Control por perfil étnico: ¿qué están haciendo otros países para ponerle fin?
La muerte de Nahel, asesinado a los 17 años por el disparo de un policía, desencadenó disturbios en toda Francia y, al mismo tiempo, ha vuelto a plantear la controvertida problemática de la discriminación policial, en particular el control por perfil étnico en el territorio francés. ¿Están haciendo otros países de Europa o América algo mejor al respecto? France 24 proporciona algunas respuestas.
Primera modificación: 10/07/2023 - 01:02
Texto por:
Aude Mazoué
Solo se necesitó una chispa para que la ira subyacente de los jóvenes de los barrios populares volviera a surgir. Esta vez, el desencadenante fue la muerte de Nahel, asesinado a los 17 años por el disparo de un policía el 27 de junio en Nanterre.
Para muchos observadores, los controles policiales recurrentes y las discriminaciones de todo tipo explican en parte el estallido de violencia que ha incendiado numerosas ciudades francesas.
Porque el control por perfil étnico es una discriminación que perdura. En Francia los jóvenes hombres percibidos como negros y árabes tienen una probabilidad veinte veces mayor de ser controlados, según un estudio realizado en 2016 por el Defensor de los Derechos.
El uso del número de placa de los policías y el código deontológico en Francia
Durante la campaña presidencial de 2012, François Hollande prometió poner fin a esta práctica. Sin embargo, es evidente que la práctica persiste. “Los controles de identidad por perfil étnico que se multiplican son el caldo de cultivo en el que hoy se propaga el fuego”, analiza el sociólogo especialista en cuestiones de seguridad y policía Sébastian Roché, invitado en el “Ma France” el 30 de junio en France Bleu.
Se han propuesto soluciones para ponerle fin. El presidente socialista propuso la idea de entregar un recibo que contenga el motivo de cada control de identidad, así como el nombre del policía, para regular mejor la práctica.
Sin embargo, la idea, considerada demasiado burocrática, finalmente fue descartada por Manuel Valls en septiembre de 2012, para gran pesar de las asociaciones. También se planteó la posibilidad de equipar a cada policía con una cámara corporal. Probado en algunas ciudades, este dispositivo costoso no tuvo ningún efecto positivo en este tema, según el propio director general de la policía nacional (DGPN), Éric Morvan.
De hecho, este sistema no permitió determinar si el control era abusivo. Manuel Valls finalmente implementó la obligación de mostrar el número de placa de los policías. ¿Cuál es el principio? Si una persona considera que ha sido víctima de un control abusivo, puede tomar nota del número del agente que aparece en su uniforme y presentar directamente una denuncia a la IGPN, la “policía de la policía” a través de Internet. Por último, el código deontológico de la policía ha sido reformado.
Menos insultos, pero una discriminación siempre presente.
“Se ha observado que los programas destinados a sensibilizar a la policía sobre esta cuestión han tenido un efecto en las prácticas”, indica Anaik Purenne, socióloga e investigadora en la Universidad de Lyon.
“Se observando menos insultos durante los controles de Francia. Sin embargo, este racismo se manifiesta, al igual que en el resto de la sociedad, de manera más encubierta. Los policías franceses tienden a utilizar un lenguaje más informal o recurren al tuteo con mayor frecuencia con ciertas personas. Es una actitud mucho menos profesional que la observada en países anglosajones.”
¿Significa esto que el problema está mejor gestionado en el extranjero? No necesariamente. Un informe publicado un año después de las protestas de Black Lives Matter, basado en 35.000 ciudadanos de la Unión Europea (UE), mostró que los agentes de policía de los Estados miembros controlaron la identidad del 34% de las personas pertenecientes a minorías étnicas, en comparación con solo 14% de la población total de la UE.
Entre los peores resultados se encuentran Italia, Suecia, los Países Bajos y Portugal. En estos dos últimos, los rumanos informaron de altos niveles de discriminación. Respectivamente, el 86% y el 84% de las personas rumanos encuestadas afirmaron haber sido víctimas de perfilamiento racial por parte de la policía.
