Juzgado un guardia del palacio de Buckingham por agredir a una joven en Sant Antoni
La fiscal pide más de dos años de prisión y 7.000 euros de indemnización - La víctima recibió siete puntos de sutura en un ojo
La agresión se produjo supuestamente el 25 de agosto de 2011 en la playa de s´Arenal. MOISÉS COPA
R. S. | IBIZA Un soldado de la Guardia Real Británica que trabaja en el Palacio de Buckingham de Londres fue juzgado ayer en Ibiza por propinar un puñetazo a una joven el verano pasado en Sant Antoni. La chica fue atendida en un centro médico y le aplicaron siete puntos de sutura en el ojo izquierdo, tres en el párpado superior y cuatro en el inferior. La fiscal solicita dos años y tres meses de prisión para M. J. C., nacido en Inglaterra y de 22 años de edad. Además, la representante del Ministerio Público pide una indemnización de 6.900 euros para la víctima, 6.000 euros por las secuelas y 900 euros por los días que necesitó para recuperarse.
El abogado defensor solicitó la absolución de su cliente, que no tiene antecedentes. Según él, la agredida, su exnovio y una amiga podrían estar compinchados para cometer pequeños hurtos en la playa. El letrado recordó el historial delictivo del chico: dos robos cuando era menor de edad. La defensa dio a entender que la joven había acusado a su cliente para cobrar la indemnización. Sin embargo, el abogado reconoció que la chica fue agredida y aprovechó el turno de conclusiones para informar sobre el excelente historial militar de M. J. C., con actuaciones destacadas en Irak y Afganistán, entre otras zonas en conflicto.
Estaban nadando en el mar
Los hechos ocurrieron la noche del pasado 25 de agosto en Sant Antoni. M. J. C. y cuatro amigos, todos muy jóvenes, acababan de llegar ese día a la isla. Por la noche fueron a beber a la playa de s´Arenal. Se desnudaron y se metieron en el mar. Poco después aparecieron la denunciante y una amiga, que estaba muy borracha, según reconoció ella misma.
En este punto es en el que las dos versiones difieren. Según M. J. C. y dos amigos que testificaron en el juicio, desplazados junto a otros familiares desde Inglaterra para la vista oral, la chica que estaba ebria cogió una botella y un bolso o un pantalón (no quedó claro qué prenda era) y lo tiró hacia atrás. Los ingleses pensaron que les estaban robando, por lo que salieron del agua. En ese instante, llegó el novio de la denunciante, que la estaba esperando en la avenida del Doctor Fleming.
M. J. C. dijo que el chico le agredió, por lo que se defendió. Luego le persiguió y lo inmovilizó en la rotonda del huevo. Entonces, llegó una patrulla de la Policía Local, avisada por un taxista. «Fue la primera vez que vi a la chica con el ojo hinchado», apuntó en inglés, con ayuda de una intérprete, el acusado. Los agentes arrestaron al británico, que estuvo varios días en prisión provisional, hasta que regresó al Reino Unido.
Según la denunciante, su exnovio y su amiga, la chica que estaba bebida gastó una broma al coger una botella y un bolso de los británicos. «Golpearon a mi amiga y M. J. C. me pegó un puñetazo en el ojo», dijo la agredida. Los tres apuntaron que identificaron al soldado por un tatuaje.
El imputado se quitó la americana, la corbata, se remangó la camisa y mostró a la juez que no tenía tatuajes en el brazo. La magistrada Clara Ramírez, titular del Juzgado de lo Penal 1 de Ibiza, sospechó de la actitud del joven y solicitó que se desprendiese también de la camisa. La juez comprobó entonces que M. J. C. está tatuado en el hombro izquierdo.
Uno de los agentes locales que arrestaron al soldado explicó que la víctima identificó al británico como el joven que la agredió.
El juicio
DOS VERSIONES DIFERENTES
Los ingleses creían que les estaban robando
El acusado y dos de sus amigos explicaron ayer en el juicio que salieron del mar porque pensaban que les estaban robando. «El chico me pegó, por lo que me limité a defenderme», apuntó M. J. C., que añadió que la primera vez que vio a la agredida fue cuando le detuvo la Policía.
«Golpearon a mi amiga y a mí me dieron un puñetazo»
La víctima respondió que los turistas golpearon a su amiga, que estaba muy borracha, y que M. J. C. le propinó a ella un puñetazo en el ojo.
EL TATUAJE
La juez pide al acusado que se quite la camisa
La magistrada Clara Ramírez pidió al imputado que se quitase la camisa, con lo que pudo comprobar que tiene un tatuaje en el hombro. La víctima, su exnovio y su amiga reconocieron al inglés por el dibujo.