Autor Tema: La opinión de un ciudadano de la calle  (Leído 420244 veces)

Desconectado 47ronin

  • Administrador
  • Tyranosaurius Rex
  • ****
  • Mensajes: 223094

Desconectado Ruino

  • Master
  • ****
  • Mensajes: 1349
Re: La opinión de un ciudadano de la calle
« Respuesta #3641 en: 20 de Febrero de 2020, 17:45:13 pm »
Tiene su parte de razón el paciente adinerado de la Ruber, en sus actos pierden la credibilidad de sus palabras.

Desconectado 47ronin

  • Administrador
  • Tyranosaurius Rex
  • ****
  • Mensajes: 223094
Re: La opinión de un ciudadano de la calle
« Respuesta #3642 en: 23 de Febrero de 2020, 07:32:25 am »

LEOPOLDO BONÍAS
Oposiciones a Policía Local: ¿jugamos al veintiuno?


Comisario de Policía Local

- 22/02/2020


Robert Redford debutó a mediados de los noventa como director cinematográfico con el film "Quiz Show" , una película basada en el mayor tongo de concursos televisivos realizado en los años cincuenta por la prestigiosa cadena NBC norteamericana, el VEINTIUNO, que alcanzó una audiencia récord logrando su punto álgido cuando el profesor universitario Charles Van Doren derrotó al que hasta entonces era el campeón Herbert Stempel, un judío que vivía en un barrio humilde al que se le convenció para que perdiese fallando una pregunta sencilla que todo el mundo conocía mediante falsas promesas. La fórmula de la alternancia de ganadores entre judíos y gentiles siempre ha funcionado a las mil maravillas en la sociedad de las oportunidades en donde cualquiera puede llegar a presidente.

Gracias al VEINTIUNO Van Doren se convirtió en un héroe nacional y un icono de la cultura contestando programa tras programa todas las preguntas que se le formulaban desde una cámara acorazada para aislar al concursante al cual se le habían facilitado previamente las respuestas hasta que se descubrió el engaño. Extraordinario papel el de John Turturro (Herbert Stempel en el film) que fue nominado para el Óscar como mejor actor secundario.

Algo parecido se sospecha está pasando actualmente en algunas pruebas de acceso a los Cuerpos de Policía Local. En Arganda del Rey se denuncia ante la opinión pública que cuatro de las ocho plazas de Policía Local convocadas han sido obtenidas por familiares de personas vinculadas a la Corporación de entre casi mil aspirantes presentados.

No tan lejos, en la provincia de Alicante, la Fiscalía investiga el comportamiento de personas encargadas de vigilar la realización de los exámenes para ocupar plazas de Técnicos Superiores y que parece ser colaboraron con alguna opositora que entregó el examen en blanco para que se hiciese el cambiazo. Llueve sobre mojado en la ciudad de los rascacielos de la Costa Blanca tras el también llamado escándalo de las pruebas de Policía Local de Benidorm.

Lejos quedan los tiempos en que los exámenes de las oposiciones eran públicos de verdad y en donde el aspirante por insaculación extraía una bolita con el número del tema que tenía que "cantar". Después, al acabar la exposición verbal, el Tribunal le pedía cuantas explicaciones considerase conveniente para comprobar que no sólo había memorizado el tema sino que comprendía su significado y que sabía relacionar conceptos , interpretarlos y aplicarlos correctamente.

Recuerdo en 1983, cuando me presenté a la plaza de jefe de la Policía Local de Xirivella, en el salón de la antigua Casa de la Cultura repleta de personas (hasta mi padre fue a presenciarlo apareciendo allí de improviso y mira que le dije que no fuese), o cuando obtuve la Jefatura de la Policía Local de Paterna en 1989 en una exposición de los temas efectuada en el salón de Plenos del Ayuntamiento de Paterna también con bastante público en el mismo.

En este tipo de pruebas orales a la vista de todos, los hundimientos son espectaculares y hasta muchos opositores se levantan sin pronunciar palabra retirándose del examen tras conocer los temas caídos en suerte.

En 1985, cuando faltaba poco más de un año para que se jubilase el jefe de la entonces Policía Municipal de Valencia, se creó otra plaza de idéntica categoría para que el que fuese a sustituir al hasta entonces jefe fuese conociendo el funcionamiento de la tercera capital de España.

Las lecturas de las memorias proyectos de los aspirantes fue pública en el hemiciclo de la Casa Consistorial y un gran número de policías de Valencia y otras poblaciones asistieron a la exposición de las mismas y a las posteriores preguntas realizadas por los miembros del Tribunal a los aspirantes. El enciclopédico D. Manuel Jordán Montañes, entonces jefe de la Policía Municipal, puso su sello preguntando a uno de los opositores si para la detección de sustancias prohibidas era mejor la utilización de perros machos o hembras.

