GIJÓN
Policías, «que no psicólogos», que también hacen de GPS
«Por la mañana el problema es el tráfico. Por la noche, de seguridad ciudadana. Los fines de semana, por la 'movida'»
12.04.10 - 02:25 - O. E. | GIJÓN.
«No hay que perder el tiempo en conversaciones largas. Hay que enviar cuanto antes a los agentes»
«En el tipo de llamadas también se nota la crisis. E incluso la luna»
El agente Vidal es más que veterano. Lleva 30 años de servicio en la Policía Local de Gijón y 10 atendiendo las llamadas de los gijoneses. Cuando se le pregunta si prefiere el puesto actual, la rápida respuesta que ofrece sorprende: «No, no. Prefiero la calle». Dicen los superiores que por mucho que dentro del Centro de Coordinación Integral de Servicios no llueva, ni haga frío, ni te enfrentes a ciertos peligros, no todo el mundo elegiría la sala. Porque no todo el mundo tiene la paciencia necesaria. Y la voz. Una voz que el agente Vidal asegura haber perdido en más de una ocasión.
Después de diez años al teléfono, sabe perfectamente qué tipo de llamadas puede entrar cada día. «Si es por la mañana, cuestiones de tráfico. Por la tarde-noche, más de seguridad ciudadana. Los fines de semana, zonas de movida, problemas con los vecinos, botellón».
También influye la época del año. Cuando llega el verano, las playas y el tráfico en las zonas cercanas copan la actividad. «Todo es cíclico», reconoce el agente, al mismo tiempo que advierte de que influyen otras muchas cosas.
Como la crisis, por ejemplo, que se nota «en el tipo de llamadas, en las muchas personas mayores que están solas, en los problemas psicológicos». Y también «en algún hurto más de los que solía haber», a pesar de que Gijón sigue siendo «una ciudad muy tranquila».
Como influye también la luna, dice Vidal.
¿Reconocen, por la voz de quien llama, si el problema es grave o no? «No es muy fiable, porque depende de lo acostumbrada que esté la persona a enfrentarse a esa situación». Puede, por ejemplo, llamar un médico en una situación grave, pero estar muy tranquilo. Y, por contra, puede estar más que nervioso alguien con un problema en principio más sencillo. Pero los agentes lo tienen claro: «Para quien llama, lo que está viviendo es su principal problema». Y como tal hay que tratarlo.
«Sólo para charlar»
Como a los 'fijos' del 092, que incluso identifican ya las voces de los agentes, aunque no conozcan sus nombres. «No somos psicólogos. Somos policías. Pero es verdad que hay gente que nos llama sólo para charlar. Les dejamos hablar», dice el agente Vidal. De ellos ya conocen sus fobias y manías y muchos de sus datos personales. Pero, insisten los responsables del servicio, esto es el 092, no ningún otro servicio sociosanitario, por lo que es importante no ocupar las líneas. De hecho, el protocolo de actuación indica que, cuando se trata de una emergencia, hay que hablar lo menos posible, para enviar cuanto antes a los agentes al lugar, algo en lo que ayudan mucho las cámaras de control del tráfico. «No hay que perder el tiempo en conversaciones largas».
También los hay 'graciosos', que llaman con amenazas de bombas y falsas alarmas. Pero no cuentan con que el sistema actual no sólo dispone de identificación de llamada, sino que permite almacenar muchísima información de cada telefonema. Cuenta el agente Vidal que en alguna ocasión ha rellamado a quien había comunicado alguna de estas advertencias. El susto ante la llamada de la Policía fue la mejor forma de evitar que la broma se repitiera.
Al agente Vidal, como a sus compañeros, le ha tocado atender llamadas referentes a gente que se pierde, a mayores que se han escapado de la residencia... E incluso han tenido que hacer de GPS. En una ocasión, unos visitantes llamaron al 092. Venían de Galicia y se dirigían a Barcelona y se habían perdido en Gijón. Daban vueltas incapaces de salir de la ciudad. El agente que atendió la llamada les fue indicando, semáforo a semáforo, cruce a cruce, la forma en la que salir del municipio y coger la autovía. Al cabo de un tiempo, les llegó una felicitación. Los visitantes habían sido un subinspector de los Mossos d'Esquadra y una fiscal.