El Día.es, cartas al director. Sábado 18 de agosto de 2007.
Cómo debería haber sido
Las disparatadas valoraciones de unos presuntos expertos en Salvamento Marítimo, autores de un estudio llamado "Cómo debería haber sido" publicado en EL DÍA, refiriéndose a la actuación del Remolcador de Salvamento Conde de Gondomar, nos obliga a enviar un respetuoso mensaje de apoyo y solidaridad hacia la tripulación del buque de salvamento.
No han sido pocas las valoraciones sobre naufragios y accidentes en la mar que han desvelado el profundo desconocimiento de/en asuntos marítimos, de individuos que amparándose en el anonimato ponen en tela de juicio actuaciones llenas de valor y profesionalidad, como es el caso que nos ocupa.
La mar es traicionera y nadie está exento de que una maniobra llevada con extremada pericia eche al traste la vida de las personas.
Pero eso es mucho decir y las denuncias hay que demostrarlas.
Lo que no se puede decir y mucho menos denunciar es la "imprudencia temeraria" de un buque de salvamento que con fines humanitarios trata de dar auxilio a una embarcación en peligro.
Nos viene a la memoria aquel luctuoso suceso acaecido hace unos cuantos a?os en aguas canarias, cuando un buque mercante, tratando de auxiliar a los náufragos de un pesquero, se vio envuelto en unos despiadados ataques de unos auténticos ignorantes en asuntos de salvamento.
El capitán del buque mercante, abatido por grandes olas, puso en riesgo la vida de sus hombres y a su propio buque por dar auxilio a los náufragos.
Un problema de maniobrabilidad, provocado por los vientos y mar reinantes, impidió que el rescate de los náufragos se realizara por sotavento.
Los náufragos fallecieron abatidos contra el casco del buque.
Las críticas fueron inhumanas y se dudó de la profesionalidad del capitán y de la tripulación del buque rescatador.
Los autores del estudio aportan posibles opciones mejores que realizar directamente el transbordo de los inmigrantes desde el cayuco al remolcador, en horas de la madrugada (fase luna nueva a cuarto creciente), con olas y viento.
Entre las posibilidades figura, por ejemplo, "esperar al amanecer, para arriar las embarcaciones de rescate del Luz del Mar y el bote salvavidas del Conde de Gondomar, realizando el transbordo de los inmigrantes, de uno en uno, con toda seguridad".
Desde luego, leído y contrastado todo el estudio, uno llega a la conclusión de que es obra, como el informe, de auténticos lunáticos.
Lo dicho, nuestro abrazo solidario al Conde de Gondomar.
Antón Salgado Clavo (Vicepresidente de la Asociación Espa?ola de la Marina Civil )