Fue la primera vez que hubo en el Cuerpo de la capital del Turia más de un funcionario ocupando la máxima categoría profesional existente, pues hasta entonces la misma se reservaba al jefe de la Policía Municipal en exclusiva.

Ahora, en plena época de la transparencia, tras la enésima modificación de la normativa en materia de Policía Local con la eliminación del curso previo habilitante para poder presentarse a los Cuerpos de Policía Local de la Comunidad Valenciana, también desaparece la exposición pública del tema a desarrollar.

De cualquier forma, las exposiciones ya no eran públicas, al menos en la practica, pues en lugar de realizarse en Salones de Plenos u otros recintos espaciosos, se llevaban a cabo en pequeñas habitaciones que hacían inviable la presencia del resto de los opositores o de simples profesionales que quisieran ver cómo se desarrolla la prueba selectiva. Se considera que lo más objetivo es un test donde se ha de contestar la respuesta correcta de las que figuran en el examen. La posibilidad de la filtración flota en algunas ocasiones en el ambiente.

Pero lo peor de todo es que se está aceptando con resignación este descontrol legislativo en que nos hallamos inmersos dentro de las Policías Locales en la Comunidad Valenciana. Al final se va a conseguir que el desánimo se apodere de todos, o, peor aún, que se empiece a tomar a risa el asunto y la gente deje de indignarse del desbarajuste rampante.

Y es que esta esta situación ya empieza a recordar a la anécdota que se le atribuye al tirano siracusano Dionisio El Viejo. Nacido en el año 430 antes de Cristo y muerto en el 368, fue un hombre sagaz y profundo conocedor de la naturaleza humana que llegó a tener de consejero al mismísimo Platón, del que se cuenta que habiendo impuesto a sus súbditos una fuerte contribución y, visto que ellos se lamentaban del impuesto, lo aumentó. Entonces los súbditos no se lamentaron más y tomaron la cosa a broma.

Esto es signo - observó Dionisiso - de que el impuesto es verdaderamente excesivo. Si ríen es porque saben que no podrán pagar y por ello no tienen nada que perder.

Y redujo el impuesto.


Desconectado 47ronin

  • Administrador
  • Tyranosaurius Rex
  • ****
  • Mensajes: 223094
Re: La opinión de un ciudadano de la calle
« Respuesta #3643 en: 25 de Febrero de 2020, 12:33:47 pm »
Si, confirmado, este tío es tonto.


https://youtu.be/4-_iIErJ_Lo
« Última modificación: 25 de Febrero de 2020, 12:56:17 pm por 47ronin »

Desconectado 47ronin

  • Administrador
  • Tyranosaurius Rex
  • ****
  • Mensajes: 223094

Desconectado 47ronin

  • Administrador
  • Tyranosaurius Rex
  • ****
  • Mensajes: 223094
Re: La opinión de un ciudadano de la calle
« Respuesta #3645 en: 06 de Marzo de 2020, 07:02:16 am »
Bueno cadauno puede tener su opinión pero sin faltar y meterse en la vida personal y sexual de nadie...amén de que parece ser no termina de enteder lo que significa el slogan "sola y borracha..............".


https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=899929197132475&id=100013462092858&sfnsn=scwspwa&extid=GLwTFRxd0svokJrh&d=w&vh=i

Eso si, que un militante del PP la aplauda evidencia que de género, lo que se dice de género, sólo entra en el bobo.



Santiago Paz Sedano

No tiene desperdicio
Escuchar a esta señora
👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼





https://vertele.eldiario.es/noticias/Sandra-Sabates-PP-Ciudadanos-Sola_0_2210478974.html?_ga=2.85232475.356159020.1583476614-132178562.1581581609
« Última modificación: 06 de Marzo de 2020, 07:43:31 am por 47ronin »

Desconectado 47ronin

  • Administrador
  • Tyranosaurius Rex
  • ****
  • Mensajes: 223094

Desconectado 47ronin

  • Administrador
  • Tyranosaurius Rex
  • ****
  • Mensajes: 223094
Re: La opinión de un ciudadano de la calle
« Respuesta #3647 en: 11 de Marzo de 2020, 17:52:59 pm »

El 8M que pasé aislada en una Sanidad madrileña caótica y colapsada


La redactora de El Salto Madrid Sara Plaza ha estado desde el sábado en un hospital de Leganés esperando los resultados de las pruebas de coronavirus que han llegado el 10 de marzo. A pesar del esfuerzo de la plantilla sanitaria, el caos —pero sobre todo, la paranoia— marca las primeras horas de la “contención reforzada”.
31
Coronavirus sanidad
SANCHO R. SOMALO
SARA PLAZA CASARES
@SPLAZAQUE

