Los perros también hablan: por qué la Policía no debería desenfundar la pistola en los incidentes con animales
Asociaciones protectoras piden que la Fiscalía investigue el último caso, la muerte con tres disparos de un perro que caminaba desorientado por una autovía en Tarragona.
Un perro lleva un pañuelo en una manifestación animalista, a 16 de septiembre de 2023, en Madrid
Un perro lleva un pañuelo en una manifestación animalista, a 16 de septiembre de 2023, en MadridDiego Radamés / Europa Press
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Santiago F. Reviejo
25/05/2025 20:19
Perros abatidos a tiros durante una intervención policial, en unos casos porque ponían en peligro la seguridad vial, en otros por la agresividad mostrada contra los agentes, según los relatos de las fuerzas de seguridad intervinientes. Son varios los casos que se han producido en España, el último en Tarragona, donde un perro recibió el pasado 4 de mayo tres disparos de un miembro de la Guardia Urbana cuando el animal deambulaba perdido por la autovía A-7. Asociaciones de policías y ciudadanas defensoras de los animales achacan en general esas muertes a la falta de formación de los agentes para saber actuar ante los canes.
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En España, con una población que supera los 48 millones de personas, hay registrados más de nueve millones de perros. Es un número muy alto de individuos que puede generar una cantidad importante de incidencias en las ciudades y pueblos donde habitan debido a muchos factores, como maltrato, abandono o extravíos. En la mayoría de los casos, son las fuerzas y cuerpos de seguridad las que se encargan de resolver esos incidentes, que, en algunos casos, acaban con la muerte del animal, abatido a tiros con armas reglamentarias.
Es el caso del perro que a principios de este mes caminaba desorientado por la A-7, a su paso por el término municipal de Tarragona, cruzando de un carril a otro. Los agentes de la Guardia Urbana que intervinieron aseguraron que intentaron varias veces, sin éxito, capturar al animal, tras lo cual decidieron dispararle, porque entendían que suponía un peligro para la circulación de los vehículos. Fue uno de ellos, un agente en prácticas según informó el cuerpo policial, el que dio hasta tres disparos que acabaron con la vida del perro.
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La Guardia Urbana tarraconense aseguró haber abierto un expediente administrativo sobre esta intervención policial, que ha sido muy criticada por organizaciones defensoras de los animales, el Colegio de Abogados de esa provincia catalana y formaciones políticas de la oposición municipal. La Asociación de Policías por la Defensa de los Animales (APDA) considera que la Fiscalía debería investigar lo sucedido y la Fundación para el Asesoramiento y Acción en Defensa de los Animales (FAADA) ya ha anunciado que denunciará el caso ante el ministerio público para que abra diligencias por unos hechos "tan impactantes".
En otra ciudad catalana, en Barcelona, se produjo hace unos años, en 2018, otro caso muy polémico: la muerte de Sota, un perro cruce de labrador de dos años y medio, propiedad de un hombre que vivía en la calle y que fue abatido con un disparo en la cabeza por un guardia urbano, quien alegó que había actuado en defensa propia porque el animal le había mordido en un codo cuando intentaba identificar a su dueño. El Partido Animalista PACMA llegó a recoger 230.000 firmas para exigir al Ayuntamiento que investigase lo sucedido y depurase responsabilidades en un caso que acabó con un acuerdo judicial de mediación.
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También ha habido perros abatidos o gravemente heridos por disparos de policías en Canarias, en Ceuta, en Zaragoza, en Bizkaia, en muchos sitios y por diferentes motivos. Basta una búsqueda en internet para encontrar casos de este tipo que han sido objeto de noticias en los medios de comunicación a lo largo de las dos últimas décadas. En unos, el animal andaba perdido entre el tráfico de coches, como en Tarragona, en otros, se había mostrado muy agresivo con los policías que intentaban detener a su propietario.
