La sección sindical de UGT en la Policía Municipal de Madrid denuncia que doce trabajadores del Cuerpo fallecieron y nueve están enfermos de cáncer después de trabajar algo más de diez a?os en un edificio que sirvió de comisaría construido con materiales que contienen amianto.
El sindicato explica que este inmueble, situado en la calle de Valdecanillas número 112, en el distrito de San Blas, estuvo ocupado al menos entre 1992 y 2002 por la Unidad de Seguridad de la Policía Municipal y la Subinspección de Policía de la zona 4 de la ciudad y, posteriormente, por la Unidad Integral de Policía de los distritos de Vicálvaro y San Blas. El edificio fue construido con fibrocemento, una sustancia que contiene amianto. Entre 400 y 700 personas, según los sindicatos policiales, pudieron trabajar durante ésa década en el centro.
UGT afirma que en 2002 los policías abandonaron el lugar y, poco después, comenzaron los problemas. Doce personas que habían trabajado allí murieron de cáncer y otras nueve cayeron gravemente enfermas de las mismas dolencias. El último deceso se produjo este miércoles de madrugada, según UGT. Estas cifras las confirma el sindicato Unión de Policía Municipal, que perdió un integrante por estas causas. Este sindicato no ha podido confirmar la última muerte.
Aunque no está confirmado que todos estos casos se deban al amianto, pero para ambas organizaciones es demasiada casualidad. A raíz de denuncias anónimas de varios trabajadores, los representantes sindicales se manifestaron para denunciar la situación.
Cartas de aviso
En 2007 se envió una carta a la Jefatura de Policía Municipal para que se realizasen exámenes médicos a los trabajadores que pasaron por esta unidad en esas fechas para conocer si alguno más estaba afectado.
En 2008 UGT remitió otras dos cartas, una al gerente de Madrid Salud y otra al subdirector general de Prevención de Riesgos Laborales del Consistorio para forzar esas revisiones médicas. Aseguran que nunca hubo respuesta.
Los sindicatos solicitaron información sobre el edificio, a lo que, aseguran, el Gobierno municipal respondió que técnicos del Ayuntamiento ratificaron que los niveles de amianto de la zona no eran perjudiciales para la salud.
Sin embargo, desde entonces el edificio está en desuso. En UGT sospechan que no se ha llevado a cabo el derribo del inmueble porque el coste del desmontaje de este tipo de inmuebles es muy elevado. Mientras tanto, los vecinos aseguran que algunos inmigrantes subsaharianos viven en algunas zonas del local, que muestra un estado de deterioro evidente.
Coste elevado
Según Daniel Savater, gerente de Amidesa, empresa especializada en la retirada de estructuras de amianto, el desmontaje de estructuras que contienen esta sustancia tiene un coste elevado porque requiere la actuación de varias empresas muy especializadas y de un proceso muy específico y cuidadoso para su ejecución.
En primer lugar se tiene que proceder a la humectación. Consiste en pulverizar un líquido encapsulante que minimiza el peligro de rotura fortuita de las placas de amianto cuando se va a proceder a su desmontaje. Después se retiran manualmente los anclajes, se extrae el material, se embala en recipientes plásticos especiales en los que queda sellado herméticamente.
De esta forma, un transporte autorizado traslada el residuo a un vertedero controlado. Posteriormente, en el lugar donde se encontraba el amianto se realizan mediciones ambientales de la cantidad del producto en la zona y la exposición que han recibido los trabajadores, que, habitualmente, operan con trajes especiales que filtran esta sustancia. Cada operación debe certificarse por el organismo regional de salud pública y contar con los permisos pertinentes de la autoridad laboral.
Manipulación peligrosa
El asbesto, o amianto, es un mineral fibroso que se utilizaba mucho en las construcciones industriales por su resistencia al calor y a los productos químicos. Su manipulación es peligrosa porque la inhalación de sus partículas (habitualmente cuando se rompen, cortan, taladran o desmantelan las fibras del producto) es muy perjudicial para el organismo, provocando cáncer y otras enfermedades muy da?inas para el pulmón.
En 2002 se prohibió en Espa?a la producción de materiales con amianto. Sin embargo, continúan quedando cientos de estructuras en el país que están construidas con este producto. En 2006 se aprobó un Real Decreto que restringió aún más las condiciones de exposición al amianto.
A pesar de los reiterados intentos de este periódico por contrastar la información recopilada con el Ejecutivo municipal, no ha habido respuesta oficial sobre este tema.