10 MAR 2020 14:43
Todo empezó con una visita a Urgencias de las habituales. Mi hijo sufre crisis asmáticas de manera habitual, especialmente cuando se constipa. Si son graves no puede respirar. El Ventolín se queda corto y no nos queda más remedio que visitar al médico. Pues eso es exactamente lo que hicimos el sábado por la tarde como algo a lo que estamos ya más o menos habituadas. Nos dirigimos al Hospital Severo Ochoa de nuestra ciudad, Leganés, como otras veces. Pero no era un sábado cualquiera y nos abrió la puerta la ‘paranoiavirus’ y el colapso. Una peli de terror impostado muy contagioso y caótico. Una Sanidad que va improvisando a marchas forzadas ante el colapso de un sistema sanitario ultrarrecortado al que hoy acuden todas, ricas y pobres. Y en el que las profesionales (hasta ahora solo hemos sido atendidas por mujeres) se están dejando la piel.

Cuando nos llamaron por megafonía y pasamos el box de triaje lo primero que dije es que mi hijo tenía tos. Antes de acabar mi discurso ya teníamos puestas dos mascarillas. Dos mascarillas que nos marcaban frente al resto y que nos subrayaban en la sala de espera como posibles focos del mal. Una mascarilla que, a mi hijo, quien abría la boca como un pez debajo del agua, le impedía respirar. Y lloraba. Mucho. Para prevenir una posible propagación de una hipotética posibilidad que flotaba en el subconsciente colectivo como una pesada nube tóxica él estaba luchando por conseguir aire para respirar. ¿Cómo se le explica esto a un niño?


Antes de proseguir, quiero hacer hincapié en que el trato recibido por el personal en la mayoría de las veces ha sido impecable. Tenemos unas profesionales sanitarias de 10 que ahora están dando el callo como nadie. Que capean como pueden entre un protocolo que cambia por horas, que a ratos deja huecos que dejan paso a la improvisación. Órdenes que cuando ya se están procesando vuelven a cambiar. Y que estiran los recursos sanitarios que los 25 años de gobierno del PP han trasquilado.

Cuando nos recibió la doctora decidió que lo mejor era aplicar salbutamol, el medicamento que yo uso en casa. Los aerosoles no se podían suministrar en urgencias, tal y como dictaba el nuevo protocolo. Los vapores que emiten puede ser un foco de contagio. Y así lo intentaron con mi hijo. Usaron la nueva técnica, que consiste en 9 puffs y otros 4 de otro inhalador, hasta en tres ocasiones. El pequeño no mejoraba. Tocaba ingresar, pero… en aislamiento.


Y aquí empezó el nudo de la película. Al principio podríamos estar mi pareja y yo con el peque, turnándonos para cuidarle, con una mascarilla en la cara, eso sí. Yo aproveché para ir a casa y hacer acopio de lo que se me ocurría necesario para lo que en mi cabeza iba a ser una noche. Mi pareja se quedó con el peque. Cuando llegué, la cosa había cambiado: solo podía quedar uno y el otro debería conformarse con hacer visitas. Mi pareja sufre también crisis asmáticas como el peque y, ante las noticias que nos llegaban de los posibles colectivos de riesgo, decidimos que debía quedarme yo. A mi peque le tomaron unas muestras que procesarían por partes: unas en este hospital para analizar posibles gripes y otras las enviarían al Doce de Octubre que por aquel entonces era el único hospital que estaba realizando pruebas de coronavirus. Un único hospital para toda la Comunidad de Madrid que andaba moviendo ficha para reforzar personal a marchas forzadas. En plena crisis de coronavirus en un día en el que Madrid multiplicaba positivos sin descanso.

Pasé la noche del sábado pegada a mi hijo con una mascarilla mientras él iba mejorando de manera notable gracias a los aerosoles que aquí en esta habitación de aislamiento en la que estamos sí se pueden usar. Por la puerta entraba y salía personal vestido de ‘astrako’ con máscaras gigantes, antaño usadas para limpiar chapapote, que al final me tocó llevar a mí también tras otro cambio de protocolo. Mientras hacían su tarea nos pedían disculpas con la mirada que se acertaba a ver al fondo de unas gafas de laboratorio. Y algunas también de viva voz. La situación era incómoda también para ellas, que no podían sentir ni la temperatura del paciente. Pero había que evitar contagios, esa era la máxima.


A eso de las tres menos cuarto nos han comunicado, por fin, el resultado negativo. Hasta entonces hemos estado esperando una comunicación oficial que ha debido venir a lomos de una burra
El domingo era 8M y yo no pude ir a la manifestación. Por primera vez en muchos años cambié activismo en las calles por cuidados dentro de una habitación de aislamiento. Este año no había huelga en Madrid, pero yo no hubiera podido hacerla. Mi pareja entró a visitarnos, tal y como habíamos acordado la noche anterior, pero el personal se dirigió corriendo a la habitación para informar de que no podía ser. O él o yo. No había más. Nos recriminaron también por qué no llevábamos una bata que se supone que era obligatoria. Nadie nos había dicho que tuviéramos que llevar una bata verde para estar junto a nuestro hijo. El surrealismo alcanzaba cotas cada vez más altas mientras intentábamos concienciarnos a marchas forzadas de que la cosa era por el bien de la humanidad.

