Autor Tema: Memoria histórica  (Leído 307276 veces)

Desconectado Heracles_Pontor

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Re: Memoria histórica
« Respuesta #440 en: 21 de Diciembre de 2008, 00:26:19 am »
La memoria es fragil y la historia siempre la cuentan los vencedores, teniendo claro que Franco fue un militar golpista no hay que olvidar que no cabe comparación en casi nada, pero cada cosa tiene lo suyo y todo es historia y sucesos reales que no se pueden (ni deben) olvidar por mucho que pase el tiempo, y cuanta mas objetividad se ponga en ello mejor.

Es facil pensar que no fue uno, si no muchos los militares y civiles que impulsaron "el levantamiento", y eso no sucede porque un día por la ma?ana se levantaron de la cama y tomando un vino lo decidieron.

?Recuerdas que paso en Asturias en 1932? En esa época Franco estaba del lado de la Republica, o por lo menos a su servicio. Si no te acuerdas tu querida II Republica mató a aproximadamente 2000 personas.

Es facil olvidar, porque nos ayudan a ello, qué sucedio en las elecciones (por llamarlo de alguna forma) de 1933, y cuando Luis Companys proclamo el estado catalan.


Franco dio un golpe de estado, una guerra civil y todo lo que quieras decir de él, pero en la II Republica no todos eran santos, o a ver si piensan que salio de unas elecciones.



Esto son los efectos de la LOGSE y demas artima?as educativas del pais, pero bueno, es lo que tenemos.

La Guerra Civil Espa?ola (17 de julio de 1936- 1 de abril de 1939), también llamada, según los bandos beligerantes, alzamiento nacional o rebelión fascista, fue una sublevación militar, apoyada por elementos conservadores del país, contra el gobierno legalmente constituido de la II República de Espa?a.

 
Origen
La causa primaria de esta sangrienta guerra civil hay que buscarla en la marcada polarización de la vida y la política espa?olas que se había profundizado en las décadas precedentes. Por un lado, está en la negativa de la alta burguesía industrial y terrateniente, las castas militares y la jerarquía católica a perder privilegios a favor de las clases trabajadoras. Esta pérdida de privilegios se estaba produciendo debido a la política de reformas sociales emprendida por los gobiernos republicanos de centro e izquierda.Por otra parte, podemos considerar causa directa de la guerra las aspiraciones revolucionarias de una parte importante de la izquierda, y el carácter marcadamente hostil a la Iglesia Católica del gobierno republicano, que que no reprimió decididamente el asalto y quema de iglesias y conventos. Además, se suprimió la ense?anza religiosa y se prohibió la Compa?ía de Jesús, lo que causó hondo malestar en los sectores católicos. De este modo, la crispación política y social desencadenó una violencia creciente.

El arco ideológico cubría, de derecha a izquierda, a partidos y grupos monárquicos, conservadores, liberales, socialistas e incluso un peque?o movimiento Comunista dividido entre seguidores del líder José Stalin y su rival León Trotsky. En los extremos se encontraban la Falange Espa?ola, de orientación fascista y el anarquismo. La violencia callejera y el asesinato político se habían vuelto habituales.

Durante el bienio en que gobernó la coalición del Partido Radical de Lerroux y la CEDA (Confederación Espa?ola de Derechas Autónomas), hubo huelgas generales en Valencia y Zaragoza, luchas en Madrid y Barcelona, además de un intento revolucionario que sólo triunfó en Catalu?a, donde Companys proclamó la República Catalana, y en Asturias, donde el levantamiento minero fue reprimido enérgicamente por las tropas del general López Ochoa y legionarios mandados por el teniente coronel Yagüe. En este periodo se trató por todos los medios de anular las reformas sociales efectuadas en los a?os anteriores, especialmente en el ámbito agrario.

En 1936, tras una sucesión de crisis gubernamentales, las elecciones celebradas el 16 de febrero llevaron al poder al gobierno del Frente Popular, apoyado por la mayor parte de los partidos de la izquierda, con la oposición de los partidos de la derecha y lo que quedó del centro.

Pero el detonante último de la guerra fue el asesinato, a manos de Guardias de Asalto y militantes de izquierda, del líder del Bloque Nacional, José Calvo Sotelo, como represalia al asesinato del teniente José Castillo, perpetrado por miembros de la extrema derecha. El asesinato del diputado monárquico tuvo el efecto de decidir a quienes, como Francisco Franco, mantenían dudas sobre si debían sublevarse contra el Gobierno de la República.

 Desarrollo
 
En estas circunstancias, un levantamiento militar cuidadosamente planeado por los generales José Sanjurjo, Emilio Mola (el director del alzamiento) y Francisco Franco, en aquellas fechas destinado en la Comandancia General de Canarias, da comienzo en Melilla a las 5 de la tarde del 17 de julio de 1936 y se extiende al día siguiente a numerosos cuerpos del ejército en la península, a los que se unieron la mayoría de miembros de la Guardia Civil, quedando la Guardia de Asalto fiel al gobierno de la República. Pero en la mayoría de las ciudades, capitales de provincia y en las regiones industriales del país, el golpe fracasa, y lo que pretendía ser un golpe de Estado se convierte en una guerra civil.

