Gracias ronin.
Volvamos al tema:
«¡Te jodes y te aguantas!», espeta un policía a un joven agredido por sindicalistas
La víctima salía de su casa en coche cuando miembros de UGT se le abalanzaron, ante la mirada burlona del agente municipal, que se rió en su cara. Otro policía nacional también evitó ayudarle, pese a que fue golpeado y zarandeado.
Un joven de 25 años acaba de salir de su casa en su coche, de camino al trabajo, cuando se para en un semáforo en rojo en el paseo de la Chopera, a la altura de la Casa del Reloj. Entonces, ve a un grupo de 40 sindicalistas, con pancartas y pegatinas de UGT, empleados municipales de la Junta del Distrito de Arganzuela, protestando en medio de la calle.
Un policía municipal regula el complicado tráfico y hace una indicación al conductor con su mano para que avance. El automovilista obedece al funcionario policial y es entonces cuando la turba sindical se le abalanza.
Rodean el coche, se ponen delante de él, le tapan la visión con una pancarta, empiezan a hacerle fotos y a amenazar al conductor, que paró el motor y quitó las llaves, ante la grave situación. Entonces, los manifestantes elevaron sus amenazas: «¡Te vamos a matar, hijo de puta! ¡Vamos a buscar tu matrícula y te vamos a buscar! ¡Como seas del barrio, te vamos a partir la cara!».
Dos de los alborotadores metieron las manos dentro del coche y agarraron con violencia al conductor, al que tiraron del brazo y dieron un puñetazo en el costado izquierdo.
Ante tal situación, el joven pidió ayuda a otro policía municipal y que, además, estaba viendo lo que ocurría sin inmutarse. La respuesta del agente al ciudadano que le reclama auxilio fue la siguiente: «¡Pues si te han pegado, te jodes y te aguantas!».
Al chico se le quedó la cara a cuadros. «Lo peor era la sensación de indefensión», explica a ABC. «Entonces, durante 15 minutos tuve que quedarme allí parado, resguardado en el coche, con las ventanillas subidas y aguantando amenazas de muerte y una retahíla impronunciable de insultos, mientras no paraban de hacerme fotos».
Tras ese cuarto de hora de pánico, los sindicalistas se metieron en la Casa del Reloj, instalación de la Junta de Arganzuela. Pero ahí no acabó la vergonzosa historia. «Entonces, me acerqué a cuatro policías nacionales, dos en moto y dos en un coche zeta, y antes de poder articular palabra, me ordenó uno de ellos: "Tira, coño, que estás obstaculizando el tráfico. ¡Que te vayas! ¡!Que te vayas!"».
El afectado, ante el nulo caso y el desprecio manifestado tanto por los policías municipales como los nacionales, no piensa denunciar los hechos, pues sabe que todo caerá en saco roto.