Mientras, más de 60 horas ni rastro de los resultados de coronavirus. El lunes por la mañana yo me empecé a impacientar. Desde el sábado por la noche nadie nos daba noticias porque “el Doce de Octubre debe dirigirse a nosotros, nosotros no podemos llamarles”. Me llegaban noticias de un Doce de Octubre colapsado que ya tenía los resultados. Pero el caos nos alejaba de ellos.


Tampoco habían pasado a hacer la cama ni a limpiar la habitación. Sabemos que era por el extraño y mutante protocolo, no por dejadez. Enfermaríamos entre bolas de polvo y restos de batas verdes antes que de coronavirus. Me quejé. Me quejé mucho. Perdí los nervios. Insistí en que vinieran a limpiar. Me decían que ya venían. Nadie aparecía menos mi padre al que sentí a la distancia haciendo fuerza y con posición firme, exigiendo en la recepción un mínimo de limpieza. De repente, y tras su petición apareció un hombre en nuestro cuarto que rocío el suelo con una lejía de alto voltaje. Mis ojos empezaban a escocer y mi pequeño empezó a toser sin parar. Ya estaba bueno y ahora empeoraría por esta extraña “fumigación”. Me cansé y abrí la puerta para que entrara algo de aire del pasillo. Ya nada podía ir a peor.

Hoy es martes y aquí seguimos, aislados. A eso de las tres menos cuarto nos han comunicado, por fin, el resultado negativo. Hasta entonces hemos estado esperando una comunicación oficial que ha debido venir a lomos de una burra o de un unicornio con alas. Mientras mis grupos de Whats App arden ante la incredulidad. Me llegan noticias de gente pasando la cuarentena en pasillos de hospitales. De personas que han dado positivo aisladas en hospitales a quienes no retiran ni la comida de la habitación. Al mismo tiempo me llega un urgente que dice que ya hay 782 contagios y 21 muertes por coronavirus en Madrid. Y que uno de los contagiados se llama Ortega Smith.


Mientras, en la imaginación de mi pequeño estamos de vacaciones en un resort. Le he contado que no podemos salir y que si saliéramos no hay donuts porque los supermercados están desabastecidos. Me dice que así mejor porque esperamos a que los repongan. Me llegan fotos de largas colas en establecimientos, de estanterías vacías. Y yo ya no sé si la mejor solución es quedarse aquí dentro. Fuera hace frío y paranoia colectiva. Aquí dentro estamos bloqueados de histerias. Y nadie nos mira mal por toser. O, si lo hacen, no se intuye tras el traje espacial.

Desconectado 47ronin

  • Administrador
  • Tyranosaurius Rex
  • ****
  • Mensajes: 223094
Re: La opinión de un ciudadano de la calle
« Respuesta #3648 en: 11 de Marzo de 2020, 17:55:04 pm »
Cual es el verdadero estado de la sanidad madrileña...esta ya colapsada, se están dando de baja los profesionales sanitarios, funciona de verdad el teléfono habilitado para consultas o es una mera aplicación informatica que valora tras un test de preguntas?

Desconectado 47ronin

  • Administrador
  • Tyranosaurius Rex
  • ****
  • Mensajes: 223094
Re: La opinión de un ciudadano de la calle
« Respuesta #3649 en: 11 de Marzo de 2020, 20:14:35 pm »
Reflexión del psicólogo F. Morelli, que circula entre nuestros queridos vecinos italianos:

“Creo que el universo tiene su manera de devolver el equilibro a las cosas según sus propias leyes, cuando estas se ven alteradas. Los tiempos que estamos viviendo, llenos de paradojas, dan que pensar...

En una era en la que el cambio climático está llegando a niveles preocupantes por los desastres naturales que se están sucediendo, a China en primer lugar y a otros tantos países a continuación, se les obliga al bloqueo; la economía se colapsa, pero la contaminación baja de manera considerable. La calidad del aire que respiramos mejora, usamos mascarillas, pero no obstante seguimos respirando...

En un momento histórico en el que ciertas políticas e ideologías discriminatorias, con  fuertes reclamos a un pasado vergonzoso, están resurgiendo en todo el mundo, aparece un virus que nos hace experimentar que, en un cerrar de ojos, podemos convertirnos en los discriminados, aquéllos a los que no se les permite cruzar la frontera, aquéllos que transmiten enfermedades. Aún no teniendo ninguna culpa, aún siendo de raza blanca, occidentales y con todo tipo de lujos económicos a nuestro alcance.