En este contexto ambos bandos proceden a organizar sus respectivos territorios y a reprimir cualquier oposición o sospecha de oposición. Una estimación mínima se?ala que más de 50.000 personas fueron ejecutadas o asesinadas en cada bando, lo que nos da una indicación de la gran dureza de las pasiones que la guerra civil había desatado. Además, desde el a?o 1936 se desató en el bando republicano una feroz persecución contra la Iglesia Católica que duraría hasta el final de la Guerra. En ella, se persiguió, encarceló, torturó y asesinó a miles de religiosos y laicos por el hecho de ser católicos. Además, una gran cantidad de iglesias, conventos, ermitas y otros edificios religiosos fueron quemados o destruidos, lo que supuso una importante pérdida del patrimonio artístico y cultural espa?ol. La cifra de víctimas religiosas (es decir, sin contar a los laicos) se estima en 6.832, de los cuales 13 eran obispos, 4.184 sacerdotes, 2.365 religiosos y 283 religiosas. Esta violencia anticlerical fue promocionada y alentada desde los partidos marxistas y anarquistas tales como el PCE, el POUM o la CNT, tal y como ponen de manifiesto las declaraciones de Andrés Nin en 1936:

"La clase obrera ha resuelto el problema de la Iglesia, sencillamente no ha dejado en pie ni una siquiera [iglesias] (...) hemos suprimido sus sacerdotes, las iglesias y el culto." Andrés Nin, La Vanguardia, 2/08/36. Biblioteca de La Vanguardia.
Se luchó con gran ferocidad por parte de ambos lados, pero viéndose cada bando demasiado débil para conseguir una victoria rápida, se volvieron hacia el exterior en busca de ayuda. Los sublevados recibieron ayuda de la Italia fascista y de la Alemania nazi, mientras que los Republicanos la recibieron de la Unión Soviética, así como de las Brigadas Internacionales, formadas por un gran número de voluntarios que vinieron de otros países europeos y de los Estados Unidos de América. Alemania e Italia enviaron tropas, tanques y aviones para ayudar a los sublevados, mientras que la Unión Soviética aportó equipos y suministros a los Republicanos, quienes también recibieron ayuda de los gobiernos de Francia y México. Alrededor de 40.000 extranjeros lucharon en las Brigadas Internacionales en el bando Republicano y otros 20.000 sirvieron en unidades médicas o auxiliares.

 El bando sublevado
 
Los nacionales.Del lado rebelde, denominado Nacionalista, se encontraban la mayor parte de la Iglesia Católica espa?ola, importantes elementos del ejército, la mayoría de los terratenientes, muchos hombres de negocios, así como algunos sectores intelectuales y obreros.

La capitanía de los Nacionalistas fue asumida gradualmente por el general Franco, liderando las fuerzas que había traído de Marruecos. El 1 de octubre de 1936, fue nombrado Jefe del Estado y formó gobierno en Burgos.

Los defensores del golpe desencadenan una revolución de carácter fascista, a favor del gran capital y de la instauración de una dictadura personal en Espa?a. Francisco Franco será quien aglutine todas las fuerzas, en un principio dispersas, bajo una estructura militar. Los sublevados se hacen con el poder, al mando del general Franco. Éste hará también su contrarrevolución, depurando a los opositores de su bando. Las fuerzas rebeldes tienen bajo su control la Espa?a agrícola, que a la postre, en una guerra larga, será más importante que la industrial, por la posibilidad de alimentar a sus tropas. Ante la evidencia de una guerra larga, Franco crea la sede de su gobierno en Burgos, donde se negociará con las potencias fascistas de la época, Alemania e Italia, y más tarde con las democracias occidentales.

El objetivo prioritario de la guerra es la conquista de Madrid. Pero Madrid no es una plaza fácil de tomar, y Franco emplea sus tropas en la conquista de otros territorios importantes para controlar el país, antes de asaltar Madrid. En 1937 el general José Solchaga conquista Asturias y el País Vasco, dos de las zonas industriales. La ayuda alemana e italiana es vital para el ejército Nacional. En Espa?a el ejército alemán ensayará las tácticas que pondrá en marcha durante la segunda guerra mundial, como la guerra en columnas, que superan al ejército republicano, por su indecisión, y el bombardeo de la población civil, como en Guernica.

 El bando republicano
Del lado Republicano se encontraban todos los partidos de izquierda, desde los republicanos moderados hasta los anarquistas y comunistas, y los nacionalistas vascos y catalanes, del mismo modo que la mayor parte de los trabajadores urbanos y de los obreros agrícolas, mineros y gran parte de la clase media. Algunos sectores intelectuales fueron también partidarios de la República.

El presidente de la República Espa?ola hasta casi el fin de la guerra fue Manuel Aza?a, un liberal anticlerical, procedente del partido Izquierda Republicana. El gobierno Republicano estaba encabezado, a comienzos de septiembre de 1936, por el líder del socialista Francisco Largo Caballero. Desde mayo de 1937 ocupó ese puesto Juan Negrín, también socialista, quien permaneció en él durante el resto de la guerra y continuó como jefe del gobierno republicano en el exilio hasta 1945.

En el bando leal a la república se desencadena un proceso revolucionario, la revolución social espa?ola de 1936; que era lo que los sublevados pretendían evitar. Es el pueblo armado el que detiene a los insurrectos, ante la ineficacia de las fuerzas de seguridad. Los leales a la república controlan la mayor parte del país, las zonas industriales y las más pobladas, pero muy pronto dentro de ellos se adivina una división fundamental entre ganar la guerra y hacer la revolución. Aparecen dos bandos, uno revolucionario que pretende acabar con la república, dominado por la CNT y el POUM, y otro que pretende ganar primero la guerra, y hacer después la Revolución, dominado por el PCE.

El PCE es un peque?o partido de los que forman el Frente Popular, pero muy disciplinado, y tiene la ayuda de la URSS, con lo que rápidamente puede organizar un ejército con el que oponerse las fuerzas nacionales. Pero quienes habían detenido a los sublevados habían sido las milicias, que habían desencadenado la revolución, al mismo tiempo. Estos no estaban dispuestos a luchar por una república burguesa, y los comunistas del PCE tenían claro que para ganar la guerra era necesario la ayuda de las democracias occidentales, y que estas no querían una revolución en Espa?a. La república sólo recibirá la ayuda desinteresada de las Brigadas Internacionales, que se organizan con voluntarios de todo el mundo, reclutados por los partidos comunistas de sus respectivos países. También recibirá la ayuda de la URSS. Las democracias occidentales se desentienden del problema. Para implicarlas en el conflicto el PCE desencadena un proceso contrarrevolucionario contra el POUM y la CNT, que tiene su culmen en la guerra civil de las Jornadas de Mayo de 1937. Al final se trata de salvar la república burguesa, pero tampoco esta opción recibe la ayuda de las democracias occidentales.

