Llevo su camisa impregnada en mi piel,
su aroma tatuado en mi piel y en mi noche,
el brillo de sus ojos brillando en los míos,
devorando mi cama de azúcar y de miel,
porque su alma me acaricia aún estando ausente,
porque sue?o que en sus manos me lío, lío, lío...
Gritaré despierta que le amo, dormida también gritaré,
su espíritu está siempre aquí, presente, conmigo
gritando junto al mío te quiero te quiero y te querré!
Que hasta la rosa que me diste acaricia nuestro ser,
esparciendo su suavidad de pétalos en nuestro nido
donde nuestras caricias de amor empiezan a florecer,
donde cada poro de mi piel sólo quiere estar contigo,
dos ángeles blancos que unidos han de premanecer
abriendo sus alas en el horizonte al atardecer,
expandiéndose, dando a los necesitados calor de abrigo.
Dos lágrimas exatasiadas de mi rostro empiezan a caer,
y al caer a la tierra seca ésta empieza a nacer,
a reventar de naturaleza viva al aroma de pino,
que ansioso y bravío las comienza a beber,
su verde colorea el bosque con atino,
colorea nuestras vidas hasta la eternidad, el infinito...
nuestro hoy, nuestro ma?ana, hasta nuestro ayer,
porque nuestras adeversidades han perdido el sentido,
porque el presente nos ama, nos empieza a querer...