Autor Tema: "Plumas" de oro  (Leído 114836 veces)

Desconectado Shin-Chan2

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Re:"Plumas" de oro
« Respuesta #520 en: 11 de Julio de 2009, 19:27:08 pm »
Sastamente  ;ris;

Salud y suerte.
J. David G? Castilla también soy yo.
Los gobiernos pasan, las sociedades mueren, la policia es eterna.
Non nobis,Domine, non nobis sed Nomini tuo da gloriam.

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Re:"Plumas" de oro
« Respuesta #521 en: 11 de Julio de 2009, 20:03:08 pm »
Pues a mi me ha parecido más bien el Sr Mariano Rajoy. :carcaj

Si, a veces Pérez-Reverte cae en la soflama, pero es que en este país tiene combustible para eso y para más. Para ver "gentuza" no hace falta irte hasta las Cortes, en cualquier ayutamiento de pueblo puede uno quedar bien servido.

Un saludo.
De sinvergüenza a policía no se pasa en quince días!!!

pacodeasis

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Re:"Plumas" de oro
« Respuesta #522 en: 18 de Julio de 2009, 04:53:08 am »
Paso a menudo por la carrera de San Jerónimo, caminando por la acera opuesta a las Cortes, y a veces coincido con la salida de los diputados del Congreso. Hay coches oficiales con sus conductores y escoltas, periodistas dando los últimos canutazos junto a la verja, y un tropel de individuos de ambos sexos, encorbatados ellos y peripuestas ellas, saliendo del recinto con los aires que pueden ustedes imaginar. No identifico a casi ninguno, y apenas veo los telediarios; pero al pájaro se le conoce por la cagada. Van pavoneándose graves, importantes, seguros de su papel en los destinos de Espa?a, camino del coche o del restaurante donde seguirán trazando líneas maestras de la política nacional y periférica. No pocos salen arrogantes y sobrados como estrellas de la tele, con trajes a medida, zapatos caros y maneras afectadas de nuevos ricos. Oportunistas advenedizos que cada ma?ana se miran al espejo para comprobar que están despiertos y celebrar su buena suerte. Diputados, nada menos. Sin tener, algunos, el bachillerato. Ni haber trabajado en su vida. Desconociendo lo que es madrugar para fichar a las nueve de la ma?ana, o buscar curro fuera de la protección del partido político al que se afiliaron sabiamente desde jovencitos. Sin miedo a la cola del paro. Sin escrúpulos y sin vergüenza. Y en cada ocasión, cuando me cruzo con ese desfile insultante, con ese espectáculo de prepotencia absurda, experimento un intenso desagrado; un malestar íntimo, hecho de indignación y desprecio. No es un acto reflexivo, como digo. Sólo visceral. Desprovisto de razón. Un estallido de cólera interior. Las ganas de acercarme a cualquiera de ellos y ciscarme en su puta madre.

Sé que esto es excesivo. Que siempre hay justos en Sodoma. Gente honrada. Políticos decentes cuya existencia es necesaria. No digo que no. Pero hablo hoy de sentimientos, no de razones. De impulsos. Yo no elijo cómo me siento. Cómo me salta el automático. Algo debe de ocurrir, sin embargo, cuando a un ciudadano de 57 a?os y en uso correcto de sus facultades mentales, con la vida resuelta, cultura adecuada, inteligencia media y conocimiento amplio y razonable del mundo, se le sube la pólvora al campanario mientras asiste al desfile de los diputados espa?oles saliendo de las Cortes. Cuando la náusea y la cólera son tan intensas. Eso me preocupa, por supuesto. Sigo caminando carrera de San Jerónimo abajo, y me pregunto qué está pasando. Hasta qué punto los a?os, la vida que llevé en otro tiempo, los libros que he leído, el panorama actual, me hacen ver las cosas de modo tan siniestro. Tan agresivo y pesimista. Por qué creo ver sólo gentuza cuando los miro, pese a saber que entre ellos hay gente perfectamente honorable. Por qué, de admirar y respetar a quienes ocuparon esos mismos esca?os hace veinte o treinta a?os, he pasado a despreciar de este modo a sus mediocres reyezuelos sucesores. Por qué unas cuantas docenas de analfabetos irresponsables y pagados de sí mismos, sin distinción de partido ni ideología, pueden amargarme en un instante, de este modo, la tarde, el día, el país y la vida.

Quizá porque los conozco, concluyo. No uno por uno, claro, sino a la tropa. La casta general. Los he visto durante a?os, aquí y afuera. Estuve en los bosques de cruces de madera, en los callejones sin salida a donde llevan sus irresponsabilidades, sus corruptelas, sus ambiciones. Su incultura atroz y su falta de escrúpulos. Conozco las consecuencias. Y sé cómo lo hacen ahora, adaptándose a su tiempo y su momento. Lo sabe cualquiera que se fije. Que lea y mire. Algún día, si tengo la cabeza lo bastante fría, les detallaré a ustedes cómo se lo montan. Cómo y dónde comen y a costa de quién. Cómo se reparten las dietas, los privilegios y los coches oficiales. Cómo organizan entre ellos, en comisiones y visitas institucionales que a nadie importan una mierda, descarados e inútiles viajes turísticos que pagan los contribuyentes. Cómo se han trajinado ?ahí no hay discrepancias ideológicas? el privilegio de cobrar la máxima pensión pública de jubilación tras sólo 7 a?os en el esca?o, frente a los 35 de trabajo honrado que necesita un ciudadano común. Cómo quienes llegan a ministros tendrán, al jubilarse, sólidas pensiones compatibles con cualquier trabajo público o privado, pensiones vitalicias cuando lleguen a la edad de jubilación forzosa, e indemnizaciones mensuales del 100% de su salario al cesar en el cargo, cobradas completas y sin hacer cola en ventanillas, desde el primer día.

De cualquier modo, por hoy es suficiente. Y se acaba la página. Tenía ganas de echar la pota, eso es todo. De desahogarme dándole a la tecla, y es lo que he hecho. Otro día seré más coherente. Más razonable y objetivo. Quizás. Ahora, por lo menos, mientras camino por la carrera de San Jerónimo, algunos sabrán lo que tengo en la cabeza cuando me cruzo con ellos.

pacodeasis

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Re:"Plumas" de oro
« Respuesta #523 en: 18 de Julio de 2009, 04:55:32 am »
A parte de tener toda la razon  :Plasplas, solo le falta que lo que más jode, es que ademas de todos esos privilegios, tienen una tendencia innata a la corrupción, o quizas como son corruptos obtienen esos privilegos, o quizas los privilegios tienen una tendencia innata a la corrupcion.


Un saludo.

