Estuve viendolo en el pabellón y casi me corro del gustazo.
Bilbao Basket
El Real Madrid pasa por caja
El iurbentia ajusta sus cuentas en un partido pleno de emoción, pasión y buen juego01.03.2009 - J. M. CORTIZAS| BILBAO
Salva Guardia celebra con Markota un demoledor mate del pívot de Sarajevo ante Hervelle. / FOTOS: BORJA AGUDO Y MITXEL ATRIO
Mejor, imposible. Dejar la vitrina sin huecos libres al colocar la cabeza de la última pieza. Y haberlo hecho merced a un disparo complejo, con muchos condicionantes empe?ados en desviar ligeramente la bala. Si ganar al Real Madrid genera un gusto especial, un matiz de placer diferente y peculiar, consumarlo tras nueve precedentes con pinchazo en hueso provoca una embriaguez difícil de asimilar. En las últimas horas del mes más corto del a?o, el iurbentia concentró todo su saber y poder. Sembró durante cuarenta minutos con rigor y esta vez acabó casi sin espacio en el silo para concentrar tan exquisita lluvia de grano.
La riqueza aportada por los hombres de negro fue de valor enciclopédico. Le hizo el Bilbao Basket un gran favor a una ACB poco habituada a partidos tan redondos desde el punto de vista coral. Ganar por derecho incluye rotuntidad, capacidad para el sufrimiento, para saber variar el rumbo adelantándose a los vientos venideros, calidad para amenazar a un grande hasta plancharle con un ?hasta aquí has llegado?. Y sin depender del día, inspiración o calidad de uno o dos jugadores bautizados como 'franquicias'. Si el cada vez más largo camino recorrido ha sido posible, sobre todo, al compromiso común, ayer fue orgásmica la conjunción de once jugadores y un cuerpo técnico. Dos no jugaron. Uno por lesión (Lewis) y otro por decisión táctica (Savovic). ?Alguien percibió alguna fisura en la granítica imagen del conjunto vizcaína en la banda? Claro que no. No la hubo.
Mucho y bueno. Así se concretó el acierto de elección y ejecución de Txus Vidorreta y sus hombres. Ya de salida arrancaron defendiendo su trazada, con un ojo clavado en el retrovisor y otro en el asfalto que había por delante. Buenos síntomas. Seibutis, espídico, pero en plan positivo. El rebote, un monólogo local. La puntería desde la línea mágica, recuperada. El optimismo, quedaba matizado por las segundas personales de Banic y Guardia -el equipo acabó ganando sin el croata, lo que también supone una plusvalía- y un 0-9 encajado que le sirvió al Madrid para recobrar el aliento tras el primer susto que se pegó (10-4). El conjunto blanco abrió pronto su ración de supervivencia y en ella se topó casi como plato único con los tiros libres -acabó disponiendo de 32-.
Siguió el duelo con zozobra. La situación era tensa. El iurbentia lo hacía mejor que en otras ocasiones y el Real Madrid parecía mermado, narcotizado por los hombres de negro. La estadística premiaba la mayor efectividad visitante, con la que combatía el demoledor dominio vizcaíno en ambos espacios aéreos. Dudas razonables. Los habituales atascos en ataque que deforman el castillo de naipes, era el temor para los de casa.
Eso y el despertar de su bestia negra, a la que llevaba cinco a?os (nueve partidos) sin ganar de verdad. Lo de la pasada campa?a en La Casilla fue de mentirijillas, según los colegiados.
Melodía pegadiza
Banic seguía acumulando faltas y su aportación era residual. Faltaba el bastión de Zadar. Peligro. Pero su compatriota Pasalic, ayer sí, tomó el testigo sin rechistar. Un mate a aro pasado fue su aviso. Paco Vázquez, mientras, ofrecía su mejor versión del curso. Como Recker, que se siente seguro cuando sobrevuela el BEC. Y Salva Guardia, un viejo lobo de mar al que la simple idea de surcar aguas con espuma blanca le acerca al clímax. El cuarteto afinó al máximo y compuso una pegadiza melodía que el resto del equipo interpretó casi de memoria.
Y faltaba Markota. El pívot de Sarajevo se reservó para el acto final. Doce puntos, más un tapón y un rebote definitivos. Y un mate en la misma cara de Hervelle que el belga no quiso digerir. Él que tanto ha vivido colgado del aro. El ajuste de cuentas tocaba a su fin. Ni el poderío de Reyes y Bullock surtieron efecto. Los blancos sumaban de uno en uno mientras el iurbentia se había desbocado justo a tiempo. Porque Bultó quiso despertar a las ánimas y se dedicó los dos minutos finales a tenderle cuerdas al Real Madrid. No alcanzó ninguna. No le quedó más remedio que pasar por caja.