En una sociedad que se basa en la productividad y el consumo, en la que todos corremos 14 horas al día persiguiendo no se sabe muy bien qué, sin  descanso, sin pausa, de repente se nos impone un parón forzado. Quietecitos, en casa, día tras día. A contar las horas de un tiempo al que le hemos perdido el valor, si acaso éste no se mide en retribución de algún tipo o en dinero. ¿Acaso sabemos todavía cómo usar nuestro tiempo sin un fin específico?

En una época en la que la crianza de los hijos, por razones mayores, se delega a menudo a otras figuras e instituciones, el Coronavirus obliga a cerrar escuelas y nos fuerza a buscar soluciones alternativas, a volver a poner a papá y mamá junto a los propios hijos. Nos obliga a volver a ser familia.

En una dimensión en la que las relaciones interpersonales, la comunicación, la socialización, se realiza en el (no)espacio virtual, de las redes sociales, dándonos la falsa ilusión de cercanía, este virus nos quita la verdadera cercanía, la real: que nadie se toque, se bese, se abrace, todo se debe de hacer a distancia, en la frialdad de la ausencia de contacto. ¿Cuánto hemos dado por descontado estos gestos y su significado?


En una fase social en la que pensar en uno mismo se ha vuelto la norma, este virus nos manda un mensaje claro: la única manera de salir de esta es hacer piña, hacer resurgir en nosotros el sentimiento de ayuda al prójimo, de pertenencia a un colectivo, de ser parte de algo mayor sobre lo que ser responsables y que ello a su vez se responsabilice para con nosotros. La corresponsabilidad: sentir que de tus acciones depende la suerte de los que te rodean, y que tú dependes de ellos.

Dejemos de buscar culpables o de preguntarnos porqué ha pasado esto, y empecemos a pensar en qué podemos aprender de todos ello. Todos tenemos mucho sobre lo que reflexionar y esforzarnos. Con el universo y sus leyes parece que la humanidad ya esté bastante en deuda y que nos lo esté viniendo a explicar esta epidemia, a caro precio.

(Cit. F. MORELLI, traducido al español)

Desconectado 47ronin

  • Administrador
  • Tyranosaurius Rex
  • ****
  • Mensajes: 223094
Re: La opinión de un ciudadano de la calle
« Respuesta #3650 en: 12 de Marzo de 2020, 19:23:59 pm »

Desconectado 47ronin

  • Administrador
  • Tyranosaurius Rex
  • ****
  • Mensajes: 223094
Re: La opinión de un ciudadano de la calle
« Respuesta #3651 en: 13 de Marzo de 2020, 06:16:14 am »

¡El virus lo ha creado Sánchez!

Creo que el Gobierno está actuando de una manera muy parecida a como actúan los gobiernos de otros países también seriamente afectados por el virus

Publicado 13.03.2020 - 05:15

El taxista me lleva a cenar por una ciudad despoblada. Gran Vía, Alcalá, Cibeles, Paseo del Prado. Nadie. Un coche o dos. Algunos peatones que caminan deprisa y llevan cara de pánico, como de pedir perdón por andar por la calle. Yo no había visto Madrid así nunca. Pero el taxista (que fuma: el coche huele a tabaco) conduce, diríase, con mala leche. Va mascullando. Decido preguntarle:

–Qué, se está notando, ¿eh?

Me mira por el retrovisor. Transcribo la conversación eliminando los tacos, porque este hombre dice muchos tacos.

–Joé que si se está notando. Es que hay que j… ¡El p… Sánchez de los c…!

–Perdone, yo me refería al virus famoso.

–¡Y yo! ¡Y yo! ¿O es que usted no sabe que el virus es una cosa de laboratorio que han inventado los rojos? ¡El p… Sánchez!

Me quedo de piedra porque hacía años, pero años, que no me encontraba con un taxista de los que antes abundaban tanto, que estaban cabreados desde por la mañana hasta por la noche y que eran más fachas que el parche del ojo de Millán Astray.

–¿Y de dónde saca usted que Sánchez ha sido el…?

–¡Pero hombre, si lo lleva diciendo la radio todo el día! ¡Es que hay que saber informarse! ¡Que la gente se cree todo lo que le cuentan! ¡El virus lo ha inventado Sánchez, los servicios secretos de Sánchez! ¡Los militares traidores!

–Perdone, señor, pero el virus procede de China y…

–¡Ese será otro virus! ¡El de aquí lo han manipulado en la Moncloa! ¡Que es que no nos enteramos, caballero!

–A ver, dígame usted una cosa: ¿Para qué iba Sánchez a hacer…?

–¡Para acabar con Vox! ¿No ha visto que los que se ponen enfermos son los de Vox? ¡Pues ahí está, hombre, pues ahí está! ¡Los ha envenenao Sánchez!

