Bien, que hacemos pues?
Deberíamos (digo deberíamos, porque se dice fácil) tener en cuenta esta máxima, y tratar de detener al delincuente que huye, pero si la situación se vuelve peligrosa para terceros, cesar inmediatamente en el intento, (ya caerá, tarde o temprano, más de uno se sorprendería de las detenciones que se hacen a posteriori, tras practicar gestiones, ya en frío y minimizando riesgos)...
Pero estamos de acuerdo de que la responsabilidad de las consecuencias no es del Policía, que actúa en el ejercicio de sus funciones, eso está clarísimo, aunque lo que niego rotundamente (yo y parece que los de la toga también), es que haya que poner al delincuente a disposición judicial, como se ha defendido por parte de alguien, a toda costa y sin tener en cuenta las cosecuencias.
Salu2.