Entrevista a José Morata Gargallo
´Amo a la Guardia Civil; prefiero que mis hijos sean policías´
Fundador de la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC). Dicen que el amor lo puede todo, y eso se concluye tras hablar con José Morata
José Morata. JUAN CABALLERO
OLGA LÓPEZ El 30 de septiembre se aprobó por unanimidad en el congreso de los Diputados la propuesta para readmitir a los agentes de la Guardia Civil que fueron perseguidos y expulsados de la Benemérita por solicitar el derecho constitucional de asociación. José Morata, fundador de AUGC, tendría que haber sido readmitido en el Cuerpo, pero han pasado dos años y sigue sin poder patrullar.
¿Cuándo va a volver al Cuerpo?
Pues no lo sé. Ya debería haberlo hecho, pero mi asunto pasa de un despacho a otro pese a estar aprobado en el Congreso. Yo estoy deseando volver a ser guardia civil.
Pero el tiempo se agota, en unos meses cumple 58 años, la edad de entrar en la reserva...
Así es. Parece que no interesa mi asunto. A lo mejor están esperando a que pase a la reserva, no quieren que esté en activo.
¿Cuándo lo expulsaron?
En el año 1995. Me detuvieron años antes por conceder una entrevista y por tener propaganda en casa. Bueno, eso es lo que dijeron , porque sólo tenía unos recortes de periódico y, que yo sepa, la prensa era legal. Me acusaron de un delito militar, del que luego me absolvieron, pero finalmente me expulsaron de la Guardia Civil.
Eso no pasaría ahora, ¿verdad?
No. Hoy en día no me habrían expulsado y yo hubiera tenido mejores medios de defensa.
Entonces, ¿se ha avanzado mucho en las condiciones de los guardias civiles?
Muchísimo, la Guardia Civil ha cambiado un 300%. En el año 86 no había horario de trabajo, echábamos cien horas. No existía día libre, el servicio era tu vida, la familia no existía. No tenías derecho a vacaciones y tenías que pagar de tu bolsillo el uniforme y la linterna. Es más, cuando trabajabas patrullando varios pueblos, tenías que comprarte tú una moto o una bici para poder cumplir con tu labor, porque no había vehículo oficial.
Algo quedará por arreglar...
Por supuesto, la libertad de expresión para los guardias civiles es un tema pendiente. Este es el Cuerpo que más suicidios por motivos laborales registra. Debería haber más confianza entre los mandos y los agentes, eso mejoraría nuestras condiciones. En definitiva, tendríamos que dejar de estar tan militarizados para ser un cuerpo más policial. Fíjate que aunque la ley abatió los tribunales militares para los guardias civiles, aún nos juzgan en ellos. Claro, si no desparecerían la mayoría, y eso no les interesa.
¿Envidia a los policías?
Sí, por ejemplo, en los turnos de trabajo, que ellos pueden hacer planes porque saben con antelación cuándo libran. Nuestro sueño es lograr la unificación de los dos cuerpos, Policía Nacional y Guardia Civil, porque cuando se implanten las policías autonómicas va a sobrar uno de los dos. Sería más rentable unirlos.
Lleva veinte años sin estar en el Cuerpo pero cuando habla de la Guardia Civil dice «nosotros», ¿no se ha cansado de luchar por volver ?
Nunca. Ni por eso, ni por luchar por nuestros derechos. Me casé con la Guardia Civil cuando tenía 16 años y sigo completamente enamorado de ella. Estoy deseando volver. Eso sí, he vuelto a ser ciudadano, ahora puedo militar en un partido, quedar con amigos... tengo libertad.
Con su historia, ¿qué le diría a su hijo si quiere ser guardia civil?
Que intentara ser, como primera opción, policía local, como segunda policía nacional y, como tercera, guardia civil. Una cosa es que yo esté enamorado de mi trabajo, y otra que me guste la institución.