–Pero señor: que Ana Pastor, que es del PP, también lo tiene. Y la ministra Irene Montero, que es de Podemos, también…

Ahí le pillo porque el hombre no lo sabía.

–¿La Montero? ¿La mujer del Coletas?

–Esa misma.

Se lo piensa un poco porque la cosa, está claro, no le encaja.

–Pues bueno, pues normal, ¿no? Habrán andado jugando con él mientras lo preparaban y se les habrá pegao. Merecido se lo tienen esos cabrones.

–Señor, no se obceque; quiero decir que no alucine. El virus viene de fuera y está en casi todo el mundo…
Los inmigrantes que trae Sánchez

–Ah, y eso ¿usted se lo ha creído? ¿Que sale de la nada, así, como por magia? ¡Venga ya, hombre, venga ya, que se lo creen ustedes todo! ¡Esto estaba preparado!

–Pero así es como aparecen las enfermedades. Un virus que de pronto muta, como pasó con el ébola en África…

–¿Ve? ¿Lo ve? ¡Ahí está, si me da usted la razón, c…nes! ¡Los inmigrantes! ¡Los inmigrantes que nos trae Sánchez en la patera todos los días! ¡Esos son los que tienen la culpa de todo!

Hace una pausa para resollar y, como no le contesto (qué le voy a contestar, es inútil) añade, siempre a voces:

–¡Los inmigrantes y los periodistas! ¡Porque hay que ver, los periodistas, qué manera de mentir! ¡Se podían meter la lengua en el c…! ¡Toda la mañana en la tele, dale que dale, raja, raja, raja, diciendo mentiras y asustando a la gente, que parece que no saben hacer otra cosa!

–Pues mire, ahí sí le doy parte de razón, qué quiere que le diga. Y sé de lo que hablo porque resulta que yo soy periodista, ¿sabe usted?

Ahí el hombre me mira por el retrovisor con los ojos muy abiertos y luego estalla en una carcajada tremenda. “¡Periodista!”, dice, hipando de la risa, “¡Tenía que haberlo adivinado porque no tiene usted ni idea de nada, pero qué gracia tiene! ¡Yo, llevando a un periodista! ¡Me ha caído usted bien, coño!”.

Cuando me bajo ante la puerta de Zerain (una sola mesa ocupada en todo el local, también eso es nuevo) Isaías todavía no ha llegado y me da por pensar, como tantas veces, que me ha tocado una excepción, un chalado, un desquiciado, pero que la mayoría de la gente no es así.

Probablemente es verdad, cómo saberlo. No hay forma de estar seguro porque en Estados Unidos, por ejemplo, una multitud de personas como este taxista fueron los que hicieron presidente a Trump (un rato después me dirá Isaías, que vive en Chicago, que no nos hagamos ilusiones, que Trump volverá a ganar y esta vez por goleada). Pero quisiera saber qué se toman para conciliar el sueño los hijos de su madre que no tienen el menor escrúpulo en usar la propagación del coronavirus para segregar veneno contra Sánchez, o contra los inmigrantes, o contra cualquiera que se les ocurra. Esa gentuza que no duda en mentir de la manera más ruin no ya para hacer política, sino para encabronar al personal. Sobre todo a la gente ignorante que, como mi taxista de anoche, está dispuesta a creerse todos los disparates que le cuenten, todas las conspiranderías imaginables, si se los cuenta quien ellos quieren y como ellos quieren.

El taxista me dijo qué emisora escuchaba y a quién oyó toda esa porquería. No lo voy a mencionar aquí porque me da vergüenza, así de claro. Yo no sé si el Gobierno está gestionando bien o mal el asunto del virus. No puedo saberlo. No soy un experto en sanidad, como sin duda lo son todos los tertulianos de las mañanas televisivas, no hay más que oírles. Creo que el Gobierno está actuando de una manera muy parecida a como actúan los gobiernos de otros países también seriamente afectados por esto (desdichadamente, no de todos). Pero usar una epidemia que ahora mismo parece incontenible para agredir o calumniar a quien ha tenido la mala suerte de que le toque en su mandato es de una mezquindad intolerable. Sobre todo porque la batalla contra el virus la están dando equipos de gobierno de todos los colores políticos, ya sea en los ministerios, en las comunidades autónomas o en los ayuntamientos. Esto nos ha tocado a todos.

Volví a casa caminando después de la cena, en medio de una ciudad vacía y aterrada, y pensaba que lo peor de todo esto no es el virus. Lo peor es el miedo. Y ahí tenemos una responsabilidad directa los medios de comunicación. Cuándo aprenderemos que mentir está mal, aunque suba la audiencia, aunque te paguen por ello.

Venga, cuídense.

