Tomelloso, un pueblo lleno de sorpresas en el corazón de Castilla-La Mancha LOLA MORA
Madrid
Domingo, 11 abril 2021 - 00:55
En esta localidad manchega han nacido pintores de renombre internacional, ha servido de escenario a series de TVE, vio nacer la novela negra española y, además, cuenta con una arquitectura de chimeneas únicas, más de 600 cuevas para conservar el vino y uno de los mayores viñedos del mundo.
Pocos podrían imaginar que un pueblo de La Mancha de apenas 38.000 habitantes es el epicentro de un volcán artístico, cultural y enológico que ha ido perdurando con los años. Nos referimos a Tomelloso, una localidad que ha visto nacer a pintores como Francisco Carretero, Antonio López Torres o su sobrino Antonio López García, así como a escritores de la talla de Juan Torres, Eladio Cabañero, Félix Grande o Francisco García Pavón.
Precisamente Francisco García Pavón (1919-1989), pionero de la novela negra con un toque costumbrista, utilizó en sus obras a Tomelloso como escenario, describiendo de una manera detallada los lugares recónditos de la localidad, donde se resuelven crímenes en rincones insospechados.
El éxito de su bibliografía dio origen a la serie de televisión Plinio, emitida en España a principios de los años 70: el protagonista, Manuel González Rodrigo, un viejo policía municipal de Tomelloso, con la ayuda de su amigo don Lotario, trata de resolver los homicidios basándose en sus sensaciones y profundo conocimiento de la zona. Fue rodada en color -lo que suponía una auténtica novedad en la televisión española de la época- por el recientemente fallecido Antonio Giménez-Rico.
RUTA PARA HOMENAJEAR A GARCÍA PAVÓN
Para profundizar más en la vida artística y personal de Francisco García Pavón, Tomelloso ha creado una ruta-homenaje. Así, más de 100 años después de su nacimiento, se pueden visitar los lugares en los que él vivió y supo recrear como escenarios en su obra literaria.
Ejemplos de ellos son la Posada de los Portales, el emblemático edificio citado en su libro autobiográfico Ya no es ayer (1976); la Biblioteca Municipal que lleva su nombre; la Glorieta de María Cristina, un jardín donde pasó su niñez y adolescencia; o el Casino de Tomelloso, donde el artesonado de madera y cristal del Salón de los Espejos fue realizado por su abuelo. También el Casino San Fernando, donde pasaba largas tardes charlando y escribiendo. Actualmente, en la nueva Plaza de España, al lado de este casino, se erige la estatua de Plinio y don Lotario.
Estatua de Plinio y don Lotario.
La relación del autor con su municipio fue tal que se convirtió en uno de los máximos impulsores en la organización y mantenimiento de la Fiesta de las Letras de Tomelloso.
novela negra... PERO TAMBIÉN BUEN VINO
Si se quiere hablar de la cultura del vino en España, hay que destacar a Tomelloso. De hecho, puede presumir de ser el principal productor mundial de alcohol de origen vínico. Una actividad con siglos de tradición que consiguió transformar la localidad manchega hasta dibujar una arquitectura propia.
Prueba de ello son las chimeneas, grandes monolitos que decoran el paisaje urbano de esta localidad en el centro de la llanura de La Mancha. Estas construcciones de ladrillo llegaban a alcanzar los 45 metros de altura (las más altas se reservaban a maestros altamente especializados, ya que aparte de su función, eran los elementos más emblemáticos y llamativos de la destilería).
Aunque a mediados del siglo XVIII se empezó a introducir la vid entre los cultivos de Tomelloso, la época de mayor apogeo se concentró a finales del siglo XIX y primera mitad del XX, en que se convirtió prácticamente en un monocultivo. Actualmente cuentan con 36 destilerías, que se pueden visitar incluso de noche.
El mayor viñedo del mundo
Integrada dentro de la Ruta del Vino de la Mancha, el 50% de la superficie de viñedos de toda España está en la zona de Tomelloso, con medio millón de hectáreas dedicadas al cultivo de la vid, bajo el control del Consejo Regulador D.O. La Mancha. Por este motivo, a la región se la conoce oficiosamente como el mayor viñedo del mundo.
En esta tradición vinícola, aparte de las chimeneas, se suman las cuevas que se habilitaron antaño ante las grandes necesidades de elaboración y almacenamiento de vino bajo unas condiciones excepcionales de luz, humedad y temperatura.
