos que componen las UIP deberían estar conformados por medio centenar de agentes cada uno, pero es habitual ver algunos con apenas 35 miembros. "Hay una carencia de personal como no la ha habido nunca", confirman desde otro sindicato, la Unión Federal de Policía (UFP).

"Los miembros de las UIP asumen una carga laboral que está muy por encima de la que sobre el papel tienen asignada", añaden desde esta última organización, que considera que este corto número de efectivos de que dispone el departamento provoca que los funcionarios que están dentro tengan que hacerse cargo de ese trabajo que la falta de personal deja de realizar. "Yo llevo 40 días acumulados por exceso de horas, pero no me los puedo tomar; son tres meses en la práctica que es imposible gastar y sigo acumulando", destaca el policía de la unidad consultado, que trabaja actualmente en las dependencias de Moratalaz, donde se incardinan los grupos de Madrid.

El documento del SUP criticaba asimismo que la legislación que regula la actividad de las UIP no se ha modificado en 30 años, a pesar de que durante este tiempo la conflictividad social y los altercados callejeros derivados de esta han cambiado mucho en fondo y forma. El vandalismo urbano está mucho más organizado, los medios de comunicación registran cualquier movimiento durante una protesta popular y la tecnología permite que los policías luego sean objeto de denuncia con enorme facilidad, por poner algunos ejemplos de la evolución del fenómeno, que no ha ido acompañada tampoco, a juicio de los responsables del SUP, siquiera de la sensibilidad de quienes mandan sobre el departamento.

El sindicato añadía que la plantilla no recibe una compensación económica adecuada, que otros departamentos han visto incrementar sus complementos a un ritmo muy superior al de las UIP, lo que ha ido "diluyendo" el atractivo que antes ofrecía la especialidad para los funcionarios de la Policía Nacional. Al no estar recompensado el esfuerzo que representa trabajar como antidisturbios, se reduce el interés de los agentes por pertenecer a estas unidades. "El complemento específico está muy anticuado, se supone que premiaba la disponibilidad 24 horas y la peligrosidad que existe en este cuerpo, pero eso ya no es así, porque la diferencia con otros destinos es casi nula y no compensa venirse aquí", apunta el mencionado miembro de las UIP que prefiere no desvelar su identidad.

"Es complicado que haya gente que quiera venir ahora aquí", añade el policía, que en línea con lo que dicen desde los sindicatos culpa a la jefatura de la situación, porque "no vela por el bienestar de su personal, que está muy expuesto y no se siente respaldado ni recompensado". A esto se suma, continúa el SUP en el mencionado informe, la falta de modernización en los medios que también subrayan desde la UFP y desde Jupol. "La antigüedad media de la flota de furgonetas es de 11 años, lo que significa que fueron fabricadas en 2009 o antes", sostiene el citado documento, que considera que habría que renovar actualmente casi 400 vehículos de este tipo, que es el más utilizado por los miembros de las UIP para desempeñar su labor. "En esas furgonas de 18 o 19 años viajamos y vivimos con nuestros hermanos", subraya el citado agente.

El SUP señalaba que había casos realmente "insostenibles", como 38 unidades del modelo Peugeot Boxer que siguen utilizando los funcionarios de este departamento que fueron fabricadas antes de 2005 o 161 furgonetas que la Policía adquirió entre 1998 y 2006. Hay, además, "123 vehículos que superan los 200.000 kilómetros", señalan desde el SUP, que censura también el estado "deplorable" de los uniformes de los antidisturbios, el "déficit de más de 700 chalecos antibalas", la falta de formación en el manejo de armas, las reducidas dietas "superadas por el coste de la vida desde hace años" o el desfasado horario laboral, que no tiene en cuenta que en numerosas ocasiones los agentes trabajan por la noche o en festivos. Estos mismos días de altercados, la jefatura ha ordenado a los antidisturbios que controlen el cumplimiento de los toques de queda, por lo que son frecuentes los horarios nocturnos.

Desde Jupol, protestan también por la imposibilidad de utilizar determinado material de antidisturbios que acabaría en menos tiempo con las algaradas callejeras y que, en la práctica, aunque pudiera parecer más violento en un primer momento, minimizaría a su juicio los riesgos de heridos. Los productos lacrimógenos, por ejemplo, según este sindicato, apenas se utilizan por orden de la superioridad, pero representan un método muy efectivo para desactivar a masas de violentos, ya que hacen llorar a los afectados y los desorientan, pero no tienen efectos más allá. "Casi no nos dejan usarlos", zanjan desde Jupol, y critican una herramienta que sí es más habitual pero que conlleva riesgo por el modo en que los jefes han ordenado que se use.

Se trata de las pelotas de goma. "Nos obligaron a que primero rebotaran en el suelo teóricamente para minimizar el daño, pero en la práctica lanzarlas de esta forma aumenta el riesgo de golpes en ojos y cara, ya que la bola sale con un ángulo que tiene muchas posibilidades de impactar en el rostro", explican las mismas fuentes, que admiten que por estas órdenes de lanzar de esta forma ha habido lesiones graves. "Si fuera por los jefes, tan solo podríamos aguantar y aguantar", sostiene un miembro de las UIP cansado de las repercusiones políticas que tiene su trabajo, pues sus superiores —asegura— huyen como la pólvora de cualquier imagen que pueda salir en los medios que los relacione con actuaciones comprometidas.

Desde la Dirección General de la Policía, prefieren no hacer declaraciones respecto a esta crisis institucional que vive esta unidad de élite. Desde el Ministerio del Interior, por su parte, se limitan a señalar que este Gobierno ha retomado las ofertas de empleo público masivas después de que el anterior Ejecutivo redujera la contratación y provocara la reducción de plantilla en el cuerpo en más de 12.000 efectivos. "Alguno" de estos nuevos miembros del instituto armado, añaden, ha ido a parar a las Unidades de Intervención Policial.

Las Unidades de Intervención Policíal tienen un reconocido prestigio a nivel internacional. Estos profesionales dan cursos a cuerpos de naturaleza similar repartidos por toda Europa que reconocen sus capacidades para combatir el desorden público. Los miembros de esta especialidad, sin embargo, se quejan de que en España no se reconozca del mismo modo su profesionalidad y así lo transmiten las fuentes consultadas y los sindicatos. "La serie esta [en referencia a 'Antidisturbios', de


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Re: Unidades y material antidisturbios
« Respuesta #3259 en: 06 de Noviembre de 2020, 18:04:28 pm »
Hay muchas cosas que dicen ahi que no se ajustan a la realidad. Nunca entenderé porque los sindicatos mienten para reivindicar las cosas.