Autor Tema: Homosexualidad y Policía  (Leído 92436 veces)

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Re: Homosexualidad y Policía
« Respuesta #701 en: 08 de Noviembre de 2021, 08:52:04 am »

Condenados cuatro guardias civiles por insultos homófobos a otro agente: "Arriba España y muerte a los maricones"


Un juzgado militar les condena por vejar durante cuatro años a un compañero en Noia (A Coruña) que desde entonces está de baja. La sentencia recoge acusaciones como estas: "Los maricones no deberían estar en la Guardia Civil" o "prefiero tener un hijo muerto o drogadicto que maricón"

Laura Galaup

7 de noviembre de 2021 21:30 h

 @gallaup
Un juzgado militar condena a cuatro guardias civiles destinados en Noia (A Coruña) por vejar y humillar durante cuatro años a un compañero con comentarios homófobos. La sentencia recoge que uno de los acusados llegó a realizar manifestaciones como estas: "Los maricones no deberían de estar en la Guardia Civil", "arriba España y muerte a los maricones", "Prefiero tener un hijo muerto o drogadicto que maricón".


El tribunal expone que los procesados "actuaron de una manera concurrente, conjunta y persistente" y les condena por "abuso de autoridad" –se aplica el Código Penal Militar– a diez meses de prisión y diez mil euros de indemnización por los daños psíquicos y morales causados a la víctima.

Los hechos, que comenzaron en 2010, se produjeron "de forma ininterrumpida". El hostigamiento solo finalizó cuando la víctima se apartó del servicio. En noviembre de 2014 el agente Alexander (nombre ficticio) fue atendido en un centro de salud "por una crisis de ansiedad" y derivado posteriormente a la Unidad de Psiquiatría del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago tras un incidente con un compañero. Desde entonces está de baja con un diagnóstico de trastorno mental severo, según recoge la sentencia. Antes del incidente juzgado, la víctima "no presentaba antecedentes personales de problemática mental", añade el tribunal

Los hechos probados constatan que previamente a su llegada al cuartel de Noia uno de los condenados ya había advertido de que "iba a llegar al puesto un 'maricón". Desde entonces, comenzaron "a difundir rumores referentes a su orientación sexual, diciendo que 'era homosexual", además, se referían a Alexander como "prima", "perla", "la mujer del puesto" y se le empezó "a tildar de 'vago, incompetente y mal profesional", recoge la sentencia emitida en junio por el tribunal militar territorial de A Coruña. El fallo no es firme y ha sido recurrido ante el Tribunal Supremo.

"A lo largo del tiempo, la situación de menosprecio se mantuvo, siendo los rumores, cuchicheos, bromas y comentarios acerca de su orientación sexual, el principal origen de su desprestigio, que posteriormente se amplía a su profesionalidad y a la manera de desarrollar sus funciones como miembro de la Guardia Civil", continúa la sentencia.

Los desprecios se extendieron por la localidad
Los desprecios por parte de sus compañeros hacia la víctima se extendieron por la localidad. La sentencia recoge dos ejemplos que demuestran cómo el acoso sufrido por el agente no se produjo solo en el cuartel. En uno de ellos describen que los comentarios "referentes a su supuesta orientación sexual llegaron a ser muy difundidos", ya que "algunos detenidos", conocidos de dos de los condenados, "llegaron a burlarse" del denunciante "llamándolo 'maricón’ y diciéndole que les habían dicho que si lo engatusaba les dejaría salir para fumar".


El segundo incidente se produjo en un bar en el que la víctima entró con uno de los condenados. "El camarero hace un comentario diciéndole 'si ese era el Guardia Civil homosexual, que si se lo quería follar, le arreglasen una cita con él’. Igualmente, se hacían comentarios a la ciudadanía acerca de la poca valía profesional [de Alexander]", continúa la sentencia.

El tribunal también se detiene en el papel que tuvo uno de los superiores de la víctima, un sargento que no figura entre los condenados y al que Alexader "se dirigió" en "diferentes ocasiones" para contarle "que sus compañeros le dispensaban un trato inadecuado". Ante estas quejas, el mando "se limitó a decirle que no hiciese caso". Asimismo, tres de los condenados "le hicieron llegar" al agente que "el sargento estaba descontento con su aspecto, con su forma de trabajar y que lo iba a sancionar", según la sentencia.

La víctima "empezó a percibir" que su superior jerárquico "le hacía muchos reproches acerca de cuestiones profesionales, tildándolo de poco competente y vago". Alexander asumió que estos comentarios se debían a que el sargento "estaba influenciado" por los agentes condenados. Y detallan una conducta del mando: "Cuando presentó una baja médica, le dijo que esa baja no era justificada, comentario que le extrañó porque no se lo había hecho a otro compañero que se encontraba igualmente de baja, llegando a percibir que la disposición del mando hacia su persona era negativa".

En el juicio el sargento "negó haber oído comentarios despectivos o vejaciones referidas" a Alexander y aseguró que la víctima "no se quejó ni de acoso ni de insultos". El tribunal también destaca una explicación "contradictoria" del mando: "Comenzó diciendo que tenía buen concepto de [Alexander] y que le hacía buenos informes pero finaliza su declaración diciendo que se decía que profesionalmente dejaba que desear".


El tribunal habla de "pasividad" del superior de la víctima
A pesar de la declaración de este sargento, los jueces recogen como hecho probado las quejas de Alexander, llegan a hablar de "una pasividad del superior jerárquico" y recuerdan que cuando se transmite al mando "hechos ilegítimos" él está obligado a actuar. Ante esta exposición, han acordado remitir "a la autoridad con potestad disciplinaria" la "conducta protagonizada" por el hoy subteniente para que la valore. A su juicio, podría suponer "algunas de las faltas graves" o una falta muy grave, que castiga la discriminación o acoso por orientación sexual, reguladas en el Régimen Disciplinario de la Guardia Civil.

elDiario.es se ha puesto en contacto con la Guardia Civil para consultar cómo gestionó la institución el trato vejatorio que recoge esta sentencia, sin haber recibido respuesta por el momento. La abogada de la víctima, Esther Diz, expone que su cliente está "disgustado" con la actuación del instituto armado. "No tuvo ningún apoyo, solicitó un destino en unas oficinas y no se lo concedieron", apunta. Por su parte, los abogados de los condenados sostienen que la Guardia Civil "no debe abrir ningún expediente" a sus clientes porque la sentencia no es firme.

El último capítulo de "hostigamiento" descrito en el cuartel de Noia detalla que dos de los condenados sobrecargaron a Alexander durante su servicio, "mientras ellos se jactaban de que no tenían mucho que hacer". Uno de ellos también "le encomendó la realización de actuaciones referentes a la violencia de género y, posteriormente se atribuía el trabajo realizado". La víctima también puso "estos problemas" en conocimiento del sargento, según la sentencia.

Algunos de los compañeros que sostuvieron la declaración de la víctima en el juicio explicaron que a la víctima "le afectaba el trato recibido" y que "fue en declive". Por su parte, la defensa de los condenados planteó como línea argumental que el objetivo de Alexander era "abandonar la Guardia Civil con una pensión por dolencia en acto de servicio". El caso se judicializó después que el servicio sanitario que atendió en 2014 a la víctima remitiese el atestado médico a un juzgado de instrucción.
« Última modificación: 08 de Noviembre de 2021, 09:13:49 am por 47ronin »

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Re: Homosexualidad y Policía
« Respuesta #702 en: 08 de Noviembre de 2021, 10:53:55 am »

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Re: Homosexualidad y Policía
« Respuesta #704 en: 05 de Diciembre de 2021, 14:40:39 pm »

Un joven denuncia una agresión homófoba al grito de «maricón de mierda» en un bar de Oviedo


El presidente regional, Adrián Barbón, ha mostrado su «apoyo y solidaridad y mi condena rotunda» por los hechos ocurridos el viernes


ROSALÍA FERNÁNDEZ AGUDÍN
Domingo, 5 diciembre 2021, 14:12
Al grito de «maricón de mierda», un joven sufrió el viernes por la noche una agresión homófoba por parte «de tres desconocidos» dentro de un local del Oviedo Antiguo. Así lo ha denunciado a través de sus redes sociales en las que relató que por culpa de los golpes tuvo que ser atendido en el hospital donde «me han puesto seis puntos y tres grapas en la cabeza». A ellos se suman otros «cuatro en la nuca debido a los puñetazos y el vaso que me reventaron en la nuca». «Es realmente triste que en pleno siglo XXI no puedas estar bailando y pasándolo bien tranquilamente con tus amigas y compañeras de trabajo», añade.


