Es cuestión de tiempo que esto explote.
El Retiro
Los ?camellos? se adue?an de El Retiro
La situación se hacía insostenible. Por eso la Policía ha tomado cartas en el asunto para reducir el número de delitos en El Retiro. sin embargo, todavía hay ?camellos?, rateros y ?manteros? que utilizan el pulmón verde como lugar de trabajo. Por eso el parque está incluido en el operativo policial que protege las zonas emblemáticas de la delincuencia
?El parque de El Retiro convertido en un hipermercado de la droga? La Policía intenta evitarlo, aunque es difícil ?desterrar? completamente a los delincuentes, que se mueven a sus anchas entre los numerosos turistas que se dan cita en el recinto. Los delitos han decrecido, según los datos que maneja la Policía Nacional, gracias al aumento de la presencia policial, pero los rateros se frotan las manos con la llegada del verano y las cámaras fotográficas y de vídeo de los extranjeros. Aunque con el cierre nocturno del parque los delitos en el pulmón madrile?o se han reducido, los delincuentes se han desplazado a las zonas aleda?as, como las calles de Menéndez Pelayo y Alfonso XII, e incluso a otros distritos como el de Salamanca.
Mimos, músicos, parejas de enamorados, deportistas, videntes, vendedoras de golosinas, ni?os jugando... Las estampas típicas de El Retiro ?compiten? desde hace unos meses con las protagonizadas por ?trapicheros?, consumidores de estupefacientes y ?camellos?, que campan en el parque impunemente intentando pasar desapercibidos entre el gentío y los efectivos policiales que tratan de garantizar la seguridad de la zona. Como resultado de la delincuencia en El Retiro, los esfuerzos policiales se han redoblado en el antiguo zoológico de la capital, y más de una veintena de dotaciones tanto de la Policía Nacional como de la Municipal se turnan durante todo el día para ?espantar? a los delincuentes de su perímetro.
Pero, para mantener estos niveles de presencia policial, la comisaría de Retiro no cuenta con los efectivos necesarios y agentes de otras comisarías madrile?as tienen que ayudar a menudo en estas tareas a sus compa?eros del distrito. Los resultados no se han hecho esperar, y los delitos han ido disminuyendo considerablemente, según fuentes policiales. Así, antes de que comenzara el verano de 2002, los delitos habían bajado casi un 10 por ciento con respecto a las mismas fechas del a?o pasado.
De entre todos los hechos delictivos cometidos en El Retiro destacan las denominadas ?faltas?, delitos que no acarrean cárcel y que engloban, entre otros, peque?as discusiones, pintadas y destrozos en el mobiliario urbano. Estos hechos suponen poco más del 50 por ciento del total de denuncias que tienen como escenario el parque. En cuanto al tráfico de drogas y reyertas, hay que destacar que es una de las mayores preocupaciones de los dos cuerpos policiales, y se ha constatado que grupúsculos de inmigrantes procedentes del África subsahariana copan el mercado de la venta de peque?as cantidades de hachís. No obstante, según las mismas fuentes policiales, el número de camellos que pululan por el parque ha disminuido notablemente y es difícil, como ocurría meses atrás, ver a grupos de hasta seis o siete personas traficar con drogas. Los camellos tienen varias zonas en las que ofrecen hachís a su clientela. Una de ellas es la zona en torno a la estatua del ?Ángel Caído?. En la zona de la escultura que da al lago, varios grupos de jóvenes tocan sus timbales mientras toman el sol en la escalinata. Al otro lado, los traficantes esperan pacientemente la llegada de potenciales clientes, tratando de pasar desapercibidos de las miradas indiscretas de los paseantes y de la Policía. Es en el momento en el que se acerca un consumidor cuando cualquier observador que esté pendiente de la escena se da cuenta de lo que verdaderamente se traen entre manos. Si sospechan del cliente que se les ha acercado, negarán con la cabeza que tengan droga para vender, o harán como que no entienden su idioma. Si pasa el filtro de su confianza, en un instante habrá hecho la transacción.
Otra de las zonas elegidas para mercadear con el hachís es la boca de Metro que da directamente al parque. De hecho, es frecuente verlos arremolinados en torno a ella, charlando entre ellos.
