Autor Tema: Viciosillos (Sólo mayores de 18 años)  (Leído 617459 veces)

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Re:Viciosillos (Sólo mayores de 18 años)
« Respuesta #6900 en: 08 de Abril de 2016, 08:45:26 am »
La Kardashian rusa que quiere destronar a Kim



http://www.elespanol.com/corazon/20160407/115488728_0.html

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Re:Viciosillos (Sólo mayores de 18 años)
« Respuesta #6901 en: 16 de Abril de 2016, 19:12:17 pm »
Un estudio contra el tabú: así suena un orgasmo de verdad

Vídeo:
http://vozpopuli.com/actualidad/79846-un-estudio-contra-el-tabu-asi-suena-un-orgasmo-de-verdad

<a href="http://youtube.com/v/HE6YHvlXlyw" target="_blank" rel="noopener noreferrer" class="bbc_link bbc_flash_disabled new_win">http://youtube.com/v/HE6YHvlXlyw</a>

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Re:Viciosillos (Sólo mayores de 18 años)
« Respuesta #6902 en: 20 de Abril de 2016, 09:00:27 am »
Una bomba sexual tan explosiva que ha tenido que emigrar de Rusia a Miami



http://vozpopuli.com/deportes/80020-una-bomba-sexual-tan-explosiva-que-ha-tenido-que-emigrar-de-rusia-a-miami

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Re:Viciosillos (Sólo mayores de 18 años)
« Respuesta #6903 en: 29 de Abril de 2016, 08:07:20 am »
Nadie me vibra como tú

No recuerdo ya cómo era mi vida antes de que el móvil me vibrara a la altura del corazón, de la ingle o del culo, de que iluminara mis días y mis noches con un parpadeo cómplice, de enamorado. El móvil es mi compañero ideal, lo llevo a todas partes. Al baño, a la cocina, al trabajo, al cine, al teatro, a cenar y a la cama, por supuesto. Duermo a su lado y es lo primero que oigo y veo al despertar. Nunca está de mal humor, si tiene un día ruidoso lo puedo poner en modo silencio y su única demanda es la de recargarlo de vez en cuando. Qué menos.

Somos un trío perfecto: mi móvil, mi marido y yo. O más bien, mi móvil, su móvil, mi marido y yo. Cuatro. Es decir, vivimos en una situación orgiástica continua y fabulosa. Igual que nuestros hijos adolescentes. De hecho, para no sentirnos inferiores a ellos y cabalgar la onda tecnológica, asumimos que no nos queda sino conocer todas las posibilidades que nos ofrecen nuestros celulares. Hemos entendido al fin que el móvil es el mejor juguete erótico del mercado. ¿Qué nos ofrece?

Sexting: se trata del envío de imágenes sexuales explícitas a la pareja. Tiene la virtud de despertar nuestra sensualidad sin recurrir a una película pornográfica y el defecto de acabar sufriendo un escarnio público y privado si la foto o el vídeo se reenvía a los setecientos cincuenta millones de amigos internautas. En ese caso pasaría a llamarse “porno vengativo”. Está penado por la ley, menudo consuelo.

Frexting: es la práctica mediante la cual envías a los amigos fotos que incluyen tu desnudez, pero sin ningún objetivo sexual. Los alicientes apenas van más allá de compartir una broma algo audaz y los riesgos son parecidos a los citados arriba. Se desaconseja a mayores de dieciséis que no deseen hacer el ridículo.

Aftersex: consiste en fotografiarse en pareja después del coito, toda una tendencia al alza. Según una encuesta, cinco de cada diez adultos han compartido sus selfies “after-sex” en las redes. Lady Gaga también, pero por cuestiones de beneficencia. Hay que ver lo que ha llovido desde las huchas de Cáritas.

Fitsex: he aquí la última moda en Instagram. Fieles al lema “la pareja que entrena unida, permanece unida”, y conscientes de que hacer el amor 30 minutitos quema 200 calorías de media, los atléticos amantes reproducen todas las posturas del Kamasutra en el gimnasio, como acróbatas del Circo del Sol, en una demostración impúdica de sus esculturales cuerpos. Si ya teníamos pocas ganas de entrenar, esto es lo que nos faltaba. O todo lo contrario.

Root Raters: son espacios públicos en redes sociales donde se puntúan los encuentros sexuales. El usuario puede poner nota y añadir comentarios de forma anónima. Los expertos alertan de casos de acoso y difamación a través de estas páginas. Yo, propongo un sano onanismo como alternativa.

Nutscapes: otro tipo de selfie para el cual se requiere ser varón, y si es posible, campanudo. ¿Por qué? Porque se trata de bajarse los calzoncillos frente a un paisaje espectacular, colocar el móvil entre las piernas y fotografiar los testículos con el mar, la montaña o la cúpula de San Pedro de fondo. Los pelillos a contraluz pueden herir sensibilidades. El Vaticano ya está advertido.

Y no sigo porque me vibra el móvil. Ay, qué nervios. Lo busco, lo saco del pantalón, lo tomo con ternura. Aletean en mi vientre las mariposas. Se humedecen mis labios, mis pupilas se dilatan. Lo miro arrobada. Lo estrecho más fuerte. Poso mi dedo en su tecla. Se enciende. Estoy a punto de tener un orgasmo. ¿Qué será, será?

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Re:Viciosillos (Sólo mayores de 18 años)
« Respuesta #6904 en: 30 de Abril de 2016, 06:56:08 am »
No sé habrá que aplicar quizás el refrán de quien no está acostumbrado a bragas las costuras le hacen llagas...bueno que más da, legusta ir fresquita.


Fue sin bragas a su ceremonia de graduación, y no se puso ni 'colorada'




http://vozpopuli.com/deportes/80823-fue-sin-bragas-a-su-ceremonia-de-graduacion-y-no-se-puso-ni-colorada

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Re:Viciosillos (Sólo mayores de 18 años)
« Respuesta #6905 en: 07 de Mayo de 2016, 08:23:23 am »
Descubre si estás dentro de la media

Este es el tiempo que debe durar un polvo, según la ciencia: ¿llegas o te quedas corto?

