Pencos policiales
Cambian caballos pura raza por potros | Jinetes y viandantes en riesgo por la permuta municipal, dice CPPM
Alejandro López , Madrid
Caballos de pura raza por trotones. El Ayuntamiento está renovando su caballería policial cambiando ejemplares suyos por otros de menor valor pero en mayor cantidad.
Frodo y Duende, dos pura raza, han sido los primeros en abandonar el destacamento. Ambos, valorados en 2.000 euros, han dejado su sitio a otros tres, dos de 1.500 euros y uno de 1.000, según señalan fuentes policiales. La razón del cambio para el Ayuntamiento es la edad de los ejemplares, 10 y 14 años, y que uno tenía "carácter excitable".
Se trataba de dos pura raza española, intercambiados por trotones franceses cruzados. Uno de ellos, Quimi, ha tenido que ser relevado por indómito. El jinete que lo montaba caía. En poco tiempo se ganó los sobrenombres de Matapayos, por ser de un ganadero de etnia gitana, y Quimicaigo. El caballo se ha retirado del escuadrón, de 40 unidades, y cambiado por Junco, un potrillo enjuto que hace honor a su nombre.
La peor calidad de los nuevos animales, más excitables, pone en peligro tanto a agentes como viandantes, denuncia Paco Torres, secretario de la sección de Madrid del Colectivo Profesional de Policía Municipal (CPPM). Los agentes del escuadrón temen que la situación se repita en la calle. "Al caer el policía el caballo sale desbocado sin control", señala. Y es que la mayoría de las patrullas de caballería tienen casi todas sus rutas trazadas por el centro de la capital, plagadas de viandantes y tráfico que a menudo entorpecen por las obras. "Han pasado de ser caballos de circo, sólo para desfiles, a entrar en operativos sin estar preparados", explica.
"Son poco prácticos. Si van dos policías juntos y hay que bajar del caballo para intervenir, un agente se queda solo frente al delincuente mientras el otro aguanta los dos animales, como ocurre en Lavapiés", comenta Torres.
EL APUNTE
Sin entrenamiento antidisturbios
A diferencia de los caballos de Policía Nacional, los del escuadrón municipal no están entrenados para actuar en disturbios. "Se les hace una doma de seis meses para desbravarlos y las órdenes, lo ideal es un año", dice Torres.