Una denuncia que el presidente regional, Adrián Barbón, ha recogido en sus redes sociales donde ha mostrado su «total apoyo y solidaridad y mi rotunda condena». «Asturias no va a admitir ni normalizar la LGTBIfobia y ante cualquier agresión, tendrán enfrente al gobierno de Asturias y a la mayoría de la sociedad asturiana», añadió el socialista quien ha adjuntado una fotografía con el palacio de Presidencia iluminado con la bandera arcoíris.


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Desde el local que han ocurrido los hechos ya se ha anunciado que «están trabajando en el visionado de las grabaciones de las cámaras de seguridad» y se han «mostrado su total disposición» tanto a la «víctima como a la policía». «En los próximos días se aclarará lo ocurrido», concluyen.

«Asturias condena la LGTBIfobia», dice Camblor
La consejera de Presidencia del Gobierno asturiano, Rita Camblor, ha mostrado este domingo su total rechazo a cualquier forma de discriminación al colectivo de gays, transgéneros, transexuales, bisexuales e intersexuales (LGTBI). «Asturias condena la LGTBIfobia», ha dicho.

Camblor se ha pronunciado en estos términos, en declaraciones a los periodistas, tras la agresión por motivos homófobos que sufrió un joven en Oviedo. El Principado, según ha explicado Camblor, está indagando para enterarse de cómo se ha producido el suceso.

En cualquier caso, Camblor ha recordado que en Asturias existe un teléfono para atender situaciones de este tipo y al que las víctimas o personas que vean situaciones así puedan llamar. El número es el 635178634 y atiende las 24 horas.

Por último, la dirigente asturiano ha lamentado que haya partidos políticos que sigan negando la violencia machista o la LGTBIfobia. «Eso nos hace mucho daño», ha comentado.


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Re: Homosexualidad y Policía
« Respuesta #705 en: 09 de Diciembre de 2021, 13:51:02 pm »

Lluvia de botellas en un pub LGTBI de Zaragoza al grito de "maricones de mierda"


Unos 12 jóvenes agredieron al portero y al dueño del bar tras vetarles la entrada. Una pareja de chicos sufrió un ataque al salir de un establecimiento para luego robarles
L. M. G.
Zaragoza | 09·12·21 | 03:00

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Los agresores cogieron botellas de este contenedor y las lanzaron al bar.
Los agresores cogieron botellas de este contenedor y las lanzaron al bar. ANGEL DE CASTRO

La calle Fita, en el centro de Zaragoza, volvió este puente festivo a ser el escenario de botellones, peleas y robos con violencia. Una realidad nocturna denunciada por los vecinos que piden más presencia policial, pero que ven con impotencia que es el sino de sus noches. Ayer la situación se agravó y uno de los cuatro bares del colectivo LGTBI presentes en esta calle próxima a la Gran Vía fue atacado. Un portero y el dueño del pub Urano tuvieron que ir al hospital tras ser agredidos. Hubo puñetazos, golpes con un cinturón y hasta una lluvia de botellas al grito de «maricones de mierda» o «sidosos». Todo porque vetaron la entrada a un grupo, muchos de ellos menores. Por el momento, la Policía Nacional no ha detenido a nadie.


Una agresión homófoba que tarde o temprano se iba a producir. Como explica a este diario Mario, portero y camarero de este local, habían tenido problemas con algunos jóvenes que accedían al establecimiento y ya en el interior hacían comentarios contra el colectivo LGTBI.

Thank you for watching

En el pasaporte covid que ahora se exige para acceder a todos los establecimientos de ocio nocturno vieron, los responsables de este pub, la posibilidad de ejercer el derecho de admisión con estos jóvenes que suelen ser los mismos. Lo ejercieron ayer sobre las 03.20 horas, pero la respuesta de un grupo de unos 12 jóvenes, según Mario, fue «extremadamente agresiva». «Les dije que no podían pasar al interior y empezaron a encararse conmigo y a insultarme, pero luego vino el momento en que uno de ellos se acercó al contenedor de vidrio que hay en las inmediaciones y cogió una botella de cristal. Vi que se la escondía en la espalda y se acercaba, pero no pensaba que iba a ser capaz», señala este empleado del bar Urano que tiene un corte en el pómulo. «Le dije qué iba a hacer con ella y, de repente, comenzaron a caer botellas, hasta diez vi luego, a pegarnos con una correa de cinturón y a darnos puñetazos. Yo traté de defenderme como pude», recuerda, aunque, tal y como admite, tiene lagunas porque ocurrió todo «muy rápido».

«Llamamos a la Policía y vinieron, pero estos se fueron corriendo, aunque volvieron en cuanto los agentes ya no estaban en la calle. Sentimos mucho miedo», destaca Mario que pide al Ayuntamiento de Zaragoza y a la Delegación del Gobierno en Aragón que tome medidas para «sentirnos más seguros en el ambiente». Una solicitud que reivindica el psicólogo del servicio público de atención psicológica Aragón Diversa, Rubén Somalo, que califica de «muy grave lo que viene ocurriendo en las últimas semanas en la zona de ambiente de la ciudad». «Se está convirtiendo en un sitio inseguro y hostil», afirma.


De hecho, sobre las 04.00 horas del pasado día 6 una pareja de chicos fue atacada y robada de forma violenta. Aunque el asunto no se investiga como delito de odio porque ellos no declararon en la Policía que el origen de la agresión fuera por su homosexualidad, sí fueron insultados a la salida del pub Urano. Les quitaron el móvil y la cartera no sin antes recibir puñetazos y patadas en la cara hasta el punto de que le rompieron varios dientes a uno de ellos. El asalto fue cuando estaban abrazados en un portal cercano por parte de un grupo de ocho jóvenes. Hace dos semanas en una noche se produjeron tres agresiones graves.


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Re: Homosexualidad y Policía
« Respuesta #706 en: 14 de Diciembre de 2021, 10:22:03 am »



A la izquierda, la víctima, ayer en su domicilio; a la derecha, la noche de la agresión - ISABEL PERMUY

Patean en el suelo a una joven en Chueca al grito de «bolleras de mierda, sois una lacra»
Un individuo golpeó por la espalda a Irene sin mediar provocación y la emprendió a patadas cuando estaba tendida

Aitor Santos Moya

Madrid Actualizado:14/12/2021 00:53h

Es lunes y a Irene le duele todo el cuerpo. Le duele la cara, el hombro, el codo, la rodilla, las costillas... y le duele desde hace días, exactamente, desde la medianoche del pasado jueves, cuando un individuo la empujó sin previo aviso por la espalda. Tal fue el arreón inicial, que la propia Irene se estampó contra un árbol, antes de salir rebotada hacia el suelo y golpearse la cabeza y la cadera. ¿El motivo? Juzguen ustedes mismos.

El sujeto, de no más de 30 años, se abalanzó contra su víctima y la amiga de esta al tiempo que gritaba «bolleras de mierda», «sois una puta lacra» o «seguís siendo enfermos». Y no contento con eso, pateó a la

 joven, indefensa y tendida en la acera, en reiteradas ocasiones. Solo la llegada de un grupo de chicos alertados por los gritos impidió una agresión mayor. El atacante, que huyó entonces a la carrera, consiguió también arrebatarle el móvil. Cobarde, homófobo y ladrón, la vileza esa noche tuvo rostro en Chueca.

«Íbamos de la mano, o abrazadas, ya ni me acuerdo, porque ninguna de las dos lo vimos venir», recuerda Irene, en conversación telefónica con ABC. Ese día había conocido a la chica que la acompañaba en casa de una amiga; primera parada antes de partir a una conocida sala de fiestas. Entre las miradas cómplices del resto de presentes, las dos jóvenes conectaron, se gustaron. «Mis amigos se adelantaron un poco de camino para dejarnos intimidad», reconoce la afectada, de 24 años y solo mes y medio viviendo en la capital.
Irene, en su casa, donde se recupera de los golpes sufridos
Irene, en su casa, donde se recupera de los golpes sufridos - ISABEL PERMUY

Irene y su amiga andaban felices, sorteando calles casi por instinto. El frío, a estas alturas, era lo de menos. Pero todo eso se iba a romper entre Tribunal y Chueca, en un punto que la propia víctima no sabría situar en el mapa. Su atacante esperó a que pasaran cerca de un árbol para empujar por la espalda a la que estaba más cerca. «Yo iba por la derecha, con el móvil en la mano y la mano dentro del bolsillo del abrigo», rememora Irene, justo antes de sentir el golpe. Al caer, la otra joven trató de hacer frente al agresor, que no dudó en arremeter contra ella y tirarla también al suelo.