Desconectado 47ronin

  • Administrador
  • Tyranosaurius Rex
  • ****
  • Mensajes: 223094

Desconectado 47ronin

  • Administrador
  • Tyranosaurius Rex
  • ****
  • Mensajes: 223094
Re: La opinión de un ciudadano de la calle
« Respuesta #3653 en: 16 de Marzo de 2020, 17:10:35 pm »

Desconectado 47ronin

  • Administrador
  • Tyranosaurius Rex
  • ****
  • Mensajes: 223094

Desconectado 47ronin

  • Administrador
  • Tyranosaurius Rex
  • ****
  • Mensajes: 223094
Re: La opinión de un ciudadano de la calle
« Respuesta #3655 en: 19 de Marzo de 2020, 07:25:55 am »
La residencia Monte Hermoso fue un escondite "de droga y de armas"

    Directo. Coronavirus, noticias de última hora en España

La residencia madrileña Monte Hermoso, donde han fallecido al menos 20 ancianos por el coronavirus y hay 75 contagiados, y otra de igual nombre en Cercedilla son propiedad de Fe Castrillo, ex pareja de Juan Carlos Peña Enano, líder de la histórica banda de narcotraficantes, Los Miami, según ha sabido en exclusiva EL MUNDO.

https://www.youtube.com/watch?v=KKHDgfvhLFs&feature=emb_title

Desconectado 47ronin

  • Administrador
  • Tyranosaurius Rex
  • ****
  • Mensajes: 223094
Re: La opinión de un ciudadano de la calle
« Respuesta #3656 en: 20 de Marzo de 2020, 06:30:21 am »
Politizar los balcones

Publicado 20.03.2020 - 05:15


Una de las verdades más dolorosas de la crisis del coronavirus estalló este miércoles, cuando trascendió la muerte de 19 personas en una residencia de ancianos madrileña como consecuencia de la enfermedad. “Están cayendo como moscas”, dijo a El País el familiar de uno de los fallecidos. Hasta ese momento, el periodismo se había conformado prácticamente con las consignas políticas y con la quiniela diaria de fallecidos, contagiados e ingresados en las UCIs. Pero la situación explotó hace unas horas y, entonces, varios centros de la tercera edad alertaron de situaciones similares.

El mismo día, el portavoz de la comisión de seguimiento del Covid-19 en España, Fernando Simón, apareció en una rueda de prensa e implícitamente reconoció la inexistencia de un plan para estas dependencias, habitadas por población de riesgo. "Estamos viendo un procedimiento para reducir los riesgos en las residencias de ancianos", expresó.

Las previsiones del Gobierno apuntan a que todavía falta un tiempo para que se alcance el 'pico' de la infección y el sistema sanitario corre el riesgo de desbordarse. En esas condiciones, se decidirá a quién se ingresa en la UCI y a quién no. Afirman los políticos estos días que estamos en 'una guerra' y no lo dicen por la inminencia de los bombardeos y los disparos, sino porque se producirán situaciones similares a las de los conflictos bélicos. Una de ellas es elegir quién vive y quién muere. A quién se le conecta a un respirador y a quién no.

Los días pasan y la duda razonable se transforma poco a poco en una evidencia incontestable, y es que el Gobierno ha actuado con una excesiva demora a la hora de abordar esta crisis y ha cometido imprudencias como la de permitir las manifestaciones feministas del 8-M o la jornada de la liga de fútbol de ese fin de semana. Lo peor es que también se ha retrasado al explicar a los ciudadanos las consecuencias del 'triaje' que deberá empezar a aplicar tarde o temprano para con los contagiados cuyo estado de salud revista gravedad. Sin paños calientes: ante la duda, a los más mayores y enfermos se les dejará morir. Ocultar eso implica mentir y, sobre todo, trasladar una visión errónea a los españoles sobre la magnitud de la crisis.
Comunicación inapropiada

Acostumbrados a tratar a la ciudadanía con un indisimulado paternalismo, no han sido capaces de ver que existe una sociedad adulta, preocupada y confinada en sus casas que reclama respuestas, pues desconoce siquiera si sus familias contarán con los mismos efectivos cuando amaine el temporal. Quizá los ciudadanos no necesiten discursos compuestos por frases hechas como el del monarca -horas después de que estallara la bomba de racimo del Emérito-. Quizá lo que pidan sean las verdades del barquero. ¿Por qué no se practicó la prueba a esos ancianos -según denunciaba el hijo de uno de ellos-? ¿Por qué no se les llevó al hospital?. Convendría que los grandes datos estadísticos no minimicen la tragedia que supone, por ejemplo, que 19 personas fallezcan bajo el mismo techo. De lo contrario, esto se convertirá en un asunto político, carente de humanidad. Ése es el camino hacia el que quieren pastorear a los aliados mediáticos del Gobierno.