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Re:"Plumas" de oro
« Respuesta #524 en: 02 de Agosto de 2009, 21:53:23 pm »
Artículo de Arturo Pérez Reverte (las verdades del barquero):
 

PIÉNSELO DOS (O TRES) VECES

 
Permítame un consejo, caballero. Si se tropieza con un fulano que le está dando una felpa a su legítima, o sucedáneo, piénselo dos veces, incluso tres, antes de meterse en jardines. Estoy de acuerdo en que esas cosas no deben tolerarse. Admito, además, que no permiten reflexión previa, pues actúa el piloto automático. Todo depende de la casta y virtud de cada cual. En principio, ante tales situaciones se es un mierdecilla o un tío decente. Ésa es la teoría ética. Pero estamos en Espa?a. Si defiende a se?oras maltratadas, sepa a qué se expone. Una juez de Vigo nos lo recordó hace unas semanas, calzándole 3 meses de cárcel y 15.550 euros de multa a un joven de allí. Éste había cometido la ingenuidad de impedir que un pavo maltratase a su pareja. Le afeó la conducta y recibió un cabezazo. Entonces se lió la pajarraca, y el defensor de la moza le dio al otro una patada en la cara, rompiéndole la mandíbula.

Lo instructivo no es que el juicio se haya celebrado tres a?os después, ni que la defendida ?como es frecuente? defendiera al que le zumbaba, en plan soy de mi Paco y puede darme hasta con la hebilla, si quiere. La lección cívica del asunto reside en que la juez, aun admitiendo que la defensa fue oportuna y que el primer le?azo lo sacudió el maltratador, empitonó al defensor de doncellas pese a que la sentencia reconocía que su reacción inicial ?fue legítima?, que el otro le dio el cabezazo ?con ánimo de menoscabar su integridad física? y que el joven largó la patada ?para repeler la agresión y evitar que continuase?. Pese a lo cual, la juez estimó que la patada en el careto fue, sin embargo, ?un exceso defensivo que no puede estar ya justificado por una notoria desproporción en el mismo?. Dicho en cristiano, que el joven tenía que haberse defendido, pero menos. Con la puntita nada más. Dando unas pocas bofetadas con la mano abierta, o con unos calculados pu?etacitos en el hombro. Una pelea civilizada, vamos. Políticamente correcta. De esa manera, el otro, acojonado, habría dejado de darle cabezazos. Seguro.

Me va a perdonar la juez de Vigo. De tribunales sabrá mucho, pero de peleas no tiene ni puta idea. Tampoco es que yo sea un experto. Me apresuro a matizarlo, por si acaso. Siempre fui ?lo juro por el cetro de Ottokar? un cruce de osito Mimosín, Bambi y conejillo Tambor. Más o menos. Pero cualquiera que haya visto atizarse de verdad a dos tíos ? la calle no es el cine ? sabe que cada cual se las arregla como puede, y una vez metido en faena no anda calculando con qué da y dónde lo hace. La defensa con manos desnudas sólo es excesiva o desproporcionada si te ensa?as cuando ya tienes al otro en el suelo. Mientras, se pelea para tumbarlo, con la sangre caliente y con la pericia y el coraje disponibles, procurando dejar fuera de combate a un adversario que, mientras colee, se revolverá contra ti. Y eso es lo que hay que evitar: que colee. Hasta ahí es razonable. Cuando se esparrama de tú a tú, con dos jambos dándose estiba, la desproporción viene si uno de ellos echa mano de herramientas que desequilibran la cosa, como un objeto contundente o una navaja empalmada. E incluso en tales casos lo desproporcionado es relativo. No es igual vérselas con uno de tu misma edad y calibre, que ser un tirilla de sesenta kilos delante de un animal de dos metros de largo por uno de ancho, o tener que zafarse de cuatro o cinco que te están breando o te van a brear. Ahí, a veces hay que echar mano a algo: una silla, una botella. En cualquier caso, y con permiso de la juez de Vigo, del Código Civil y del Código Da Vinci, lo aconsejable siempre es madrugar. Ser rápido, brutal y eficaz en la medida de las posibilidades que ofrezca tu forma física y tu propio cuerpo. Tu edad y tu destreza. Quien pelea lo hace para ganar, no para que lo inflen, si puede evitarlo. Si no, lo mejor es no meterse. Así que ya me dirán ustedes, en ese contexto, si va a andar uno calculando dónde pega la patada, si el golpe lo da con el pu?o o con la palma, si la fuerza que aplicas al le?azo que consigues colocarle al otro para menoscabar su integridad física es proporcionada, o si vulnera el artículo 33, apartado 48 bis, de la ley integral de Hostias Callejeras.

Resumiendo: cuando ayudas a una mujer, asumes una posible pelea. Y, de igual a igual, ésta no hay forma de ganarla si no es rompiéndole la cara al otro. Así que en Vigo han hecho mal tercio a las maltratadas y a los pardillos que aún las defienden. La letra de la Ley es imperfecta, y el sentido común de quienes juzgan debe templar sus errores y lagunas. Puesto que a ningún maltratador se lo disuade con palabras o una simple bofetada, la sentencia de Vigo sitúa el problema en un punto imposible. O te dejas machacar y pierdes la pelea, como el profesor Neira, o te buscas la ruina si la ganas. Hagas lo que hagas te la endi?an, y sólo aplauden si entras en coma. Eso es un disparate. Uno más de esta absurda Justicia nuestra, que siempre privilegia al canalla sobre las personas decentes. Quizás algunos jueces deberían darse una vuelta por la calle. Por la vida.







 
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Re:"Plumas" de oro
« Respuesta #525 en: 09 de Agosto de 2009, 22:56:17 pm »
www.upyd.es

Del blog de Carlos Martínez Gorriarán
Federalismo vs. nacionalismo
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Carlos Martínez Gorriarán, responsable de Comunicación y Programa de UPyD
15 de julio de 2009

 

En la ponencia política que debatiremos en el Congreso de noviembre se propone profundizar la reforma de la Constitución mediante la adopción definitiva de un modelo de Estado federal cooperativo (y que nadie se mese los cabellos y corra a derramar ceniza: se podrá defender esta fórmula o el centralismo más jacobino). Técnicamente se distinguen varios tipos de federación, que van desde fórmulas cuasi-confederales donde el Estado central es residual ?la forma hacia la que deriva Espa?a en estos momentos- porque los entes federados tienen las máximas competencias posibles, hasta federaciones que tienen poco más que el nombre, con una descentralización muy peque?a (caso de la sediciente Federación Rusa). Existen formas intermedias, como la alemana, donde una amplia descentralización igualitaria se integra en un Estado unitario fuerte. En lugar de competir entre ellos, como pasa inexorablemente en el primer tipo federal citado, los entes que componen la federación cooperan entre sí en base a principios de redistribución de recursos y de equilibrio de las competencias y políticas, tanto de las descentralizadas como de las estatales (federales).