"El animal es una víctima"
Eduardo Justa, presidente de la Asociación de Policías por la Defensa de los Animales y con 30 años de servicio como policía local en Logroño, achaca la mayoría de los casos a la falta de formación en este ámbito de los cuerpos y fuerzas de seguridad. "Vemos al animal como causante de algo malo, pero no somos capaces de pensar que es una víctima, que ha sido abandonado o maltratado o que se ha extraviado", explica a Público
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Esa formación permitiría a los policías, según Justa, saber cómo comportarse cuando tiene que afrontar una intervención en la que hay un perro por medio. Sabría que un perro no intenta morder, que o lo hace o no lo hace, que no tiene medias tintas, también que si está estresado, agobiado porque se halla desorientado, porque se siente acosado, hará ver, con su lenguaje canino y con su cuerpo, que quiere que te alejes, que lo dejes tranquilo, no que pretenda abalanzarse sobre ti y darte una dentellada.
El presidente de la APDA pone como ejemplo lo que sucedió en una intervención policial en Tenerife para detener a un individuo que se encontraba acompañado por varios perros. Los animales, tal como se aprecia en el vídeo colgado en la red social X, ladraron y se enfrentaron a los dos policías que no paraban de moverse y de agitar los brazos, pero, en cambio, no le hicieron nada al agente que estaba de rodillas manteniendo reducido al dueño de los perros, sin moverse y aparentemente tranquilo, pese a que podía ser una víctima más propicia, con la cabeza a la altura de unas poderosas mandíbulas.
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"Conocer el lenguaje de los perros, las señales de calma, es lo más necesario. Saber que los perros comunican con todo su cuerpo y que también están atentos al tuyo", infiere Justa. A su juicio, sería imprescindible que los miembros de los cuerpos y fuerzas de seguridad recibiesen formación para saber cómo actuar ante un animal que está tan presente en los pueblos y ciudades de un país como España y que, por el crecimiento de su población, cada vez requiere más intervenciones policiales.
"Igual que en los municipios más turísticos es recomendable que los policías sepan idiomas o que todas tengamos que saber cómo funcionan los ordenadores y otras herramientas para desarrollar nuestro trabajo, deberíamos aprender cómo actuar ante los perros y saber, por ejemplo, que si los miras de frente, con el pecho de frente, ellos lo entienden como una amenaza", detalla el presidente de APDA.
Competencias de los ayuntamientos
La fundación FAADA, que trabaja desde hace 20 años en la defensa de los animales, recalca que para que un perro llegue a una autovía desorientado, como en el caso de Tarragona, han tenido que pasar antes muchas cosas que deben ser tenidas en cuenta para analizar lo sucedido. La abogada de la organización, Sandra Vega, recuerda que son los ayuntamientos los que tienen las competencias de recogida de animales abandonados o maltratados y disponer de las infraestructuras necesarias para llevar a cabo adecuadamente esa tarea.
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"Hay que poner remedio antes de que un perro llegue perdido a una carretera, se ponga en peligro la circulación y luego se produzca la tragedia de su abatimiento a tiros", dice la abogada a Público. "Los ayuntamientos deben tener servicios de recogida de animales, pero muy pocos lo tienen y menos durante las 24 horas del día, pese a que la Ley de Bienestar Animal les otorga esa competencia de forma directa".
La FAADA sostiene que si cada vez hay un mayor número de personas con animales en sus hogares, las administraciones deberían de estar preparadas para dar respuesta a esa realidad. Sin embargo, a su entender, no ocurre así y el incumplimiento de la normativa sobre protección es muy frecuente. "El problema de la impunidad respecto al maltrato animal es muy grande -asegura Sandra Vega-. Las administraciones y las fuerzas de seguridad cuando cometen infracciones u omiten los deberes que les asigna la ley se sienten impunes si no intervienen las organizaciones defensoras de los animales. Y si estas organizaciones no actúan, no se persiguen los delitos".
En el caso del perro abatido con tres tiros en Tarragona, la Fundación para el Asesoramiento y Acción en Defensa de los Animales presentará una denuncia ante la Fiscalía para exigir que se lleven a cabo todas las investigaciones pertinentes y que se aclaren las responsabilidades de los policías que intervinieron. "Es un caso que nos ha parecido impactante, a raíz del cual nos han llegado consultas de otras zonas de España, una por unos hechos muy similares", señala la abogada.