De reojo, Irene observó que el hombre se volvía de nuevo hacia ella, aún en estado de ‘shock’ y sin posibilidad de reacción. Su única protección fue ponerse en posición fetal, tratando de cubrir sus órganos vitales. «Me empezó a pegar patadas por todo el cuerpo hasta que unos chicos se acercaron y salió corriendo», prosigue. Sin móvil y la sangre manando a borbotones de una ceja, la joven regresó a su domicilio. «Me insistieron en llamar a una ambulancia y a la policía, pero yo solo quería ir a casa», reconoce, nerviosa; también agradecida al taxista que la recogió. «Me vio y con un rollo de papel y alcohol que llevaba para desinfectar el asiento me limpió la cara como pudo», remarca, acordándose, además, del final de la carrera: fue a sacar la cartera, pero no la dejó que pagara.

Al día siguiente, acudió con otra amiga al hospital, donde los médicos constataron las magulladuras sufridas y el consecuente golpe psicológico. Y ya con el parte de lesiones, interpuso en comisaría la pertinente denuncia. «Fue todo tan rápido que no le pude ver la cara», incide, al ser cuestionada por su agresor. De su aspecto tiene claro tres cosas: era moreno, delgado y los insultos homófobos los profirió en un perfecto español. Todavía convaleciente y sin poder trabajar, Irene saca fuerzas para responder a los intolerantes: «Aunque me haya pasado esto, con miedo no voy a vivir».

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Re: Homosexualidad y Policía
« Respuesta #707 en: 20 de Diciembre de 2021, 17:28:07 pm »


Un joven denuncia una agresión en Almería tras besar a su novio en público


La víctima, a quien reventaron un vaso de cristal en el brazo y la cara, asegura que se trata de una agresión homófoba, pero la Policía Nacional de Almería, que ya ha detenido a una persona, califica los hechos como "un delito de lesiones"
— La izquierda y la abstención del PP tumban la propuesta de Vox para derogar las leyes LGTBI en Madrid






Imagen del joven agredido en Almería que ha compartido en Instagram
Imagen del joven agredido en Almería que ha compartido en Instagram
Miguel Ángel Santiago

Almería —
20 de diciembre de 2021 10:38h
3

@mickeysant
Los hechos ocurrieron en la madrugada del pasado sábado frente a un conocido pub del centro de la ciudad de Almería. El joven de 27 años de edad narró lo ocurrido a través de Instagram: "Salí a un pub con mi pareja y una amiga, no nos dio tiempo a nada, fue llegar al centro y en cuestión de 20 minutos había un grupo que no dejaba de mirarnos. Ahí, mi pareja se dio cuenta de que un grupo nos miró de una forma extraña, digámosle que con odio, por lo que estuvimos atentos". La agresión se produjo inmediatamente después de que besara a su novio en público.


Samantha Hudson: "Es complicado ser no binaria y a veces estoy desquiciada"

SABER MÁS
Lo que pasó fue, según relata en el vídeo de Instagram, que "un chico pasó por nuestro lado y nos dio un movimiento porque la disco estaba a reventar y nos chocamos con esa gente". Acto seguido "sin mediar palabras, se dio la vuelta y con la copa que tenía en su mano me la fue a reventar en la cabeza. Puse mi brazo para amortiguar el golpe". El joven también detalla que "me cortó la cara, me hizo heridas en el labio, en la lengua y cerca del ojo". Los momentos posteriores a la agresión fueron cuando oyó a su pareja encararse al agresor por lo que había hecho: "Yo solo gritaba de dolor que qué era lo que tenía en la cara". En el vídeo cuenta que por los alrededores se encontraba un chico, también de fiesta, y que resultó ser enfermero: "Me atendió, me vendó la mano y me dijo que me fuera rápido al hospital".

Numerosas personas han trasladado su "repulsa" ante este hecho en todas las redes sociales, que ha derivado en una denuncia, interpuesta por la víctima horas después de la agresión y una vez los servicios sanitarios le dieron de alta, según han confirmado fuentes policiales. "Lo fui a denunciar y, justamente, apareció el agresor, el cual me intentó convencer de que no le pusiera ninguna denuncia, porque él no era homófobo, solo era una pelea y que no me agredió en ningún momento. Entonces, comenzó a insistir en que borrara las historias porque si no irían a pegarle, a lo que yo le respondí que se estaba delatando porque en ningún momento dije su nombre ya que no lo conocía", confesó a través de Instagram.


Los hechos se están investigando
El joven reveló en la red social que el agresor ya estaba "detenido" y que se iba a proceder a un juicio rápido por los hechos en el que se dilucidará si lo ocurrido es una agresión, un delito de odio o ninguna de las cosas. "El policía me dijo que él entiende que lo sucedido es un delito de odio, aunque yo estoy contando mi vivencia y el juez determinará lo que ha pasado y lo que pasará con el agresor", indicó, advirtiendo que no se va a "quedar callado". "No quitaré ninguna denuncia, lo único que quiero es justicia porque en todo momento yo salí a divertirme y tomarme una copa que acabó reventada en mi cabeza", añade.


Fuentes de la Policía Nacional de Almería afirman que "existe una denuncia por parte del mismo en estas dependencias" y que "a raíz de la misma se detuvo a un joven, el cual pasa en la mañana de este lunes a disposición del juzgado de instrucción número 3 por un delito de lesiones".

Mensajes de odio
La víctima se ha puesto en contacto con Almería con Orgullo para que le asesoren y le den apoyo psicológico. Fernando Aguilar, portavoz de la asociación LGTBI, ha indicado a este medio que van a proteger al joven igual que lo hacen "a todas las personas del colectivo". "Todo esto tiene mucho que ver con la situación política que tenemos actualmente", reflexiona el Aguilar. "Y sobre todo por esos mensajes de odio que está lanzando la extrema derecha y que otros partidos están recogiendo por sus alianzas interesadas", indica.

Pone como ejemplo el debate en la Comunidad de Madrid para limitar los derechos LGTBI alegando que “eso en un total retroceso a todo lo que se había avanzado en este tiempo". "Ante todo esto, la mejor herramienta que tenemos en Almería con Orgullo es la movilización y la unión para luchar conjuntamente", concluye el portavoz de la asociación LGTBI.


Francisco Ferre, de Colega Almería, también ha puesto a su abogado en contacto con la víctima, y asegura que "solo hay como elemento probatorio de que la agresión ha sido un delito de odio por su condición sexual, la mirada intimidante del agresor manifestada por la víctima".

De momento, la Policía Nacional de Almería va a investigar el caso como delito de lesiones y no como una agresión homófoba. Fernando Aguilar explica que "no es la primera vez que una persona del colectivo LGTBI denuncia una agresión y que ellos quiten esa carga para no catalogarlo como homofobia". "Esa es otra realidad que vivimos en otra ciudad y no me sorprende esa decisión de la Policía", medita. Es por ello que desde Almería con Orgullo "siempre aconsejamos poner denuncia en dependencias judiciales y no ir a la policía precisamente por el trato que suele haber hacia el colectivo".

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Re: Homosexualidad y Policía
« Respuesta #708 en: 09 de Enero de 2022, 09:14:55 am »
Comando LGTBIPOL


Cinco policías y guardias civiles han pasado de llevar una “doble vida” por su orientación sexual a formar a sus compañeros en igualdad y diversidad. En 2016 crearon una asociación para visibilizar el colectivo en los cuerpos y fuerzas de seguridad



De izquierda a derecha José Pedro Sageras, Elena Sánchez, Begoña Gallego, Rufino Arco y Arantxa Miranda, de la asociacion LGTBIPOL.
OLMO CALVO
Patricia Peiró
PATRICIA PEIRÓ
Madrid - 09 ENE 2022 - 05:00 CET

“Pero y tú... ¿con lo tuyo que vas a hacer?”. No hay ni una sola persona allegada a Rufino Arco (39 años) que no le hiciera esa pregunta en los días previos a su entrevista de acceso a la academia de Policía Nacional de Ávila, en 2008. Con “lo suyo” se referían a que era gay. Por si acaso, se inventó “una coartada” por si le preguntaban por su vida personal, algo que no pasó. Logró ingresar y tras unos meses de curso abandonó la máscara y comenzó a hablar con naturalidad con sus compañeros sobre su orientación. No pasó nada. 13 años después es policía nacional en Madrid y decenas de futuros agentes continúan teniendo el mismo temor que experimentó él hace años. Él responde a estas dudas como vicepresidente de la asociación LGTBIPOL, nacida en 2016 para visibilizar el colectivo en los cuerpos y fuerzas de seguridad y formar en diversidad.

