Las denuncias por consumo de alcohol en la calle se duplican en la capital y superan las 15.000 este a?o17:24:11 - 13/11/2005Vocento VMT -Los niveles de ingesta en los menores de edad descienden a una cuarta parte
No se bebe más, pero sí hay mayor número de denuncias. Ésta es la principal razón, según el Ayuntamiento de la capital, para explicar el sorprendente ascenso del número de denuncias por consumo de alcohol en la calle. A fecha de 31 de agosto de este 2005 se había rebasado -con un total de 15.199- el total de todo el a?o anterior -12.725-. De esta manera, el número de denuncias entre el mismo período se ha duplicado en 2005.
Este incremento notabilísimo no ha pasado de largo de la vista de los próceres municipales, quienes ven en el asunto un éxito, por un lado, de la ordenanza que impide el consumo de bebidas alcohólicas en la vía pública, que data de 1997; pero también, los frutos del trabajo de la Policía Municipal, sobre todo, los fines de semana en ciertas zonas del distrito de Centro.
Uno de los casos más paradigmáticos es el de la zona de Malasa?a. La anta?a postal de la plaza del Dos de Mayo tomada literalmente por parte de cientos, miles de jóvenes cada sábado noche ha dado paso a la de, al menos, dos coches policiales apostados a cada lado de la plaza.
Echando un vistazo a los datos parciales, la primavera es la estación del a?o más propensa a salir a la calle con el "cachi" de calimocho o los minis de cerveza: sólo tres meses, abril, mayo y junio, se llevan la palma, con la mitad de las denuncias efectuadas.
Otro apunte destacable es el de las sanciones impuestas a menores de edad. Con las 204 emitidas se vuelve a los parámetros de 2003, a?o que se cerró con un total de 232. El mejor mes, quizá porque la calle no es el mejor antídoto contra el frío, precisamente, ha sido enero, con sólo tres denuncias, seguido de febrero, con siete. Y abril, de nuevo, fue también el "mes de Baco" para los menores, con 122, seguido muy de lejos por el tórrido agosto (21).
Pero los datos globales arrojan otra curiosidad: abril de 2005, de nuevo abril, fue el mes de los últimos tres a?os en que más alcohol corrió por las venas (y las calles) de nuestra capital, con 2.962 denuncias. Quizá, tal vez quizá, el misterio de quién robó el mes de abril del calendario ya tenga culpable, y sea una botella de güisqui... de garrafón.
Algo parecido podría ocurrirle a los cientos de chavales que, pese a la normativa, siguen desinhibiendo sus instintos botella en mano en algunas de las plazas del Madrid a?ejo. Son los vestigios del "botellón", pero no el "botellón" tal y como se dio a conocer. Ahora, se sigue bebiendo en la calle, pero en grupos menores, de manera mucho más dispersa y a las puertas de locales de ocio.
Es viernes por la noche. Mientras que los afilados machetes que rompen el viento con acento latino arrebatan otro hijo a la gran urbe en un punto lejano al centro, decenas de jóvenes salen de un establecimiento de Malasa?a con sus "minis" rebosantes en la manos. Es medianoche. Hace dos horas que esa tienda no debe dispensar alcohol, pero hace oídos sordos a la ley regional que lo prohíbe. A dos calles de allí, la plaza de San Ildefonso, nombre por la que nadie la conoce, aunque sea frecuente punto de encuentro. Es la de "El Grial". Unos beben; otros fuman; los hay que se narcotizan, y, por supuesto, quienes hacen un poco (o mucho) de todo, que para eso siempre tienen tiempo, ganas y dinero. Mientras, el Dos de Mayo resulta irreconocible. El ambiente de la plaza ya no hace honor a su denominación bélica. Las revueltas sólo perviven en los libros de historia y en los lienzos de Goya. El "toque de queda etílico" da resultado.
Así lo explica José Luis Morcillo, jefe de la Policía Municipal de Madrid. "La campa?a "antibotellón" comenzó antes de la normativa. Ahora, las grandes concentraciones de chavales no existen. Van cambiando los hábitos y los sitios. En la actualidad, el consumo de alcohol en la vía pública radica, principalmente, en las zonas de influencia de los locales de ocio y en otras más tranquilas, como Ciudad Universitaria y el Parque del Oeste. Por ello, hay que distinguir entre consumir alcohol en la calle y el "botellón", que ya apenas existe".
Pero, ?qué ocurre cuando se sorprende a una persona bebiendo en la calle? Se le sanciona, aunque hay dos maneras de responder ante la ley. De un lado, "aflojarse" el bolsillo dejando 300 euros de multa. Como cabe esperar, es la solución menos agradable. La otra es conmutar el pago por unas sesiones en un centro de desintoxicación, donde reciben charlas sobre los perjuicios del alcohol y se les aconseja que no prueben ni gota.
Desde la Policía Municipal se insiste, además, de que, desde que comenzaron a trabajar los agentes de Movilidad, los funcionarios locales han visto potenciada su actuación en otros ámbitos, al quedar liberados del control del tráfico.
"Los propios chavales también colaboran, aunque hemos llegado a mover hasta 5.000 un fin de semana; de cualquier manera es importante recordar que ya no existen las grandes concentraciones de gente bebiendo en la calle y que el mayor número de denuncias se debe a que existen más actuaciones por parte de la Policía Municipal; un ejemplo es que han descendido los comas etílicos".