¿QUÉ PASÓ AQUEL VERANO EN BULGARIA?
El enigma del vídeo de Lars Mittank, el joven que desapareció delante de todo el mundoEl 8 de julio de 2014, un veinteañero alemán fue recogido por las cámaras mientras abandonaba corriendo un aeropuerto búlgaro. Nadie le ha vuelto a ver desde entonces
Héctor G. Barnés
28.04.2018 – 19:54 H.
“Este caso siempre me ha dado 'yuyu', y he pasado mucho tiempo intentando formarme una opinión personal sólida sobre qué pasó. No puedo. Este es uno de los casos que tienen demasiadas preguntas y muy pocas respuestas”. Este es uno entre los miles de mensajes que, unidos a decenas de vídeos de YouTube de toda índole, llenan la red intentando resolver la misteriosa desaparición del joven Lars Mittank, cuyo rastro se pierde en un vídeo registrado en el aeropuerto de Varna (Bulgaria) el 8 de julio de 2014. Desde entonces, la absoluta ausencia de pistas ha convertido su caso en uno de esos misterios sin resolver que ha llevado a algunos a considerarla “la desaparición más misteriosa de la Historia”.
El relato de los últimos días de Mittank tiene algo de cuento folclórico mezclado con leyenda urbana de la era 3.0. Poco a poco, desde que se esfumase de la terminal de salidas rumbo al bosque, se han ido conociendo pequeños detalles, pero ninguno de ellos es lo suficientemente concluyente como para arrojar nueva luz sobre el caso. En la grabación de las cámaras de seguridad se puede apreciar cómo el joven germano sale corriendo por el 'hall' del aeropuerto, atraviesa el parking, salta una verja (¡coronada con alambre de espino!) y desaparece para siempre, ya convertido en un punto indistinguible en la lejanía. Desde efectos secundarios de antibióticos hasta peligrosas mafias del este pasando por simples rencillas futboleras, hay una amplia gama de explicaciones sobre qué pasó con el alemán… pero ninguna de ellas es concluyente.
https://www.youtube.com/watch?v=VsqATIHqAqgLa grabación más analizada en la red.
Sea cual sea la teoría que uno apoye, la realidad es que no había nada a finales de junio de 2014 que pudiese presagiar lo ocurrido. Mittank era un joven en apariencia normal, que llevaba siete años trabajando en una central energética, tenía novia y se llevaba bien con sus padres. Había viajado con sus amigos a la conocida como Riviera Búlgara, en la costa del Mar Negro, una especie de Magaluf del este. Allí las cosas comenzaron a torcerse, y en menos de un mes, se había convertido en carne de 'reality show' alemán. Desde entonces, su historia se ha contado una y otra vez –la última, en un completo reportaje en 'Mel Magazine'– a partir de los testimonios de amigos y familiares, como si la clave del misterio estuviese encerrado en un nimio detalle entre todas las peripecias de Mittank en el resort Golden Sands.
Promesas del este
Tres jóvenes bromean, recostados sobre sus tumbonas, al lado de una piscina. Observan a las chicas que pasan y brindan con sus cócteles. Juegan al fútbol y pasean por la playa. Es una reconstrucción realizada por uno de los programas de la televisión pública alemana, una de esas torpes grabaciones propias de los programas de sucesos. Una de las escenas posteriores muestra al supuesto Lars, admirador del Werder Bremen, enfrentándose con otros seguidores del Bayern de Múnich en un bar. Es aquí cuando la cosa comienza a torcerse, y el momento en el que las versiones empiezan a diferir unas de otras. Hay quien localiza el enfrentamiento en la playa, quien lo hace en un garito llamado The Rock Bar o en la puerta de un McDonald's.
Para evitar una posible infección, el galeno le recetó un antibiótico llamado Cefuroxima 500 y le recomendó no viajar en avión
Lo que parece más o menos claro es lo siguiente: en algún momento de la noche del 6 de julio, los amigos de Mittank visitaron un local de la popular cadena de hamburgueserías tras haber tenido un encontronazo con otro grupo de gente. El joven se quedó fuera, algo en apariencia extraño, pero coherente con los recuerdos de sus compañeros, que a su vuelta desvelaron que apenas comió nada –un puñado de sopas y ensaladas– durante la semana que pasaron en Bulgaria. No tenía hambre. Cuando los alemanes abandonaron el establecimiento, Mittank había desaparecido. El joven no volvería a dar señales de vida hasta la mañana siguiente, momento en el que le contó a sus amigos que le habían propinado un puñetazo en la mandíbula que le había hecho daño en el oído. Según su versión, un grupo de búlgaros (¿o eran rusos?) contratados por sus enemigos futboleros le habían seguido y le habían dado una paliza.
A la mañana siguiente, Mittank fue a ver a un médico. El doctor Boris Najdenow descubrió que tenía el tímpano perforado y le recomendó operarse cuanto antes, pero Lars lo rechazó porque prefería ser intervenido en Alemania. Para evitar una posible infección, el galeno le recetó un antibiótico llamado Cefuroxima 500 y le recomendó no viajar en avión, puesto que ello podía ser letal para su oído. Fue entonces cuando le comunicó a sus amigos, cuyo vuelo salía ese día de regreso a Hamburgo, que no les acompañaría. Estos le ofrecieron acompañarle por un medio alternativo, como el autobús, pero Lars les dijo que no se preocupasen, que estaría bien aunque se quedase solo. Así que le hicieron caso, y dejaron atrás a su amigo. A partir de entonces, su pista es aún más turbulenta y difícil de seguir.
