Lemas del franquismoEscudo de España durante el franquismo, que incorpora la cartela con el lema «Una Grande Libre», junto con otros motivos heráldicos que añaden a los del escudo tradicional de España (armas de Castilla, León, Aragón, Navarra y Granada, y las Columnas de Hércules con la cartela Plus Ultra) otros tomados del escudo de los Reyes Católicos: el águila de San Juan y el yugo y las flechas que también tomó la Falange (los reyes los habían adoptado por coincidir con las iniciales de Ysabel y Fernando). Véase Simbología del franquismo.
Los lemas del franquismo son los lemas con los que se resumía la ideología del franquismo, que, aunque tuvo distintos componentes (tradicionalismo, nacionalcatolicismo, militarismo o conservadurismo), utilizaba especialmente en sus movilizaciones populares la ideología falangista, muy adecuada para su plasmación en lemas, ya que mostraba una cierta aversión a los programas políticos y se planteaba como más partidaria del irracionalismo, la acción y la simplificación.1
Aunque tuvieron su origen en la actividad de distintos partidos e intelectuales nacionalistas de derecha durante de la Segunda República Española, la utilización de estos lemas se generalizó y demostró su mayor eficacia como elemento propagandístico, movilizador y conformador de la mentalidad del bando nacional durante la Guerra Civil Española (1936-1939), y fueron constantemente usados como gritos patrióticos durante el franquismo (1939-1975).
Además de la victoria militar, fue un decisivo éxito propagandístico del bando «sublevado» o «franquista» la identificación con el término «nacional» y con el mismo concepto de España, prolongado durante su larga permanencia en el poder en ausencia de todo cuestionamiento público, más allá de la oposición clandestina.2 En el interior del régimen tampoco había una ciega adhesión a semejantes simplificaciones, como probó el libro España como problema, del intelectual falangista Pedro Laín Entralgo, contestado desde la más rígida ortodoxia por Rafael Calvo Serer, con su España sin problema (ambos en el año 1949; véase Ser de España), pero ésta última era la única postura posible si lo que se quería era mantener algún grado de participación en el poder: «adhesión inquebrantable», como dejaba claro Luis Carrero Blanco, refiriéndose al propio Franco y todo lo que éste encarnaba:
[...] mi lealtad a su persona y a su obra es totalmente clara y limpia, sin sombra de ningún íntimo condicionamiento ni mácula de reserva mental alguna [...]3
Como reacción, desde la Transición, no sólo se abandonaron los lemas y símbolos franquistas, sino que también decayó el uso de los símbolos nacionales españoles, e incluso la misma referencia a «España» fue sustituida muy frecuentemente por eufemismos (como «este país», expresión ya existente en tiempos de Larra),4 mientras los de los nacionalismos periféricos proliferaban.5
¡Arriba España!Medalla conmemorativa de la victoria en la Guerra Civil.
El grito de «¡Arriba España!», se convirtió en obligatorio durante la guerra civil en el llamado bando nacional, debiendo ser también la entrada de las comunicaciones escritas. La fecha debía datarse con el año ordinario al que se añadía la coletilla de I, II ó III Año Triunfal (comenzando el 18 de julio: 1936-37, 1937-38 ó 1938-39), en extraña coincidencia con otros calendarios revolucionarios.17 También se utilizaba en muchas publicaciones.18
El año 1939 se convirtió en el Año de la Victoria desde que así se le denominó en el último parte de guerra firmado por Franco (1 de abril). En alguna fuente se señala «¡Saludo a Franco! Viva España. III Año Triunfal», como «encabezamiento necesario en los escritos para pasar la censura militar».19 En el ayuntamiento de Villanueva Mesía, se recoge como acuerdo del pleno de 31 de diciembre de 1937 que todas las actas comenzasen con la expresión II Año Triunfal,20 como ocurriría en todas las localidades cuando entraban las tropas «nacionales» (o «Entra España», que es como se decía en las noticias).
Significado La elección del «Arriba» en vez del «Viva» se justificaba diciendo que vivir no es suficiente y que la verticalidad del «arriba» casaba mejor con la disposición activa de un patriota por mejorar España, además de sugerir un punto de vista providencialista.
La victoria definitiva de España es en estas páginas seguridad y fe. Como también es fe y seguridad la España una, grande y libre, que tras la victoria esperamos para siempre.