Durante toda la guerra el gobierno de la república está en crisis. Se le concede el estatuto de autonomía al País Vasco el 1 de octubre de 1936, cosa que carece de transcendencia puesto que esta zona está aislada del gobierno central y pronto caerá en poder de los sublevados (marzo-abril de 1937). Los gobiernos se suceden vertiginosamente. El más estable es el de Juan Negrín. Incluso los anarquistas entran a formar parte del gobierno, ante la urgencia de ganar la guerra.

El ejército republicano no tiene capacidad de respuesta ante un ejército bien organizado. Brunete, Belchite y Teruel son las ofensivas más significativas del ejército republicano, pero nunca son ataques decisivos. La última ofensiva, de la República Espa?ola, que pretende ser decisiva, es la batalla del Ebro, pero también son rechazados, y el ejército sublevado se hace con toda Catalu?a y Levante. Era en Valencia donde estaba el gobierno republicano. Con la caída de Catalu?a y Levante la guerra está virtualmente terminada. Madrid cae el 1 de abril de 1939. Franco publicaba el siguiente parte de guerra:

?En el día de hoy, cautivo y desarmado el ejército rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares. La guerra ha terminado?. Burgos, 1? de abril de 1939. A?o de la Victoria. El Generalísimo.
 Consecuencias
El número de personas muertas en la guerra civil espa?ola solo puede ser estimado de forma aproximada. Las fuerzas nacionales han fijado la cifra en 1.000.000, incluyendo no solo los muertos en combate sino también las victimas de bombardeos, ejecuciones y asesinatos. Estimaciones más recientes dan la cifra de 500.000 o menos. Esto no incluye a todos aquellos que murieron de malnutrición, hambre y enfermedades engendradas por la guerra. Otro efecto inmediato fue el exilio de numerosos republicanos temerosos de las represalias de los vencedores. Las atrocidades cometidas por ambos bandos en la represión de las ideas contrarias han sido objeto de multitud de estudios académicos y obras literarias.

Las repercusiones políticas y emocionales de la guerra trascendieron el marco de un conflicto nacional ya que la guerra civil espa?ola fue vista a nivel mundial como parte de un conflicto internacional que, dependiendo de su punto de vista, se libraba entre la tiranía y la democracia o el comunismo y la civilización. Para Alemania e Italia, Espa?a fue terreno de prueba de nuevos métodos de guerra aérea y de tanques. Para Gran Breta?a y Francia, el conflicto representó una nueva amenaza al equilibrio internacional que estaban tratando dificultosamente de preservar, el cual terminó de derrumbarse en 1939 con la Segunda Guerra Mundial.

 Las consecuencias demográficas
La contienda causó estragos inmensos en la vida de los espa?oles. Una verdadera sangría demográfica que tuvo lugar durante los a?os de la guerra.

Los estudios elevan las muertes en los frentes a unas 145.000 personas.
Muchas personas se exiliaron, algunas de las cuales regresaron después. Se marcharon científicos e intelectuales, con el consecuente empobrecimiento cultural del país. Los historiadores estiman que México acogió a cerca de 25,000 refugiados espa?oles entre 1939 y 1942. [1]
Se vieron también afectados 400000 espa?oles heridos en operaciones militares y 300.000 prisioneros de guerra en cárceles franquistas.
Esta sangría demográfica influyó más tarde en la caída de la natalidad.
En la represión franquista, que duró hasta 6 a?os después de acabada la guerra, fueron ejecutadas 400000 personas.
En el lado republicano fueron ejecutadas 20000 personas.
Reunión de exiliados espa?oles en el Centro Espa?ol (1940). Archivo Ateneo Espa?ol de México.

 Los efectos económicos.
En el terreno económico la Guerra Civil tuvo efetos desastrosos:

Espa?a perdió muchos hombres y mujeres laboralmente activos (más de dos millones).
Se destruyeron unas novecientas mil viviendas.
Quedaron inservibles algo más de un tercio de la marina mercante, un 60% de locomotoras y vagones de trenes y una parte considerable del tendido ferroviario y redes de carreteras.
Dos terceras partes de la ganadería desaparecieron. La agricultura y la industria sufrieron devastaciones muy apreciables.
También la hacienda pública ofrecía un panorama desastroso:

Por una parte, gran parte del oro del Banco de Espa?a (unos seiscientos mil kilos de oro) había sido dado por los republicanos a la URSS en 1936, como último recurso ante la falta de apoyo de los países democráticos, a cambio de la ayuda prestada.
Por otra parte, el gobierno de Francisco Franco estaba endeudado con Alemania e Italia y con numerosas empresas y bancos norteamericanos (y en menor medida con Portugal) por los suministros que estos países y entidades habían aportado; la deuda ascendía a más de mil quinientos millones de dólares de la época (casi dos veces y media el valor del "oro de Moscú").
En conjunto, la Guerra Civil había supuesto para Espa?a grandes pérdidas económicas.


"No hay hechos, sino interpretaciones" Nietzsche

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Re: Memoria histórica
« Respuesta #441 en: 21 de Diciembre de 2008, 00:48:07 am »
Esto es lo que pasa cuando te lavan el cerebro, si lees lo que escribe democracía nacional es completamente distinto, y tan mentira como lo que tu pones, y lo peor es que te lo crees, porque por lo menos los que lo escriben suelen hacerlo con perfecto conocimiento que es mentira y sólo lo hacen por motivaciones politicas o economicas.
EN LOS PRÓXIMOS CUATRO A?OS ME PROPONGO SEGUIR AUMENTANDO LA PROSPERIDAD, LLEGAR AL PLENO EMPLEO.

Jose Luis Rodriguez Zapatero, mayo de 2007.

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Re: Memoria histórica
« Respuesta #442 en: 21 de Diciembre de 2008, 01:28:29 am »
Esto es lo que pasa cuando te lavan el cerebro, si lees lo que escribe democracía nacional es completamente distinto, y tan mentira como lo que tu pones, y lo peor es que te lo crees, porque por lo menos los que lo escriben suelen hacerlo con perfecto conocimiento que es mentira y sólo lo hacen por motivaciones politicas o economicas.

hay ocasiones en que es mejor dejarlo . . .  :Burla . . . pero me gustaría que me se?alaras, en este texto, que es exactamente lo que consideras que es mentira.