Su experiencia se repite en la boca varios de sus compañeros. Elena Sánchez (44 años) también policía nacional, se preparó un discurso para sus primeros años en el cuerpo en el que hablaba de “pareja” y “relación”. A Arancha Miranda (46 años), policía municipal, le hicieron una entrevista en 2000 sobre el papel de la mujer en el cuerpo en la que le preguntaron si su marido ponía en casa a lavadora. Ni se le pasó por la cabeza decir que en su vida ni había ni iba a existir un marido. José Sageras (36 años), guardia civil, se preparó a conciencia la entrevista psicológica. Cuando Begoña Gallego (48 años) tuvo un bebé, nadie se planteó que no hubiese sido con un hombre. Los cinco se sientan en torno a varios tés en la plaza de Pedro Zerolo, en Chueca, epicentro del Orgullo, como miembros de la junta directiva de una asociación que representa al colectivo LGTBI con más de 250 miembros. Atrás quedaron los días en los que su orientación sexual era un tabú en su vida.

El recorrido vital de estos cinco agentes ilustra la propia evolución de la sociedad y de las instituciones a las que pertenecen. Aun así, cuando salieron del armario con la presentación de su asociación en 2016 no lo tuvieron fácil. Lo que les hizo dar el paso fue que un compañero quería denunciar a su novio por violencia intragénero, pero no se atrevía porque eso iba a suponer que sus compañeros se enteraran de su orientación. “La creación de la asociación fue lo que se dice una salida del armario a lo bestia”, resume Begoña. ¿Fue más complicado para ellas o para ellos? “Bueno, que una mujer que realiza un trabajo que tradicionalmente ha sido masculino sea lesbiana, hasta te da un plus. Pero a un guardia civil gay se le ve como una nenaza”, reconoce Arantxa. José, a su lado, asiente. Él ya ha destrozado todas las puertas del armario que se podían, hasta se presentó al certamen míster Gay este año representando a su tierra, Extremadura.

En este tiempo, ha habido zancadillas y malos gestos, pero también gratas sorpresas. “Al poco de nacer nos llamó el comisario principal de la Unidad de Familia y Atención a la Mujer (UFAM) y nos dijo: ‘Con el tema de las personas trans no estamos cumpliendo el pacto de Estado y no sabemos cómo abordarlo’. Desde entonces, somos formadores de esta unidad en estos temas. Vieron que había nacido un nuevo recurso y querían mejorar y aprender”, indica Elena. No solo forman en la UFAM. Hace un mes se desplazaron hasta Canarias para dar un curso a 400 agentes y colaboran con las unidades policiales de participación ciudadana y con diferentes ONG. Arantxa ha dado charlas en otras comunidades en las que han solicitado sus servicios, y en la formación de los nuevos agentes municipales, se incluye ya un módulo de delitos de odio. “Cuando doy clase a los alumnos de policía, lo primero que les explico es que venimos de una historia en la que los agentes tenían que detener a los homosexuales”, comenta.

Mientras siguen tomando sorbos de té, todos coinciden en que está produciéndose un retroceso en temas de diversidad. “Se está juntando el sentimiento antipolicial, con el del no aceptar al que es diferente a ti”, recalca Elena. Es difícil poner cifras concretas a esta sensación que expresan. En la memoria del año 2020, la Fiscalía de Madrid, reconoce que faltan datos sobre el alcance real de los delitos de odio, porque muchas veces pasan por el juzgado como delitos leves, en los que el juez no considera el componente de discriminación. Aún así, de las 26 diligencias iniciadas por los fiscales madrileños en 2018, se pasó a las 54 que se abrieron en 2020. “La situación en fiscalía solo es óptima cuando las diligencias previas tienen su origen en un atestado policial de las unidades especializadas”, señala la memoria.

La Policía Municipal de Madrid creó en 2017 la Unidad de Gestión de la Diversidad, a la que pertenece Arantxa. Hasta 2021, ha registrado más de mil denuncias por agresiones relacionadas con la orientación, la religión, la raza, la discapacidad o la pobreza. “Yo siempre digo que estoy en una burbuja”, reconoce la agente. Las lucha del colectivo avanza también en la Guardia Civil. En el temario que estudian los nuevos agentes, se va a empezar a incluir un apartado sobre igualdad y diversidad y en dos años se prevé que todos hayan realizado al menos un curso en esta materia.

El odio, en datos

Los pasos se dibujan en el camino a medida que crece la voluntad política por estos asuntos. En la encuesta que ha realizado el Ministerio de Interior sobre delitos de odio en este 2021, el 40% de los participantes respondió que había sufrido comentarios o gestos ofensivos más de 10 veces en los últimos cinco años de su vida por motivos como la raza, la orientación sexual o la religión. Según las estadísticas de criminalidad de Interior, en 2019 se registraron 1.706 delitos de odio, un 7% más que el año anterior. En 2020, esta cifra descendió a 1.401, una reducción del 17%, acorde a la que han experimentado otras denuncias durante el año de la pandemia, por los meses de confinamiento.

Los cinco que se sientan a esta mesa, también han soportado chistes y desprecios en algún momento. José, el guardia civil, tenía dos sueños de niño: participar en el desfile del 12 de octubre como militar y ser agente de tráfico. Ha cumplido los dos, pero no se imaginó que para lograrlo tendría que hacer “el papelón de mi vida” durante 10 años. Una década en la que evitó hablar con sus compañeros, por ejemplo, sobre cómo había pasado el fin de semana. “Para mí, el antes y el después fue participar en los vídeos que lanzó la Guardia Civil este año. Hay compañeros, que son también del colectivo, que se alejan de ti porque estás en el ojo del huracán. Hasta te dejan de seguir en Instagram”, admite. José se refiere a la campaña que presentó la Benemérita este año en el que él es el protagonista como agente y gay. “También hay muchos otros que te muestran su apoyo de forma discreta”, señala.


El foco volvió a iluminarles con motivo del Orgullo de 2018. “Queríamos salir en la manifestación y queríamos hacerlo con el uniforme, es una forma más de acercar los cuerpos de seguridad a la ciudadanía”, reconocen. A la única a la que le dieron permiso fue a Arantxa, la municipal. Y aún así, recibió críticas de las que tuvo que defenderse. “Sí que salimos con una pancarta y la gente se nos acercaba, nos abrazaba, nos preguntaba quiénes éramos”, rememora Begoña. Algunos de los que en la primera manifestación desfilaron en la última fila, el año siguiente se situaron en la cabecera.

¿Qué les dice Rufino 13 años después a los agentes en potencia que tienen reparos en que se note que son homosexuales? Su respuesta siempre es la misma: “Que sean ellos mismos, si tú lo llevas con normalidad, la gente a tu alrededor también lo hará y si no, en el siglo XXI, no pueden y no deben decirte nada”.

Una conferencia en Sitges que abrió el camino contra la discriminación
En 2006, un grupo de agentes de Cataluña fueron los primeros en dar el paso en crear una asociación de fuerzas y cuerpos de seguridad del colectivo. Gaylespol nació tras unas cuantas reuniones y cafés en la que varios representantes de la autoridad se dieron cuenta de que en otros países el foco ya estaba puesto en los delitos de odio. "Ese año fuimos a una conferencia internacional en Sitges sobre estos asuntos y aquí abríamos los ojos como platos, porque no se hablaba de esto", recuerda Isabel Tapia, presidenta y policía municipal en Sabadell. Lo que en un principio fue una asociación autonómica, se abrió en 2009 a todo el país, y ahora suma 245 miembros. Incluye desde mossos, hasta agentes municipales, pasando por policía portuaria, ertzainas y guardias civiles. "Yo entonces estaba en un pueblo más pequeño, era una plantilla pequeña y nunca me sentí discriminada, pero por conversaciones con otros compañeros, me di cuenta de que era algo que en otros lugares sí pasaba", explica al teléfono. "En especial en el caso de los hombres, por la plumofobia", recalca. El objetivo de su asociación, igual que la de LGTBIPOL es la de romper estereotipos en los cuerpos de seguridad. "Se va consiguiendo, pero aún quedan flecos, claro", sentencia.


