AI denuncia el descontrol en el uso de armas que producen descargas eléctricas por las fuerzas de seguridad
La ONG Amnistía Internacional (AI) ha denunciado, en una rueda de prensa celebrada hoy en Barcelona, el descontrol que existe entre las diferentes administraciones del Estado en lo referente al uso de armas que producen descargas eléctricas por parte de las fuerzas de seguridad.
EFE Según AI, policías locales de Catalu?a, Valencia y Canarias disponen de estas armas tipo 'Taser', que provocan descargas eléctricas cercanas a los 50.000 voltios, susceptibles de ser usadas para cometer abusos contra los Derechos Humanos.
La ONG, en su informe "Voltios sin control", ha podido constatar que la Policía Nacional, la Guardia Civil y la mayoría de policías locales y autonómicas no disponen de defensas eléctricas como parte de su material básico, si bien algunas policías las han incorporado como dotación de sus agentes o para probarlas.
Tanto los Grupos Especiales de Operaciones (GEO) como el Ejército de Tierra o la policía catalana de los Mossos d'Esquadra han adquirido estas armas "para evaluarlas", mientras que en Canarias forma parte del "material básico de las policías locales" y en la Comunidad Valenciana se consideran una "dotación opcional".
AI ha citado las policías locales de los ayuntamientos canarios de Teide, Arona, Las Palmas o Santa Cruz de Tenerife como algunas de las que utilizan este tipo de armas, así como la de Blanes, en Catalu?a, si bien esta situación, según la ONG, podría afectar a cerca de veinte municipios catalanes.
El director de la Sección Espa?ola de Amnistía Internacional, Esteban Beltrán, ha explicado que, aunque el uso de este tipo de armas "no está generalizado" en Espa?a, "sí ha aumentado su adquisición", por lo que ha pedido al ministerio del Interior que suspenda su uso y adquisición hasta que haya un estudio riguroso sobre los efectos de su uso.
AI ha recordado el caso de Juan Martínez Galdeano, que murió en agosto de 2005 en la comisaría de Roquetas de Mar (Almería) tras ser reducido con medidas tanto reglamentarias como no, en cuyo juicio quedó probado que el uso de armas que producen descargas eléctricas por parte de la policía fue un "factor concurrente" en su muerte.