Es bastante obvio que Alemania y Espa?a tienen grandes diferencias, lo que excluye la copia mecánica del sistema. Pero el Estado alemán ofrece no pocas lecciones interesantes a un país como el nuestro, y ?dicho sea sin mirar a nadie- sería de estúpidos ignorarlas. No hace mucho que Alemania ha retocado su Constitución para garantizar que el Estado común retiene recursos y competencias suficientes, único modo de que, tras la unificación de la RFA con la extinta RDA ?más bien absorción de la segunda por la primera-, Alemania fuera un Estado viable, capaz de resolver el desafío de poner a los lander excomunistas al nivel de los occidentales. Las inversiones que el Estado central ha tenido que hacer en las antiguas Prusia o Sajonia para que se acercaran al nivel de Renania o Baviera dejan en pa?ales las contribuciones de Catalu?a o Madrid al desarrollo de Extremadura o Andalucía. Ese es el propósito del federalismo cooperativo, que un Estado fuerte tenga la autoridad y los recursos suficientes para reequilibrar hacia la igualdad el grado de desarrollo de las partes que lo componen, sin prejuicio de que esas mismas partes tengan recursos propios para las políticas que más les convengan, se trate de proteger el paisaje y el ecosistema o de potenciar la industria de alta tecnología.

La realidad es que ?federalismo? es un concepto tácito omnipresente en la Constitución espa?ola: no se cita nunca, pero está presente por doquier. Lo malo es que, al no citarse expresamente, el resultado es ese modelo territorial eternamente abierto y revisable que padecemos, cuyos últimos monstruitos son el nuevo Estatut de Catalu?a y sus imitaciones, y el impresentable nuevo sistema de financiación de las CCAA, un híbrido inviable de bilateralidad Estado-Catalu?a y diversas multilateralidades dependiendo de quién gobierne en cada comunidad, como muy bien decía ayer Alvaro Anchuelo en esta misma web. ?Por qué la Constitución vigente rehuyó la palabra federalismo cuando le rezuma por todas partes? Hay dos razones probables: una, el temor a que los militares de entonces, obsesionados con la noción de ?unidad nacional? heredada del franquismo, rechazaran la conversión de Espa?a en Estado federal al verlo como una concesión a los separatistas. La segunda, el rechazo de los propios nacionalistas catalanes y vascos (y desde luego, el desinterés de los demás partidos en aclarar las cosas con éstos).

Pese a los prejuicios de una opinión mal informada, nada horroriza más al nacionalismo separatista que el federalismo claro y franco. Contra la pretensión nacionalista de que sus naciones irredentas detentan derechos históricos y hechos diferenciales eternos, el federalismo instaura la igualdad de derechos y su exclusiva fundamentación constitucional, en vez de en mitos y zarandajas. Un poco de historia refrescará esta idea: la secesión de los Estados del sur de los USA, que dio origen a la Guerra de Secesión durante la presidencia de Lincoln, quiso justificarse en que los estados sure?os tenían soberanía, instituciones y derechos especiales que la federación no podía suprimir. La federación no podía tolerar sin suicidarse que los estados miembros trocearan la soberanía común, y ya se sabe cómo acabó la historia. Desde el punto de vista constitucional, nada hay más eficaz contra el nacionalismo irredentista y separatista que la federación. ?O alguien se imagina a Baviera, o a Prusia, que sí fueron potentes reinos independientes durante siglos, exigiendo más competencias y recursos al Estado común, bajo amenaza de marcharse de no obtenerlos? Tal cosa sólo es posible si se tolera el juego de las concesiones a costa del interés general y del chantaje permanente, que es lo que el federalismo puede erradicar en Espa?a.
Primero fue el TIO DE LA VARA... ahora, EL TIO DEL GARROTE, para no dejar un chino con cabeza...

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Re:"Plumas" de oro
« Respuesta #526 en: 02 de Septiembre de 2009, 14:25:27 pm »
Articulo de Alfonso Ussía "HIJOS DE PUTAS". 01-08-09

Anteayer, después de escribir del atentado de Burgos, me escapé al monte. Odio la playa en verano, el cielo estaba cubierto, y refugié mi indignación en el hayedo del Jilguero, en el valle de Cabuérniga. Sube una senda entre hayas erguidas hasta donde se abren los altos prados, después de atravesar el peque?o dominio de los abedules. No hay cobertura telefónica por aquellos caminos, que son del lobo y del corzo, en pleno corazón del Saja. En un tiempo, no lejano pero irrecuperable, el hayedo sentía el canto de amor del urogallo, el más presumido, asombroso y escaso se?or de nuestros bosques norte?os. Concluido el largo paseo, ya de vuelta por la carretera, oí en la radio lo de Mallorca. El crimen de Mallorca. El asesinato de dos hombres buenos en Mallorca. Un crimen asqueroso y cobarde del terrorismo vasco, que es un terrorismo más infame que otros, porque es de maricones a la antigua usanza, de muerte abandonada en una bomba-lapa y explosionada en la lejanía, o calculada para destrozar cuando los criminales pueden estar disfrutando de su perversidad en una cala azul, la piscina de un club o tirándose a sus madres en la ?suite? del mejor hotel de la isla.
Hijos de puta. Los que matan y los que ordenan las muertes. Hijos de puta los que celebran y los que cobijan las culminaciones sangrientas del terrorismo vasco, y escribo vasco porque así es, aunque a muchos, a mi principalmente, me hiera en el alma hacerlo. Hijos de puta los que piensan que los muertos y sus familias son equiparables a los asesinos y las suyas. Hijos de puta los que enaltecen a quienes han hecho de la vieja Euskalerría, la Euskal-Herría con ?h? inventada de hoy. Hijos de puta los que, sabiendo dónde estaban y en qué lugares del País Vasco vivían tranquilos y sonrientes, nada hicieron para perseguir o detener a los asesinos. Al fin y al cabo, ?no está bien luchar contra los nuestros?. Hijos de puta los que usan de la Santa Cruz para establecer comparaciones y distribuir las culpas y los motivos equitativamente. Por supuesto que la Iglesia vasca está compuesta por centenares de sacerdotes ejemplares, pero también del mismo número de prelados, arciprestes, párrocos y fieles a los que llamar ?hijos de puta? en su acepción de maldad no traspasa la frontera de la definición. Hijos de puta los que mantienen voluntariamente con su dinero a los asesinos, que no son otra cosa que trabajadores de una industria vasca dedicada al crimen, y muy rentable, por cierto. Hijos de puta los que se ofrecen a mediar en negociaciones insoportables para la dignidad de un Estado de Derecho. El cura irlandés ese, y el mamaraché argentino con su Premio Nobel, y la gorda asquerosa del pa?uelo anudado a la cabeza que viaja en primera clase por todo el mundo sembrando el odio. Hijos de puta los gobernantes que toleran la presencia de los terroristas en sus países. Hijo de puta, con carácter retroactivo, pero siempre presente para los que tenemos memoria, Su Majestad Imperial Valerý Giscard D?Estaign, que abrió los brazos generosos de Francia a todos los criminales de la ETA, y a sus cómplices, y a sus instructores de destrucción y muerte. Y honor, inmenso honor, proclamado entre lágrimas, a don Carlos Sáenz de Tejada y don Diego Salva, guardias civiles al servicio del orden y de la paz, de la justicia y de la concordia, muertos traidoramente por los hijos de puta cobardes que mantienen el negocio del terrorismo vasco.
 