Night Terrors, un monumento al 'kitsch' audiovisual.
Sus pasos le llevan a un lugar llamado Hotel Color (a unos 20 euros la noche), que como recuerda capciosamente en su programa 'Terrores nocturnos' Bill Madon, bajo su apariencia de “hotel familiar” se ocultaba “un lugar sórdido donde trabajaban chicas”. Esta misma noche, su madre, Sandra, habló con él por última vez. Como manifestó más tarde, le sorprendió el comportamiento de su hijo, que susurraba aterrorizado al otro lado del teléfono. Este le dijo que había gente persiguiéndole para atracarle, darle una paliza o algo peor. Le pidió que congelase sus cuentas bancarias y sus tarjetas de crédito y, según algunas fuentes, le dijo que estaban rastreando sus llamadas. En algún momento de la convulsa noche –las cámaras le muestran abandonando la habitación durante una hora–, le envió un revelador mensaje de texto: “¿Qué es la Cefuroxima 500?”
A la mañana siguiente, Lars y Sandra departieron por última vez. Fue una despedida breve, porque el joven se estaba quedando sin batería. Este cogió un taxi de camino a la terminal del aeropuerto, y le anunció su llegada a su madre a través de un mensaje de texto. Esta había conseguido convencerle de que visitase al médico del aeropuerto antes de partir. El vídeo, de hecho, le muestra entrando en la consulta del doctor Kosta Kostov con su maleta. Este recordó posteriormente que parecía “nervioso” y algo receloso de la medicación que estaba tomando. Una revisión mostró que estaba perfectamente capacitado para viajar, pero algo salió mal en ese momento: un obrero entró en la consulta y, según recuerda el médico, el joven murmuró que no quería fallecer ahí y salió corriendo despavorido de la consulta.
¿Y si sufrió un brote psicótico debido a una mezcla de noches sin dormir, hambre, alcohol, fiesta y amenazas que detonó a causa de la medicación?
46 minutos más tarde de la entrada a la consulta, Mittank vuelve a aparecer ante las cámaras en el último registro que queda de su existencia, y que lo muestra corriendo como una exhalación hacia la puerta del aeropuerto sin mirar atrás, como si escapase de un fantasma invisible. Los últimos planos, en los que corre en mitad del aparcamiento vacío, parecen sacados de 'Con la muerte en los talones' de Alfred Hitchcock. A plena luz del día, delante de las cámaras de seguridad y ante la sorprendida mirada de una mujer con un carrito, Lars Mittank se esfumó para siempre. Desde entonces, toda posible pista –como los mendigos desmemoriados que supuestamente eran él– ha conducido a callejones sin salida.
¿Qué pasó?
Cada giro de la historia plantea nuevos interrogantes y abre nuevas hipótesis. ¿Tenía razón Mittank, aunque nadie le creyese, y todo se reducía a una pelea de bar que se salió de madre? ¿Se trata, como algunos de los más sensacionalistas han defendido, de una víctima del tráfico de órganos de las mafias del este? ¿Y si en realidad el joven sufrió un brote psicótico debido a una mezcla de noches sin dormir, hambre, alcohol, fiesta y amenazas que detonó a causa de la medicación? ¿O se trata de un muy logrado montaje por parte de un joven que, simplemente, quería desaparecer del todo y empezar una nueva vida?
Lars Mittank: se busca.
Lars Mittank: se busca.
Cualquiera de estas hipótesis plantea sus dudas. Por ejemplo, la cefuroxima no cuenta entre sus efectos secundarios con nada que lleve a sospechar que pudo acelerar el derrumbe mental del joven. Desde luego, por sí solo no pudo desencadenar la escalada paranoica del alemán. Además, las guías médicas recuerdan que la psicosis suele aparecer durante la adolescencia. La edad de Mittank parecía demasiado avanzada como para que sufriese su primer brote en ese momento, sobre todo teniendo en cuenta que no había mostrado con anterioridad ningún síntoma.
Tampoco había ninguna razón para pensar que Mittank querría cambiar de vida. Su madre y sus amigos afirman que parecía genuinamente asustado, y parecía claro que cuando salió de su casa su intención era pasárselo bien. ¿O no? Otras hipótesis sugieren que quizá el alemán estaba trabajando como mula, es decir, estaba pasando droga de un país a otro, lo que explicaría su paranoia y su peculiar comportamiento en el aeropuerto. Desde luego, en caso de ser así, probablemente habría sido coaccionado, porque no parece que su comportamiento –llamadas a su madre incluidas– encaje con la de un traficante de drogas internacional. Es una teoría que, eso sí, explicaría parcialmente por qué su móvil estaba siendo rastreado.
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Miguel Ayuso
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Como recuerda aquel usuario de Reddit obsesionado con el caso, “la puerta está abierta a multitud de teorías, y como bien sabemos, demasiadas hipótesis suelen enturbiar el agua y desviar la atención de las verdaderas pruebas y las posibles respuestas”. Es muy probable, como sugieren algunos usuarios de dicha comunidad, que en realidad el golpe recibido en la cabeza le causase alguna lesión cerebral sin diagnosticar que justificase su extraño comportamiento. La realidad puede ser más prosaica de lo que parece: “Es posible que un derrame cerebral lo matase y que sus restos aparezcan en el bosque cualquier día de estos”, recuerda uno de ellos. O quizá no, y la historia de este veinteañero siga siendo un epítome del folklore virtual del siglo XXI.