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Re: Memoria histórica
« Respuesta #443 en: 22 de Diciembre de 2008, 01:39:44 am »
 Yo no veo nada.
 En cuanto a la estatua , que la dejen en el museo ya es mucho .No se debe olvidar que ese hombre aparte de golpista , fue un genocida que llevo a cabo una limpieza ideológica sin precendentes en Espa?a , a base de eliminar fisicamente a sus oponentes. Llevo al pais a una recesión económica impresionante .
 Libros como "LA GUERRA CIVIL ESPA?OLA" de Anthony Beevor , reflejan de una forma imparcial los hechos de preguerracivil ,guerra civil y postguerra . Franco no sale demasiado bienparado . Para mi fue un despota y un tirano que sumio a Espa?a en una epoca que no debe olvidarse jamás. Era  una verguenza y una falta de respeto total para miles de muertos de sus carceles y sus juicios militares que su estatua se exhibiera en la via pública.   :Lazo_Negro
 Un saludo.

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Re: Memoria histórica
« Respuesta #444 en: 22 de Diciembre de 2008, 09:53:04 am »
Error.

La historia se repite si se olvida.
Enseñad a los niños para no castigar a los hombres.

Cuando termines de leer esto lo que era futuro ya es pasado.....

Todo lo que se puede pagar con dinero es barato.....

franciscodeasis

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Re: Memoria histórica
« Respuesta #445 en: 22 de Diciembre de 2008, 11:39:14 am »
Yo no veo nada.
 En cuanto a la estatua , que la dejen en el museo ya es mucho .No se debe olvidar que ese hombre aparte de golpista , fue un genocida que llevo a cabo una limpieza ideológica sin precendentes en Espa?a , a base de eliminar fisicamente a sus oponentes. Llevo al pais a una recesión económica impresionante .
 Libros como "LA GUERRA CIVIL ESPA?OLA" de Anthony Beevor , reflejan de una forma imparcial los hechos de preguerracivil ,guerra civil y postguerra . Franco no sale demasiado bienparado . Para mi fue un despota y un tirano que sumio a Espa?a en una epoca que no debe olvidarse jamás. Era  una verguenza y una falta de respeto total para miles de muertos de sus carceles y sus juicios militares que su estatua se exhibiera en la via pública.   :Lazo_Negro
 Un saludo.



Todo depende con el ojo que se mire:


LA GUERRA CIVIL ESPA?OLA - Antony Beevor
Publicado por richar

Cuando cayó este libro en mis manos, mi primer pensamiento fue algo así como ??menudo ladrillo!? y todas las ilusiones que tenía por leerlo se desvanecieron al instante. Pero una hojeada rápida me permitió ver que de sus más de 1.000 páginas, sólo (bueno, sólo) 680 componían la lectura en sí: el resto son mapas, notas, bibliografía. etc? de un plumazo, me había deshecho de más de 300 páginas de libro. Así que con esos antecedentes comencé esta última entrega de Beevor, que me ha producido el mismo efecto que Stalingrado: se me ha hecho bola el principio (unas 200 páginas), hasta que le he cogido el tranquillo y al final me ha resultado hasta corto. Curioso efecto.

En líneas generales, podría decir que el libro se lee bien a pesar de su longitud, si te vas marcando cada capítulo como una peque?a etapa, y así hasta 40. Aunque quizás peque de ser, a mi gusto, demasiado ?libro de texto?, lo que hace que para usarlo como manual en la Universidad, seguramente sea muy apropiado para tener una imagen general del conflicto, pero como ?libro de cama? seguramente es demasiado detallista y algo denso. Especialmente cuando describe la cantidad de partidos políticos, sindicatos y demás agrupaciones existentes, y sus complejas relaciones, dirigentes y filosofías. Para mi gusto profundiza demasiado, convirtiendo el primer tercio del libro en un cenagal bastante farragoso. Eso sí, una vez sales a tierra firme, la cosa cambia.

A partir del segundo tercio, el libro se vuelve mucho más fluido y agradable de leer, coincidiendo con el comienzo del conflicto armado y cerrando los antecedentes políticos. Es en ese momento cuando el autor consigue un balance bastante acertado entre la narración de los hechos bélicos y el resto de elementos del entorno espa?ol de esos a?os, saltando de un bando a otro de manera suave y dinámica.

El libro repasa minuciosamente todos los detalles de la guerra, desde el levantamiento de los generales hasta el comienzo de la II Guerra Mundial, sin dejar de lado ningún aspecto de la misma. Quizás se echan en falta un poco más de detalle en la narración de los principales enfrentamientos (Brunete, Belchite, Ebro?) y sobre todo, más testimonios de los implicados. Por lo demás, creo que la elección de los capítulos y la línea temporal es bastante acertada.

Aunque sí hay un aspecto que creo debe ser criticado, y es su claro partidismo hacia el bando republicano. Y no porque el autor no tenga derecho a simpatizar con uno de los bandos implicados, que me parece perfecto, sino porque en un ?libro de Historia? no se debería notar tanto la parcialidad del escritor. Son incontables los momentos en los que puedes notar al autor describiendo una situación contraria a los republicanos como si de su equipo de fútbol se tratara. Intenta ser imparcial, pero se le ve claramente el plumero.En definitiva, es un libro que está bien y se deja leer -con paciencia-. Seguramente una buena manera de acercarse a la guerra civil espa?ola para aquellos que quieran tener una visión general de lo ocurrido.

 

franciscodeasis

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Re: Memoria histórica
« Respuesta #446 en: 22 de Diciembre de 2008, 11:44:20 am »
Sobre algunas concepciones algo pintorescas de R. Carr ya he hablado en otra ocasión. En cuanto a  P. Preston y sus alumnos, con ellos la historiografía británica en este campo ha sufrido un gran retroceso. Y el reciente libro de A. Beevor La guerra civil espa?ola no permite tampoco el optimismo.
 
