Shin Chan, te aseguro que en ningún momento me he sentido a gusto cuando he tenido que reaccionar así con mis hijos. Mis hijos tienen 22 (casi 23), 18 y 15 a?os, no me han dado más problemas que los típicos según han pasado los a?os. A mi casa no ha tenido que venir ningún agente de la autoridad para sacarme los colores y mis hijos son queridos y respetados no solo en la comunidad, si no allí donde pisan y se dejan conocer. Eso para unos padres es un orgullo tan grande que, si no te controlas incluso cuando lo escribes se te saltan las lagrimas. Eso para unos padres es una meta, la más importante meta de la vida, tener unos hijos que te respeten y quieran. No quiero nada mas en este mundo, no necesito fortunas millonarias, quiero seguir siendo el vigilante de seguridad que con una administrativa han formado una familia numerosa con sus altibajos como todo el mundo, pero al fin y al cabo una familia en la que la enfermedad no se ha cebado (espero que si Dios quiere siga así), eso es lo único que me hundiría.
El trabajo y sacar esta familia numerosa adelante nunca nos ha asustado. Lo único que hemos querido mi mujer y yo es tener unos hijos sanos y fuertes, pero sobre todo educados, los tenemos y damos gracias a Dios por ello. Tan solo en una ocasión le pegué a mi hija mayor un tortazo, ahora no la tengo en casa pero cuando viene me dice que aún fue poco, cuestión que yo siempre rectifico pues nunca fue mi intención llegar a tal extremo, pero llegado el momento no tuve elección. Te puedo garantizar que luego eres tu el que sufres. Ella se quedó asustada (parece que la estoy viendo) pero se metió en su habitación y se puso a llorar, no se esperaba algo así ya casi rozando la mayoría de edad. Con mi otra hija e hijo ha pasado lo mismo, con el ?nano? (así le llamamos y quiere que le llamen) fue cuando era mas joven, pero no se si será por aquello de ser un chaval la anedralina la tenía muy alta y, un día llego lo que ninguno (ni el ni yo) queríamos, hasta hoy.
Entiendo que pegar no es la solución, pero es muy fácil opinar de las cosas sin llegar a conocerlas, como muchas veces hacemos con la política (yo el primero). Esto no es lo mismo, aquí se trata de que tienes que enderezar ese árbol que cada vez se hace mas alto y grueso y, ya no valen palotes ni ca?as, tienes que poner un puntal de acero inoxidable.
Tú dirás que estas cosas nos han ocurrido porque no hemos seguido unas pautas desde un principio, te entiendo y, no te quito parte de razón, pues es verdad.
Pero lamentablemente la familia de un currante es así, habrá algunas que no, pero la mayoría de las familias de obreros no pueden mantener esas pautas, no por falta de interés, si no por otras cuestiones sociales que ahora debido al poco tiempo que dispongo, serian muy difíciles de explicar.
Sin conocerles, te puedo garantizar que a ningún contertulio de los aquí presentes le ha gustado pegarle a su hijo o hija si en alguna ocasión lo hicieron, eso te lo puedo garantizar, pues a nadie le gusta que se le encoja el corazón hasta ahogarse en su propio aliento como ocurre cuando le pegas un tortazo a tu hijo, a tu querido hijo, pues quieras o no quieras es sangre de tu sangre. ?Nadie ha pensado en el da?o sicológico que le puede producir a un padre o una madre el pegar a su hijo por primera vez?
?Es comparable el dolor físico con el dolor síquico?
Perdonad mi extensión.