Madrid pasa del macrobotellón al microbotellón, aunque las multas crecen un 40%
La pandemia acaba con las grandes concentraciones de jóvenes bebiendo, pero se han disgregado por los barrios
Carlos Hidalgo
Madrid
01/10/2024 a las 04:22h.
La pandemia y sus consecuentes confinamientos por el coronavirus, entre 2020 y 2022, han marcado un antes y un después en cuestiones de todo tipo, desde las más vitales a las banales. Un inicio desde un final que ha afectado también al consumo de alcohol en la vía pública. Los macrobotellones han desaparecido prácticamente, son puntuales y enmarcados en celebraciones concretas anuales; estos grupos son ahora mucho más pequeños, se han disgregado por los distintos barrios de la capital, pero lo curioso es que las sanciones a quienes lo practican han crecido en torno al 40% entre enero y julio de 2024, con respecto al mismo periodo del ejercicio anterior.
Vayamos primero a las cifras globales: 17.882 sanciones en 2023 frente a las 25.299, con una subida en todos los meses referidos, que son siete. Por edades, se aúpan los mayores de edad (de 17.714, a 25.115), pero también los menores de 18 años (de 12, a 18). Y esos son solo a quienes se pilla con las manos en la masa y se les castiga por parte de la Policía Municipal, según los datos oficiales. Los que beben en la calle a su aire son muchísimos más. Sobre todo, en los meses de primavera: marzo, abril y mayo. Aunque el verano invita mucho más a salir, el éxodo vacacional y, sobre todo, la ausencia de los universitarios procedentes de otras provincias hacen que el globo pinche en ese paréntesis.
El Área de Seguridad y Emergencias, dirigida por la vicealcaldesa, Inma Sanz, ha puesto en marcha a través de Madrid Salud un plan especial, en paralelo a las multas, que pivota en la concienciación y recogida de datos sobre el terreno. Se titula PAD Night y entró en vigor a primeros de este verano que acaba de terminar, explica la subdirectora general de Adicciones de Madrid Salud, Beatriz Mesías. La experta está convencida de que «la prevención llega a los lugares donde están los jóvenes».
En 2017, el ayuntamiento comenzó el programa Acción Botellón, pero las costumbres antes mencionadas cambiaron tras el parón del Covid: «Ahora, se reúnen en grupos más pequeños, en parques o en las fiestas de barrios o entornos de ocio nocturno. En vez de macrobotellones, tenemos grupos más pequeños. Cuando se acerca el frío, lo hacen en el entorno de los locales de ocio. La nueva normalidad ha afectado en esa manera de reunirse. En ello también han influido la ley antibotellón y las sanciones, claro», explica la subdirectora, en conversación con ABC.
Ese primer plan ha sido transformado en el PAD Night, que primero fue un proyecto piloto y, tras reajustarlo, ha cristalizado en un grupo de mediadores sociales que, en medio abierto, interactúan con grupos pequeños en diversos distritos, en las celebraciones y en los locales de ocio nocturno; en estos últimos, mediante la colaboración de la asociación de empresarios Noche Madrid.
Lo gestiona Controla Club, de modo que los mediadores entran en las discotecas no solo a asesorar a los jóvenes, sino para realizar acciones formativas a los trabajadores del personal de sala y de seguridad, de modo que puedan apoyar la prevención del riesgo, que son de dos tipos. Los directos, consistentes en evitar intoxicaciones etílicas que conlleven riesgos indirectos, como conducir bajo los efectos del alcohol, las relaciones sexuales sin protección, las conductas violentas y el consumo de otras sustancias, por ejemplo.
Los meses piloto del PAD Night arrojaron un dato importante: el 77% de la población de entre 18 y 35 años que acude a zonas de ocio consume alcohol en sus salidas nocturnas. El programa ahora vigente está destinado a mayores de 18 años, hasta aproximadamente los 30. «Porque con los menores de edad lo que hay que trabajar es el consumo cero», apostilla Beatriz Mesías.
Del Orgullo a Teatro Barceló
Ya se ha trabajado en locales muy reconocidos y frecuentados, como Teatro Barceló, Samsara, La Cartuja, Oh My Club, Manama, Moondance, Irish Rover, Moby Dick, Areia Colonial Chillout, Sala Copérnico, Independance, TBC… Pero también en las fiestas de barrio de los distritos de Centro, Arganzuela, Ciudad Lineal, Villa de Vallecas, Chamartín, Moncloa-Aravaca, Vicálvaro y Chamberí; y en festivales como el Orgullo Madrid, Kalorama, Reguetón Beach y estos días se hará en las fiestas del Barrio del Pilar. Estos meses han supuesto un impacto en 3.200 jóvenes, que, además, han participado en una prospección de riesgo, encuestas, colaboración en el propio proyecto…
«Son tres equipos de mediadores. Llegan, hablan con ellos, les preguntan, y hacen una participación con tablets, para poder trasladar de manera más innovadora los mensajes. Se busca conocer sus comportamientos y hablarles de manera informal para exponerles alternativas. Se reparten los fines de semana en varios puntos. Son zonas de beber más dinámicas que antes. No están tan localizados como antes. Otro elemento importante es que este plan se nutre del efecto bola de nieve, para que esos mismos jóvenes sean agentes preventivos. Es un plan muy de iguales, entre gente joven», afirma la subdirectora general de Adicciones de Madrid Salud. A más del 25% se les han pasado encuestas de satisfacción y han valorado muy positivamente la experiencia.
Aparte de todo ello, el servicio del Instituto de Adicciones de Madrid Salud es referente en prevención para 427 centros educativos y ha realizado sesiones en 372, contactando con 1.431 profesores e interactuando con de 25.744 alumnos, además de las asociaciones de madres y padres.