KETEDEN"quotquot: el paso de "quotquottonadillero"quotquot (tío de Paquirrín), a "quotquotfundamentalista cínico"quotquot (oculto tras el burka del anonimato), pasando por "quotquotmachaca del cangrejo"quotquot (con marca de vino), te ha hecho perder los valores más esen

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Re:"Plumas" de oro
« Respuesta #527 en: 22 de Septiembre de 2009, 19:14:20 pm »
Baje a la calle se?or presidente.
22/09/2009 19:04:15


 
Los periodistas de "Newsweek" presentaban un negro panorama de nuestro país y le preguntaban al presidente Zapatero si con la tasa de paro y el déficit público galopante Espa?a se estaba hundiendo. La respuesta del Presidente fue sencilla: "No. Basta salir a la calle para ver que no es así". Y es verdad: la vida sigue caminando por las aceras, los colegios se llenan de ni?os y el asfalto de coches. Pero he intentado seguir el consejo de ZP y no sólo he bajado a la calle con otros ojos, con los ojos de ver más allá de lo cotidiano, sino que también me he dado una vuelta por los polígonos que rodean cualquier capital.

No hay barricadas aunque lo parece por culpa de unas obras que nunca nos abandonan, ni famélicas legiones de parias de la tierra bajan por las avenidas. Pero tal vez le interese al presidente lo que he visto sólo dando la vuelta a la manzana de mi casa. He visto que la peque?a joyería familiar de barrio está cerrada. He visto que una tienda de regalos está cerrada. He visto que, de noche, a las puertas del súper, se arremolinan al menos una docena de personas para buscar en el contenedor lo que es establecimiento retira. He visto que ha cerrado la librería papelería de toda la vida. Y también un bar. Y se traspasa una tienda de vestidos en la que sólo queda un maniquí desnudo. He visto que además del acordeonista de siempre, las tres esquinas restantes están tomadas por pobres de pedir limosna. He visto que al mediodía, la cola frente a la parroquia donde dan comida se ha multiplicado por tres. He visto que prácticamente en todos los portales de la zona hay al menos un letrero -en algunos casos dos- de "se vende o alquila". Sólo he visto eso: ni barricadas, ya digo, ni grandes manifestaciones. Pero me parece un síntoma al menos alarmante y si el presidente saliera a la calle con los ojos de ver más allá de lo inmediato* es más: si el presidente saliera a la calle, tal vez palparía esa otra realidad silenciosa y tremenda de los peque?os comercios cerrados porque detrás de cada una de esas tiendas ya vacías, hay al menos dos o tres tragedias: la de los due?os del negocio y un par de empleados o empleadas. Si el presidente preguntara por qué están a la venta tantos pisos, vería que casi siempre hay también una historia angustiosa. Y tal vez sería bueno preguntar por qué los que se interesan por esos pisos renuncian a comprarlos cuando echan cuentas o acuden al banco a pedir una hipoteca que se les niega. Si el presidente viera revolver los contenedores de basura en busca de comida caducada a gente que parecer "normal", no sé yo si animaría a los del "Newsweek" a darse una vuelta por las calles.

Y en los polígonos, pasa lo mismo: el que no liquida a precio de coste la mercancía que aun le queda, o ha cerrado o piensa hacerlo. Otros se mantienen como pueden pero cada mes es más difícil resistir, cada mes resulta más y más angustioso no poder pagar porque el que les debe tampoco puede pagar porque aun no ha cobrado de un tercero que también le debe. Y así.

Cuénteles, se?or presidente, a todos estos lo que les contaba usted a los de "Newsweek", eso de que "la recesión en Espa?a será menor que en otros países europeos". Baje a la calle, presidente porque en Moncloa no hay tiendas peque?as, no hay pobres, no hay pisos que se vendan o alquilen. Baje a la calle y verá que es cierto que Espa?a no se hunde, pero los flotadores se empiezan a vender ya en le mercado negro.

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Re:"Plumas" de oro
« Respuesta #528 en: 22 de Septiembre de 2009, 21:31:15 pm »
Algún día nos daremos cuenta que salvar a las grandes empresas está bien, porque está bien, pero es un pais que vive de las pymes....
Enseñad a los niños para no castigar a los hombres.

Cuando termines de leer esto lo que era futuro ya es pasado.....

Todo lo que se puede pagar con dinero es barato.....

pacodeasis

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Re:"Plumas" de oro
« Respuesta #529 en: 22 de Septiembre de 2009, 22:40:33 pm »
Algún día nos daremos cuenta que salvar a las grandes empresas está bien, porque está bien, pero es un pais que vive de las pymes....


y que los chinos no son las pymes que nos interesan, ni como ciudadanos ni como consumidores, ni como personas.


Un saludo.

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Re:"Plumas" de oro
« Respuesta #530 en: 23 de Septiembre de 2009, 17:59:31 pm »
Algún día nos daremos cuenta que salvar a las grandes empresas está bien, porque está bien, pero es un pais que vive de las pymes....


y que los chinos no son las pymes que nos interesan, ni como ciudadanos ni como consumidores, ni como personas.


Un saludo.

Puedes explicarte un poco más? tus razones son económicas o es algo personal?

Un saludo!

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Re:"Plumas" de oro
« Respuesta #531 en: 23 de Septiembre de 2009, 20:13:57 pm »
COMO BUSCARSE LA RUINA BY ARTURO PEREZ REVERTE

Me despierta un ruido y miro el reloj de la mesilla de noche. Ha sonado en la planta de abajo. Así que cojo la linterna y el cuchillo K-Bar de marine americano -recuerdo de Disneylandia- y bajo las escaleras intentando ir tranquilo y echar cuentas. Cuántos son, altos o bajos, nacionales o de importación, armados o no. Si estuviera en un país normal, este agobio sería relativo. Bajaría con una escopeta de caza, y una vez abajo haría pumba, pumba, sin decir buenas noches. Albanokosovares al cielo. O lo que sean. Pero estoy en la sierra de Madrid, Espa?a. Tampoco me gusta la caza ni tengo escopeta. Sólo un Kalashnikov -otro recuerdo de Disneylandia- que ya no dispara. Por otra parte, una escopeta no iba a servirme de nada. Estoy en la Espa?a líder de Occidente, repito. Aquí el procedimiento varía. Mientras bajo por la escalera -de mi casa, insisto- con el cuchillo en la mano, lo que voy es haciendo cálculos. Pensando, si se lía la pajarraca, si no me ponen mirando a Triana y si tengo suerte de esparramar a algún malo, en lo que voy a contar luego a la Guardia Civil y al juez. Que tiene huevos.

