La Guardia Civil ordena desnudarse a un joven zamorano durante un control antidroga
Los agentes le exigieron que se recogiera los testículos para observar si ocultaba sustancias estupefacientes y lo inspeccionaron con una linterna
S. ARIZAGA Desconoce si el trato recibido y la actuación de la Guardia Civil raya o no la legalidad, pero no muestra el menor atisbo de duda sobre ?lo humillante y vejatorio? de la práxis empleada por los agentes que le sometieron en pleno arcén, al aire libre, a un minucioso registro personal y ?físico? para detectar si llevaba encima algún tipo de droga.
Y es que el joven zamorano, que regresaba en su vehículo de vacaciones desde Huelva y se topó con un control antidroga a la entrada de Salamanca, desde la autovía Ruta de la Plata, se quedó literalmente ?en bolas? en la carretera, mientras otros conductores pasaban al lado. Todo para que el guardia civil que le cacheaba pudiera observar si bajo sus testículos y su pene ocultaba algún estupefaciente.
Ayudado de una linterna, por lo avanzado de la hora, la una de la madrugada del día ocho de septiembre, el agente de la autoridad inspeccionó las partes pudendas del joven, que cumplía las órdenes casi de forma autómata, ?asombrado? por la petición del guardia para que ?agarrara adecuadamente? todo su sexo y facilitar así el examen ocular.
Previamente el joven había ?abierto un poco la bragueta porque sólo llevaba el ba?ador y pensaba que sólo miraría dentro?. Lo más llamativo es que la patrulla que efectuaba el control disponía de un perro antidroga, que sólo usó después de haber instado al zamorano a bajarse hasta las rodillas el ba?ador, levantarse la camiseta, quitarse deportivas y calcetines (a los que tuvo que dar la vuelta) y abrir la boca para comprobar con la linterna que no había escondido nada en ella. Mientras, otros dos agentes registraron su vehículo.
Luego llegó el turno del perro, que pasó por el interior y exterior del coche sin dar muestras de que hubiera rastro de drogas. Llegados a ese punto, el joven dio por terminado el control. No así el guardia: Le ordenó sacar la maleta y colocar toda su ropa en el asfalto, así como el contenido de una mochila. Concluida la operación, tuvo que recoger todo, ?ni me dieron las gracias por colaborar ni me pidieron perdón por la molestia. Ante este atropello, sólo me queda contarlo?.