De lo que vemos en las películas pornográficas a lo que en realidad dura de media una sesión de sexo suele haber un abismo. De viva voz pensar en la diferencia entre 20 minutos y 10 minutos no parece mucho y creemos que lo lógico y realmente placentero sería superar la primera cantidad. Pero lo cierto es que media hora continuada de coito, sexo oral o cualquier tipo de práctica en la vida real no es tan común.

A menudo, escuchamos hablar sobre las posiciones para que ellos duren más, las posturas con las que ellas tienen más posibilidades de alcanzar el clímax o de dónde y cómo hay que tocar para que la relación sexual sea verdaderamente placentera. Pero la cuestión es cuántos minutos de sexo son suficientes y cuándo podemos clasificar a un encuentro demasiado breve.

Podría decirse que en la mayoría de las encuestas a todos nos da por pasarnos de la raya y ser poco realistas. Siempre queremos más sexo y durante más minutos de los que se asegura aguantamos de media. “Cuando el experto en salud Keith Ablow encuestó a los espectadores de Fox News en el año 2007, el 80%de los hombres y las mujeres declararon que querían sesiones de sexo de media hora. Sin embargo, la duración real de las relaciones heterosexuales tiende a ser bastante más corta”, explica Maureen O'Connor en The New York Magazine.

A veces pienso que hemos estado una hora y cuando miro el reloj sólo han pasado 15 minutos

La mayoría de los investigadores coinciden en que el promedio es algo así como seis minutos. '¿Eso es todo? Pues vaya', pensarás. Sin embargo, el deseo aspiracional de tener largos encuentros sexuales, y ser tan buenos como los actores porno en realidad no es tan saludable (ni factible) como imaginamos.
De la eyaculación precoz al orgasmo femenino

Vivimos condicionados por la suposición casi universal de que un encuentro sexual breve se traduce en mal sexo. Pero si te parecen escasos los menos de 10 minutos de media actual, piensa que es bastante más de lo que tuvieron nuestros antepasados, y eso que, como se suele decir, no tenían televisión ni otros entretenimientos de por medio. Según descubrió Alfred Kinsey, uno de los pioneros de la investigación sexual humana, en uno de sus estudios más importantes elaborado en 1948, el 75% de los hombres estadounidenses tenían un orgasmo a los dos minutos de comenzar el coito. Eso sí es brevedad.

Sin embargo, estudios más recientes han establecido un tiempo medio de entre 5,4 y 7,5 minutos, “lo que sugiere que los hombres pueden estar adaptando su comportamiento sexual para ser mejores parejas”, explica Rachel Hills en su libro The Sex Myth (Simon & Schuster). “Hoy en día ya no es aceptable terminar el acto antes de que una de las partes ni siquiera haya comentado”, ironiza la autora.

La eyaculación precoz ha sido uno de los grandes problemas que ha acompañado a los varones en sus vidas sexuales. A ellos y a ellas, porque las féminas apenas disponían de tiempo para acomodarse a la situación y disfrutar un mínimo. Pero desde aquello algo ha llovido. La revolución sexual de los años 70 reclamó la importancia del placer sexual de la mujer y desde entonces el orgasmo femenino ha adquirido el papel que realmente le toca. En este sentido, cada vez más hombres se enfrentan abiertamente a sus problemas disfuncionales y prueban nuevas técnicas y soluciones. Pero lo cierto es que, lamentablemente, todavía queda mucho por recorrer.
Preparados, listos... ¡Ya! ¿Te imaginas un sexo tan cronometrado? (iStock)
Preparados, listos... ¡Ya! ¿Te imaginas un sexo tan cronometrado? (iStock)
¿Cómo se mide el sexo?

Según un estudio elaborado por los los terapeutas sexuales Corty y Guardini, que fue publicado en el Journal of Sexual Medicine en 2008, el sexo es 'demasiado corto' cuando dura de uno a dos minutos, 'adecuado' si es entre tres y siete minutos y 'deseable' es de siete a 13. Establecieron el rango de 'demasiado tiempo' a partir de los 30 minutos, por lo que los expertos subrayaron que cualquier sesión que durase más excedía los límites.

“Entonces, ¿por qué esperamos que el sexo dure una hora cuando algo más de diez minutos es una anomalía estadística?”, se pregunta O'Connor. El problema es similar al que se da cuando salen estudios sobre la medida media del pene y la eterna pregunta: ¿desde dónde hay que medir el miembro viril? ¿Por delante o desde la base de los testículos? Pues lo mismo con el sexo y los preliminares.
Alargando los minutos

La gran mayoría de los estudios realizados contabilizan el conocido como Tiempo de Latencia Eyaculatoria Intravaginal o TLEI, que mide el transcurso desde que el pene erecto penetra la vagina hasta que eyacula. Pero esta es una visión extremadamente mecánica del sexo, continúa O'Connor, quien se plantea cómo puede entonces calcularse el principio y el final de una relación: “¿Empieza cuando una pareja se excita? ¿Cuando se tocan los genitales? ¿Qué pasa con las mujeres capaces de tener un orgasmo solo con la excitación de sus pezones?”.

Aunque las últimas encuestas han incluido en sus medias los juegos sexuales previos, seguimos dando resultados mucho más bajos de lo que cabría esperar. Si ir más lejos, en 2012 un equipo de investigadores de la Universidad de New Brunswick tomó la valiente decisión de medir la duración del sexo incluyéndolos y se estableció un promedio de 11 a 13 minutos para los preliminares y de siete a ocho de coito. Sin embargo la mayoría declaró que les gustaría que sus encuentros sexuales durasen aproximadamente el doble de tiempo.

En 1948, el 75% de los hombres tenían un orgasmo a los dos minutos de comenzar el coito. Eso sí es brevedad

Mientras las mujeres querían ocho minutos más de juegos previos y siete más para las relaciones sexuales, los hombres alargarían los preliminares en cinco minutos más y añadirían 11 minutos extra para el sexo, explicaron los investigadores.