Lo primero, a ver cómo averiguo cuántos son. Porque si encuentro a un caco solo y tengo la fortuna de arrimarme y tirarle un viaje, antes debo establecer los parámetros. Imaginen que descubro a uno robándome las películas de John Wayne, le doy una mojada a oscuras, y resulta que el fulano está solo y no lleva armas, o lleva un destornillador, mientras que yo se la endi?o con una hoja de palmo y pico. Ruina total. La violencia debe ser proporcionada, ojo. Y para que lo sea, antes he de asegurarme de lo que lleva el pavo. Y de sus intenciones. No es lo mismo que un bulto oscuro que se cuela en tu casa de madrugada tenga el propósito de robarte Río Bravo que violar a tu mujer, a tu madre, a tus ni?as y a la chacha. Todo eso hay que establecerlo antes con el diálogo adecuado. ?A qué viene usted exactamente, buen hombre? ?Cuáles son sus intenciones? ?De dónde es? ?A qué dedica el tiempo libre?? Y si el otro no domina el espa?ol, recurriendo a un medio alternativo. No a?adamos, por Dios, el agravante de xenofobia a la prepotencia.

Pero la cosa no acaba ahí. Incluso si establezco con luz y taquígrafos los móviles exactos y el armamento del malo, un juez -eso depende del que me toque- puede decidir que encontrártelo de noche en casa, incluso armado de igual a igual, no es motivo suficiente para el acto fascista de pegarle una pu?alada. Además hay que demostrar que se enfrentó a ti, que ésa es otra. Y no digo ya si en vez de darle un pinchazo, en el calor de la refriega le pegas tres o cuatro. Ahí vas listo. Ensa?amiento y alevosía, por lo menos. En cualquier caso, violencia innecesaria; como en el episodio reciente de ese secuestrado con su mujer que, para librarse de sus captores, les quitó el cuchillo y le endi?ó seis pu?aladas a uno de ellos. Estaría cabreadillo, supongo, o el otro no se dejaba. Pues nada. Diez a?os de prisión, reducidos a cinco por el Tribunal Supremo. Lo normal. Por chulo.

Imaginemos sin embargo que, en vez de cuchillo, lo que esta noche lleva el malo es una pistola de verdad. Y que en un alarde de perspicacia y de potra increíble lo advierto en la oscuridad, me abalanzo heroico sobre el malvado, desarmándolo, y forcejeamos. Y pum. Le pego un tiro. Ruina absoluta, oigan. Sale más barato dejar que él me lo pegue a mí, porque hasta pueden demandarme los familiares del difunto. Otra cosa sería que el malo estuviese acompa?ado. En tal caso, nuestra legislación es comprensiva. Sólo tengo que abalanzarme vigorosamente sobre él, arrebatarle el fusco, calcular con astuta visión de conjunto cuántos malos hay en la casa, qué armamento llevan y cuáles son las intenciones de cada uno, y dispararle, no al que lleve barra de hierro, navaja empalmada, bate de béisbol o pistola simulada -ojito con esto último, hay que acercarse y comprobarlo antes-, sino a aquel que cargue de pistolón o subfusil para arriba. Todo eso, asegurándome bien, pese a la oscuridad y el previsible barullo, de que en ese momento el fulano no se está dando ya a la fuga; porque en tal caso la cagaste, Burlancaster. En cuanto al del bate de béisbol, el procedimiento es simple: dejo la pistola, voy en busca de otro bate, bastón o paraguas de similares dimensiones y le hago frente, mientras afeo su conducta y le pregunto si sólo pretende llevarse las joyas de la familia o si sus intenciones incluyen, además, romperme el ojete. Luego hago lo mismo con el de la navaja. Y así sucesivamente.

El caso es que, cuando llego al final de la escalera, comiéndome el tarro y más pendiente de las explicaciones que daré ma?ana, si salgo de ésta, que de lo que pueda encontrar abajo, compruebo que se ha ido dos o tres veces la luz, y que el ruido era del deuvedé y de la tele al encenderse. Y pienso que por esta vez me he salvado. De ir a la cárcel, quiero decir. Traía más cuenta dejar que me robaran.
 
KETEDEN"quotquot: el paso de "quotquottonadillero"quotquot (tío de Paquirrín), a "quotquotfundamentalista cínico"quotquot (oculto tras el burka del anonimato), pasando por "quotquotmachaca del cangrejo"quotquot (con marca de vino), te ha hecho perder los valores más esen

pacodeasis

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Re:"Plumas" de oro
« Respuesta #532 en: 24 de Septiembre de 2009, 16:37:24 pm »
Algún día nos daremos cuenta que salvar a las grandes empresas está bien, porque está bien, pero es un pais que vive de las pymes....


y que los chinos no son las pymes que nos interesan, ni como ciudadanos ni como consumidores, ni como personas.


Un saludo.

Puedes explicarte un poco más? tus razones son económicas o es algo personal?

Un saludo!


Como ciudadanos no nos interesa pues esa liberacion de impuestos es competencia desleal para el resto de comerciantes espa?oles o de kafkanistan.

 como consumidores: Los productos vendidos en los chinos son de infima calidad, se aprovechan del estupido consumismo que nos enferma, compramos en el todo a cien, se rompe a los dos dias y decimos "total para lo que ha costado", cuando no  en muchos casos incumplen las normativas más básicas.

 Como personas: los trabajadores de los todo a cien y de los fruto seco, vienen y trabajan en régimen de semi esclavitud, exprimidos por unas de las mafias mas crueles y que sustentan un régimen de opresión en su pais.

 Quienes conocemos un poco la cultura china, sentimos verdadera lastima de el contrasentido que supone todo esto cuando hablamos de un pueblo que estando nosotros en la edad piedra eran el mas avanzado y culto del mundo.

 Satisfecha su curiosidad monsieur Recios.

Un saludo.
 

Desconectado Rico_Recios

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Re:"Plumas" de oro
« Respuesta #533 en: 24 de Septiembre de 2009, 16:52:48 pm »
Completamente satisfecha jeje.

No sabía que tenían liberación de impuestos... y en el resto de razones no tengo más que darte la razón pues estoy totalmente de acuerdo.

 :Ok

pacodeasis

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Re:"Plumas" de oro
« Respuesta #534 en: 24 de Septiembre de 2009, 16:56:52 pm »
Conste que esta vez pijazo, lo de satisfecha ha sido invonluntario.


Un saludo.

