http://www.elfaroceutamelilla.es/content/view/14105/143/La cara oculta de los policías en Espa?a (I)
Escrito por Asociación Unificada de Guardias Civiles -AUGC-
domingo, 15 de junio de 2008
En el verano del 2006 tres esposas y una hermana de guardias civiles adscritos al Subsector de Tráfico de Badajoz denunciaron, en rueda de prensa, el acoso laboral de diez agentes por parte de sus jefes, lo que provocó su baja laboral y tratamiento psiquiátrico e, incluso, dos tentativas de suicidio. Los hechos, según estas mismas fuentes, se desencadenaron cuando los oficiales amenazaron a los componentes de la unidad con represalias tales como dejar de cobrar la productividad si no subían las estadísticas de sanciones. Cuando varios miembros del destacamento realizaron por conducto reglamentario varias instancias quejándose de la situación fueron sancionadas por ?hacer peticiones o reclamaciones en forma o términos irrespetuosos??.
Por las mismas fechas un guardia civil destinado en Calella (Barcelona) fue sancionado por negarse a cortar la hierba del patio del cuartel. El agente para desobedecer la orden de su superior alegó, obviamente, que su trabajo era la seguridad ciudadana.
Dos contundentes ejemplo que muestran como en un cuerpo policial como la Guardia Civil se producen hechos claramente lesivos para la dignidad de las personas. Estas situaciones eran escasamente conocidas por la opinión pública hasta hace bien poco.
Este trabajo, precisamente, tiene por objetivo ofrecer la otra cara de los policías en nuestro país. Para ello hemos elegido como hilo conductor analizar los riesgos psicosociales derivados de su actividad y de su propia estructura y funcionamiento, en el caso de la Guardia Civil, militarizado. De este modo analizamos con datos inéditos cuestiones tales como las bajas psicológicas en los cuerpos policiales, los suicidios y tentativas, el llamado ?síndrome del norte?, el impacto del régimen disciplinario y otras muchas cuestiones fundamentales para la salud laboral de los policías. Pero también aportamos dos importantes encuestas, contestadas por cerca de quinientos guardias civiles de todo el país, lo que nos permite conocer sus opiniones sobre sus condiciones laborales, recursos, etc y la incidencia del acoso moral en la Guardia Civil.
Además estas encuestan aportan otras virtudes. En el caso de la Guardia Civil, el hilo conductor de la larga historia del Cuerpo ha sido y es todavía, lamentablemente, el desprecio a lo que opinaban los guardias civiles de base sobre su servicio y sus condiciones de trabajo. Para nosotros ello es un tremendo error de mando pero también de servicio a la comunidad.
Como ejemplo negativo de cómo responde la Administración ante los problemas que acarrea el trabajo policial, tenemos el del Grupo Rural de Seguridad número 3 de Valencia, una unidad especial de la Guardia Civil compuesta por cerca de 200 agentes. Desde la llegada de su actual jefe, el comandante Miralles, en el segundo lustro de los a?os noventa, hasta la actualidad, una treintena de agentes destinados en esa unidad que fueron baja laboral por patologías psicológicas han acabado jubilados anticipadamente por enfermedad laboral.
Hasta la fecha, a pesar de que las cifras de agentes de baja laboral con patologías psiquiátricas en dicha unidad han sido siempre bastantes altas y pese a las denuncias realizadas, sobre todo por AUGC, por la mala situación laboral de ese centro de trabajo, nada ha cambiado. Este es un ejemplo de cómo la Guardia Civil entiende la disciplina y las relaciones laborales.
Los que han dirigido la Guardia Civil se han movido, con las honrosas excepciones de turno, bajo el síndrome del secretario Almazán tan justamente retratado por el escritor Carlos Fuentes en su novela ?La silla del Águila?: el secretario solo tiene dos opiniones, la suya y la equivocada.
Los resultados de estas encuestas se?alarán caminos y respuestas discutibles, pero pegadas a la realidad cotidiana de la mayoría de los guardias civiles, tan válidas y respetables como cualquier otra. Y debieran tenerse en cuenta. Precisamente la incapacidad manifiesta para evolucionar de la Guardia Civil, una de las características más ancestrales de esta institución, nace precisamente de esta cerrazón a escuchar a sus propios agentes. Y eso se tiene que acabar.
Los resultados que arrojan esta encuesta descubren certezas pero también abren poderosos interrogantes. El futuro de la Guardia Civil dependerá de cómo se resuelvan muchas de las cuestiones que plantean sus conclusiones. Lo que no se puede hacer es vivir del pasado.
En este sentido un jefe de la Guardia Civil, en la revista oficial de la institución ?vetada, por cierto, a cualquier tipo de colaboración no oficialista- acusaba de catastrofismo, manipulación e intento de deslegitimar a la institución el airear datos como los que presentamos en este trabajo. Todo ello menoscaba, según este oficial, la excelente opinión que los ciudadanos y ciudadanas tienen, según las encuestas del CIS, de la Benemérita. Ciertamente estamos de acuerdo: nuestro objetivo es que los ciudadanos de este país conozcan la cara oculta de los cuerpos policiales, y especialmente de la Guardia Civil, porque ello es un elemento fundamental para avanzar en la modernización y democratización de estas instituciones, que se mueven en una dinámica donde la opacidad y la falta de información hacen muy difícil recabar datos objetivos.
Tampoco hay que obviar que el obsoleto sistema policial espa?ol, regulado por la vieja Ley Orgánica 2/86 (LOFCS 2/86), donde confluyen dos cuerpos policiales estatales ?Cuerpo Nacional de Policía y Guardia Civil-, diversos cuerpos policiales autonómicos ? Mossos d?Esquadra, Ertzaintza y Policía Foral- y multitud de cuerpos de policiales locales, a los que hay que a?adir Vigilancia Aduanera de Hacienda, ha posibilitado una mayor opacidad y descoordinación, falta de cooperación y colaboración entre las diferentes administraciones y un mayor control político y uso partidista de las policías en perjuicio del interés general.
La reforma del Código Penal incluye los delitos contra la integridad moral de las personas o las acciones que generen sentimientos de humillación. Los autores de este trabajo estamos convencidos de que en los cuerpos policiales, y especialmente la Guardia Civil, es urgente acometer reformas profundas para que su funcionamiento y estructuras no sean un caldo de cultivo para estas prácticas.
Guardias civiles y con derechos.