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Re: Homosexualidad y Policía
« Respuesta #709 en: 09 de Enero de 2022, 11:51:57 am »
La cuestión no es con quién se acuestan por la noche. . . la cuestión es. . . son buenos policías?. . . esa es la verdadera pregunta a la que habría que dar respuesta, pero esa respuesta no la pueden dar ellos, la tendrían que dar sus compañeros. . . y no creo que el periodista tenga en más mínimo interés en la respuesta que les puedan dar. . . porque con ella no sacaría ningún titular. . .

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Re: Homosexualidad y Policía
« Respuesta #710 en: 15 de Marzo de 2022, 07:55:15 am »

Un juzgado obliga a la Ertzaintza a readmitir a un militar gay excluido por “homófobo y racista”

El aspirante a ‘ertzaina’, un militar gay de 34 años, había suspendido por la baja calificación otorgada por sus compañeros en un polémico programa.
15 de marzo 03:45 15 de marzo 03:45 Marcos Ondarra

Rafa, natural de Melilla, dejó la Ciudad Autónoma a los 18 años para cumplir su sueño: alistarse en el Ejército. Ahí ascendió rápido y pronto llegó a escolta de un coronel. Acumuló varias distinciones, incluso una medalla al mérito militar. Pero también conoció a su actual marido, militar, con quien se mudó al País Vasco en diciembre de 2016.
 
En ese momento Rafa decidió que quería ser miembro de la Policía autonómica vasca. Se preparó a conciencia para ello, incluso estudió euskera. Compaginó la primera parte del proceso selectivo trabajando de camarero. Todo iba encaminado para que se incorporara a la Ertzaintza, pero en julio de 2020 llegó el mazazo: no apto.

Aún no se ha recuperado del golpe. Y eso que acaba de ganar una sentencia que obliga a la Academia vasca de Arkaute a readmitirlo en el “curso de prácticas”. Pero no es suficiente. El fallo ni es firme ni es el que esperaba. Tanto él como el Gobierno vasco han presentado recursos judiciales, pero aún restan meses de batalla.
 
Pero recapitulemos: ¿qué había pasado para que Rafa, que había llegado a vicepresidente de su promoción, y había trabajado tres meses en la comisaría de San Sebastián, suspendiera? Pues que había aprobado todo, excepto la “valoración de actitudes”: una prueba que requiere 150 puntos sobre 300. Él sólo había sacado 107.

El ‘gran hermano’

Esa baja puntuación se debe a dos motivos. Uno, el polémico programa gran hermano -así lo califican sus críticos- de Arkaute, la Academia Vasca de Policías y Emergencias, que consta de un cuestionario en el que los alumnos evalúan a sus compañeros con nueve puntos positivos y otros nueve negativos, con un máximo de tres por cabeza. Esto, según denuncia uno de los opositores, da lugar a que los “amiguismos” y “afinidades” decidan, y no “las aptitudes”.


Por este mismo motivo, el año pasado un juzgado de Vitoria determinó que dos mujeres aspirantes a ertzainas de la 27ª promoción fueron “discriminadas” por sus compañeros con motivo de su orientación sexual en la academia de Arkaute. La resolución judicial obligó a la Ertzaintza a “adjudicarles un destino provisional de agentes”.

Y resulta que Rafa no había caído en gracia a algunos de sus competidores. Tuvo 75 valoraciones negativas, y sólo dos de sus compañeros le salvaron. Esto se materializó en 0 puntos de los 65 posibles. Toda una merma para la calificación total.


El Partido Popular vasco, que ha salido en defensa de Rafa, considera que las acusaciones de “racista y homófobo no tienen fundamento”, pues es una “persona sensata y centrada”. “Pero esa no es la cuestión”, añaden: “Lo que realmente preocupa es el método de evaluación, que la opinión de los compañeros puntúe 70 puntos. En las promociones posteriores ya cuenta con 30, así que quizá se han dado cuenta de que no se puede dejar el futuro a criterio de los compañeros en un proceso de oposición tan complicado”.

La presidenta del PP en Guipúzcoa, Muriel Larrea, anuncia a EL ESPAÑOL una batería de preguntas dirigidas a la Consejería de Seguridad respecto al caso. No serán públicas. “Cuanto más discretos seamos más vamos a proteger la figura de Rafa. No tenemos que dar pie a que le sigan haciendo críticas infundadas porque lo está pasando mal”.

“Sexista y homófobo”

El otro motivo fue que tampoco aprobó el apartado de “habilidades sociales en el contexto académico”. En este punto se habla de “actitudes sexistas, homófobas, racistas o que atenten contra la libertad religiosa”. Y eso que jamás había tenido una falta en su expediente. “Dicen que es homófobo cuando es gay, o que es racista cuando tiene familia musulmana. Es ridículo”, reconoce una fuente cercana al matrimonio.

Esta misma fuente asegura que Rafa “lo está pasando muy mal” por la “enorme repercusión” que tuvo la entrevista publicada en El Correo, que fue el primer medio en denunciar la “injusticia”. Y admite que ya se siente señalado en el pueblo en el que vive.

Una muestra de cómo el nacionalismo vasco puede hacerle “la vida imposible”, pese a que ya ha ganado la sentencia que obliga a Arkaute a reincorporarlo al “curso de prácticas”. Esta es “insuficiente”, admiten desde su entorno, y por eso la ha recurrido, como el Gobierno vasco. Y es que el juzgado considera “llamativo” el cero obtenido en el sociograma, y por eso le obligan a repetir “el curso completo de prácticas en su totalidad”.

La batalla judicial sigue, por tanto, abierta. Ahora pueden pasar meses, quizá años, hasta que el daño sea reparado con una resolución definitiva que le devuelva al punto en donde estaba. “Está hundido. No se esperaba esto”, admiten desde su entorno.


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Re: Homosexualidad y Policía
« Respuesta #711 en: 22 de Marzo de 2022, 18:03:11 pm »

Los Mossos investigan una agresión homófoba a un joven que fue engañado por un perfil falso de Grindr


El joven había quedado con otro y cuando acudió al lugar tres hombre le agredieron y robaron la cartera

Mossos d'Esquadra / Cadena SER


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Cadena SER

Ràdio Barcelona
Hace instantes - 17:20 h CEST
BarcelonaEl Observatorio catalán contra la homofobia ha denunciado una agresión homófoba premeditada la pasada noche del lunes en Vilafranca del Penedès, en Barcelona. El organismo ha asegurado que tres hombres utilizaron la conocida aplicación de citas Grindr para engañar a un chico al que apalizaron y también le robaron.
El joven había quedado con otro hombre por Grindr y cuando se presentó al lugar tres hombres le sorprendieron, le propinaron varios golpes y después le robaron la cartera. Se desconoce si el perfil de Grindr falso con el que se pensaba que se citaba el joven agredido, a quien también robaron sus pertenencias, contenía fotos y nombre falso o era de uno de los tres agresores.

El chico fue a denunciar el acto de violencia premeditada y acudió a los servicios médicos que corroboraron que tenía lesiones físicas. Los Mossos están investigando ya el suceso y han activado los protocolos de asistencia y acompañamiento a la víctima.

Además, el Observatorio catalán contra la homofobia ha pedido a los dirigentes de Grindr que mejoren la seguridad de su aplicación y ha ofrecido apoyo y asistencia tanto psicológica como jurídica a la víctima.

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Re: Homosexualidad y Policía
« Respuesta #712 en: 28 de Marzo de 2022, 08:27:10 am »

Los Mossos investigan una brutal agresión homófoba en Girona


La intervención de un miembro de seguridad de la estación de Renfe evitó que los agresores se ensañaran aún más con el joven al que dieron un puñetazo en la cara y patadas

La agresión tuvo lugar en el Parc Central de Girona, cerca de la estación de Renfe.  Colaboradores
ACN

GIRONA

27/03/2022 11:38Actualizado a 27/03/2022 13:34

Los Mossos d'Esquadra investigan una agresión homófoba a un joven de Girona que volvía a su casa la madrugada del sábado 19 al domingo 20 de marzo y llevaba puesta una mascarilla con la bandera arco iris.