Desconectado Rico_Recios

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Re:"Plumas" de oro
« Respuesta #535 en: 24 de Septiembre de 2009, 16:58:21 pm »
Si lo tuyo está bien escrito... se refiere a LA curiosidad... lo que ha sido involuntario ha sido lo mío  :vergo

Te ríes...  :partirse

Desconectado 47ronin

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Re:"Plumas" de oro
« Respuesta #536 en: 16 de Octubre de 2009, 14:13:40 pm »
Patente de corso, por Arturo Pérez-Reverte
 

     LA GENERAL PESCANOVA
 
Estoy con la ministra de Defensa. Hasta la muerte. A mí tampoco me parece bien que nuestros pesqueros en el Índico lleven a bordo soldados espa?oles que los defiendan de los piratas. Otros países, como Francia, sí lo hacen; pero todo el mundo sabe que los franceses son unos fascistas de toda la vida, y les gusta mucho darle al gatillo, como si estuvieran siempre en Dien Bien Fú. Unos peliculeros fantasmas, es lo que son. Nada que ver con la sobria serenidad espa?ola. Además, como muchos gabachos salen rubios, desprecian a los subsaharianos afroamericanos de color y no les importa darles matarile sin complejos; como cuando pillaron a aquellos pobres somalíes que sólo disparaban y secuestraban para ganarse la vida, los pobres, y les dieron las suyas y las del pulpo, en vez de pagar humanitariamente el rescate, como hicimos nosotros, y hasta luego Lucas. Pero Espa?a, no. Aquí las fuerzas armadas las tenemos para otras cosas. Para combatir seis horas bajo fuego de morteros en Afganistán, por ejemplo, y que luego la ministra del ramo sostenga, mirándote con firmeza castrense a los ojos, que aquello no es misión de guerra, sino actuación humanitaria de paz cuyas reglas de confrontación, según los protocolos coyunturales intrínsecos, requieren cierta esporádica contundencia. Por eso allí al enemigo no se le llama enemigo, sino elemento incontrolado. O como mucho, cuando la ministra va a hacerse alguna foto y abrir telediario, diablillos traviesos y picaruelos gamberretes.

Talibancillos díscolos que con una pizca más de democracia occidental serán pronto ciudadanos de provecho, con crédito en el banco y barbacoa los domingos. Por su parte, los soldados que patrullan cada día jugándose los aparejos los llaman de otra forma. De hijoputas para arriba. Pero, cuando eso ocurre, la ministra no está allí pegando tiros y comiéndose el marrón. Comprendámosla. Está aquí, y no lo oye.

En cuanto a los pesqueros, ya digo. La ministra de Defensa ?un día tengo que averiguar, por curiosidad, qué es lo que defiende, exactamente? ha dicho a los armadores que, si sus barcos quieren seguridad, pesquen en grupo, todos amontonados en el mismo sitio. De ello puede deducirse que no tiene ni remota idea de lo que es un pesquero faenando, pero eso no altera el concepto básico. Y el concepto indiscutible es que habrá, desde luego, más seguridad si los diecisiete atuneros espa?oles se quedan todos juntos en el mismo sitio, borda con borda, que si andan por ahí dispersos, a la buena de Dios, estropeando el dispositivo chachi que los protege. Que luego pesquen o no pesquen es lo de menos, porque por encima de esos detalles está el de la securitas, securitatis. Y si además se amarran unos a otros y ponen en el centro del paquete a la fragata Canarias, perfecto. Más seguros, imposible. A ver qué pirata se lleva por el morro un barco trincado de esa forma. Luego igual tocan a un atún por barco o vuelven todos a puerto con las bodegas vacías; pero, eso sí, protegidos de cojones. Lo que hace falta, como ven, es más voluntad constructiva, más ideas y menos demagogia.

Respecto al personal protector, tres cuartos de lo mismo. Dice la ministra, con buen juicio, que de soldados nada. Que los barcos lleven guardias de empresas privadas, si quieren. Al principio era sólo con porras, esposas y cosas así. Perfil bajo. Discreto. Pero en vista de las protestas de los armadores ?otros fascistas que te rilas? el ministerio ha dicho bueeeno, vale. Transijo por esta vez. Ahora los autoriza a llevar escopetas. Fusiles de largo alcance, ha dicho alguien, como si los hubiera de corto. Es verdad que, frente a los RPG y las armas automáticas de los piratillas traviesos, eso no sirve para nada. Para ese tipo de zafarranchos hay que estar al día en el asunto del bang, bang. Como la infantería de Marina, por ejemplo, que toca esa tecla desde antes de Lepanto ?otra operación contra piratas, por cierto?, y cuyo propio nombre lo indica. Pero oigan. Es lo que hay. Si los seguratas no dan la talla, que los pesqueros se gasten la pasta contratando a mercenarios con experiencia bélica, como Bush en Iraq, y allá se las compongan. Y si no, que abanderen los barcos en Francia. También la ministra tiene derecho a dormir tranquila, conciliando el sue?o; y sólo imaginar que un soldado espa?ol se cargue a un negro anémico, aunque el tostado lleve un bazooka al hombro, se lo quita. Se le abren sus carnes morenas. A ver qué iban a decir los periódicos y algunas oenegés al día siguiente, al enterarse de que el soldado Atahualpa Fernández, natural de Lima, y la cabo Vanesa Pérez, de San Fernando, infantes de marina de la Armada espa?ola destacados en el atunero Josu Ternera, le habían metido un par de cargadores de HK calibre 5,56 entre pecho y espalda a un somalí flaco y desnutrido que, para poder comer caliente y sin otra opción en la vida perra, no tenía más remedio que tirar cebollazos de lanzagranadas contra el puente del pesquero. La criatura.

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Re:"Plumas" de oro
« Respuesta #537 en: 27 de Octubre de 2009, 02:56:46 am »
La milicia no es angélica

ARTURO PÉREZ-REVERTE | XLSemanal | 25 de Octubre de 2009

Creo que alguien debería explicarle a la ministra de Defensa lo que es un soldado. Me refiero a uno de esos que desfilaron hace un par de semanas con casco y escopeta. Es cierto que la ministra tiene alrededor, en cada foto, un montón de generales y uniformados varios que podrían explicárselo perfectamente. Pero tengo la impresión de que no se expresan bien; tal vez porque a medida que asciendes, te suben el sueldo y te acercas a la jubilación, uno suele volverse menos elocuente. Con lo fácil que sería, por otra parte, abrirle a la titular del ramo el diccionario de la RAE por la palabra soldado, mostrarle que significa persona que sirve en la milicia, llevarla luego a la palabra milicia y hacerle leer algo que no admite equívocos: (Del latín militia. Femenino). 1. Arte de hacer la guerra y de disciplinar a los soldados para ella. 2. Servicio o profesión militar. 3. Tropa o gente de guerra. Es cierto que hay una cuarta acepción: coros de los ángeles, que lleva como ejemplo la milicia angélica. Pero cuidado. Que no se haga ilusiones la ministra. Ahí ya estamos hablando de otra cosa.