Del se?or Beevor conocía su relato de la batalla de Stalingrado, que, a falta de análisis estratégicos e ideológicos de cierto calado, me pareció un reportaje muy notable, si bien no podría juzgarlo a fondo, al no ser yo especialista en la materia. En cuanto a su libro actual, llama la atención su inicial declaración de principios: "La verdad fue la primera víctima de la guerra civil espa?ola, un conflicto que (?) ha generado una controversia más intensa y más polémica que cualquier otro conflicto moderno, segunda guerra mundial incluida. El historiador que, desde luego, no puede ser totalmente desapasionado, no debe ir más allá de comprender los sentimientos de los dos bandos, demostrar hipótesis previas y ampliar fronteras de lo que ya sabemos sobre la guerra civil. Los juicios morales deben quedar a la conciencia del lector".
 
Declaración notable porque el autor no la cumple. Los dos bandos son descritos según tópicos muy envejecidos y aceptados con total credulidad; tampoco queda claro qué hipótesis previas demuestra, y su dependencia de fuentes secundarias, salvo en algunos temas, le impide ampliar ninguna frontera. Los errores de detalle también abundan. La verdad sigue siendo víctima, si bien más del historiador que de la guerra misma.
 
Los errores de detalle se cuelan inevitablemente en cualquier libro, pero son secundarios, salvo cuando menudean o falsean mucho los sucesos. Harto más decisivos son los errores de enfoque, pues un enfoque distorsionado desvirtúa todo el relato y multiplica los errores de detalle. El distorsionado enfoque de Beevor, como el de Preston y tantos otros, consiste en ese marxismo diluido y ecléctico extendido en muchos medios académicos, y que no mejora la doctrina original. Ignoro si Beevor se dice marxista, supongo que no, pero esa ideología ha tenido tal influjo que ha contaminado hasta la historiografía conservadora.
 
Así, al explicar la Espa?a de principios de siglo, nuestro autor sostiene: "Tanto el partido liberal como el conservador representaban, con matices, los intereses de la nobleza, la Iglesia, los terratenientes, la propiedad campesina media y la burguesía administrativa, industrial y financiera, mientras que los minifundistas, peque?os propietarios agrícolas, arrendatarios y las clases medias de las ciudades podían poner sus esperanzas de mejora social en peque?os partidos republicanos y en el Partido Socialista Obrero Espa?ol (PSOE) (?) Los jornaleros del campo de Extremadura, Andalucía, La Mancha, y los proletarios industriales de las ciudades, sobre todo de Catalu?a, se encuadraban mayoritariamente en la (?) CNT, el sindicato anarquista". Típico "análisis de clase" marxista que tanto hemos conocido y aplicado algunos. Que  Beevor lo reproduzca a estas alturas sin el menor atisbo crítico sólo indica cómo la historiografía puede anquilosarse y degenerar en series de historietas.
 
El autor británico, puestos a eso, debiera empezar por preguntarse sobre el contenido de esos intereses de liberales y conservadores. Si lo hiciera, tendría que admitir que a la oligarquía por él descrita le interesaban las libertades políticas, las cuales permitían asociarse, hacer propaganda y concurrir a las elecciones a los demás partidos, incluidos los dispuestos a aplastar las libertades e imponer sus dictaduras tan pronto pudieran. Pues los partidos representantes, según nuestro autor, de la nobleza, la Iglesia, los financieros y demás eran quienes habían organizado el sistema liberal y constitucional de la Restauración. 
 
Y, ya metidos en harina, el se?or Beevor debiera aclararnos también los intereses de las clases medias y obreras, encarnados, afirma él alegremente, en el PSOE y la CNT. ?Consistirían esos intereses en la abolición de las libertades burguesas y la instauración de dictaduras totalitarias ejercidas por castas omnipotentes en nombre del proletariado (PSOE), o de la emancipación general humana (CNT)? Pues eso perseguían unos y otros. También podría el autor británico meditar sobre enigmas como éste: ?cómo llegó a haber cuatro partidos "representantes" de los intereses obreros, y que terminaron asesinándose entre ellos? Tras el derrumbe del marxismo y otras ideologías mesiánicas, parece exigible someter a algún examen crítico los dogmas "de clase", pero el se?or Beevor parece seguir sintiéndose a sus anchas en ellos, como si nada hubiera pasado. Sobre tan arenosas concepciones construye su historia. No es buen comienzo.
 
Pero incluso en su terreno el autor revela un conocimiento precario de la realidad espa?ola cuando adjudica al PSOE los intereses de "los peque?os propietarios agrícolas" y "las clases medias urbanas", y atribuye a la CNT la del proletariado urbano y agrario. El PSOE, partido marxista siempre muy radicalizado ?excepto durante la dictadura de Primo de Rivera?,  se extendió entre los proletarios de Vascongadas, Asturias y Madrid, sobre todo. Mismo error en la atribución de 700.000 afiliados a la CNT en 1919, cifra propagandística como las de tiempos de la República (de un millón y un millón y medio, tanto para la UGT como para la CNT), manejadas por historiadores poco atentos. Si el se?or Beevor se hubiera molestado en contrastarlas con la representación oficial de los congresos generales y otros datos, habría debido reducirlas a la mitad, y aún entonces mirarlas con desconfianza.
 
Ahora bien, la afiliación real o imaginaria de la CNT o la UGT tampoco significa, insisto, la representación de los "intereses" obreros (la dictadura totalitaria, en tal caso). Como tampoco los liberales y conservadores representaban a la oligarquía que supone el historiador: las libertades son un interés general, y no "de clase". Obviamente la cuestión de las libertades y la democracia, absolutamente crucial, a mi juicio, para entender el siglo XX espa?ol, carece de relevancia o la tiene secundaria en el análisis del se?or Beevor. De referirse a su país quizá habría sido más cuidadoso, pero también abunda en la intelectualidad británica esa actitud arrogante frente a historias foráneas.
 