Inicialmente la víctima pretendía coger un taxi en la avenida Ramon Folch hacia las cinco y media de la mañana, pero no encontró ninguno disponible y decidió volver hacia el barrio de Sant Narcís caminando.

Cuando pasaba por el Parc Central, dos hombres de entre 30 y 40 años le pidieron tabaco. El joven les dijo que no fumaba y siguió caminando. De repente, uno de los agresores le dio un empujón y acto seguido le pegaron un puñetazo en el ojo. La paliza continuó con patadas constantes e insultos como 'maricón de mierda', 'no deberías haber nacido' y 'te violaremos'.

Los agresores huyeron al ver que llegaban varios vigilantes de seguridad a proteger a la víctima
Al cabo de unos minutos, un miembro de seguridad privada de la estación de trenes salió a apoyar al joven para protegerle. En ese momento los dos agresores se detuvieron y al ver que llegaban más miembros de seguridad huyeron corriendo de la zona en dirección a la estación del AVE.

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Re: Homosexualidad y Policía
« Respuesta #713 en: 12 de Abril de 2022, 07:59:06 am »

La Audiencia de Valencia corrige a una jueza: agredir al grito de “Te voy a hacer hetero a hostias” puede ser delito de odio

La magistrada había descartado investigar como tal un incidente con el argumento de que la pulsera LGTBI del agredido la llevan “simpatizantes” o que los insultos homófobos son comunes en discusiones “acaloradas”
— De “no sabían que era gay” a “maricón se dice mucho”: los mitos de los delitos de odio que ha desvelado el caso de Samuel

Marta Borraz
11 de abril de 2022 22:13h
Actualizado el 12/04/2022 05:30h

El incidente que sufrió un hombre bisexual en Valencia cuando circulaba en moto al grito de “Te voy a hacer hetero a hostias” será finalmente investigado como un posible delito de odio. Así lo ha decretado la Audiencia Provincial de Valencia, que ha estimado el recurso interpuesto por la acusación y la Fiscalía contra el auto del juzgado que cerró esta posibilidad. La magistrada rechazó investigar los hechos como tal con argumentos como que la pulsera de la bandera arcoíris la llevan cada vez “más simpatizantes” o que los insultos homófobos proferidos se escuchan “reiteradamente en discusiones acaloradas”.

La Audiencia de Valencia considera ahora que “no puede descartarse” el delito de odio, contenido en el artículo 510 del Código Penal, y que los hechos pueden rebasar el delito de amenazas leves por el que la jueza, Nieves Molina, decidió seguir la causa, estipula en un auto fechado el pasado 6 de abril. “Sería expresivo del ánimo propio del delito del artículo 510.2 el hecho de que las expresiones presuntamente vertidas tienen un claro contenido homófobo y podrían ser aptas para lesionar la dignidad del denunciante”, reza.


Los hechos se remontan al pasado febrero, cuando Isaac Guijarro iba con su moto por Valencia. Según su relato, fue “abordado” por dos hombres en un coche que iba “en paralelo” y, “acercándose a pocos centímetros” y viéndoles hacer aspavientos, mirarle y mover los labios, llegaron a un semáforo en rojo. En ese punto, bajaron la ventanilla e hicieron los insultos “entendibles”.

Guijarro les reprochó “su intento de arrollarle” y, al preguntarles por qué, ellos respondieron “por puto maricón. Te hemos visto la cara de chupapollas desde el coche”. Al amenazarles con llamar a la Policía, le espetaron: “Si llamas, te hacemos hetero a hostias. Te mato”. Durante el episodio, le profirieron “decenas de insultos” y “acechaban” a la moto “acercándose a escasos centímetros”, denuncia. Al ver que intentaba hacer una foto, uno de ellos bajó del vehículo e intentó quitarle el móvil, siempre según su relato.

Lo que ha decretado la Justicia ahora no es que los hechos sean un delito de odio, sino que pueden serlo y deben ser investigados como tal. Si las expresiones homófobas que utilizaron contra Isaac se debieron a su orientación sexual o “sin más, a una discusión de tráfico”, asegura la Audiencia de Valencia, será algo que se deberá dirimir más adelante. “No afirmamos, ni mucho menos, que el investigado sea responsable criminalmente de los hechos ni que esta [delito de odio] sea la calificación final”, sino que “no puede descartarse”.

Los argumentos de la jueza
La magistrada le cerró la puerta al delito de odio, utilizando argumentos como que no conocían a la víctima, por lo que “su activismo en la causa LGTBI queda totalmente ajeno” a los hechos, la pulsera arcoíris en la muñeca, símbolo del colectivo LGTBI, no señala la orientación sexual de quien la lleva porque cada vez hay más “simpatizantes” del movimiento y las uñas pintadas “se acercan más” a personas denominadas “alternativas”. Sobre los insultos (que según la denuncia son “puto maricón”, “chupapollas”, “te vamos a hacer hetero a hostias”), aseguró que “lamentablemente” se escuchan “reiteradamente en situaciones de discusiones acaloradas, con independencia de la condición sexual de los participantes de las trifulcas”.

La sección de Delitos de Odio del Ministerio Fiscal de Valencia recurrió en su momento la decisión argumentando que la acción “es por sí suficiente para lesionar la dignidad del perjudicado” y menospreciarlo por motivo de “su orientación o identidad sexual”. Sobre los insultos, asegura la Fiscalía que el investigado “tuvo muchos a su alcance y muchas amenazas a su disposición derivadas del amplio léxico existente en nuestro idioma”, pero que eligiese las contenidas en el auto, “solamente tiene una explicación”: “despreciar y humillar al denunciante utilizando para ello su condición sexual”.

Es lo que también defendió Guijarro, que es director jurídico de Olympe Abogados, un despacho especializado en estos casos. En su opinión, el ataque se produjo por motivo de su orientación sexual y por cómo le percibieron los denunciados: es bisexual “con pluma”, describe, y entre otras cosas, llevaba las uñas pintadas, el pelo largo y una pulsera LGTBI. La Audiencia aprecia “algunas contradicciones” en el relato entre lo declarado por el denunciante en comisaría y en el juzgado, pero asegura que “el núcleo del relato, lo esencial, se sostiene en ambas”. El investigado, por su parte, niega su participación en los hechos.

Guijarro se muestra satisfecho con la resolución de la Audiencia porque ayuda a comprender que “no hay que normalizar” el uso de las expresiones homófobas denunciadas “y, por tanto, es un paso más para que se entienda que los delitos de odio cometidos contra el colectivo LGTBQI no van a quedar impunes”, expresa el abogado, que agradece el apoyo y la proactividad de la Fiscalía.

Al contrario de lo que afirmó la jueza en su auto, son precisamente elementos como la simbología o los insulto utilizados, los indicios y “factores de polarización” que obligan al menos a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado a orientar las investigaciones hacia el posible delito de odio. El Ministerio del Interior insiste, además, en que no hace falta que víctima y autor se conozcan previamente para que se dé un delito de odio porque las personas son elegidas por su “conexión, simpatía, filiación, apoyo o pertenencia” al colectivo. Pertenencia que, además, puede ser “real o percibida”.

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Re: Homosexualidad y Policía
« Respuesta #714 en: 21 de Abril de 2022, 07:51:03 am »
Ángel, el joven que ha denunciado la nueva agresión homófoba.


Nueva agresión homófoba en Valencia: "Maricón de mierda, la gente como tú se tiene que morir"


Un joven denuncia que le rompieron la nariz en una discoteca y pide colaboración para identificar al agresor.
20 abril, 2022 17:26
Juan Nieto  @JuanNietoIvars Valencia

Un joven ha denunciado este miércoles una supuesta agresión homófoba ocurrida en una discoteca de Valencia durante las vacaciones de Semana Santa. La víctima ha sufrido una fractura en el tabique nasal y los golpes le han causado varios hematomas por la cara, cuello y brazos.

Los hechos ocurrieron durante la madrugada del pasado domingo 17 de abril en la discoteca Akuarela, junto a la playa de la Malvarrosa, y Ángel Márquez, la víctima, ha pedido la colaboración ciudadana a través de sus redes sociales para identificar al agresor e interponer una denuncia.

Así ha explicado el joven cómo se produjo la agresión. "Estaba en la sala grande con un chico, cuando se acercaron tres y me amenazaron obligándome abandonar la discoteca, lo cual yo inocentemente sin saber lo que iba a pasar le dije que no y el por qué".


