El Juzgado de Instrucción número 10 de Sevilla ha dictado un auto mediante el cual provee el sobreseimiento de la causa abierta contra el agente de la Guardia Civil de Sevilla acusado de provocar la muerte de Marcos R.C., el joven de 18 a?os que resultó herido en la cabeza durante un tiroteo instantes después de intentar atracar un estanco en la barriada sevillana de Los Pajaritos.
SEVILLA, 18 (EUROPA PRESS)
Fuentes del caso informaron a Europa Press de que el auto dictado por la magistrada Pilar Ordó?ez considera que el guardia civil actuó de manera "adecuada, proporcional, racional y de acuerdo con los medios de los que en ese momento disponía". El juzgado también recuerda en su auto que Marcos R.C., en el momento de recibir el impacto de bala que posteriormente acabó con su vida, se encontraba disparando un arma de fuego. Si bien resultó ser de fogueo, la similitud de los sonidos y la apariencia de ésta con una pistola de verdad hizo que el guardia civil imputado "actuara convencido de que existía riesgo para su propia vida", por lo que se le calificó un error de prohibición invencible.
INCIDENTES Y DISTURBIOS POSTERIORES
Los hechos se remontan al 13 de agosto del a?o 2002, cuando varios jóvenes, incluido Marcos R.C., que iba armado con un revólver simulado, irrumpieron en un estanco ubicado en la avenida San Juan de la Cruz. En el estanco había dos agentes de la Guardia Civil que, de paisano, realizaban en ese preciso momento una inspección. Cuando los atracadores abandonaban el establecimiento, los funcionarios se identificaron como tales y Marcos disparó el arma de fogueo que portaba.
Fue entonces cuando el agente de la Guardia Civil realizó dos disparos, que provocaron al joven heridas de gravedad y le ocasionaron la muerte poco después en el hospital Virgen del Rocío.
Tras estos sucesos, la barriada sevillana de Los Pajaritos fue escenario, durante varias noches, de diversos disturbios callejeros protagonizados por jóvenes que protestaban por la muerte del atracador, y que ocasionaron diversos incidentes, como la quema de contenedores, agresiones a varios bomberos, y que incluso ocasionaron destrozos en entidades bancarias.
Como consecuencia de estos altercados, la Policía estableció diversos controles en la barriada, fruto de los cuales se practicaron varias detenciones, algunas de ellas de menores de edad que participaron en los disturbios al haber lanzado piedras contra vehículos policiales.