Ella será la vuelta de España a sí misma: a su camino y a su Historia. Porque la Historia que acabamos de contar no ha sido más que eso: una lucha constante por los más altos ideales del Espíritu. No servimos para cosas bajas, pequeñas o menudas. No servimos más que para las cosas altas y grandes. Por eso cuando decimos "Arriba España", en esas dos palabras, a un tiempo, resumimos nuestra Historia y ciframos nuestra esperanza. Porque lo que queremos es que España vuelva a "su sitio": al sitio que la Historia le señala. Y el sitio es ese: "Arriba". Es decir, cerca del espíritu, del ideal, de la fe... Cerca, sobre todo, de Dios.
José María Pemán, 193921
Origen El origen del grito «¡Arriba España!« suele atribuirse al regeneracionista Macías Picavea22 y fue adoptado por José Antonio Primo de Rivera como parte de la parafernalia simbólica con que quería rodearse la Falange a imitación del fascismo italiano y el nazismo alemán, junto con el lema citado, el saludo romano brazo en alto, el yugo y las flechas de los Reyes Católicos, el himno Cara al sol, la camisa azul (a imitación de la camisa negra fascista y la camisa parda nazi, al tiempo que coincidía con el mono de trabajo empleado por el obrero industrial) y muchos otros comportamientos distintivos (tuteo, apelativo de camarada, etc.). No obstante, estos últimos denotaban un rasgo más comprometido, por lo que su uso fue decayendo con el paso de los años fuera de los ambientes más declaradamente falangistas, paulatinamente alejados del centro del poder franquista. Esto se fue haciendo más evidente sobre todo después de la derrota del Eje en la Segunda Guerra Mundial (1945). En cambio, los referidos lema y grito («¡Una, grande y libre!» y «¡Arriba España!») eran entendidos como propiamente patrióticos y algo más neutros para poder ser utilizados de forma más común por cualquier franquista.
Paralelismos «¡Viva España!» tradicionalmente se había gritado junto a «¡Viva el Rey!», y podía recordar a la monarquía, por ejemplo, en la letra del himno de la Guardia Civil: «Viva España, Viva el Rey, Viva el Orden y la Ley, Viva la Guardia Civil». Dado que eran los gritos más usados por sus enemigos de la guerra civil, no se utilizaban «¡Viva la República!» o «¡Viva la Revolución!». No obstante, en la retórica falangista la revolución era un concepto muy usado (la revolución pendiente) y la república no se discutía en cuanto forma de Estado, sino por el significado político y social que le habían dado los republicanos. De hecho, existió un himno falangista (por razones obvias, poco divulgado en el franquismo) que une ambos conceptos:
Viva, viva, la revolución
viva, viva Falange de las JONS
muera, muera, muera el capital
viva, viva el Estado Sindical
que no queremos reyes idiotas
que no nos dejan gobernar.23
En los años previos a la guerra civil, se utilizaba crípticamente la palabra «CAFE», en frases o canciones aparentemente inocentes, ocultando un acrónimo cuyo significado era ‘Camaradas, Arriba Falange Española’.24
Dicen que te vas, te vas
y nunca te acabas de marchar de aquí
a ver a esa chica rubia que dicen que tienes en Valladolid
yo te daré
te daré niña hermosa
te daré una cosa
una cosa que yo solo sé: ¡café!
[en otra versión, u otra estrofa:]
Una mañana temprano
monté mi caballo y me fui a pasear.
me fui cruzando la ría de Villagarcía
que es puerto de mar
[Sigue el mismo estribillo.]
Los periódicos Existieron dos periódicos que expresaban este lema. El primero de ellos el ¡Arriba! (1935-1979) al periódico diario que se creó en 1935 pero que fue suspendido por el gobierno de la II República, el 5 de marzo de 1936. Tras la ocupación de Madrid por las tropas franquistas, los falangistas se incautaron de las instalaciones del diario El Sol, y reapareció el 29 de marzo de 1939, como diario propiedad de Prensa del Movimiento. En adelante sería el periódico oficial del régimen franquista.
El otro que se puso el nombre de Arriba España (1936-1975), creado en Pamplona por la Falange tras usurpar los talleres del periódico nacionalista vasco La Voz de Navarra. Se publicó por primera vez el 1 de agosto de 1936.
Otro periódico, aún más ultraderechista, era El Alcázar, de la asociación de excombatientes, en referencia a un símbolo de la Guerra Civil, el asedio del Alcázar de Toledo.
. . . como verás no es lo mismo una cosa que otra . . . luego tu sigue con el ¡Arriba España¡ y di que te llamamos facha