Algo no cuadra: es complicado cumplir con las expectativas durante el coito vaginal y alargarlo en exceso, pero ¿qué problema hay con los juegos previos? No hay ninguna limitación física para alargar estos cuanto se desee. Más cuando ambas partes están de acuerdo en al menos cinco minutitos más de retoce. El coito es tan sólo uno de los ingredientes del sexo, un paso en el proceso de sentir placer, pero parece que sigue siendo el verdadero protagonista de las vidas sexuales heterosexuales.
Aguantarán horas en el 'gym', ¿pero y en la cama? (iStock)
Aguantarán horas en el 'gym', ¿pero y en la cama? (iStock)
¿Tenemos el sexo que nos merecemos?

A los problemas de comunicación sexual y los tabúes que aún son fuertes en nuestras sociedades se unen otros fenómenos como el efecto de dilatación del tiempo. “Como siempre dice un amigo heterosexual: 'A veces pienso que hemos estado follando durante una hora y cuando miro el reloj sólo han pasado 15 minutos'”, ejemplifica la doctora E. Sandra Byers, coautora del mencionado estudio sobre los preliminates.

Analizando los resultados de las encuestas y cómo es la vida sexual de la mayoría de los mortales, el terapeuta sexual Eric Corty se plantea si lo que ocurre en realidad es que la gente no quiere tener más sexo: “Tal vez cuando no están practicándolo activamente sobrestiman cuánto quieren. De la misma manera que compro demasiada comida cuando voy al supermercado con el estómago vacío”, continúa el experto quien cree que la gente ofrece la respuesta socialmente bien vista y contestan lo que piensan que se supone que deben decir o desear, “incluso cuando es una encuesta anónima”.

Es complicado cumplir con las expectativas durante el coito vaginal y alargarlo en exceso, pero ¿qué problema hay con los juegos previos?

Queremos aparentar ser auténticas bestias en la cama que ansían durar más y más tiempo. ¿Así seremos mejores no? Nuestras expectativas sexuales están relacionadas con el mito de que el sexo es una de las actividades más intensas, especiales, emocionantes y placenteras que podemos tener los seres humanos. “Si bien tener buen sexo es necesario para sentirnos realizados, la lógica nos lleva a pensar que cuanto más practiquemos seremos mejores”, analiza Hills; “Así, las mujeres se sienten obligadas a declararse como unas ninfómanas multiorgásmicas y los hombres forzados a practicarlo más y durar más tiempo”, sentencia la autora.

“La gente tiende a querer invertir más tiempo no sólo en el sexo sino en todo aquello que disfrutan o piensan que deberían disfrutar”, continúa Byers: “Si me dan un cuestionario en el que me pregunten '¿te gustaría visitar más a tu nieta?', cualquiera diría que sí. El cómo vas a encajar ese deseo en tu vida es una cuestión diferente”.


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Re:Viciosillos (Sólo mayores de 18 años)
« Respuesta #6906 en: 09 de Mayo de 2016, 16:36:09 pm »

Así es el sexo de los Millennials


No todo es negativo sobre esta generación: son más liberales en el ámbito sexual. Lo dice un estudio de una empresa de preservativos.

›Laura Martínez
 09.05.2016 12:50 h.   

Mucho hemos oído hablar de la generación Millennial, aquellos que han pasado a la edad adulta durante la década de los 2000. También llamados Generación Y, Generación Perdida o Generación Peter Pan, los Millennials han conseguido la misericordia de la opinión pública gracias al efecto boomerang que la crisis ha causado sobre ellos: cualificados sin empleo que han tenido que regresar a casa de sus padres o emigrar al extranjero.

Pero lo cierto es que no todo es negativo sobre esta generación: son más liberales en el ámbito sexual. Lo dice un estudio publicado en julio del año pasado y realizado por Skyn Condom, una empresa dedicada a la fabricación y venta de preservativos. Bajo el título Millennial Sex Study 2015, el estudio encuestó a un total de 5.117 personas estadounidenses de entre 18 y 34 años con un formulario de 69 preguntas (¿habrá sido a propósito?). Estas son las conclusiones:

Las millennial experimentan el ‘Big O’ en sus relaciones
 
La mayoría de las mujeres de esta generación aseguran alcanzar el orgasmo en todos los actos sexuales (89%). El ‘Big O’ o también denominado ‘la Petite Mort’ ya no es un reto, aunque todavía existe un porcentaje de mujeres que no consigue llegar a la meta: el 5% de las encuestadas admitieron tener dificultad para correrse.


¿Juguetes sexuales?

Sí. Los Millennials aseguraron que no les temblaba la voz si tenían que pedir ayuda ‘extra’ con un vibrador. Más de una cuarta parte de los encuestados señalaron que utilizan algún juguete sexual en sus relaciones.


Mejor que resbale

En la encuesta también se manifestaba que los Millennials han utilizado más lubricantes en estos últimos años. El 43% admitió que el lubricante era parte de su rutina sexual.

Pierden su virginidad a...


…una edad temprana, tal y como muestra el estudio. El 83% de las personas encuestadas perdieron su virginidad a los 18 años.

Comportamiento travieso


No son pocos los Millennials que han encontrado nuevas fórmulas sexuales, como el sexo telefónico. Un 57% de los encuestados afirman haber sexteado (enviar contenidos sexuales por mensajería instantánea vía teléfono) alguna vez, el 11% aseguran haber tenido sexo telefónico varias veces por semana y un 7% confiesan practicar sexting diario. Además, el 49% de la generación del milenio envía fotos de desnudos a través de sus teléfonos móviles. De ese porcentaje un 25% lo hace a través de Snapchat.

La postura

El estudio afirma que la postura sexual preferida de la generación del mileno es la posición del ‘perrito’, seguida de cerca por el ‘misionero’ y la ‘vaquera’, es decir, la mujer sobre el hombre. Los hombres prefieren la primera, mientras que las mujeres se quedan con el ‘misionero’.

Educación sexual

Los datos revelan que cuanto mayor es el nivel de educación de la persona, más propensos son a utilizar preservativo en sus actos sexuales. El 66% de los encuestados con el título de doctorado y el 65% con un título profesional, aseguraron que usaban condones durante el coito. También el 44% de los que habían superado secundaria aseguraban usar el profiláctico.

Sexo vs tecnología

 


A pesar de todos los anteriores y notables datos, resulta que un 37% de los Millennials ¡dejarían aparcado el sexo durante un año antes que internet!

