Dentro de seis meses cumplo 50, me han pegado mas en el colegio y en la iglesia que en casa y, repito, es muy raro que a los que tienen mi edad, cinco a?os abajo o cinco a?os arriba, sus padres, tíos o con quien estuvieran viviendo por circunstancias de la vida, en algún momento, no les hayan dado alguna bofetada, pellizco de monja (de esos retorcidos) o capón, lo dudo mucho. Pero bueno, cada familia es un mundo y quizás en aquellas familias en las que no se pasaban penurias y bahía alegría en cada momento (el papá trabajaba y la mama no tenia que ir a fregar suelos por lo que los ni?os estaban bien atendidos, vestidos y educados) la bofetada era algo que estaba fuera de lugar.
Por quedar bien aquí no voy a esconderme y a decir cosas que no son, con esto tampoco les estoy recriminando nada a mis padres ni considero que al decir esto aquí les esté poniendo verdes. Eran momentos en que la sociedad (la sociedad de las familias que no llegaban a fin de mes y como mis padres vivían realquilados y en algunos momentos hasta pasando hambre) actuaba así y ellos se regían por un patrón, por el patrón de la bofetada o la patada en el culo (típico en el mundo rural) De todas formas cuando me daban esa bofetada era por algo que no había hecho bien, por lo tanto no me arrepiento de ello, mas bien estoy agradecido (aunque no pensara eso cuando era mas joven).
Lo que si veo, es que mis formas para con mis hijos han cambiado y es normal, la sociedad cambia con el tiempo.
Mis padres me han dado una educación basada en el respeto hacia la familia, el resultado de todo esto es que me siento orgulloso de ello. Pues somos tres hermanos que nuca hemos dado problemas (salvo alguna que otra tontería), a mis padres. De toda esa educación que me han dado mis abuelos y mis padres he llegado a ser lo que soy un currante pero honrado, con eso he logrado que mis padres se sientan orgullosos de mi, para mi suficiente.
He estudiado mas de mayor que de joven, he trabajado mucho, tanto, que tengo treinta a?os cotizados y, no es que haya llegado a ser ministro ni arquitecto, trabajando honradamente he llegado junto con mi mujer a formar una familia con tres hijos de 22,18 y 15 a?os; con todo eso todavía no han venido los cuerpos de seguridad a mi casa para sacarme los colores con respecto a mis hijos (cosa que no pueden decir muchos padres)y, espero que la situación siga a sí.
Y repito, mis hijos han probado en el culo y en la cara en momentos críticos en los que sus oídos estaban completamente cerrados a cualquier dialogo o advertencia y su comportamiento mas que de ser humano era de un salvaje (todo por cabezonería) la famosa bofetada con el consiguiente castigo en la habitación y ??a callar!!.
En mi casa tan solo he utilizado la mano en aquellos momentos en que la situación era insostenible.
Cuando le pegue a mi hija mayor por primera vez le faltaba muy poco para ser mayor de edad, yo esa noche tenia servicio y no pude resistirlo, tuve que llamar a mi mujer para preguntar que tal estaba.
El otro día que vino a casa unos días, nos fuimos toda la familia a comer a Santa Pola y me abrazó y me dijo...?Papá cuanto me acuerdo de tus consejos y de la bofetada que me diste?, ahora que lo pienso me la merecía, perdóname por haberos dado tanta guerra, nada, hija no tengo que perdonarte nada, estoy muy orgulloso con mis tres hijos y tu que res la mayor, mas todavía.
Creo que las bofetadas poco a poco desaparecerán del contesto familiar, es bueno que así sea, pero es importante que haya algo que las sustituya, algo no doloroso y que los crios sepan asimilar.