Cuando Gallardón tuvo 7.000 policías en Madrid: el 'sueño' (imposible) de Almeida en manos de Sánchez... a la espera de la Ley de Capitalidad
El alcalde vuelve a levantar la voz para reclamar los 1.000 agentes que Cibeles considera necesarios para cubrir las necesidades de seguridad de la capital
Carlos Guisasola
Madrid
Actualizado Miércoles, 22 enero 2025 - 00:26
Hace cosa de un año, José Luis Martínez-Almeida andaba (aparentemente) dándole vueltas a la cabeza con la sucesión de Matilde García Duarte que, un mes antes, había cambiado la Coordinación de Alcaldía por la presidencia de la Asociación Nacional Grandes de Empresas de Distribución (ANGED). La solución al problema, es decir, el recambio de ese engranaje clave en el Palacio de Cibeles, lo tenía bastante claro el regidor quien, días más tarde, elegía a la también abogada del Estado de su confianza, Inmaculada Sánchez-Cervera Valdés, de perfil extremadamente discreto, como la figura ideal para cubrir ese vacío que él mismo tapó en ese complicado crepúsculo de 2023, durante una digestión difícil para una marcha que le cogió algo descolocado.
Viene a cuento esta historia porque por sus manos (primero García Duarte, ahora Sánchez-Cervera) pasa uno de los planes más urgentes de la legislatura: la famosa Ley de Capitalidad. Quizás al ciudadano de a pie le suene un poco genérico el asunto, pero Almeida lo considera clave para sostener algunos de los nuevos latidos de la capital. Entre ellos, pese al secretismo, el relacionado con el refuerzo policial. Un asunto vital en una ciudad que está dando el estirón desde esos grandes desarrollos del sureste (El Cañaveral, Los Berrocales, Los Ahijones, Valdecarros...) y que, con sus 3,4 millones de habitantes registrados en el padrón del año pasado, se aproxima la icónica Berlín, que cuenta con 3,8.
«Ese nuevo texto facilitaría mucho algunas cosas de la ciudad», repiten desde Cibeles, a propósito de un documento cuyos trabajos de actualización para su reforma concluyeron hace meses y se sigue elaborando el borrador para trasladarlo (aún sin fecha) al Congreso. Y es que, la partitura actual viene de la era Gallardón. En aquellos días, por cierto, Madrid llegó a contar con 7.000 agentes (en un población de 3,1 millones), por los apenas 6.000 que hay en la actualidad. Esa es la cifra fetiche por la que lleva años suspirando el Ejecutivo.
Ayer, tras el acto de nombramiento de 209 efectivos que conforman la 54ª promoción de la Policía Municipal, Almeida, en compañía de la vicealcaldesa y responsable de la seguridad, Inmaculada Sanz, volvía a la carga con una de sus principales cruzadas. «Tenemos una ciudad muy segura, pero hay que seguir reivindicando más efectivos. Por eso vuelvo a reivindicar que el Gobierno de Pedro Sánchez nos permita superar la tasa de reposición. Tienen que autorizarnos a cubrir 1.000 nuevas plazas», reclamaba. Según las cifras que maneja el Ejecutivo municipal, en los últimos cuatro años ha habido 1.700 nuevos miembros, pero sólo se ha registrado un aumento real de 270 debido a las bajas por jubilación.
El hándicap de los (no) presupuestos
En el Ayuntamiento parecen haber perdido del todo la esperanza de que el Gobierno Central, pese a la promesa realizada hace un año, modifique ese dique que es la tasa de reposición (ratio que en función del número de bajas previas determina las personas que pueden acceder a un puesto en la administración pública, en este caso en la Policía), y por eso se centran en esa Ley de Capitalidad como herramienta para ganar músculo y capacidad de actuación. «Madrid tiene unas necesidades especiales como capital del Estado y requieren unos recursos a su medida», insisten desde el Consistorio donde, casi desde que aterrizó Almeida, en el verano de 2019, llevan reclamando la medida. Lógicamente, sin nuevos presupuestos a nivel nacional, la carretera es más sinuosa.
Se da la circunstancia de que, más allá de las recurrentes exigencias de la capital en materia de seguridad, hay episodios con eventos extraordinarios que reclaman la atención de dispositivos especiales. Por no centrar la mirada en las Navidades, hay quien recuerda uno de los fines de semana de septiembre en los que 1.500 agentes fueron movilizados entre fiestas de distritos, el final de la Vuelta a España, la apertura de la Semana de la Moda o, aunque parezca un sueño, los dos conciertos en el Bernabéu de Romeo Santos.
Mientras la lluvia caía ayer copiosa sobre la capital, y las máquinas engullían la mediana de la A-5, Almeida pronunciaba de nuevo un mensaje que ya suena a letanía: «Necesitamos 1.000 policías más».