Lo que no dice el diccionario, desde luego, es tropa o gente de paz. En sentido recto, soldado remite a lo que debe: un fulano disponible para matar y que lo maten en guerras defensivas u ofensivas. Alguien que por patriotismo, obligación, dinero o lo que estime oportuno, está entrenado para escabechar a sus semejantes; procurando que palmen más fulanos del otro bando que del suyo. El lado turbio del oficio ?matarife, a fin de cuentas? se compensa con otros aspectos respetables: disciplina, disposición a soportar penalidades y miserias, y el sacrificio singular de exponerse al dolor, la mutilación y la muerte. Hay gente a la que no le gusta ese paisaje, y desde un punto de vista tan digno como su opuesto defiende la desaparición de soldados y ejércitos, en favor de un mundo ideal ?y me temo que imposible? donde la palabra soldado sea un anacronismo. Otros, más realistas, admiten que la existencia de soldados profesionales, que sirven de modo voluntario y aceptan los riesgos del oficio, es necesaria en un mundo imperfecto y violento como el nuestro.

En todo caso, la palabra humanitario nada tiene que ver. Eso no corresponde a los soldados, sino a las organizaciones y oenegés adecuadas. A ellas corresponde poner tiritas, repartir agua embotellada y socorrer a los parias de la tierra. Por el contrario, la misión básica de los soldados ?considerando la convención de Ginebra y la conciencia de cada cual? es hacer todo el da?o posible al enemigo. Matarlo mucho y bien, inspirarle temor y vencerlo, disuadiéndolo de intentarlo de nuevo. Los soldados no fueron ideados para otra paz que la impuesta por sus bayonetas, ni para inspirar afecto, sino temor. Incluso en una misión de paz se trata de pacificar a hostias, si hace falta. Llegado el caso, lo que se espera de ellos es eficacia letal; de un modo compatible, dentro de lo que cabe en su sangriento oficio, con la decencia y la piedad, cuando se pueda. Que maten más y mejor que nadie, de manera que los intereses de su patria natural o adoptiva, o de la paz ajena que defienden, sean respetados por otros. Eso significa eficacia y ausencia de complejos. Por eso, llegados a tales extremos, las palabras soldado y misión humanitaria pueden ser no sólo incompatibles, sino confusas y hasta mortales.

Es lo que ocurre en Espa?a. Incapaces de conciliar de modo inteligente la necesidad de un ejército con la tendencia pacifista de la sociedad occidental actual, nuestros gobernantes ?eso incluye al Pesoe como al Pepé? intentan lo imposible: unas fuerzas armadas desarmadas compuestas por soldados humanitarios, cuyo objetivo no es hacer la guerra sino la paz, y a los que se respeta más cuando se dejan matar que cuando matan. Esa imbecilidad se desmorona cuando lo real se presenta en forma de mina, emboscada o combate, y las familias largan en el telediario, con toda razón, que nadie les habló de guerra, y que su chico no fue a que le volaran los huevos, sino a repartir leche condensada. Es entonces cuando la ministra o ministro de guardia en esta charlotada bélico humanitaria del Bombero Torero, atrapados en su propia incongruencia, se adornan con media verónica ahuecando la voz y poniéndose estupendos mientras hablan de la deuda que Espa?a tiene con los difuntos y difuntas. Haciendo, además, que éstos queden como pardillos, al negarles incluso la palabra guerra; que, por políticamente incorrecta que sea, es la única que explica una muerte en combate. Cuando en un ejército profesional, voluntario, las familias protestan y se dicen enga?adas si sus chicos mueren, alguien no se ha explicado bien. O no tenemos soldados, o los tenemos. Y si los tenemos, es para que palmen sin rechistar cuando les toque. No para que la ministra de Defensa ?y sigo sin saber lo que defiende? venga a decirnos, con voz trémula y solemne, que acaban de matar a un cervatillo en el bosque de Bambi.

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Re:"Plumas" de oro
« Respuesta #538 en: 08 de Febrero de 2010, 12:28:12 pm »
Intrusos en el comedor

Unos los querían para mano de obra barata: jornaleros de miseria, chachas dóciles y carne de puticlub. Otros, para adornarse con la media verónica de que las fronteras son fascistas, aquí cabemos todos y maricón el último. El resto miramos a otro lado porque eso no iba con nosotros. A mí, pensábamos, la impotencia me la trae floja. Y adobando el asunto, la llamada opinión pública ?esa puta perversa, tornadiza e hipócrita? extendió su salsa de irresponsabilidad y demagogia. Así, es natural que ni Pepé ni Pesoe, ni gobiernos, ni ministros, ni presidentes autonómicos, ni alcaldes y alcaldas de esta variopinta nación de naciones discutibles y discutidas del payaso Fofó, hicieran otra cosa que currarse lo inmediato. Ninguno de nuestros políticos renunció a esos viajes que se montan a costa de nuestra imbecilidad y dinero con el pretexto de estudiar el funcionamiento del metro de Estambul, las posibilidades eólicas de la Gran Muralla, el impacto del mosquito anófeles en el turismo de Cancún o el imprescindible hermanamiento de Tomillar del Rebollo con San Petersburgo. Nadie, en vez de hacer turismo por la patilla, se asomó a Francia, por ejemplo, donde el problema de la inmigración descontrolada y marginal hace tiempo que rechina en toda su crudeza. A aprender de los errores ajenos, y no meter la gamba en los mismos barrizales.

Las prioridades eran otras: ganar dinero o votos fáciles, emparedar el problema futuro entre la desvergüenza de los explotadores y el buenismo estúpido de los cantama?anas, con esos supuestos papeles para todos que, además, eran mentira. Lo que viniese luego importaba un carajo. Por eso, leyes y normas no respondieron nunca a una política previsora de integración real y educación, planificada con realismo e inteligencia. Nadie aclaró, tampoco, qué idea de Espa?a iba a brindarse a quienes se acogían a ella. Qué espacio común podrían hacer suyo, a qué costumbres adaptarse, qué cauces serían adecuados para fundirse con el entorno sin renunciar al carácter y cultura propios. Qué derechos, y también qué obligaciones. Ofreciéndoles una tierra culta, abierta, común y generosa que el inmigrante, o sus hijos, no tardaran en sentir como propia. Una nueva patria: abierta, varia y coherente al mismo tiempo, que pudiesen, con poco o relativo esfuerzo, hacer suya.

