"No le pegaron, le dieron con la porra en la boca pero sin fuerza"
Las cuidadoras dicen que los policías no agredieron al menor · Los agentes aseguran que no le pusieron la mano encima · "Me dieron por todos lados", afirma el joven
T. Ramos / Cádiz | Actualizado 31.03.2011 - 01:00
Los dos policías acusados de golpear en el rostro a un chaval de 13 años tutelado por la Junta cuando acudieron a un centro a reducirlo porque estaba muy agresivo aseguraron ayer en la Audiencia Provincial que no le pusieron la mano encima. Dos cuidadoras del centro que presenciaron los hechos también dijeron que los agentes no agredieron al menor. "Le dieron con la porra en la boca pero sin fuerza, como un gesto, como diciéndole cállate ya, hombre; no puedo decir que le pegaran", explicó una de las cuidadores.
El chaval, que ahora tiene 18 años, dijo que los policías lo esposaron y le dieron unos cuantos golpes. "Me dieron por todos lados", afirmó. ¿Eran los acusados? "No podía ver nada. Agaché la cabeza. Me daban en los costados y en un ojo. Veía estrellitas. ¿Cómo iba a ver quién me daba?". El fiscal creyó su versión y mantuvo su calificación. Pidió para cada uno de los procesados dos años de prisión, una multa y diez años de inhabilitación absoluta. Considera que cometieron un delito de tortura y una falta de lesiones.
Los abogados defensores reclamaron la absolución. Ambos coincidieron en asegurar que no hay pruebas de que las lesiones que presentaba el menor se las provocasen los policías cuando acudieron a reducirlo al centro, reclamados por las cuidadoras.
Los hechos sucedieron en septiembre de 2005. Los policías acudieron al centro, en Cádiz, a controlar al menor díscolo el día 28. Pero fue al día siguiente cuando saltó la alarma y no en la capital. El menor fue trasladado a Benalup, a otro centro de acogida, y entonces allí observaron que el chaval llegaba con moratones en el rostro y un ojo hinchado. Le hicieron unas fotos y avisaron a Asuntos Sociales y el asunto llegó después al Juzgado.
Cómo serán las fotos que ayer todos los que las veían y habían estado con el menor el 28 de septiembre se quedaban muy sorprendidos y aseguraban que el chaval no presentaba tal aspecto aquel día. Hasta el cuidador que acercó al menor a Benalup, al otro centro, afirmó que no iba de esa manera. Pero las fotografías fueron tomadas la misma mañana del 29 de septiembre, aseguraron dos cuidadores del centro de Benalup.
Según coincidieron los policías, las cuidadoras del centro de Cádiz y dos cuidadores que acudieron después a la Comisaría a recoger al chaval, los agentes redujeron al menor la tarde del día 28. Luego se lo llevaron a la Comisaría. Un cuidador lo recogió después y cuando lo llevaba hacia el centro, se escapó. Fue localizado más tarde y de nuevo fue conducido a la Comisaría. Entonces, la Policía llevó al chaval al hospital y allí lo atendieron, lo examinaron y diagnosticaron un "traumatismo en el ojo izquierdo con edema preorbitario y hemorragia conjuntival". La Policía regresó a la Comisaría con el chaval y de allí, de nuevo al centro, donde pasó la noche. Por la mañana fue trasladado a Benalup.
El joven explicó ayer que no desveló en el hospital que le habían pegado los policías porque tenía miedo: temía lo que pudieran hacerle al volver a la Comisaría si lo decía.
Un cuidador que fue a recoger al menor a la Comisaría dijo que le vio enrojecido un pómulo y una pequeña hemorragia en un ojo pero que no le dio importancia: pensó que era normal, fruto del forcejeo al reducirlo. Nadie lo vio el día 28 como al día siguiente lo vieron en Benalup, según los testimonios oídos ayer en el juicio.
Un abogado defensor dijo en su alegato que no era descartable que el menor se autolesionase la noche del 28. El fiscal mantuvo en cambio que los policías esposaron al chaval con las manos a la espalda y que entonces, innecesariamente, sin que el menor tuviese posibilidad de ofrecer resistencia, le golpearon.
Los dos policías acusados negaron que le pusieran los grilletes al menor. Al final del juicio, en el turno de la última palabra, uno de los agentes del Cuerpo Nacional de Policía reiteró que no le puso la mano encima al chaval. El otro agente apeló a su honradez y profesionalidad en 26 años de servicio y dijo que al final de su vida profesional se ve envuelto en una situación injusta que ha afectado a su familia.