Un coche patrulla actual en un cuartel de la Benemérita, este coche dejó de fabricarse hace 20 años
Así son los coches patrulla que ponen en riesgo la vida de los agentes de la Guardia Civil
BMW para los mandos y coches con 20 años para los agentes que patrullan, esta es la realidad de un parque móvil en el que el Gobierno está invirtiendo cientos de millones de euros
Iván Mingo
Iván Mingo
16/02/2024 Actualizada 04:30
La Guardia Civil de Tráfico lleva años denunciando la precariedad de medios con las que se ve obligada a trabajar, lo que la ha convertido en el destino menos solicitado por los agentes del cuerpo, cuando tradicionalmente era uno de los más atractivos.
De hecho el déficit de agentes les impide llevar a cabo determinados operativos, como la Vuelta a Andalucía ciclista que se vio obligada a cancelar la primera etapa recientemente.
Ni cascos, ni chalecos, ni coches
Años en los que han exigido al Gobierno la más mínima dotación para proteger sus vidas sobre el asfalto, desde chalecos con airbag para los motoristas hasta cascos que no estén caducados y botas altas de moto. Una situación que se hace extremadamente grave en lo referente a los vehículos con los que se ven obligados a patrullar los agentes.
Pese a que el Gobierno anunció hace ya años la actualización y modernización de prácticamente todo el parque móvil, la realidad es que las incorporaciones que se han producido dejan mucho que desear, tal y como confirman miembros del cuerpo en redes sociales a través de las principales asociaciones del sector.
En lo referente a los coches oficiales este plan permite la actualización de los parques móviles al servicio de la Administración, desde coches oficiales hasta los vehículos de las Fuerzas de Seguridad.
Una foto y poco más
Durante los dos últimos años los diferentes responsables de la Guardia Civil se han ocupado de llevar a cabo suntuosas ceremonias de entrega de los nuevos coches para le cuerpo, pero en paralelo agentes del cuerpo se encargan de dejar claro en redes sociales los problemas de los vehículos por los que optan los responsables, lo que supone desperdiciar una oportunidad de oro para rejuvenecer su parque móvil y dotarles de vehículos de calidad.
Tal y como explican el principal problema sigue siendo la antigüedad, pues en muchos cuarteles y destacamentos del cuerpo, tanto de tráfico como de seguridad, quedan aún vehículos obsoletos con décadas a sus espaldas y en un estado lamentable tanto mecánico como de conservación.
No es difícil ver Nissan Almera o Renault Mégane, modelos que se dejaron de construir hace más de dos décadas. Sin duda el mayor problema.
Sin el menor criterio
En paralelo los responsables de escoger las flotas que compran deben saber muy poco de labores de patrulla, pues están optando por vehículos híbridos enchufables y eléctricos de forma masiva, desde Renault Mégane 100 % eléctricos hasta Mitsubishi Eclipse Cross híbridos, estos últimos con una autonomía eléctrica de unos 50 kilómetros que funcionan el resto del día en gasolina.
Eso sin citar que no tienen dónde cargarlos, pues un retraso en la solicitud de los fondos a Europa provocó que la mayor parte de los cuarteles no tengan aún cargadores. Simplemente absurdo.
Los BMW y los Cupra son para los mandos
En paralelo recientemente denunciaban una flota de coches con un maletero tan pequeño que no cabe el material de trabajo, lo que le obliga a llevarlo dentro del coche, algo que además de peligroso es ilegal y se multa con 200 euros.
Es cierto que en ocasiones han recibido algunos coches que se salvan de la quema, como Cupra Formentor diésel de 150 caballos, BMW X3 y X1 y Toyota Land Cruiser, vehículos que acaban siempre en manos de los mandos, que van relegando los viejos y los menos funcionales a las patrullas de carretera.
Un problema que sólo sale a la luz en situaciones como la de la patrullera de goma que fue embestida por una planeadora con el conocido resultado.