Otro error de enfoque subordinado al anterior aparece en las estadísticas seleccionadas sobre pobreza, analfabetismo, etc., aceptadas también sin crítica y olvidando algo elemental: tales cifras carecen de significado si no se las compara con la situación anterior y con la de otros países europeos de la época, ricos y pobres. Esas comparaciones indican que Espa?a se hallaba en posición desventajosa con respecto a los países ricos de Europa, pero no tan mala en el más amplio círculo de los pobres. También le habrían indicado que, bajo la liberal Restauración, Espa?a no estaba estancada. Tras las guerras napoleónicas el país había sufrido un retraso creciente con respecto a la dinámica Europa industrial, pero la Restauración permitía, por primera vez desde principios del siglo XIX, un progreso sostenido y acelerado. 
 
Al exponer las estadísticas como lo hace, el autor sugiere que los "intereses" oligárquicos eran culpables de ellas, mientras que los partidos obreros o progresistas habrían logrado un crecimiento superior y la erradicación de diversas lacras sociales. Pero si se hubiera molestado en examinar las doctrinas de aquellos partidos obreros y demás, habría comprendido que sólo podían traer la convulsión social y dictaduras de un tipo u otro. Como ocurrió exactamente. La Restauración no era una democracia plena, pero sus libertades, por su propia existencia, empujaban hacia ella con gran fuerza. Y había en el mundo, incluida Europa, muy pocas democracias reconocibles como tales con la perspectiva actual.
 
La democracia no llegó a completarse, arguye el se?or Beevor siguiendo un tópico archisobado, porque la oligarquía no habría emprendido reformas a fondo, por temor a perder sus privilegios. ?Seguro? Algo de ello hubo, claro, pero ?acaso las propias libertades políticas traídas, según Beevor, por los privilegiados no constituían un ataque permanente a sus privilegios? ?Y por qué no examina el despistado historiador la conducta de los partidos del progreso? Pues esos partidos no hacían de sus objetivos totalitarios una referencia vaga, sino que pugnaban por ellos hostigando sin tregua al régimen de libertades, mediante insurrecciones, terrorismo y separatismos.
 
Como tantos intelectuales menospreciadores de las libertades burguesas, el historiador británico pasa por alto este factor decisivo, que convulsionó al sistema liberal hasta hundirlo. Se trataba de una oposición mesiánica, violenta y contraria a la libertad, de ningún modo partidos razonables y progresistas frustrados por el cerrilismo o por una inexistente tiranía de los liberales. Si al analizar las raíces de la guerra el historiador cae en tales distorsiones y omisiones, es fácil saber de antemano el resto de su relato.
 
En un próximo artículo examinaré algunas consecuencias del "análisis de clase" beevoriano, por lo demás tan común. No me extenderé demasiado porque voy a dedicar, en La Razón, una serie larga de artículos a examinar la abundante bibliografía que está saliendo sobre la República y la guerra, y que en su inmensa mayoría reproduce, increíblemente, una propaganda ya demasiado vieja y agotada.
 
 
Antony Beevor: La guerra civil espa?ola. Crítica, 2005. 904 páginas.

Desconectado Shin-Chan2

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Re: Memoria histórica
« Respuesta #447 en: 22 de Diciembre de 2008, 12:13:36 pm »
En este hilo resultan tristes tres cosas. La primera confundir el impedimento de homenaje a un genocida, con el borrado de la historia; la segunda, la (digamos) comprensión que se vislumbra con los simpatizantes de una dictadura y, la tercera, el escaso aprecio por el sistema democrático.

Salud y suerte.
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Re: Memoria histórica
« Respuesta #448 en: 22 de Diciembre de 2008, 12:15:10 pm »
Borrado de historia para el que lo desconozca...
Enseñad a los niños para no castigar a los hombres.

Cuando termines de leer esto lo que era futuro ya es pasado.....

Todo lo que se puede pagar con dinero es barato.....

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Re: Memoria histórica
« Respuesta #449 en: 22 de Diciembre de 2008, 13:23:20 pm »
Hombre Paco en relación al libro "LA GUERRA CIVIL ESPA?OLA" de Anthony Beevor , en vez de la crítica de un lector anónimo como "Richar" y después de la del inefable Pio Moa, creo que hubiera sido más lógico colgar la de Santos Juliá, reconocidos historiadores tenemos, aparte de los consabidos hispanistas, pero colocar a Pio Moa en esa categoría me parece muy aventurado, mejor, esa es mi opinión, catalogarle como escritor sería suficiente.

franciscodeasis

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Re: Memoria histórica
« Respuesta #450 en: 22 de Diciembre de 2008, 16:16:42 pm »
Hombre Paco en relación al libro "LA GUERRA CIVIL ESPA?OLA" de Anthony Beevor , en vez de la crítica de un lector anónimo como "Richar" y después de la del inefable Pio Moa, creo que hubiera sido más lógico colgar la de Santos Juliá, reconocidos historiadores tenemos, aparte de los consabidos hispanistas, pero colocar a Pio Moa en esa categoría me parece muy aventurado, mejor, esa es mi opinión, catalogarle como escritor sería suficiente.


Las dos primeras del buscador, flip, por simple curiosidad ya que el compi decia mas de una vez que era una historia independiente, prueba y veras que no estan escogidas, son las dos primeras criticas que salen, en cuanto a las criticas, son criticas, fundamentadas o no , del lector anonimo, me parece bastante equilibrada, y de pio moa, reconozco que es el azote de los "independientes", el dia que se haga una historia de la guerra civil "independiente", me avisas, o a lo mejor has leido esta y ya la consideras independiente.

Un saludo.

Desconectado Shin-Chan2

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Re: Memoria histórica
« Respuesta #451 en: 22 de Diciembre de 2008, 16:34:00 pm »
Hombre Paco en relación al libro "LA GUERRA CIVIL ESPA?OLA" de Anthony Beevor , en vez de la crítica de un lector anónimo como "Richar" y después de la del inefable Pio Moa, creo que hubiera sido más lógico colgar la de Santos Juliá, reconocidos historiadores tenemos, aparte de los consabidos hispanistas, pero colocar a Pio Moa en esa categoría me parece muy aventurado, mejor, esa es mi opinión, catalogarle como escritor sería suficiente.

Como no puede catalogarse de ninguna manera es como historiador puesto que no lo es.