Las pruebas en el Reino Unido y en algunas ciudades de España
Si bien el problema parece ser generalizado, se han adoptado soluciones específicas en toda Europa. En el Reino Unido, por ejemplo una ley llamada PACE (Ley de Policía y Pruebas Penales) implementada desde 1986 regula los controles de identidad.
El país, que recopila sistemáticamente datos sobre los controles policiales en relación con la pertenencia étnica, ha implementado el principio de entregar un comprobante en cada control, que incluye el nombre del policía, el motivo del control, el código étnico, la hora de búsqueda y sus razones.
En Londres, lo datos recopilados indican que los agentes de la capital controlan principalmente a personas blancas. Sin embargo, si se comparan las cifras con la población general, se observó que una persona negra tiene 4,5 veces más probabilidades de ser controlada que una persona blanca, según un informe británico.
Al igual que en el Reino Unido, España también ha apostado desde 2007 por el uso de un informe entregado al final de cada control en algunas localidades. El recibo proporciona información sobre la duración del control, el motivo, la nacionalidad, el sexo, la edad y cualquier infracción, así como el número de placa del agente.
Los datos recopilados sobre estos controles han indicado que el número de controles se ha reducido a la mitad y que la policía es dos veces más efectiva en sus elecciones. Sin embargo, la experiencia se abandonó en otras ciudades españolas debido a la fuerte oposición de las fuerzas de policía a este dispositivo.
Las experiencias estadounidenses y canadienses
Al otro lado del Atlántico, se han llevado a cabo otra experiencias con mayor o menor éxito. En Estados Unidos, no existe una legislación federal sobre los controles de identidad, cada estado determina sus propias prácticas. En Nueva York, la policía, que debe tener una “sospecha razonable” para llevar a cabo un control, entrega a las personas involucradas una tarjeta que informa sobre el procedimiento y sus derechos.
No se proporciona ningún comprobante o recibo. Sin embargo, los dispositivos aún están lejos de ser satisfactorios, ya que los perfiles de personas afroamericanas o hispanas siguen siendo más controlados que otros, según un informe publicado en 2020 por Data Collaborative for Justice.
“Se han hecho esfuerzos para limitar algunas técnicas policiales en Estados Unidos, como la prohibición de la detención y registro en la ciudad de Nueva York”, destaca Jean Beaman, profesora de sociología en la Universidad de California en Santa Bárbara.
“Es una gran victoria, pero al mismo tiempo, no cambia las prácticas generales de perfil racial en la policía, en el sentido de que es más probable que crean que hay más sospechosas de actividad criminal” entre las minorías étnicas.
En Canadá, no hay recibos. Pero los controles de identidad requieren un “marco legal”. Los policías llevan un distintivo de identificación claramente visible en sus uniformes. También se ha implementado una política proactiva de reclutamiento de agentes de “minorías” y se mantienen contactos regulares con la comisión local de derechos humanos. Como resultado, los controles son muy respetuosos.
Sin embargo, una vez más, los datos son implacables y revelan una prevalencia de controles a personas pertenecientes a minorías. “Trabajando tanto en Francia como en Canadá, solía idealizar bastante lo que estaba sucediendo allí”, confiesa Anaik Purenne. “Hace años que han implementado dispositivos específicos. Pero las investigaciones cuantitativas disponibles muestran que el fenómeno continúa a pesar de todo”.
Ante este sombrío panorama, ¿existen soluciones para frenar esta plaga? “En Francia, la primera solución sería reconocer que existe un problema de discriminación y abrir una reflexión para buscar sus causas. Llevar a cabo dicha reflexión no debe estigmatizara una profesión o cuestionarla, ya que depende en gran medida de las políticas públicas implementadas por los gobiernos”.
Lo que recomienda Amnistía Internacional para combatir el control por perfil étnico:
Eliminar los controles de identidad administrativos.
Regular estrictamente el poder de la policía durante los controles judiciales o por orden judicial.
Adoptar medidas e instrucciones específicas para los controles dirigidos a menores.
Crear un mecanismo de quejas independiente y eficaz.
Modificar los objetivos institucionales, las directrices y la formación de la policía, especialmente en lo que respecta a las interacciones con el público.