¿Con quiénes fantasean?

Adam Levine y Megan Fox. Ellos son las celebridades con las que más fantasean esta generación del milenio. En un segundo lugar para las mujeres se encuentra Chris Hemsworth y en un tercer lugar, Ryan Gosling. En las fantasías de los hombres, además de Megan Fox, también se encuentran Scarlett Johansson y Emma Watson.

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Re:Viciosillos (Sólo mayores de 18 años)
« Respuesta #6907 en: 11 de Mayo de 2016, 18:45:45 pm »
De montar orgías en Milán a exhibir su cuerpazo en las discotecas de Ibiza



<a href="http://youtube.com/v/vMgW1dwbRPo" target="_blank" rel="noopener noreferrer" class="bbc_link bbc_flash_disabled new_win">http://youtube.com/v/vMgW1dwbRPo</a>
Nicole Minetti.   
 
Nicole Minetti era dentista hasta que en 2010 conoció a Silvio Berlusconi. El polémico dueño del Milan y expresidente de Italia recibió un puñetazo en la cara en diciembre de 2009 durante un mitin. Por eso tuvo que acudir a arreglarse la boca, y allí conoció a Nicole.

Los encantos de la bella dentista cautivaron a  Il Cavaliere, que la fichó como política y como organizadora de las famosas y escandalosas orgías que montaba en su mansión el presidente del club de fútbol rojinegro.

Según informó Paris Match, Minetti era la que reclutaba a "las numerosas mujeres que tuvieron sexo de pago con Silvio Berlusconi y que provenían fundamentalmente del mundo de la moda y la televisión”.

Sin embargo, la relación con Berlusconi se enfrió hasta llegar a la ruptura total, y ahora Nicole exhibe su escultural cuerpo en Instagram y en Ibiza, donde vive e incluso ejerce de improvisada DJ en alguna discoteca de la isla.

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Re:Viciosillos (Sólo mayores de 18 años)
« Respuesta #6908 en: 11 de Mayo de 2016, 20:50:55 pm »
 :pen: . . . en esta vida todo tiene un precio . . .  .ca;

"No hay hechos, sino interpretaciones" Nietzsche

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Re:Viciosillos (Sólo mayores de 18 años)
« Respuesta #6910 en: 18 de Mayo de 2016, 09:13:07 am »
Dice la señora Kim que nos lo enseñará todo...siempre.

Kim Kardashian: 'Me haré selfies desnuda hasta que me muera'

Ahí va la colección de hoy:

http://www.elespanol.com/corazon/20160517/125487680_0.html

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Re:Viciosillos (Sólo mayores de 18 años)
« Respuesta #6911 en: 18 de Mayo de 2016, 17:17:16 pm »
. . .  pues en la foto 7 tiene una tripa cervecera y un cuerpo escopeta . . . que para no tocarla ni con un palo . . .

"No hay hechos, sino interpretaciones" Nietzsche

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Re:Viciosillos (Sólo mayores de 18 años)
« Respuesta #6912 en: 18 de Mayo de 2016, 17:34:01 pm »
. . .  pues en la foto 7 tiene una tripa cervecera y un cuerpo escopeta . . . que para no tocarla ni con un palo . . .

 :carcaj

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Re:Viciosillos (Sólo mayores de 18 años)
« Respuesta #6913 en: 18 de Mayo de 2016, 17:35:24 pm »
. . .  pues en la foto 7 tiene una tripa cervecera y un cuerpo escopeta . . . que para no tocarla ni con un palo . . .

Cosas del embarazo........

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Re:Viciosillos (Sólo mayores de 18 años)
« Respuesta #6914 en: 18 de Mayo de 2016, 17:41:35 pm »

"No hay hechos, sino interpretaciones" Nietzsche

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Re:Viciosillos (Sólo mayores de 18 años)
« Respuesta #6915 en: 21 de Mayo de 2016, 09:10:57 am »

En busca del punto G
Cómo aprender en un día todo lo que hay que saber del orgasmo

Los talleres organizados en Barcelona por el Instituto de Estudios de Sexualidad están desbordados de mujeres. Los hombres se apuntan pero no van.

Silvia Taulés @silviataules
21.05.2016 02:15 h.

¿Clitoriniano o vaginal? “Es lo que más me preguntan y siento decirlo pero el 80% de las mujeres jamás tendrá un orgasmo vaginal”. ¿Cómo? ¿Y el famoso punto G? “Con penetración tradicional no es estimulable y hay pocos juguetes que lo estimulen, es muy difícil de encontrar”. Cruda y directa contesta Marina Castro, sexóloga, responsable de los talleres sobre orgasmo femenino que se imparten desde hace 15 años en Barcelona. Este sábado, además, se ha organizado una jornada completa sobre el placer sexual de la mujer.

Castro tiene respuestas para todo aquello que, sí, vayamos al tópico, todo lo que siempre quiso saber y nunca se atrevió a preguntar sobre sexo. Tópico, decimos, porque seguimos casi igual que hace décadas. “Las mujeres de 60 años que vienen a mi taller se sorprenden de la falta de información de las chicas de 20 con las que comparten la clase”.

El instituto de estudios de la sexualidad y la pareja se creó en Barcelona en 2001 y desde el principio imparten talleres sobre orgasmo femenino. Han organizado ya 53 ediciones por las que han pasado más de 800 personas, casi todas mujeres. Son talleres de día entero, pero “la mayoría se queda con ganas de más, porque cuando empiezas a informarte te das cuenta de lo poco que sabes”.

¿Qué sucede a estas alturas de la vida para que todavía hablemos de orgasmo femenino con pudor y sin información?  “El porno ha hecho mucho daño”, dice Castro. Claro, uno se imagina a esos hombres copulando durante 40 minutos y a mujeres disfrutando con eso, y la trampa está servida. “Todos queremos ser normales”, dice Castro, “¿quién se atreve a ser la primera en decir que con el sexo vaginal disfruta poco o nada? Así empezamos a fingir orgasmos... ¡para que se termine rápido ese infierno!”.