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La cuestión del tercer disparo
La Asociación de Policías para la Defensa de los Animales, integrada por un centenar de agentes de cuerpos locales, autonómicos y estatales, considera también que la Fiscalía debería intervenir en el caso de Tarragona. "Si un particular mata a un perro de un disparo se abre una investigación por maltrato para determinar las causas y se informa al juzgado. Y la ley no es diferente para los policías. ¿Remataríamos de un tercer tiro a un delincuente al que hemos disparado de forma presuntamente justificada?", se pregunta el presidente de la organización policial.
El tercer disparo es crucial, a juicio de esta asociación policial. Y al respecto se hace otras preguntas: "¿Por qué remata con un tercer tiro al perro? ¿El policía diagnosticó que no tenía ya sanación? ¿Supo que lo alcanzó de dos disparos en órganos vitales? ¿A qué distancia (se hicieron los disparos)? ¿En movimiento o parado?".
Entre los dos primeros disparos y el tercero puede haber un abismo legal en la intervención del policía que acabó con la vida del perro en la A-7, a juicio de Eduardo Justa. "Tenemos un animal herido (por dos disparos) que necesita atención veterinaria. Si el animal fallece, sin que por parte de la Administración o de los policías actuantes le hubieran facilitado esa necesaria asistencia veterinaria, podríamos estar hablando de un posible delito de maltrato animal por omisión de actuación. Pero más grave aún, si en vez de procurarle asistencia veterinaria lo remata de un tercer disparo, entendemos que lo apropiado es que la Fiscalía abra diligencias de investigación", concluye el portavoz de APDA.
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PACMA comprende que hay circunstancias muy complicadas durante las intervenciones policiales para que los agentes sepan cuál va a ser la reacción de los animales. "No queremos criminalizar ni generalizar. Pero las muertes ocurren más de lo que debería. Y lo atribuimos al desconocimiento", precisa a este periódico la portavoz nacional de la organización política, Yolanda Morales.
En el caso de Tarragona, PACMA considera que se debieron de tomar medidas alternativas previas antes de recurrir al uso de las armas para solucionar un problema de tráfico. "Lo que esperamos en estos casos es que los servicios de seguridad pongan limitaciones al tráfico para que la circulación sea más lenta hasta que consigan que el animal salga de la vía. Hay que enseñar a las fuerzas de seguridad a reaccionar con más sentido común y que no saquen la pistola porque se trata de un animal. Nadie reaccionaría así si se tratase, por ejemplo, de una persona mayor que hubiera perdido la cabeza", recalca Morales.
Según el partido, existen también instrumentos, tecnología, para reducir a un animal sin que haya necesidad de usar armas de fuego, por ejemplo, los dardos tranquilizantes o las cerbatanas, como las que utilizan en zoológicos para calmar a animales salvajes en determinadas situaciones.
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La Asociación de Policías opina, igualmente, que se pueden tomar otras medidas para solucionar los problemas de tráfico originados por un perro como el que ocurrió en la A-7. "Cuántas retenciones hay en una ciudad del tamaño de Madrid por diferentes circunstancias, por un accidente, por obras, y paras el tráfico y no andas a tiros", dice Justa, que se hace otra serie de preguntas sobre el caso de la capital tarraconense: "¿Es la primera vez que un accidente colapsa la A-7 a su paso por Tarragona? ¿Y cómo se actúa en caso de accidente? ¿Se ha disparado alguna vez contra personas que cortan vías en protestas o manifestaciones?".
PACMA, por su parte, lamenta el desconocimiento que aún impera en muchos ayuntamientos no ya sobre el contenido de la Ley del Bienestar Animal, que se aprobó en 2023, sino sobre normativas autonómicas que velan por su protección desde hace muchos años. "Hay un desconocimiento enorme sobre la normativa de protección animal", subraya Morales.