Pero todo eso habría requerido inteligencia política, cálculos a largo plazo hechos por gobernantes previsores, no por gentuza oportunista que promulga leyes coyunturales, contradictorias, y sólo actúa pendiente del titular de telediario y de las próximas elecciones, en un país de borregos donde todo problema aplazado es un problema resuelto. Salía más barato dejar que las cosas se asentaran de forma natural. En vez de procurar explicar la necesaria historia del Cid Campeador a un ni?o magrebí, lo que se hizo fue eliminar al Cid de los libros escolares. Nada por aquí, y nada por allá. Vacío total. Papilla informe, sin sustancia, válida para todos y que no nutre a nadie. Y así, el resto. Cualquier intervención o planificación seria habría sido un acto totalitario y fascista. Laissez faire, laissez passer. Y vaya si pasaron. De cualquier manera. Hacinándose en guetos infames, desorientados mientras los explotábamos en espa?ol, en catalán, en gallego, en vascuence, en mallorquín, en valenciano, en bable, en farfullo de Villaconejos de la Torda. Sometidos por fuera a todas las gilipolleces en que tan diestros somos, y formando por dentro sus propias estructuras independientes. Con los da?os colaterales lógicos: marginación involuntaria o deliberada, descontrol, delincuencia. Transformando barrios y pueblos enteros, unas veces para bien y otras para mal. Porque no hay gueto bueno, y ciertas convivencias desequilibradas son imposibles. Saturando sistemas poco previsores que no dan más de sí. Creando, también ellos, sus núcleos marginales específicos, sus rencores internos y ajenos. Sus propios problemas.

Ahora mugen vacas flacas y el negocio se va al carajo. De pronto, molestan. Pero ni siquiera así sacamos consecuencias útiles de las se?ales registradas en otros países que afrontan situaciones parecidas. Y al final pagarán los de siempre. Los tres, o treinta, o trescientos infelices apaleados en tal o cual sitio por una turba de bestias analfabetas en busca de alguien a quien linchar después de haberlo explotado hasta el tuétano. A cambio, algún día, cuando la desesperación propia y el racismo inevitable empujen a esos desgraciados al extremo, allí donde se sientan fuertes y puedan no sólo sobrevivir, sino defenderse e incluso agredir, arderán barrios enteros. No les quepa duda. Nos ajustarán las cuentas con su cólera desesperada, históricamente justa. Espero estar aquí para verlo, apoyado en la ventana de la biblioteca con la última botella de vino en la mano: respetables matronas en deshabillé corriendo por las calles mientras los bárbaros, como era inevitable, saquean Roma. Que nos den, entonces. Que nos vayan dando.

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Re:"Plumas" de oro
« Respuesta #539 en: 21 de Febrero de 2010, 23:59:58 pm »
Derechos, libertades y el guardia de la porra

Quiero que conste por escrito, por si alguna vez doy una conferencia, un mitin o lo que se tercie. Imaginen que la vejez me afloja el muelle y accedo a presentar, ante un distinguido y selecto público, el libro de apasionantes memorias políticas De Espa?a, ni una migra?a, de José Luis Carod Rovira, en atención a que el sujeto me cae de puta madre, por sutil y por simpático. O supongamos que, en recuerdo de una ultrafacha espectacular con la que tuve rollo un 20 de noviembre de 1972, o por ahí ?los botones de esa camisa azul, déjate puesto el correaje, etcétera?, voy a un mitin de Caspa Tradicionalista y de las JONS en Rentería, y acabo cantando el Cara al sol, que me lo sé.

Es más. Puesto ya a volverme completamente gilipollas, imaginen que apoyo las justas reivindicaciones de Sangonera la Seca, por ejemplo, cuyo Estatuto ?para qué pasar hambre, si es de noche y hay higueras? empezaría así: ?Sangonera la Seca (no confundir con la Verde) es una nasión, su lengua nasional es el panocho mursiano, y su futuro se basa en los campicos de golf?.

Imaginen, como digo, que a uno se le ocurre meterse en tales jardines colgantes de Babilonia, y en consecuencia da un mitin que se cisca la perra. Sobre eso, o sobre lo que sea. Y en ésas, estando en pleno triunfo de masas, aparecen piquetes informativos, o como se diga cuando se juntan veinte o treinta animales, no para insultar ?que va en el sueldo?, sino para informarme de que son anticatalaúnicos, antifascistas, antisistema o de Sangonera la Verde, y que en el ejercicio de su libertad democrática me van a dar las del pulpo y dos más. E imaginen que, llegados a ese punto, los picoletos, los maderos, los guindas, los mozos de escuadra, los ertzainas o cualquiera de las cuarenta y dos policías que disfrutamos aquí sin contar Prosegur, o sea, aquellos a quienes corresponde velar por mi integridad física y la del público al que tanto quiero y tanto debo, dicen que para evitar males mayores, salga por la puerta de atrás, o me atrinchere, numantino, hasta que los malos se cansen y se vayan. Y que eso es lo que hay.

Pues miren, no. Quiero decir que no me da la gana. Quede claro que, llegado el caso, lo que quiero, o exijo, es que si quienes dan la bronca y buscan sacudirme perseveran en ello, lleguen los antidisturbios y los corran a hostias. ?Capichi? Disuélvanse, una, dos, tres, carguen. Que no pasa nada, oigan. Que cualquier democracia, incluso el monipodio de constructores y políticos golfos que tenemos aquí, es compatible con eso. Y para tal menester están los de la porra, en todas partes salvo en este país de cagaditas de rata en el arroz. O tenemos guardias o no los tenemos. O semos o no semos. A ver por qué debo salir en los periódicos circundado de cuatro picos y medio, con cara de acojono, mientras me tiran botellazos, en vez de llevarse a tomar por saco a quienes arrojan las botellas. ?No es más lógico? Si un día le toca a un rey o a un presidente de gobierno ?que les tocará? ?también van a protegerlo así?? Hemos invertido los términos de todo, y lo peor de vivir en pleno disparate es que ya vemos cualquier barbaridad como lo más natural del mundo. Y reniego de la madre que nos parió. No quiero que me lleven hasta el coche cubriéndome con escudos; que se metan los escudos donde les quepan. Lo que exijo es ir a donde me dé la gana, a mi aire, charlando con quien me apetezca y diciendo lo que estime oportuno. Y quiero que la autoridad competente lo garantice, ejerciendo legítima violencia institucional si hace falta, que para eso tiene el monopolio, en vez de ir siempre a remolque del qué dirán y los complejos, jugando a los triles con el voto de hoy y el Dios te ampare de ma?ana.

Caben alternativas, claro. Pero son siniestras. Es peligroso que tanta bazofia incontrolada confirme que en este país demagogo, cobarde, no es posible respaldar la seguridad de nadie, porque la calle es del primero que la toma, y los derechos y libertades de los demás acaban donde empieza el telediario. Con tales perspectivas puede ocurrir que, para el próximo acto en territorio hostil, el agredido se haga acompa?ar de unos amiguetes; que cada cual tiene los suyos. Y al primero que quiera sacudirles con la pancarta, en vez de decir socorro, pupa, el suprascrito y sus compadres le metan la pancarta por el ojete; y allí haya le?a, en efecto, pero a gusto de todos. Me pregunto a quién protegerá entonces la Policía y a quién llamaremos fascista. Además, tales murgas se sabe cómo empiezan, pero no cómo acaban. O sí.

Arturo Perez Reverte