La charla transcurre entre risas porque la verdad, cuando la tienes cerca, puede llegar a ser cómica. Hay mujeres que jamás han tenido un orgasmo, mujeres que nunca se han masturbado, que llegan a los talleres para saber cómo aumentar su deseo, para saber cómo complacer a sus parejas. Mujeres perdidas.

¿Y los hombres? “El porno también les ha hecho mucho daño, y esta sociedad, tan masculinizada, los deja en mal lugar. Se supone que lo saben todo de sexo y les cuesta mucho preguntar. Fíjate, hemos organizado un montón de talleres sobre orgasmo masculino, se apuntan muchos hombres y al final hemos tenido que cancelarlos casi todo porque no vienen”.

Lo que no se ha tenido que cancelar es la jornada sobre orgasmo femenino de este sábado, un maratón de talleres y conferencias para doctorarse en la materia en tan solo un día. Es un buen plan de sábado... “Claro, hay talleres cerrados desde el lunes -25 personas por sesión-, se ha apuntado muchísimas gente, nos han desbordado”, responde Marina Castro, quien nos da pistas de lo que se tratara en las jornadas. “Queremos definir qué es el orgasmo femenino de manera global”. Para ello, hay talleres muy variados. Aquí van unos cuantos:

Maternidad y sexualidad. ¿Qué les pasa a la mayoría de mujeres embarazadas o recién paridas? “Que se centran en su estado y en el bebé y se olvidan del sexo”. Elena Crespi, sexóloga y codirectora del IESP, impartirá un taller para dar pautas y lograr que “después del nacimiento de un hijo la sexualidad no quede muy tocada”. No quiere desvelar todas sus armas (sucede con todos los ponentes con quienes hemos hablado) pero sí nos da algunas pistas de lo que cuenta en sus talleres. “Es muy importante hacerse un rincón para la pareja, conservar un espacio de novios, no abandonarse y excitarse tanto mental como físicamente”. Un obstáculo sexual es la autoestima, sobre todo la de las mujeres. Suele suceder: “Después de parir las tetas se caen, la barriga no desaparece nunca, la piel desmejora... Tenemos que entender y aceptar que el cambio del cuerpo es uno de los peajes que pagamos por ser madres”.

Orgasmo femenino y literatura. Cuando una pareja empieza a contonearse sexual,ente en una película, se suele recurrir a eufemismos y metáforas. Un cohete (en Garganta profunda, ¿recuerdan?), fuegos artificiales e incluso los pies de los protagonistas retozando. Dice la escritora Roser Amils que “esas cursiladas se tienen que acabar”. “Estamos en un momento de reivindicar la feminidad, de ser explícitos. ¿Qué no quieres ver una vagina? Pues toma, un primer plano”. En este contexto, su taller servirá para ilustrar “lo bonito que es el orgasmo femenino bien contando”. Y lo hará a base de fragmentos y reflexiones autobiográficas, tanto de novelas como de ensayos y hasta de periódicos. “Nos reiremos y aprenderemos, saldremos con la autoestima más alta, siendo mejores personas, mejores parejas y hasta mejores padres”.
Las profesoras encargadas de impartir el curso.

Autoestima y sexo. “Si tienes un problema de autoestima y eres competente en materia sexual, puede ser que intentes reafirmarte, que intentes que te quieran a través del sexo. Entonces te decepcionas porque solo encuentras sexo”. Antoni Bolinches, reputado sexólogo, autor de numerosos libros e incontables teorías psicológicas, presenta su última idea: la teoría de la seguridad personal. “Hay cuatro fuentes para lograr seguridad”, nos cuenta, “la autoestima, la autoimagen, el autoconcepto y la competencia sexual. Para disfrutar del sexo hay que sentirse pleno como persona, insiste Bolinches, quien suele formar a sus pacientes en una regla de oro: “En el sexo hay que disfrutar y hacer disfrutar, no hay que esforzarse demasiado y hay que hacer todo, repito, todo lo que te apetezca”. Reforzaremos estas fuentes para que encaren el sexo con más seguridad.

Sexo lésbico. “Hay que decir coño, no infantilizar nuestro órgano sexualidad con el lenguaje”, dice Paula Alcaide, experta en sexología y LGTB. “En mi taller se resalta la importancia de hablar de un sexo silenciado, olvidado: del sexo entre mujeres. Durante una hora haremos un repaso de la anatomía femenina, analizaremos las palabras prohibidas y exploraremos como nos sentimos ante el sexo lésbico”. Alcaide planteará a las asistentes explorar el sexo entre mujeres con “dinámicas divertidas”. Dice que su taller es “original y nuevo y nos acerca al autoconocimiento como mujer, como amante de otra mujeres, como adulta libre y sin prejuicios ni estigmas respecto al sexo lésbico”.

Punto G y eyaculación femenina. “La mayoría de mujeres jamás se han mirado los órganos genitales e incluso les da pudor porque creen que no les gustará lo que van a ver”, dice Marina Crespo, responsable de este taller. Detractora del porno convencional, al que culpa de muchos de los males sexuales de nuestra sociedad, Crespo dice que en este tipo de películas “los genitales femeninos aparecen infantilizados, sin pelo, rasurados, recortados, simétricos... ¡Nadie tiene unos genitales así!”. Lo mismo sucede, insiste, con la eyaculación femenina: “No, no te preocupes, no vas a mojar a tu pareja de arriba a abajo cuando eyacules, son fantasías del porno, algunas mujeres eyaculan mucho per nunca como en el porno”. En el taller no se mirarán los genitales pero sí contarán como hacerlo en casa.

Hablar de sexo a los hijos. Imaginen la escena –o recuérdenla si ya la han vivido: abren la puerta y se encuentra a su hija de cinco años tocándose con su primo de siete. ¿Qué hacer? “Nada”, responde Elena Crespi, “como si estuvieran jugando a coches”. Buf. “Que sí, que donde tú ves sexo ellos ven naturaleza, lo único que hacen es comparar sus cuerpos, ver lo que tiene cada uno. Con los hijos hay que normalizar el sexo, pasearse desnudo delante de ellos, besarse con la pareja sin pudor... No hace falta llegar al sexo completo, claro que no, pero darles pistas con el ejemplo es importante, sobre todo si todo está basado en el amor”. En su taller, Crespi expone situaciones en las que se pueden encontrar los padres, como ese clásico ‘jugar a médicos’, y da pautas de respuesta. “Hay una regla básica: nunca castigar al niño por algo relacionado con el sexo”.