Tras negarse a abandonar el recinto, el chico "se abalanzó sobre mí y a base de repetitivos golpes en la cara me tiró al suelo, seguidamente, empecé a recibir golpes e insultos de sus amigos, entre ellos: maricón de mierda, hijo de puta, la gente como tú se tiene que morir".

Irene Montero publica por primera vez la foto de sus tres hijos: uno lleva falda y todos lucen melena rubia
Raúl Rodríguez
En la instantánea se observa cómo la ministra de Igualdad está despojada de su atuendo de política y exhibe su lado más personal: el de madre.

Una de las amigas de Ángel intentó separarles sin éxito. "No la dejaron ni reaccionar, también la tiraron al suelo y acabó con varias marcas en la cara". Finalmente, entró "un seguridad y pensando que me iba a ayudar, me tiró de malas formas fuera de la discoteca sin tomarme declaración de lo ocurrido y dejándome con las lesiones que os mostraré a continuación".

La víctima ha sufrido una fractura en el tabique nasal, los golpes le han causado un edema en la oreja izquierda y tiene varios hematomas por la cara, cuello y brazos. Además, la agresión le ha causado traumatismo craneal.

"Gracias por el apoyo y difundir, necesito encontrar a mi agresor, por favor,", ha afirmado Ángel tras hacer pública la agresión.

Repunte de denuncias
La Fiscalía de Delitos de Odio en Valencia ha observado un incremento del número de denuncias por supuestas agresiones homófobas en el territorio valenciano.

La última se produjo en el mes de febrero en un instituto de Bétera, un municipio situado a unos 18 kilómetros de Valencia. Tal y como publicó este periódico, la Fiscalía de Menores investiga la agresión homófoba en grupo a un profesor del instituto 'Les Alfàbegues'. Una decena de alumnos fueron expulsados del centro.

La agresión se produjo después de que dos alumnas salieran al patio con una bandera LGTBI. La iniciativa fue apoyada por otros dos jóvenes, pero los responsables del instituto pidieron a los adolescentes que acabaran con la protesta.

Al día siguiente, otro grupo de jóvenes fue al centro con banderas de España para exhibirlas en el patio. Sin embargo, el profesor también solicitó que cesara esta segunda movilización y les instó a retirar las insignias.

A partir de ahí, alrededor de un centenar de alumnos acabó increpando al docente. El alumnado presente en esta protesta acabó lanzándole restos de comida y tirándole del pelo, además de insultarle por su condición sexual.

Además, a finales del año pasado, Axel, un joven transexual de 21 años, denunció haber recibido una paliza en Valencia por su condición sexual. Ocurrió en la Plaza Honduras.

Allí, según explica él mismo, acudió con sus amigos y se dirigió a otro grupo con la expresión "qué guapes todes". Uno de los chicos a los que piropeó fue quien reaccionó de forma violenta. "¿Qué pasa, me estás llamando maricón?", le respondió, y posteriormente le propinó varios puñetazos en la cara y en la espalda.

Delitos de odio
La Comunidad Valenciana registró en 2020 un total de 151 incidentes vinculados a posibles delitos de odio, lo que supone que en el año de la pandemia aumentó un 5% respecto a las 144 denuncias del año anterior. La cifra contrasta con la evolución en el global de España donde se ha producido un descenso del 17,9%.

La mayoría de infracciones penales están relacionadas con el racismo y la xenofobia (58), la ideología (24) y la discriminación por razón de sexo o género (24).

En cambio, según la memoria de la Fiscalía Superior de la Comunidad Valenciana, en 2020 solo se incoaron 27 diligencias de investigación penal por delitos de odio en la provincia de Valencia, 7 en Alicante y ninguna en Castellón.


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Re: Homosexualidad y Policía
« Respuesta #715 en: 15 de Mayo de 2022, 08:48:27 am »

El juez envía a prisión a un hombre por una agresión homófoba a una pareja en Barcelona


Los dos denunciantes manifestaron que el agresor les profirió insultos homófobos y les agredió con puñetazos “con una extrema violencia”

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Re: Homosexualidad y Policía
« Respuesta #716 en: 31 de Mayo de 2022, 19:24:45 pm »


El Supremo confirma la condena de cuatro guardias civiles por insultos homófobos a otro agente


La sala de lo militar confirma condenas de diez meses de prisión a cuatro agentes por proferir a un compañero en Noia (A Coruña) frases como “arriba España y muerte a los maricones”
— Condenados cuatro guardias civiles por insultos homófobos a otro agente: “Arriba España y muerte a los maricones”

31 de mayo de 2022 15:42h

Actualizado el 31/05/2022 18:49h

El Tribunal Supremo ha decidido confirmar una condena de diez meses de cárcel a cuatro agentes de la Guardia Civil por insultar y dirigir comentarios homófobos a un compañero. El caso, que fue revelado por elDiario.es, recoge al menos uno de los acusados se dirigía a la víctima con comentarios como “arriba España y muerte a los maricones”, “los maricones no deberían de estar en la Guardia Civil” o “prefiero tener un hijo muerto o drogadicto que maricón”.


Un grito de "maricón" o la orientación sexual de la víctima obligará a enfocar la investigación como posible delito de odio

SABER MÁS
La sala de lo militar del Supremo confirma las condenas que un tribunal militar de A Coruña impuso a los cuatro por un delito de abuso de autoridad en su modalidad de acoso profesional, al realizar actos “que supongan discriminación por la orientación sexual”. Los magistrados castrenses expusieron que los condenados “actuaron de una manera concurrente, conjunta y persistente”.

Los comentarios homófobos, los insultos y la situación de acoso se prolongó a lo largo de cuatro años, entre 2010 y 2014, en el cuartel coruñés de Noia. Las consecuencias también son recogidas por la Justicia: la víctima permanece de baja desde noviembre de 2014, precisando de tratamiento y diagnosticado de un trastorno mental severo a raíz de los hechos.


La sentencia del tribunal militar constató que previamente a su llegada al cuartel de Noia uno de los condenados ya había advertido de que “iba a llegar al puesto un 'maricón”. Desde entonces, comenzaron “a difundir rumores referentes a su orientación sexual, diciendo que 'era homosexual”, además, se referían a la víctima como “maripili”, “fresita”, “perla”, “la mujer del puesto” y se le empezó “a tildar de 'vago, incompetente y mal profesional”, recogía la sentencia emitida en junio.


Los desprecios se extendieron por la localidad
Los desprecios por parte de sus compañeros hacia la víctima se extendieron por la localidad. La sentencia del tribunal militar detalló algunos ejemplos que demostraban cómo el acoso sufrido por el agente no se produjo solo en el cuartel. En uno de ellos describen que los comentarios “referentes a su supuesta orientación sexual llegaron a ser muy difundidos”, ya que “algunos detenidos”, conocidos de dos de los condenados, “llegaron a burlarse” del denunciante “llamándolo 'maricón’ y diciéndole que les habían dicho que si lo engatusaba les dejaría salir para fumar”.

Los agentes condenados, entre otras cosas, alegaban que habían sido condenados sin pruebas y el Supremo entiende que tanto la víctima como varios testigos cimentaron su condena de forma sólida. La declaración de la víctima y de los testigos, dice la sala de lo militar, son “firmes, persistentes y contundentes”.

El Supremo recuerda que el tribunal militar concluyó que “el relato de la víctima es coherente en el sentido de explicar cómo se genera con anterioridad a su llegada al puesto un ambiente de animadversión, al considerarlo homosexual”. Y añade el Alto Tribunal que el acoso “continúa durante un dilatado periodo de tiempo, dispensándole un trato despectivo, con comentarios alusivos en ese sentido, utilizando calificativos homófobos, algunas veces en tono de broma y en otras ocasiones de forma más ofensiva”.


El tribunal militar también se detuvo en el papel que tuvo uno de los superiores de la víctima, un sargento que no figura entre los condenados y al que el denunciante “se dirigió” en “diferentes ocasiones” para contarle “que sus compañeros le dispensaban un trato inadecuado”. Ante estas quejas, el mando “se limitó a decirle que no hiciese caso”. Asimismo, tres de los condenados “le hicieron llegar” al agente que “el sargento estaba descontento con su aspecto, con su forma de trabajar y que lo iba a sancionar”, según la sentencia emitida en junio.

