El apuñalamiento mortal a un joven en Jaén termina con familias gitanas abandonando el pueblo
La localidad jienense de Peal de Becerro despertó el pasado domingo 17 de julio con la noticia del homicidio de Álvaro, un joven de 29 años que trabajaba como portero en un local de ocio. Había sido apuñalado con arma blanca. Unas dos mil personas del pueblo -que suma algo más de cinco mil habitantes en total- salieron a la calle para pedir justicia por su muerte. Pero lo que comenzó siendo una concentración para arropar a la familia y en repulsa del crimen, terminó con varios participantes volcando tres coches y haciendo pintadas y agresiones en fachadas de viviendas de familias gitanas. También se investiga el incendio a una casa.
Estado de algunas de las calles tras las protestas.
Lo que ha pasado en Peal de Becerro es, según diversas entidades, “antigitanismo”. Una de ellas es la Federación de Asociaciones de Mujeres Gitanas FAKALI, que ha mostrado “su total solidaridad y apoyo a la familia de la víctima” al tiempo que “rechazan de manera expresa y rotunda los incidentes producidos tras la concentración de protesta”.
“Hay que esperar a lo que diga la Justicia. Necesitamos que la gente se calme. Cuando un bosque está ardiendo tenemos que apagarlo, no usar gasolina. Es una irresponsabilidad”, afirma su presidenta, Beatriz Carrillo.
Familiares de los implicados han abandonado el pueblo
Tras el homicidio se detuvo a cuatro hombres, todos gitanos. Fuentes de la Guardia Civil explican a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, diario que pertenece al mismo grupo que este medio, que mientras que dos de ellos han sido puestos en libertad con cargos, otros dos, tras pasar por disposición judicial, han ingresado en prisión.