La entidad queha organizado esta jornada, el instituto de estudios de sexualidad y la pareja es un organismo privado, que no cuenta con subvención alguna, que imparte clases y ofrece terapia desde 2001. Su director, Pere Font, considera que de este modo pueden trabajar mejor, “sin bajarnos los pantalones”. La entidad, “sin ánimo de lucro”, colabora además con universidades catalanas con las que imparte masters y posgrados sobre sexología. Este año, por ejemplo, cuentan con 200 alumnos.

“Y más que pasarán”, puntualiza Font, “porque hay cosas que siguen ancladas en el siglo XIX”. Los talleres debían hacerse en el recinto Martí Codolar, un centro de los salesianos. Según relata el director del instituto, los sacerdotes dieron su aprobación inicial pero a medida que fueron conociendo la temática y los títulos de talleres y conferencias, se echaron para atrás. “Muy progres y modernos dicen que son pero al final nos pidieron que cambiáramos los conceptos o no nos dejaban el centro”. Las jornadas, al final, se celebran en el Poble Espanyol. “Esta sociedad sigue siendo pacata y quien diga que no es que ha viajado poco”

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Re:Viciosillos (Sólo mayores de 18 años)
« Respuesta #6916 en: 22 de Mayo de 2016, 09:34:54 am »
'Boom' de la burusera
El morbo sexual de comprar ropa interior usada para excitarse

"No soy un enfermo", declara Pep, un fetichista que participa en este negocio importado de Japón. Algunas famosas venden su ropa íntima.


El boom de la burusera llega a España. Fernando Ruso
Pepe Barahona
22.05.2016 02:15 h.

Suena el timbre en un piso escondido en el laberíntico barrio de Gracia de Barcelona. Tras la mirilla espera el cartero con un paquete pequeño y delgado en la mano. Pep, un tipo alto, joven, bien parecido y con barba de varios días, abre la puerta y recibe el sobre acolchado de color marrón. Tras dar el portazo desprecinta con las manos el bulto y saca unas braguitas blancas de su interior. Las mira con detenimiento, se le ilumina la cara y se las lleva a la nariz. Aspira.

“Lo que me excita es que la haya llevado una persona. Me basta con tocarlas, olerlas o rozarlas por mi sexo. Me resulta satisfactorio”, detalla con normalidad este joven que prefiere permanecer en el anonimato. Pep no es su verdadero nombre. “Soy taxista y no quiero problemas”, aclara. “La gente no entiende esto”, se lamenta.


(Vídeo: Fernando Ruso)

http://www.elespanol.com/reportajes/20160521/126487515_0.html

No se encuentra cómodo con la definición de fetichista aunque responda al enunciado. Su pasión es la ropa interior usada. La descubrió a los veinte años cuando la que por entonces era su pareja se dejó unas olvidadas en su piso después de mantener ambos relaciones sexuales. “Ella, extrañada por no encontrarlas, me preguntaba por si yo las había visto. Más tarde le confesé para qué las usaba”, confiesa.

“Las chicas suelen reaccionar bien. Normalmente las pido y me las dan, ellas piensan que las quiero como un trofeo. Aprovecho cuando se quedan dormidas para irme con sus bragas. Comprarlas, sí, algunas. Pero prefiero que haya conexión con la vendedora”, asegura. Ahora tiene cinco braguitas aunque ha llegado a tener más.

“No soy un enfermo”, defiende el fetichista. “No creo que haya nada de malo en ello. Me considero una persona normal y, bajo mi punto de vista, creo que esto no es algo extraordinario. Cualquiera puede pensar que soy un enfermo –recalca–, pero me da igual”.

Sin embargo, pocos conocen en su entorno esta afición por la lencería de segunda mano. “Se lo he contado a algún amigo, de noche, tras irnos de copas, y se echan a reír, no se lo creen”, recuerda este joven de anchas espaldas, extrovertido confeso, con facilidad –según dice– para ligar y entusiasta usuario del gimnasio. No tiene relación estable pero las ha tenido.

- ¿Qué es lo que te excita de la lencería usada?

- El tacto, sobre todo, el olor… es un cúmulo de cosas. La imaginación se dispara. No llego a extremos.
Una tendencia que viene de Japón

Pep no es un caso aislado, la burusera, término japonés con el que se define el fetichismo por la ropa usada, está bastante extendida por el mundo. Sobre todo en Japón, donde se registran las mayores transacciones de este tipo y país en el que incluso hay maquinas expendedoras de lencería sucia. En España, esta tendencia está en auge. Y cada vez más mujeres lo perciben como una oportunidad de negocio.

“Como decía Buñuel, la imaginación no delinque. Y hay que desdramatizar esta actividad”, reclama la escritora y periodista Roser Amills, vendedora de lencería usada. Tiene 41 años, una veintena de libros publicados y una vitalidad desbordante.
Roser Amills / Foto: Fernando Ruso

Roser Amills / Foto: Fernando Ruso

“Me parece interesante saber que aquellos que compran mis braguitas las usan como juguetes eróticos”, detalla entre las estanterías repletas de libros de la librería Taifa, en el barrio de Gracia. “Da la sensación de que repartes alegría sin hacer ningún esfuerzo y pienso que hay gente que sentirá gratitud hacia mí. Me alegra saber que en algunos casos, en personas que tienen problemas, ya sea por enfermedad o timidez, usan estas braguitas para tener una vida sexual que de otra forma le estaría negada”, esgrime la autora de Me gusta el sexo o Las 1.001 fantasías más eróticas y salvajes de la historia’

“Ve a la página 109, a la cita de James Joyce”, dice. Expedito, el reportero abre el libro, que desprende un fuerte olor a tabaco, por la citada hoja. “Lee”, manda. Es una carta que el escritor irlandés escribe a su esposa Nora en 1919. “Compra bragas de puta, amor, y asegúrate de rociarlas con algún agradable aroma y también de mancharlas un poquito atrás”, señala el texto.