Salud y suerte.
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Desconectado flip

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Re: Memoria histórica
« Respuesta #452 en: 23 de Diciembre de 2008, 03:00:01 am »


 el dia que se haga una historia de la guerra civil "independiente", me avisas, o a lo mejor has leido esta y ya la consideras independiente.

Un saludo.

He leído muchísimas obras sobre la guerra civil y tengo que reconocer que ninguna me ha sabido dar una visión completa, no sólo del conflicto bélico, si no de los antecedentes que hicieron que los hechos se produjeran, de la sociedad en su conjunto, de nuestro catastrofísmo económico, de nuestro atraso generacional,de las guerras carlistas, de los pronunciamientos, de la Primera República, de la semana trágica de Barcelona, de nuestra incultura heredada de siglos de caciquismo y sotana, de nuestra convulsa historia contemporanea (de finales del S.XIX), de nuestra desastrosa guerra africana, de la dictablanda de Primo de Rivera, en suma que me marque la historia lineal de los 50 a?os anteriores al estallido de la Guerra.
Autores como Ricardo de la Cierva, Tu?on de Lara, Payne, Carr, Thomas, Preston, Santos Juliá, Tusell, Malefakis,Bennassar, Gibson,Madariaga, y muchos que se me olvidan, dan una visión global de la contienda y sus consecuencias, ahora con la apertura de numerosos archivos históricos tanto de Rusia, como de Gran Breta?a, incluso de Espa?a, los nuevos historiadores se centran más en peque?os trabajos de documentación casi localistas, financiados por las comunidades autónomas, que en a?adir a los 40.000 títulos publicados sobre el mismo tema una visión cosmogónica de nuestra guerra.

Desconectado XIV

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Re: Memoria histórica
« Respuesta #453 en: 23 de Diciembre de 2008, 16:32:33 pm »
La opinión del lector que cita FRANCISCODEASIS,me parece que tampoco esta exhenta de valoraciones subjetivas.El libro que comenta,lo acabo de leer recientemente,tiene una cantidad de bibliografia y el autor cita  de donde extrae los datos que expone para dar una total transparencia a estos. No cita datos sin más,da las fuentes de origen .Es el mejor libro que he leido sobre el tema.
CITA DE FRANCISCODEASIS:"En un próximo artículo examinaré algunas consecuencias del "análisis de clase" beevoriano, por lo demás tan común. No me extenderé demasiado porque voy a dedicar, en La Razón, una serie larga de artículos a examinar la abundante bibliografía que está saliendo sobre la República y la guerra, y que en su inmensa mayoría reproduce, increíblemente, una propaganda ya demasiado vieja y agotada. "
 Ya conoceis LA RAZON, un comedido periodico totalmente imparcial en sus opiniones y posturas políticas......
 Me reitero en mi opinión, LA GUERRA CIVIL ESPA?OLA, un libro donde de forma clara ,transparente y objetiva se explica el antes ,durante y despues del conflicto Espa?ol. Lo mejor es leerlo de primera mano y no dejarse llevar por críticas anónimas o de terceros .Y repito que Francisco FRANCO queda retratado como un trepa con una ambición de poder notoria ,además de un genocida que de forma sistemática aplico el terrorismo de estado para aniquilar en el sentido literal de la palabra a todos aquellos que consideraba contrarios a sus intereses.En el bando republicano tambien hubo asesinatos de inocentes,pero la diferencia básica es que normalmente eran facciones radicales incontroladas las que los realizaban mientras que el gobierno de la República intentaba controlar estas situaciones.En el bando golpista o nacional los crimenes fueron programados y realizados de una forma meticulosa de forma consciente por parte de los estamentyos de poder del mismo,del mismo Franco.
 La estatua de FRANCO a un museo .
 Un saludo.

franciscodeasis

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Re: Memoria histórica
« Respuesta #454 en: 23 de Diciembre de 2008, 17:33:22 pm »
XIV, he puesto dos criticas, ya sabes buscador del google y las dos primeras, digo criticas, porque también salia alguna rese?a de casa del libro etc, la primera me da la sensación que es un escritor anonimo que  da sú opinión bastante equilibrada a mi modo de ver, la  segunda es De Pio Moa, del que yo no he leido nada, pero se que agrada a los de derechas y desagrada a los de izquierdas, su tendencia es evidente y al parecer escribe en el periodico "la Razón", si yo hubiera querido ser tendencionso hubiera suprimido las referencias a ese periodico o ese autor, pero simplemente he querido rese?ar que lo que para tí es tan objetivo, para otros no lo es, sin más, supongo por tu comentario que lo que a ti te gusta es lo objetivo, y sí franco fue un golpista y cometió muchos crimenes y los crimenes en la zona republicana, fueron aislados, hecho por gente que no era republicana sino franquistas disfrazaos, la mayoria de las veces justificados, y la republica los intentó evitar.


Un saludo.

Desconectado 47ronin

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Re: Memoria histórica
« Respuesta #455 en: 23 de Diciembre de 2008, 17:42:17 pm »
La estatua de FRANCO a un museo .

Me quedo con eso, y .

Desconectado XIV

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Re: Memoria histórica
« Respuesta #456 en: 24 de Diciembre de 2008, 00:05:12 am »
 Franciscodeasis,creo que me has malinterpretado ,yo no decia que tu fueras tendencioso,me referia a las críticas de terceros que has colgado en tu post .Con todo el respeto y a riesgo de parecer un pedante,creo que la mejor forma de tener una opinión de un libro es leerselo , no leer la crítica de un tercero. En cuanto a PIO MOA , de el he leido LOS MITOS DE LA GUERRA CIVIL ESPA?OLA y mi opinión es que es un libro claramente partidista (nacionalpartidista mejor dicho) de los golpistas,aparte pone a parir a otros historiadores.
Usare el Google yo tambien para mostrar otra opinión sobre PIO MOA:
Los mitos de la guerra civil
Pío Moa

La Esfera. Madrid, 2003. 605 páginas, 26 euros
"Una vuelta al calcetín, eso es lo que proporciona Pío Moa cuando formula una interpretación de la historia contemporánea de Espa?a que constituye una profunda revisión de la misma, de la Guerra Civil, de sus antecedentes, el XIX, la Restauración, el franquismo y la Transición.

