13/01/2006
GIJÓN
PEDRO CALVO POCH, CONCEJAL DE SEGURIDAD Y SERVICIOS A LA COMUNIDAD DEL AYUNTAMIENTO DE MADRID
?En Madrid hemos empezado a pedir identificación a los compradores de los manteros?
?Hemos dado la vuelta a la Policía Municipal como a un calcetín para convertirla en una policía centrada en labores de seguridad, porque no puedo desperdiciar a los agentes en trabajos de ordenanza?
E. MONTES/GIJÓN
SONRIENTE. Pedro Calvo, en la sede del PP de Gijón antes de su charla. / CITOULA
Aún no ha cumplido los 40 a?os y ya ha sido senador, consejero de la Comunidad de Madrid y concejal de la capital del Estado. Siempre de la mano del hoy alcalde Alberto Ruiz Gallardón, Pedro Calvo Poch dirige un amplio departamento que abarca desde la seguridad ciudadana hasta la Policía Municipal, las emergencias, los bomberos y el transporte público de una ciudad que triplica el número de habitantes de toda Asturias. No resulta ofensivo, pero tampoco teme las palabras y ayer realizó un ejercicio público de su expresividad, invitado por el Partido Popular de Gijón para exponer la política madrile?a de seguridad. Sonríe poco, pero cubre todos los flancos dialécticos y hace alarde de una contundente determinación.
-Ha transformado la Policía Municipal de Madrid.
-Hemos profesionalizado en mayor medida el cuerpo, centrando la labor de la Policía en labores de seguridad, dejando las labores tradicionales de movilidad, de tráfico y vigilancia de edificios en otros estratos. Hemos dado la vuelta a la Policía Municipal como un calcetín, pero siempre con el convencimiento de que lo que queríamos hacer de la Policía Local era una policía centrada en labores de seguridad. No podemos desperdiciar a los agentes en trabajos de ordenanza.
-Pues ahora la seguridad de las calles de Madrid está cuestionada. Por lo menos, desde la periferia.
--Hay dos tipos de seguridad, la objetiva y la subjetiva. La más importante no es la policial. Las medidas tienen que ser no sólo de prevención de delitos, sino de prevención de riesgos. Esa parte de la seguridad, la objetiva, ha mejorado ostensiblemente. También es verdad que la seguridad subjetiva va siempre por detrás y mediáticamente es muy difícil conseguir el efecto. Pero ninguno de los cinco asesinatos que llevamos en lo que va de a?o está relacionado con la seguridad, salvo que la enajenación mental esté considerada como tal.
-Primero retiraron de las calles el botellón y ahora a los manteros.
-En Madrid hemos conseguido corregir muchas ocupaciones de la vía pública que eran privativas, como el botellón y los manteros, aunque a muchos ciudadanos les parezca un delito menor. El mantero produce pena en el ciudadano, pero la pena no nos puede convertir en cómplices. La del mantero no es una situación que nos deba de producir pena. Yo ya he dicho que tres relacionados con el 11-M eran viejos conocidos de la Policía Municipal por esas prácticas. ?Qué se esconde detrás de esa gente que produce lastima? Porque el comprador no exige. La verdad, después de lo de la colza, no sé lo que tiene que pasar en este país para que se deje de comprar en la venta ambulante. Hemos empezado a identificar no sólo a los manteros, sino a los compradores. Se toma el nombre y lo filian para que después el juez lo pueda llamar como testigo. Hemos procurado que se procesara También al cliente, pero hasta ahora no nos lo acabamos de tomar en serio por la falta de reproche social.
-Siempre adoptan medidas impopulares.
-Pero ?sabe lo que la gente agradece recuperar la calle? Porque al final, la ausencia de manteros también repercute en que haya mayor presencia policial, lo que disuade del hurto, del menudeo. En otros tiempos se nos hubiese criticado por represores por poner cámaras de vigilancia en la plaza mayor de Madrid, y el último mes de diciembre se han puesto en marcha 26 cámaras que velan por la seguridad de los ciudadanos, en aplicación de una ley orgánica de los socialistas. Y no se recuerdan unas navidades mejores que estas últimas. No hay medidas mágicas en materia de seguridad, pero sí la determinación de que la Policía sirva para más que para poner multas.
-Usted es un hombre de Gallardón...
-Soy un hombre de Gallardón, pero soy un hombre de partido. Y siempre he estado con Gallardón.
-Le ha llevado siempre con él.
-Y espero que lo siga haciendo. Lo digo por si a alguien se le ocurre pensar maldades. Hay enemigos, adversarios y compa?eros de partido.
-Eso le quería preguntar, si ser hombre de Gallardón es un plus o un lastre en el partido.
-Gallardón es un valor para este partido le guste a él o no, le guste o no a los adversarios y le guste o no a los compa?eros de partido.