“También hay citas de Umbral, que era superfetichista, o de Sánchez Dragó”, aclara Amills, que defiende que el fetichismo de ropa interior usada se remonta siglos atrás en la historia.

Su lectura de esta afición va más allá de ser una práctica banal y la compara con el movimiento de las primeras sufragistas del siglo XVIII. “Se quitaron los corsés y fueron tildadas de vulgares y provocadoras porque hicieron algo que estaba mal vista en esa época. Me gusta recordar que siempre hubo pioneras y que la venta de nuestra ropa interior es una parte más en el proceso de liberación de la mujer”, argumenta.

En su casa, prepara el sobre para su último cliente. Dobla con cuidado unas braguitas verdes y con ellas introduce un ejemplar de ‘La bachillera’, su última novela. También una foto dedicada. Otras veces una piruleta. El comprador “me ha dicho que no es muy de leer, pero que se leerá este. Gracias a las braguitas he hecho un nuevo lector, ojalá compre muchos libros más, también más braguitas”.

En el rellano se topa con Rosi, una vecina de 71 años. “Yo las vendería, pero a mi edad… ¿quién las compraría? ¡Ahora llevo unas cacho bragas!”, confiesa entre risas. “Hay colecciones de muchas cosas, de sellos o de vinos ¿por qué no de braguitas usadas? Hay gente para todo. Y si las usa para aliviarse, pues mejor para él”, añade. “Y no hacen daño a nadie”, sentencia la septuagenaria, divorciada, con mucho sentido del humor.
Rosi Aulés / Foto: Fernando Ruso

Rosi Aulés / Foto: Fernando Ruso

La tesis de Rosi coincide con la del biólogo y sexólogo catalán Jordi Gascón, responsable de la web erotonomía.com. A juicio del experto, los fetichistas de bragas usadas “están tan enfermos como los que compran sellos, que es otro tipo de fetichismo. Lo que hace la enfermedad es la obsesión, ya sea por unas bragas o por unos sellos”.

En el siglo XIX, del psiquiatra alemán Richard von Krafft-Ebing, autor de ‘Psychopathia Sexualis’, decidió que todo aquello que no estaba ligado a la reproducción era enfermizo. Antes había sido un delito y antes, un pecado: la sodomía. De ahí vienen las parafilias, que se traduce a paralelo al amor verdadero.

Los años han ido variando esta percepción y en la actualidad, usos como los juguetes eróticos, antes percibidos como enfermizos, se han normalizado. “Por eso no me gusta hablar de parafilias, sí de peculiaridades”, detalla.
Jordi Gascón / Foto: Fernando Ruso

Jordi Gascón / Foto: Fernando Ruso
El fetichismo, un plato de alta cocina

Y el fetichismo de ropa interior usada es “una forma de erotismo bastante elevada porque, entre otras cosas, no hay contacto directo entre las dos personas, sí hay relación a través del olor y necesita un grado de sofisticación muy alto”, explica el sexólogo. “Está muy culturizado”, detalla. “Y la imaginación juega un papel vital, porque la que ofrece su ropa supone lo que va a hacer el consumidor con ella; y el que la recibe, imagina lo que podría hacer con la chica que la ha llevado”, argumenta.

Si se tratase de gastronomía, esta forma de fetichismo sería un plato de alta cocina. “El erotismo en humanos es básicamente simbólico. Las cosas son más o menos eróticas en función del contexto en el que están. En este caso, estas prendas representan a la persona con la que nos gustaría establecer una relación”, defiende Gascón mientras pasea por una de las salas del museo erótico de Barcelona.

Placer para ellos y para ellas. “De la misma manera que el exhibicionista y el voyeur se complementan, existe como en todas las relaciones eróticas un doble camino entre el fetichista y la vendedora. Ambos disfrutan. Y para ellas es una forma de subirse la autoestima”, sentencia.

“Yo recomiendo que vendan su ropa interior usada a cualquier mujer, especialmente a aquellas que atraviesan momentos bajos, ya sea porque entre en la menopausia o una enfermedad, o simplemente que no se encuentre guapa”, diserta Gemma Vesta mientras que se baja las braguitas rojas de encaje hasta llevarlas a las rodillas. Lo hace en uno de los túneles del metro de Barcelona próximo a la parada Passeig de Gràcia, junto a la casa Batlló, obra de otro trasgresor, Antoni Gaudí.

El máximo representante del modernismo catalán y Gemma Vesta, vendedora de braguitas usadas, tienen algo en común: a ambos les gustan las curvas. Y ambos las exhiben, el primero en su obra arquitectónica; la segunda, en su perfil de Twitter, donde cuelga sus desnudos para que los vean sus más de 3.500 seguidores.

Hace cuatro años le detectaron un cáncer de mama. “Fue de un día a otro. El mundo se me cayó encima. Todo se modifica, también la piel. Y descubres que tienes que adaptarte a ella. Y una forma de quererla es sentirte sensual, ya sea vendiendo la ropa íntima o mostrando el cuerpo humano tal como es en cada etapa del proceso. Era una forma de cerrar la herida”, esgrime.

En su cuerpo, que todavía trata con medicamentos para superar el cáncer, ya no hay evidencias aparentes de la mastectomía. Tiene dos pechos, que exhibe sin complejos. “Es un juego y vender la ropa íntima también lo es. Me gusta saber que está en manos de desconocidos”, confirma. “Esta es una buena forma de fomentar el sentirte deseada”, explica esta contable de 48 años, de Barcelona, separada y con tres hijos.

“El hecho de vender tu ropa íntima y que alguien esté interesado te hace que tú misma tengas esa alegría que tenías cuando eras más joven y la sensualidad formaba parte de ti”, subraya.
Un negocio redondo
La ex actriz porno María Lapiedra / Foto: Fernando Ruso

La ex actriz porno María Lapiedra / Foto: Fernando Ruso

Más allá de un potenciar un estado mental positivo. La venta de lencería usada es un negocio en sí mismo. “Una vez llegué a vender un conjunto de braguitas y sujetador por 500 euros”, confiesa la ex actriz porno María Lapiedra, autora del libro Follar te vuelve loco, empresaria y colaboradora de televisión. La venta alcanzó esa cifra porque las prendas fueron usadas en Sálvame Deluxe y la ropa “tiene mucho más valor si ha salido en la tele porque así corroboran que te lo has puesto tú”.