Para los acostumbrados a las explicaciones más ortodoxas, esta lectura es un viaje vertiginoso, incómodo pero sugestivo e incitador.
El libro se divide en dos grandes apartados en los que realiza un examen profundamente crítico de la II República y la guerra, junto a un epílogo que explica su visión de la historia espa?ola de los dos últimos siglos. La primera parte está destinada a perfilar el comportamiento de los protagonistas y a delimitar la responsabilidad de cada uno. En la segunda, centrada en la Guerra Civil, pasa revista a los episodios más destacados.

De las numerosas apreciaciones del autor, que refutan a las más que consagradas conclusiones admitidas por la historiografía, cabe destacar las de alcance más amplio, siempre debidamente argumentadas. Así pues, entre lo más sobresaliente se pueden incluir tres tesis. Primera, la responsabilidad de la Guerra Civil corresponde a la izquierda (jacobinos, nacionalistas y obreristas), que siempre pretendió monopolizar el sistema político a cualquier precio y cuya mejor concreción es la revolución de 1934, verdadero inicio de la guerra; la derecha católica y republicana, representadas por Gil Robles y Lerroux, fue la última para atajar la conflagración.

Segunda, la rebelión del 36 no se alzó contra un régimen democrático, sino que fue fruto de una reacción legítima al enfrentarse con un movimiento revolucionario que había ido destruyendo cualquier vestigio de legalidad democrática; en términos generales, la acción de los sublevados resultó, por lo tanto, positiva para el devenir histórico de Espa?a al impedir la instalación de un régimen totalitario de carácter comunista.

Tercera, el resultado de la contienda, la etapa franquista, supuso una auténtica novedad histórica, pues creó una nueva sociedad sustentada sobre un dinámico desarrollo económico que puso las bases materiales de la actual democracia.
Estas tres aseveraciones bastan para que el lector se pueda hacer una idea de la auténtica veta de novedades interpretativas que contiene un libro que representa un desafío para los contemporaneístas. Es cierto que abundan juicios parciales y lecturas excesivamente simplistas, como la percepción de las causas de la inestabilidad del siglo XIX, pero el autor busca la veracidad y expone los argumentos y conclusiones sin rebozo, persigue el rigor a través del argumento y el dato y va tras el debate abierto y sin complejos, aunque, frente a la ideologización que critica en los demás colegas, mantenga por su parte una orientación ideológica muy definida, conservadora (la identificación histórica de Espa?a con el catolicismo) y radicalmente antiizquierdista. Sea bienvenido ese debate.
"

 En lineas generales es lo que expresa MOA en su libro .Yo lo resumiria como que segun PIO MOA ,el golpe de estado del 36 fue debido a una situación insostenible y los golpistas nos salvaron del caos para llevarnos a una nueva etapa. Ya podeis juzgar desde que optica PIO MOA analiza el libro que yo elogiaba, LA GUERRA CIVIL ESPA?OLA.
 En cuanto al tema de los crímenes de uno y otro bando creo que no es cuestión  de frivolizar con un tema tan serio y lamentable...
 Bajo la bandera Republicana se cometieron crímenes por parte de milicianos,incontrolados , y demás grupos.Bajo la bandera nacional se cometirón crímenes igualmente. La gran diferencia es que mientras el organo de poder de la República, intento a menudo contener esos desmanes en su bando con desigual éxito,el organo de poder del bando nacional fue quien cometio directamente esos crímenes en su bando. Franco utilizaba esos crímenes como una forma de control de los territorios conquistados. El bando franquista institucionalizo los crimenes de guerra y una  brutal represión en la postguerra como un sello de identidad propio.
 No se puede olvidar  la historia ni a los personajes históricos, pero por respeto a miles de muertos  y a sus familias determinados causantes directos de esas muertes no pueden estar expuestos en espacios públicos. Un museo es su sitio.
 Un saludo.
 


franciscodeasis

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Re: Memoria histórica
« Respuesta #457 en: 24 de Diciembre de 2008, 01:55:10 am »
Tienes razón la mejor manera de opinar sobre un libro es leerlo, pero tambien hay que saber el punto de partida del que parte el que lo lee y su formación, ojo que ni quiero saber tu punto de partida ni ppongo en duda  tu formación, si a dos aficcionados del barsa y del Madrid, en un partido controvertido, con jugadas dudosas y controvertidas, le preguntas por el partido, las versiones serán hasta increiblemente distintas, pues segun quien lea un libro de pio moa, que no dudo de su partidismo, es más intuyo, hasta le parecera coherente y que desvela muchas verdades ocultas, y como ves el libro que tu mencionas, haz caso ahora solo de la primera critica que parece más independiente, lo ve claramente partidista.


  Lo que si me parece mal es que si una noticia, una critica, una articulo de opinión, se da en telemadrid, en la razon, en la cope, en libertad digital se considere que no vale por salir en ese medio y sin embargo se argumente identicamente a noticias que salen  en el pais, la ser, cuatro, la sexta, el plural.com, tve. etc, y se den como verdades objetivas

 Tristemente es así, basta que una cosa sea dicho en un medio para que se argumente que es falsa, y en otros para que sea verdad, es triste, pero es la realidad, incluso en el foro que pecamos de un partidismo, exagerado, llegando a ser incapaces a realizar ninguna critica a los politicos en los que más nos sentimos representados, si es verdad que alguna excepción hay, tambien es verdad que en algunos casos ese seguidismo llega a ser enfermizo.


Un saludo

Desconectado Shin-Chan2

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Re: Memoria histórica
« Respuesta #458 en: 24 de Diciembre de 2008, 03:33:33 am »
Enfermizo puede ser el seguidismo y el rechazo.

Salud y suerte.
J. David G? Castilla también soy yo.
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franciscodeasis

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Re: Memoria histórica
« Respuesta #459 en: 24 de Diciembre de 2008, 08:05:20 am »
Ciertamente.


Un saludo.