Aprovechó el miércoles una parte de los ciudadanos para salir al balcón para aporrear sus ollas y cacerolas mientras Felipe VI se dirigía a la nación. Fue un intento de politizar los balcones y no es malo, ni mucho menos. Que cada cual se exprese como le venga en gana y reclame lo que considere. El problema es que la iniciativa surgió de la izquierda, es decir, la que a través de sus voceros mediáticos -a los que protege de OPAs en el Real Decreto de medidas económicas, por cierto- y sus portavoces han llamado a la unidad durante los últimos días. A “remar juntos” y olvidar colores políticos y diferencias.

Sería peligroso que las ideologías condicionaran el abordaje de esta enfermedad, aunque mucho me temo que así ocurrió el 8-M. Ahora bien, pedir que no se critique el plan de actuación del Ejecutivo en pos del bien común resulta inapropiado e incluso negligente. Porque el hecho de que Fernando Simón reconociera el miércoles, con decenas de muertos en residencias de ancianos sobre la mesa, que aún no hay “un procedimiento para reducir el riesgo en estas dependencias” hace que se le ponga cara de general Silvestre, de Berenguer o de tantos otros dirigentes que han perjudicado a los españoles en momentos claves de la Historia.

Turnos dobles en las funerarias

Un sector especialmente representativo -y olvidado- durante estos días es el de los servicios funerarios, que tendrá que emplearse con miles de victimas -según las previsiones de los expertos- antes de que se controlen los efectos de la pandemia. Alfredo Gosálvez, secretario general de la asociación que engloba al 75% del sector, Panasef, lamenta que el Gobierno haya actuado de forma tan tardía a la hora de abordar esta crisis y haya prestado tanta poca atención a sus demandas.

Hace unos días, avisaron al Ministerio de Sanidad de la necesidad de acortar el plazo legal de 24 horas que debe transcurrir entre el fallecimiento y el sepelio y todavía no ha tomado una decisión contundente al respecto, reconoce, en una conversación telefónica. Tampoco ha emitido la recomendación firme de que se incinere a los fallecidos -en España, hay 450 hornos crematorios- para minimizar aún más la posibilidad de contagio. “Tenemos la sensación de que se ha actuado de forma unilateral y tardía. Nosotros somos el último eslabón de la cadena sanitaria y les hemos trasladado recomendaciones. También les hemos informado de que podemos tener falta de suministros”, expresa.

Y añade: “Por lo general, las familias han sido muy comprensivas a la hora de asumir las recomendaciones que les hemos trasladado, como la de evitar aglomeraciones en los velatorios”. Una vez mas, la sociedad civil ha demostrado más capacidad de maniobra que el Estado, tan habitualmente condicionado por intereses políticos y partidistas. Por supuesto, también más humanidad y cordura que nosotros, los medios, perdidos en una estúpida batalla de datos y sepultados bajo toneladas de información oficial sesgada.

    Mientras el dato de fallecidos aumenta por decenas cada día y los hospitales amenazan con colapsar, se ha incrementado la exposición en los informativos sobre las actuaciones policiales contra quienes incumplen el régimen de reclusión domiciliaria

Mientras el dato de fallecidos aumenta por decenas cada día y los hospitales amenazan con colapsar, se ha incrementado la exposición en los informativos sobre las actuaciones policiales contra quienes incumplen el régimen de reclusión domiciliaria y sobre las elevadas multas y las penas a las que se enfrentan. Algunos de los 'popes' de la izquierda mediática e intelectual han comenzado una especie de persecución a los insolidarios, como siempre, desde sus atalayas, tan alejadas del mundo.

Como los periodistas tenemos estos días libertad de movimiento, merece la pena aprovechar para pasear por los barrios y palpar cómo vive la población esta situación excepcional. Al pasar por el barrio de Bellas Vistas, en el distrito de Tetuán, con un importante porcentaje de población sudamericana, se veía a familias de rasgos andinos y caribeños sentadas en los bancos, frente a viviendas de varias décadas en las que habitan varias personas. Vulneraban la normativa, se exponían a una multa y no eran ajenas a la posibilidad de contagiarse, pero, evidentemente, cuando uno vive sin determinadas comodidades, o hacinado, no puede pasar mucho tiempo sin respirar el aire de la calle.

Contra estos han disparado hoy los voceros del Gobierno, obviando sus circunstancias. También pasaron de largo sobre otros colectivos sensibles, como los ancianos. No sólo han politizado los balcones, sino que también han hecho la vista gorda con los errores del Gobierno y han comenzado a dirigir sus iras contra los ciudadanos. Son gente sin conciencia.

Desconectado 47ronin

  • Administrador
  • Tyranosaurius Rex
  • ****
  • Mensajes: 223094

Desconectado 47ronin

  • Administrador
  • Tyranosaurius Rex
  • ****
  • Mensajes: 223094
« Última modificación: 23 de Marzo de 2020, 07:36:44 am por 47ronin »

Desconectado 47ronin

  • Administrador
  • Tyranosaurius Rex
  • ****
  • Mensajes: 223094