En la web Secretpanties.com se pueden adquirir varios productos de María Lapiedra. Desde prendas que usó en su pasado como stripper a sus braguitas actuales.

“La gracia de esto está en el no saber a quién se lo estás vendiendo”, aclara. “Siempre he recibido muchos mensajes, vía email o Twitter, de hombres que querían mis braguitas, también zapatos o calcetines. Me decían que querían tener algo mío y yo les preguntaba que cuánto estarían dispuestos a pagar. Era una especie de juego”, explica.

Ahora, gracias a esta web, pionera en España en este tipo de productos, puede conseguir dinero y renovar su armario. “La compras, la usas y la vendes por mucho más que lo que te han costado. Y además te ahorras dinero en lavadoras”, ironiza. Además, “para mí es una forma de estar en contacto con el personaje de María Lapiedra”, confiesa María Pascual, su verdadero nombre.

Ella es una de las vendedoras VIP de esta web, que aúna a más de 900 vendedoras en toda España y que tiene a la venta más de 1.500 artículos entre braguitas, tangas o sujetadores. Todos usados y sin lavar. Desde que se lanzó, en el pasado mes de febrero, recibe la visita de 3.500 usuarios únicos al día con un tiempo de retención media de 5,29 minutos. Venden una prenda al día que cuesta, de media, unos 39 euros. “Somos el Instagram de las bragas usadas”, afirma Katia Ehlert, CEO de Secretpanties.com.
Katia Ehlert / Foto: Fernando Ruso

Katia Ehlert / Foto: Fernando Ruso

En apenas tres meses se han convertido en el mayor marketplace de lencería usada de Europa y estiman que pueden ser los terceros del mundo.

El éxito de los primeros meses los ha llevado a traducir la página a varios idiomas para poder acceder al mercado europeo, americano y entrar con fuerza en Japón, la meca del negocio de las prendas usadas.

“La idea nació ya hace bastante tiempo. Conocí a una modelo sueca que me contó que vendía sus braguitas a hombres japoneses a través de un blog que se había creado”, explica Ehlert. “Se sacaba dinero y cada vez trabajaba menos gracias a la venta de lencería usada. Me pareció extraño pero seguí dándole vueltas en mi cabeza. No terminaba de entender que alguien se gastase dinero en unas braguitas usadas”, añade.

Entre las vendedoras hay mujeres de todas las edades. Madres, embarazadas, jóvenes, estudiantes… “cualquiera que tenga ganas de vivir esta experiencia, que se lo tomen como un juego o que simplemente quieran un dinero extra”, explica Ehlert.

De otro lado están los compradores. “Teníamos la imagen de alguien oscuro, pero nos ha sorprendido saber que la mayoría de ellos son gente joven, trabajadores, estudiantes, con poder adquisitivo medio alto o padres de familia que simplemente despiertan sus fantasías sexuales con este tipo de productos”, detalla.

En el horizonte ya está el objetivo de alcanzar en un año un volumen de ventas de unos 70.000 euros al año. La escalabilidad del proyecto, de rápido crecimiento, ha convencido a cinco inversores de diversos sectores de la economía catalana.
Ventas anónimas y dinero fácil

A pesar del éxito, “la sociedad no está preparada para un negocio como este. Pero estamos orgullosos porque estamos abriendo camino a un negocio que esperamos se normalice en el futuro”, afirma Ehlert, que explica que ha encontrado apoyos en su familia y amigos. “¡A mi abuela le encanta la idea! Le parece algo divertido”, subraya.

La web nace como respuesta a un problema: la venta en mano. Una práctica que pocos recomiendan. “Uno de los nuestros valores es el anonimato y la confidencialidad para compradores y vendedoras. Aconsejamos que se conozcan a través del chat pero que no den sus datos personales, por su seguridad”, recalca Ehlert. “Es importante que la gente se proteja. Nunca sabes quién es el que compra y las ventas en mano pueden ser peligrosas”, añade.

Con la confidencialidad protegida, muchas mujeres anónimas se han animado a poner a la venta sus braguitas. Ya no hay miedos y el negocio parece redondo.

“Es dinero fácil”, precisa Mary Thunder, una chica de 29 años que tiene cubierto su cuerpo por medio centenar de tatuajes. “La venta de mis braguitas es rentable porque me ayuda en mis caprichitos. No me limito a trabajar para pagar facturas. Así consigo vender un poco mejor”, completa.
Mary Thunder / Foto: Fernando Ruso

Mary Thunder / Foto: Fernando Ruso

En Secretpanties.com “pones una descripción del producto: tipo, material, uso que se le ha dado… Acompaño los mensajes de fotos donde aparecen las braguitas y ellos te van preguntando”, enumera Mary. “Lo normal es que me pidan braguitas con un uso de varios días y con restos de flujo, porque cuanto más tiempo de uso tiene, más precio pueden alcanzar”, detalla.

Su experiencia ha llevado a muchas amigas a hacerse vendedoras. “Son todo beneficios”, aclara. “Ellos son felices oliendo las bragas –concluye– y mí me interesa venderlas; una vez que las tienen en su poder, que hagan lo que quieran. Ya son suyas”.

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Re:Viciosillos (Sólo mayores de 18 años)
« Respuesta #6917 en: 22 de Mayo de 2016, 18:57:00 pm »
Pues las que lleven una huella de frenada . . . deben de estar cotizadísimas . . . y es que para esta gente no debe de haber nada mejor que unas bragas con un buen frenazo . . . y es que el ser humano es extraordinario . . .

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Re:Viciosillos (Sólo mayores de 18 años)
« Respuesta #6918 en: 22 de Mayo de 2016, 19:30:02 pm »
Como bien dice el artículo, en Japón es muy corriente. En un reportaje vi que tenían máquinas expendedoras de bragas usadas.


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Re:Viciosillos (Sólo mayores de 18 años)
« Respuesta #6919 en: 22 de Mayo de 2016, 19:36:16 pm »
Pues que ascazo . . .

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