Estar viva es un milagro, pero también una cruz, la trágica historia de una superviviente del ChapecoensePor M.T. / lainformacion.com
17/02/2017 - 11:45
Ximena Suárez reconoce que Dios la rescató y le dijo lucha, pero ahora tiene dificultades para estar de pie y sentada, aunque mantiene su sueño de volar.
Sigue en juicios para recibir más indemnización de los 25.000 dólares iniciales ante los costes de los tratamientos y psicólogos. Pide ayuda en la red.
Está viva de milagro. Literalmente. Ximena Suárez era asistente de vuelo en el avión que cayó el 28 de noviembre pasado en Colombia y en el que viajaba el equipo de fútbol brasileñoChapecoense. Logró salvar la vida, fue una de las seis escogidas por el destino para seguir adelante, algo que para ella, reconoce, está siendo toda una cruz por ahora. El resto de los 77 pasajeros murieron en el accidente.
La tragedia del Chapecoense en Medellín: el modesto equipo de fútbol brasileño que soñaba con la gloria conmocionó a todo el país y a todo el mundo.
Suárez recuerda los instantes antes de la tragedia, que dejó al avión totalmente despedazado al caer sobre una montaña cercana a Medellín.
"Dios me sacó para luchar"
"Yo sentí que Dios dijo 'te saco y ahora luchamos'. Así lo sentí yo. Luchar por mis hijos, por mi familia, por volver a verlos. Es un momento que nadie se puede imaginar", confiesa Suárez a la BBC.
Efectivamente, a los problemas físicos y emocionales de Ximena se suman las múltiples dificultades para pagar sus gastos médicos, pues la aseguradora de la aerolínea LaMia solo ha cubierto una parte de los tratamientos.
Por eso Suárez abrió una petición en internet para recibir ayuda económica y poder pagar las cuentas médicas, porque el calvario para ella continúa.
Para los tripulantes, la póliza de seguro que tenía LaMia con la compañía boliviana Bisa cubría hasta 25.000 dólares para el pago de gastos médicos. Y la clínica en Colombia en la que Suárez recibió atención de emergencia y los primeros tratamientos ya la ha cobrado 12.700 euros.
"No puede estar de pie ni sentado"
"Ella tuvo que gastar de sus propios recursos y llevar las facturas para que le paguen el tratamiento. Hemos conseguido con trabajos judiciales que la aseguradora pague parte del tratamiento", explica el abogado de la azafata. Pero una vez que alcanzó el límite de cobertura, costear los pagos de medicamentos y terapias ha sido una gran carga para la azafata.
"Estoy ahorita con fisioterapia del tobillo y el cuello. Tengo dolores en la espalda. Tienen que hacerme una cirugía de nariz. Están terminándome los dientes, porque perdí todos los de enfrente", explica Suárez, que no puede estar mucho tiempo ni de pie ni sentada.
"Pesadillas todas las noches"
Las secuelas emocionales son aún más duras. "Ahora necesito medicamentos para dormir. Se me vienen imágenes a la cabeza del accidente. Me levanto con pesadillas, me vienen imágenes del equipo, de los pasajeros que iban tan felices", explica la joven desde Santa Cruz de la Sierra, Bolivia.
LaMia operaba con números rojos desde antes del accidente, y desde el incidente de noviembre ya no volvió a funcionar. Sus directivos fueron puestos a disposición judicial. Suárez asegura que llevaba tres meses sin cobrar cuando se produjo el accidente y aún no ha cobrado lo que le deben. Sus padres son su gran apoyo emocional y económico. La azafata es madre soltera de dos niños, uno de 2 y otro de 6 años.
"Críticas en Internet"
No todo el mundo ha visto con buenos ojos su iniciativa de pedir ayuda por internet. En las redes la acusan de aprovechar el accidente para lograr dinero."Decían que era mejor que me hubiera muerto, que me estaba aprovechando de la gente de buen corazón, que por qué no me ponía a trabajar", lamenta Suárez.Otros en cambio le han hecho llegar mensajes de aliento y han aportado en 22 días cerca de 2.900 dólares a través de su petición en línea.
Otro problema para la asistente de vuelo es que LaMia ha rechazado ofrecer una reparación económica. "Fue un accidente laboral, yo estaba cumpliendo con mi trabajo. Es increíble cómo me van a negar eso", dice Suárez.La azafata lamenta que las críticas más duras hayan sido las de sus compatriotas en Bolivia.
El abogado de la asistente está dispuesto a demandar un "resarcimiento civil" ante la negativa de la empresa de pagar una indemnización. La compañía ha requerido la evaluación médica/psicológica que corresponde para justificar una indemnización por invalidez total permanente.
Por su parte, el abogado de los directivos de la aerolínea, Néstor Higa, considera que no le corresponde ninguna indemnización debido a que "no murió en el accidente". "No tiene derecho. Le dieron ya los 25.000 dólares del seguro", dijo Higa a la BBC.
"Mi sueño siempre ha sido volar"
"Lo que yo quiero es salir de todo esto, terminar mis terapias y ponerme a trabajar. Mi sueño siempre ha sido volar. Eso es lo que estamos trabajando con mi psicólogo, porque yo no sé si puedo volverme a subir a un avión. Pero eso es mi pasión", confiesa la asistente que salvó su vida de milagro, pero ahora lleva su propia cruz. El destino la salvó. Solo le queda disfrutar de esta nueva oportunidad.