Quejas de la víctima ante la actuación de su superior
La víctima “empezó a percibir” que su superior jerárquico “le hacía muchos reproches acerca de cuestiones profesionales, tildándolo de poco competente y vago”. El demandante asumió que estos comentarios se debían a que el sargento “estaba influenciado” por los agentes condenados.

En el juicio el sargento “negó haber oído comentarios despectivos o vejaciones referidas” a la víctima y aseguró que el agente “no se quejó ni de acoso ni de insultos”. El tribunal también destaca una explicación “contradictoria” del mando: “Comenzó diciendo que tenía buen concepto de [la víctima] y que le hacía buenos informes pero finaliza su declaración diciendo que se decía que profesionalmente dejaba que desear”.


A pesar de la declaración de este sargento, los jueces recogen como hecho probado las quejas de la víctima, llegan a hablar de “una pasividad del superior jerárquico” y recuerdan que cuando se transmite al mando “hechos ilegítimos” él está obligado a actuar.


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Re: Homosexualidad y Policía
« Respuesta #717 en: 31 de Mayo de 2022, 19:54:36 pm »
Era de esperar. . .

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Re: Homosexualidad y Policía
« Respuesta #718 en: 31 de Mayo de 2022, 21:18:40 pm »
Era de esperar. . .

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Poco me parece para 4 años de insultos y acoso...

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Re: Homosexualidad y Policía
« Respuesta #719 en: 13 de Junio de 2022, 08:45:37 am »


Condenado por una agresión homófoba en Móstoles: “Soy legionario, os tenían que matar a todos, maricones”


Un exlegionario con antecedentes acepta una multa y seis meses de cárcel por agredir a dos homosexuales en la localidad madrileña de Móstoles en 2020 y después enfrentarse también a la Policía
— Los jueces recuerdan que las agresiones homófobas suponen la “estigmatización sectaria” del colectivo
Imagen de archivo de una pasada celebración del Orgullo LGTBIQ+ en Madrid.
Imagen de archivo de una pasada celebración del Orgullo LGTBIQ+ en Madrid. David Aguilar (EFE)
Alberto Pozas

12 de junio de 2022 21:36 h
Actualizado el 13/06/2022 05:30 h
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“Puto maricón, os tenían que matar a todos, no sois hombres, sois la vergüenza de este país, soy legionario, cuando os vea por la calle os voy a matar”. Son algunas de las amenazas e insultos homófobos que dos jóvenes homosexuales escucharon hace un año y medio en la terraza de un bar de la localidad madrileña de Móstoles. El autor, un ex legionario con varios antecedentes penales, ha sido condenado a seis meses de prisión por un delito de odio, otro de amenazas y también por desobedecer a los agentes de la Policía Nacional que acudieron al lugar para intervenir en la agresión.


Los hechos, según la sentencia a la que ha tenido acceso elDiario.es, tuvieron lugar en la terraza de un bar de la Plaza de Flandes de Móstoles en septiembre de 2020. Los dos jóvenes estaban sentados en la terraza y el acusado dentro del bar. Desde allí empezó a increpar a los dos por el hecho de ser homosexuales, haciéndoles burla al hablar y pasando a los insultos homófobos: “Maricón, que sois maricones, tenían que ahorcaros a todos”. Incluso llegó a escupir en la cara a uno de ellos mientras le espetaba cosas como “puto maricón” y “os tenían que matar a todos”.

La agresión homófoba siguió con el acusado diciendo que no eran “hombres” y que eran “la vergüenza del país”, repitiendo en varias ocasiones que era legionario y que les iba “a matar” si se los cruzaba por la calle. Fueron los dueños del local los que llamaron a la Policía y fue entonces cuando el acusado se encaró con ellos, diciendo que “si iban a defender a unos maricones es que no eran policías”. Según los testigos presenciales, tuvieron que llevárselo “en volandas” a comisaría mientras repetía a gritos que era legionario y que cuando saliese iba “a coger una escopeta” y pegarles “dos tiros”.

Durante la investigación, el acusado –que según fuentes de su defensa es un exlegionario, tal y como afirmaba a gritos– negó los hechos. Luego en el juicio se limitó a reconocerlos, pero intentó convencer al tribunal de que no insultó e increpó a sus víctimas por su orientación sexual. Alegó ante los jueces que los dos jóvenes estaban “haciendo manitas” y que les increpó porque le pareció “una conducta que no procedía en un lugar público”. Puntualizó que habría hecho lo mismo si fuera una pareja heterosexual. Los insultos y las amenazas, añadió, llegaron porque estaba borracho: “Me acaloré”.

La Audiencia Provincial de Madrid no tiene ninguna duda de que el verdadero motivo de su actitud esa noche no fue ni el alcohol ni que las víctimas no guardaran decoro, sino su orientación sexual. “Su falta de inhibición fue fruto de su rechazo visceral hacia las relaciones homosexuales”, dicen los jueces para añadir que “todo indica que se trató de una reacción de intolerancia por no admitir como normales relaciones de esta naturaleza”.

Tal y como planteaba la acusación pública de la Fiscalía, que pidió hasta un año de cárcel para el acusado en el juicio, la Audiencia de Madrid entiende que cometió un delito de odio. Los insultos y amenazas, dicen los jueces, entrañaban “una humillación, menosprecio o descrédito” hacia los dos jóvenes, que contaron que tienen miedo a volver al mismo local por si se encontraban con el agresor aunque acudían con relativa frecuencia. Y no hubo un conflicto previo, destacan, que derivara en esos insultos de manera adicional: “Actuó de forma totalmente gratuita, interfiriendo en una conversación ajena y, cuando el incidente parecía concluido, provocando a uno de los afectados de forma grave y atentatoria contra su dignidad”, dicen los jueces.

Por eso, concluye la Justicia en esta sentencia que según la defensa del acusado ya es firme, que el condenado “actuó por razones de intolerancia y homofobia” y su objetivo era “cercenar o limitar la libertad de las víctimas, por su condición sexual”. La afectación de su dignidad, siguen los jueces, es “grave”, y el “efecto intimidatorio” de estas agresiones es grande, ya que “las víctimas temen encontrarse ante una situación similar y pueden acabar eludiendo su presencia en dichos lugares para evitar el conflicto”.

El resultado es una condena de seis meses de cárcel y multa de 1.080 euros por un delito de odio, otra multa de 180 euros por un delito leve de amenazas y una tercera multa de 2.166 euros por otro delito de desobediencia grave. La sentencia, que según ha explicado la defensa del condenado no ha sido recurrida ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid y ya es firme, también le prohíbe aproximarse a menos de medio kilómetro de las víctimas y le inhabilita para trabajar en el campo educativo durante tres años y medio.

“Código rosa” homófobo en Madrid
La última memoria anual de la Fiscalía General del Estado revela una disminución del total de procesos abiertos por delitos de odio, un aumento de hechos presuntamente cometidos a través de internet y las redes sociales, pero también que la orientación sexual es el motivo más frecuente detrás de estas agresiones en un 39% de las ocasiones, según la Fiscalía de Barcelona. El año pasado, según los datos del Ministerio Público, se dictaron 144 sentencias por delito de odio o con la presencia de la circunstancia agravante de discriminación.

La resolución a la que ha tenido acceso este periódico refuerza sus argumentos de condena en otras sentencias de los tribunales madrileños que también han sancionado conductas homófobas similares. Pone encima de la mesa, por ejemplo, la condena de medio año de cárcel que la misma Audiencia de Madrid impuso a un vigilante de seguridad del centro comercial Plaza de la localidad de Fuenlabrada por trato homófobo a dos jóvenes.

Sucedió en abril de 2017, cuando los dos chicos se besaban y el guardia de seguridad alertó por emisora a otro vigilante de la existencia de dos “códigos rosas” en referencia a los jóvenes homosexuales. Se acercó a ellos, les preguntó si “les parecía normal” y les dijo que “esas no eran formas, que había niños y familias delante, que estaban faltando al respeto y que si no cambiaban de actitud les iba a acabar echando”. Llegó a agarrar a uno de ellos del brazo y a intentar echarles del centro comercial.

En el caso de la agresión de Móstoles, además, los jueces entienden que también amenazó directamente a los dos jóvenes homosexuales. “El acusado dirigió amenazas específicas contra los denunciantes de matarlos si se los encontraba por la calle”, dicen los jueces, lo que supone “un plus” además de sus comentarios homófobos y, por tanto, “merece una sanción separada” aunque entiendan que no tenía un propósito “serio y firme” de consumar esas amenazas de muerte.