Pero si el tráfico de estupefacientes está vinculado a los inmigrantes del África negra, el robo con violencia y los ?tirones? lo están con los extranjeros procedentes del Magreb, generalmente de muy corta edad. Sobre todo son los confiados turistas extranjeros ?cargados de auténticas ?golosinas? en forma de cámaras fotográficas, de vídeo, etc? los que más sufren los atracos de estos grupúsculos de inmigrantes magrebíes, atracos que se incrementarán con la llegada del calor y de turistas de otros países. Estos delincuentes tienen varias formas de actuar. Una de ellas es el popular método del ?tirón?. Para ello seleccionan a la víctima propicia, constatan que en las inmediaciones no haya en ese momento ningún policía a la vista, y la siguen. A partir de ahí todo transcurre en apenas unos segundos. El ratero se acerca sigilosamente a la presa, pega un fuerte tirón al bolso o al objeto de valor y huye a la carrera del lugar. La víctima, atónita, tan sólo puede ver como su bolso se acaba de esfumar entre los arbustos.
Los descuideros también están al acecho en El Retiro. Más hábiles que los anteriores, no necesitan huir a la carrera, ya que sus víctimas ni se van a dar cuenta de que les han robado. Para protegerse hay que evitar, por ejemplo, sentarse a descansar en un banco dejando los objetos de valor al lado. Y es que mientras la víctima hojea el periódico, puede aparecer por detrás una mano que enganche el bolso y que no se suelte de él hasta que, lejos de allí, haya sido limpiado de los objetos de valor que pudiera llevar dentro. La persona que ha sido robada se dará cuenta de lo que ha ocurrido sólo cuando necesite algo del bolso o lo vaya a coger.
Pero son sin duda los carteristas los que se llevan la medalla de oro a la habilidad, ya que consiguen extraer la cartera de las víctimas incluso de sus propios bolsillos o bolsos. Para ello necesitan tumultos, por lo que no suelen trabajar en zonas del parque que no están demasiado pobladas. El escenario ideal son las aglomeraciones de personas que se agolpan para escuchar a los músicos o para ver las actuaciones de otro tipo de artistas que se están ganando decentemente la vida. Aprovechando que la víctima está más pendiente del espectáculo que de sus pertenencias, los rateros sustraen la cartera y, en el caso de que actúen en parejas, se la pasan a un compinche, con el fin de que éste no la lleve encima en el caso de que sea denunciado por algún testigo.
Otro tipo de delitos que se cometen en El Retiro son los que atentan contra la propiedad intelectual, como el ?top manta? o la venta de productos de marca falsificados. Cuando son pocos los madrile?os y visitantes que se dan cita en el parque, los clientes pueden escoger con calma la música de sus artistas favoritos e incluso comparar precios con la ?manta? de al lado. Sin embargo, cuando la afluencia es masiva, los paseantes apenas pueden esquivar los ?expositores?, que llegan a ser incluso pisoteados. Sin embargo, para los vendedores de este tipo de mercancía ?que se suelen situar en torno a la orilla del lago? es mejor así, ya que el gentío les oculta de la Policía y, en el caso de ser vistos, tienen más tiempo para recoger su mercancía y huir con ella, antes de volver a colocarse en otro sitio cuando no haya peligro.
Por todo ello, el operativo policial que cada verano protege a los turistas en los lugares más emblemáticos de la capital, y que comenzará en los próximos días, destinará buena parte de sus recursos tanto humanos como materiales al parque madrile?o. Y es que, con la llegada del calor y del turismo, los delitos se disparan en este tipo de lugares. Mientras tanto, a los agentes allí desplegados no les queda más que llevar a cabo un control exhaustivo a los sospechosos que quieren acceder al recinto, para evitar así la introducción de sustancias estupefacientes o armas de cualquier tipo.
Pero no sólo se han tomado medidas policiales para atajar la delincuencia en el recinto, ya que desde el Consistorio madrile?o se impulsó el cierre nocturno del parque, el cual se hizo efectivo el pasado mes de octubre de 2001. Esta medida supuso la reducción a la mitad de los delitos cometidos en el horario nocturno. Indudablemente, la ?intimidación? que supone la presencia policial ha hecho que numerosos delincuentes hayan optado por buscar otras zonas donde continuar con sus actividades ilícitas, ?acampando?, sobre todo en los aleda?os del pulmón.
La delincuencia que ha desistido de traficar con droga o robar en El Retiro ha situado su nuevo ?centro de operaciones? en las calles que bordean el recinto. En concreto, Menéndez Pelayo y Alfonso XII son las que más sufren las consecuencias de las actividades de rateros
y ?camellos?.
Fecha
16/10/2003